lunes, 6 de septiembre de 2010

910.- ABDEL AL-WAHHAB AL-BAYATI



Biografía de Abdel Al-Wahhab Al-Bayati:
Abdel al-Wahab al-Bayati (Bagdad, 19 de diciembre de 1926- Damasco, 3 de agosto de 1999) fue un escritor iraquí perteneciente a la generación de los cincuenta o del verso libre. Es considerado por excelencia como el poeta que ha sufrido el destierro y el autoexilio entre los poetas árabes contemporáneos. Su obra es de gran trascendencia para comprender la evolución de la literatura árabe contemporánea.
Nació en Bagdad en 1926. Tras graduarse en Magisterio en la Universidad de Bagdad en 1950, ejerció como profesor y editó una revista cultural, La nueva cultura.
Desde su juventud participó en actividades consideradas antigubernamentales, por lo que tuvo que abandonar Iraq en 1954. Vivió en Líbano, Siria y Egipto. Tras la revolución de 1958, regresó a Iraq y ocupó un cargo en el Ministerio de Educación y, posteriormente, fue Agregado Cultural de la Embajada Iraquí en Moscú ( entre 1959-1961) y en Madrid ( entre 1980-1990). En 1995, el gobierno iraquí le privó de su ciudadanía por viajar a Arabia Saudita para participar en un festival poético, y pasó los últimos años de su vida exiliado en Damasco. Murió el 3 de agosto de 1999.

Obras

Ángeles y demonios (1950)
Jarras rotas (1954).
Gloria a los niños y el olivo (1956).
Palabras inmortales (1960).
El fuego y las palabras (1964).
Morir en vida (1968).
El reino y la espiga (1979).
El jardín de Aisha (1989).






Bagdad

Dure cuanto dure el diálogo a distancia,
Bagdad seguirá siendo
sol ardiente
fuente que se renueva
fuego eterno.
Las cósmicas visiones
de un poeta, en su infancia.








La muralla de China

Se rompieron las puntas de sus flechas

sobre el muro de su secreto oculto.
Dijeron: se acabó,
y le cavaron una tumba.
Le arrancaron los ojos a cuchilladas.
Pero a él, colgado de una cruz,
le iluminaban los relámpagos,
en la noche de los destierros,
como a la muralla de China.








A Yilmaz Güney

Un hombre, una mujer y un tren
en la noche de Anatolia.
Bajo la luz, la mujer dice con miedo:
«¿Qué pasará esta noche?»
Ciudades y pueblos, chacales que aúllan,
hambrientos,
bajo la nieve,
el humo de los túneles tortuosos
y la tos de los niños.
¡Noche amenazadora de terremoto!
El hombre dice en susurros, adormecido:
«La noche es la noche.»
Otro hombre, al final del bagón,
bajo la luz asfixiada escribe una carta,
repite una canción que corrió
después de la guerra mundial por los Balcanes,
y que habla de un oscuro amor
que se hizo tradición entre las gentes.
Algunos fueron a la cárcel o a la extinción
por negarse a apostatar de ese amor destructor.
Otro hombre murmura de un amigo, diciendo:
«Este mundo es traidor y veleidoso.»
La mujer llora, con miedo.
El primer hombre le hace callar,
diciéndole: «¿qué pasa?»










El color de tus ojos, fulgor es de relámpago
sobre los muros de Babilonia;
son espejos y antorchas,
y cábilas y pueblos
que saquearon el mundo.
Cuando halló Babilonia los misterios astrales.
El color de tus ojos, planicies son,
en donde se quebraron
los ejércitos de los pobres;
un mundo de poder y de terror
en nombre de la palabra.
Saqueadores de la tierra de las leyendas
y las sombrías orillas de los tiempos.









Es más grande mi amor que yo mismo,
más grande que este mundo.
Que los amantes pobres
me han erigido en rey de las visiones,
imán de la soledad y del destierro.




ENLACE:
DE ADAMAR:REVISTA DE CREACIÓN


Amor más grande que yo mismo.
Selección, traducción, prólogo
y notas por Pedro Martínez Montávez,
Asociación de Amistad Hispano-Árabe, Madrid 1985).

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