miércoles, 16 de noviembre de 2016

SONIA MARPEZ [19.563]


Sonia Marpez

Sonia Marpez (Galicia, 1987). Fotógrafa y escritora, diplomada en Magisterio de Educación Primaria. Actualmente reside en Málaga, donde realiza estudios de Historia del Arte. Ha publicado el libro de poemas y fotografías Inmune, junto a la poeta Almudena Vega (Ediciones en Huida, 2015) y también coordinado junto al escritor Gabriel Noguera el libro monográfico sobre la muerte Obituario (Fundación Málaga, 2015), en el que han participado cincuenta autores jóvenes de todo el territorio nacional. Además de colaborar en diferentes proyectos expositivos, editoriales y también codirigir los fanzines Obituario, MacGuffins, Gorogó y Verdescuro, fue galardonada en 2015 con el Primer Premio de la Muestra Joven MálagaCrea y el Segundo Premio del certamen Xuventude, ambos en la modalidad de poesía.


NATURALEZAS MUERTAS

I.

Las manillas de este reloj
tan sólo van cerrando puertas.


II.

De algunas vivencias
queda apenas un retrato molesto.
Objetos inertes, inútiles,
invadiendo la memoria.
¿Para qué volver?
Su pulpa agridulce se secó hace tiempo.


III.

Una flor de papel
también es un vegetal.




Ser ruina y desdicha.
Ser un reloj que se para.
Vinagre en la herida
y vacío en la cama.
Ser la que dejó de ser;
la que ya no amas.




esclavo del olvido
oculta lo que sabes
vendrán los amos del tiempo
y no tendrán compasión




duerme entre los perros rabiosos/ que de tu sed beban
jamás alces la mirada/ y obtendrás tu corona de espinas




lo que no se atreve a decirle
lo guarda en botes de cristal
a la espera de un día
en que las paredes tiemblen

[♫]




 ayer se escribió la tragedia del héroe 
 con sus hojas hoy se secan lamentos 
 los gatos tendrán en qué comer  mañana 




Edulcoradas salidas de emergencia 
que llevan a laberintos desordenados
Resuena 'No feelings' en tu cerebro sonámbulo
Y brindas una sonrisa intentando ganar en ironía a la realidad
¡Aprisa! no pierdas lo que das
Afuera esperan impacientes más perdedores 
anhelan desgarrarte el corazón
Prepara vendas y guarda un ¡Que te Fo***n! en la recámara
Good night and good luck
(A saber si esta vez te despertarás)




El tiempo se ha encargado de asesinar
a todos los héroes románticos de esta ciudad.
No hay nada que merezca ser esperado.
Quedan sólo las cenizas oxidadas
de las lágrimas que un puñado de amantes
se atrevieron a derramar.





Hice de la penumbra un hogar.




Nunca hay nadie al otro lado. De todos los lugares en los que he estado, ninguno ha resultado ser mi hogar. Piensas: Tal vez  alguien me esté escuchando. (...) Al principio, quizás; saben disimular. Pero el resultado siempre es el mismo. Nunca hay nadie al otro lado. ¿Por qué no habría de colgar?





Fueron tantos los bailes perdidos,
que temo pisarte los pies
ahora que al fin danzo contigo.




tratar de alcanzar 
el eterno escalón

zurcidos los labios
reverbera el silencio

deseos marchitos
entraña oxidada

maraña de pasos
penumbra en los ojos

pasado en cenizas
esperanza asfixiada





dejaré crecer todas las mentiras que 
estés dispuesto a deslizar entre mis silencios.

hasta ahogarnos.






n u e s t r a s    a l a s    a r d i e r o n    e l    d í a 
  
q u e    p e r d i m o s    l a    f e    e n    v o l a r .
  




(Perdonad a esta cobarde.)

Fuera existen peligros, dentro sólo oscuridad. 

ø





El punto final es un satélite donde habitan  
 las historias que no pudieron ser contadas... 





Dices ver en mi mirada cómo desaperezco a cada instante.
Era Houdini el que tenía la clave para poder escapar
 yo sólo me pierdo en el olvido.
Intento encontrar entre tinieblas lo que nunca fue
y descubrir su porqué. 

Si no tenemos adónde ir juntos,
¿por qué dejas que te siga?





# Es hora de que vuelva a los viejos y abandonados senderos
por los que nunca sus ojos tristes se atrevieron a caminar.






Acógete en el remanso de mi estocada.
Con ductilidad.
Corrómpeme.




¿Existe sustancia eterna dentro de esta materia licnobia?




Abandoné aquel  tren y subí las escaleras mecánicas. 
Tras la ventanilla tus ojos reflejaban paisajes inundados.




Tras ese muro hay otro muro. Gracias a aquel beso robado, 
son ya cientos los que tú y yo juntos hemos derribado.




desde esta habitación con vistas
todo resulta inalcanzable;
salvo abrazar el suelo.




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