sábado, 12 de marzo de 2011

3347.- LOURDES GONZÁLEZ


Lourdes María González Herrero
(Holguín, CUBA, 1952)
Poeta y narradora.
Es miembro de la UNEAC y de su Consejo Nacional, preside la Filial de Escritores en Holguín, dirige el Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura Pedro Ortiz, el Sello Ediciones Holguín, y la revista de Arte y Literatura "Diéresis".

Ha publicado los poemarios:
Tenaces como el fuego (Premio de la Ciudad, 1986).
La semejante costumbre que nos une (Premio de la Ciudad, 1988).
Una libertad real (Primera Mención en el Premio de Poesía "Julián del Casal", UNEAC, 1989, y Premio de la Ciudad, 1991).
La desmemoria (Premio de Poesía "Adelaida del Mármol" para las provincias orientales, 1992).
El luminoso pájaro de la memoria (Editorial Lunarena de Puebla, México, 1999).
En la orilla derecha del Nilo (Premio Nacional de Poesía “Julián del Casal”, UNEAC, 1999; Ediciones Unión, 2000).
Fijeza del Amor (selección de poemas publicado por Ediciones Holguín, 2002).
Los días del verano (Premio Especial de Poesía “Bicentenario de José María Heredia”, 2003; Editorial Oriente, 2003).
Pasajera la lluvia (antología poética publicada por la Editorial Letras Cubanas, 2003).
Afuera sangran los caballos (Ediciones Unión, 2008).
El hijo de la arpista (Ediciones Oriente, 2010).
Y los libros:
1992, Acercamiento a la poesía de habla hispana escrita por mujeres, crónicas.
1999, Papeles de un naufragio, narrativa, Premio de la Ciudad 1997 (traducido al francés y publicado por la Editorial francesa Indigo en el año 2002, y reeditado por la Editorial Letras Cubanas en el 2006).
2003, María Toda, novela, Editorial Oriente (reeditada por Ediciones Holguín, y en el 2009 publicada su traducción en la Editorial Iacobelli, de Italia)
2005, Sur la rive droite du Nil, Editorial Caracteres, Francia.
2006, Las Edades Transparentes, novela, Editorial Oriente (Premio de la Crítica en el 2007, y reeditada en el año 2008 por la Editorial Letras Cubanas).
2008, La sombra del paisaje, cuentos (Premio Nacional de Cuentos "Guillermo Vidal")

Además, ha obtenido los reconocimientos:
1999, Premio Nacional a la Mejor Edición de Libros de Editoriales Provinciales.
2005, Premio de Cuento "La Llama Doble" y el Premio Oriente de Novela "José Soler Puig".
2007, Mención en el Premio Casa de las Américas por su novela inédita El amanuense.
Distinción por la Cultura Nacional.

Su obra ha sido recogida en diversas publicaciones nacionales y extranjeras. En el año 1997 fue incluida en la Enciclopedia de la Literatura Latinoamericana.

( Dirección de correo electrónico lourdes@baibrama.cult.cu )







del libro En la orilla derecha del Nilo (Ediciones Unión, 2000)

DESLÍZATE A LA MAR, BARCA DEVOTA.

nueva canción de Orfeo para mi hijo

Deslízate a la mar, barca devota,
y cruza los paisajes con tu inocencia
en estos tiempos en que las naves tienen que ganar.
Tú que aún superas para ti el origen
de la ciudad pequeña, dulce, desmembrada,
hazte a la mar de la memoria y boga,
cruza océanos de dudas, noches de réquiem,
deshace el mito para volver a ser,
no te devuelvas a la orilla sin la esperada prenda,
trae peces ........................ y trae orgullo
que para ti vibra mi alma en la ausencia.

No puedo practicar ningún oficio en los días que corren,
no existe ningún oficio para mí,
pero tú, barca infantil,
boga, deslízate,
atraviesa el agua cada vez más peligrosa
y vuelve para que yo te escuche
aunque sea en el día de mi muerte.

Yo pudiera inventarte algún Pequeño Anceo,
una tribuna y un heraldo,
pero serían palabras,
y las palabras nunca te salvarán de las corrientes
donde los viejos cantos pierden su sentido
y el mar
pierde su distancia.
Isla, pedazo de tierra que conozco,
dale a mi hijo un remo
antes que las actuales olas lo invadan todo
y sólo quede el eco de aquel coro increíble.
Isla, razón,
dale a mi hijo un buen pretexto para el viaje
y déjalo, barca de sueños,
rendir el verdadero himno,
encontrando los símbolos de esta noche,
esta larga noche, de este valle infértil,
pero propio.

Deslízate por la única ruta
y da calor a las costumbres,
verás, pequeña nave promisoria,
verás de cerca y vivirás
lo que hoy te cuento como si fuera un pasaje remoto de la vida.
Tocarás la llama
porque eres también la cifra oculta,
boga, lento y seguro,
sé timonel y encántate con las ofrendas,
pero no olvides regresar.
Te brindarán en el camino rojas flores,
te darán vino y el placer que dura poco,
tómalo todo y luego
deslízate a la mar sin lamentarte nunca de ese viaje.

Pequeño encantador de mi pena,
tráeme la dignidad de la memoria
que yo te esperaré
aunque llegues el día de mi muerte.








del libro Los días del verano (Editorial Oriente, 2003)

POEMA DE LOS POBRES PARAÍSOS

"Lánguido va el recuerdo"
[ Luis Cernuda ]

La coincidencia es una.
Mirábamos la belleza de los jóvenes cuerpos cuando aún disponíamos del gozo de volver a la sombra de unas manos nutricias.
Admiramos la belleza de los cuerpos más jóvenes, y al final, en la casa vencida, contemplamos sus siluetas como quien ve la lluvia rodar por los cristales.
En nada hemos cambiado.
Afuera sigue el tiempo, confuso y agresivo, en su tremendo esfuerzo por ganarnos los días.
El mundo es un abismo al que llegamos, del que partimos, la residencia es nula. Nada pesa ganado ni perdido. Nada nos pertenece, ni siquiera el delirio.
Pero estar desasidos, abrazados al aire, guardando los fragmentos del hoy perecedero, es quizás la sustancia del vivir.
Mañana, habrá que establecer las diferencias entre la libertad y la adicción, de modo que podamos conmovernos.
Los cuerpos que buscamos con las manos, se ocultan, se van tras los hinchados mediodías, desafiando los muros que hemos levantado para impedir hundirnos en el mar.
Es demasiado olvido el de morir.
Y escoger las sutiles pertenencias del dominio, es sólo un sueño más, tan intenso como el de la contemplación de un cuerpo, ignorando que el alma regresará después a la desesperanza.








El Dragón del Silencio


Miro el ojo dorado de la culpa y dentro veo los brumosos contornos de otra isla llamada leyenda.
Me exijo una concentración fascinada para adentrarme en el silencio, para percibir dentro de él las causas de mi constante apego a la casa del dolor.
El riesgo es colosalmente intenso.
Detrás de los nublados horizontes está la mano de mi madre extendida para salvarse. Detrás permanece el que sabe bogar contra la corriente pero no sabe aún vencer.
Se expande el círculo y se inserta la corona arruinada que es el blasón de mi edad, va perdiendo fuerzas la mísera sensación de vivir acechando las campanas del agua, las formas de la harina, los vacíos en las estaciones de la mesa.
El silencio engendra poder. Dicen que asegura que la dicha surja como el agua de un manantial.
El peligro es inexorable.
Miro el ojo dorado del miedo. En él hay una sombra que me conquista. Es la sombra del día de mi nacimiento. La sombra del lugar donde lloré, la sombra del esfuerzo que se vuelve cada vez más difusa, más lejana, que se deja de ver y queda sólo el resplandor dorado del olvido, y el silencio.

del libro Afuera sangran los caballos (Ediciones Unión, 2008)




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