viernes, 16 de julio de 2010

245.- ANTONIO PÉREZ MORTE



ANTONIO PÉREZ MORTE 


(Zuera, 1960-Sabiñánigo, 2013)
Nació en Zuera (Zaragoza) en 1960. En 1979 apareció su primera publicación, Arrancado del silencio. Durante la década de los ochenta vieron la luz cuatro nuevos títulos: Sombras Incompletas, Un paso más, Huellas y Brotes. Desde entonces ha seguido escribiendo incansablemente, colaborando en libros colectivos y publicaciones tan diferentes como: Rolde, Siete de Aragón, Trébede, La expedición, El Independiente, La Voz de la Izquierda, Diario del Alto Aragón, El Periódico de Aragón, Heraldo de Aragón, Poesía por ejemplo o Cuadernos del Matemático.
Nunca ha dejado de componer versos, si bien sus publicaciones recientes parecen más destinadas a reivindicar la obra de otros autores que la suya propia.

PÁGINA WEB: http://aperezmorte.blogia.com/



CIERZO

Caminamos en la noche tras la luz de un verso,
con él encendimos los recuerdos:
Los recuerdos encendidos que siempre ardieron.
Charlamos al amor del fuego, del fuego del amor.
Luego llegó el día:
El cierzo arrastró las cenizas,
Borró las huellas del incendio.

(Vento / Viento -Antología de la Poesía Ibérica-
Celya, Salamanca, 2004)







NÓMINA POÉTICA ARAGONESA

Para mis amigos poetas

Tomaré de Seral el amor a la palabra,
de Pinillos pasión, fortaleza y constancia.
La humildad, la intuición de Lucianico Gracia,
para cantar cada día con su voz asombrada.

La verdad de Ildefonso, sus dudas más largas.
La soledad de Guillermo, siempre solidaria.
Con Miguel me hundiré en sus preguntas eternas,
cuando huya con “sumido” a una isla desierta.

De Luesma, la luz, la sed… la tristeza
de cantar Aragón, Sinfonía Incompleta.
De Labordeta la rabia y también la ternura
de quien canta por amor y por amor denuncia.

De Julio Antonio el amor, amores de leyenda,
de Navales elegancia y de Ferreró belleza.
La rebeldía de Guinda, su palabra desnuda.
De Rosendo, paisajes, reflexiones y fábulas.

La experiencia de Alegre, el misterio de Prat.
La memoria de Rodríguez, la artesanía de Trisán.
La nitidez de Vallés, la construcción de Esquillor,
la utopía entrañable de Emilio Gastón.

La rotundidad de Petisme, la sencillez de Teresa,
el compromiso de Rey y la esperanza de Serna.
De Ciordia ironía, transparencia de Blancas.
La hondura de Vilas y la amargura de Salas.

La fuerza de Andú, de Saldaña su magia.
La melancolía de Antón, de Alcubierre nostalgia.
De Lasala, sin duda, las confesiones más tiernas
y también la emoción y la inquietud de Sopeña.

(Antología de la Nueva Poesía Hispanoamericana,
XII Edición, Lord Byron, Febrero de 2006)






HE TOMADO VERMOUTH CON SAMUEL BECKETT

He tomado vermouth con Samuel Beckett
en la Plaza Mayor de Salamanca.
He almorzado en Chez Víctor con Ciorán.

Carmen Martín Gaite vino al Novelty conmigo,
pero se dejó el café.
Estuve con Panero en una Iglesia
y cené con Brel en el Chapeau.

Hablé con Adares de su madre.
Hacía calor y Ramón Irigoyen me prestó un abanico.
Paseé la tarde con Juan Gil Albert.
Se hizo tarde, hora de volver:

En el Parador me aguardaban
García Montero, Benítez Reyes y Valente.
Abrí la puerta, los introduje
en la maleta, los secuestré a los tres.


(Publicado en el nº 107 de la revista “El Grito”,
Editorial Celya, Salamanca 2006)







POEMA

Vivir era difícil
No sabíamos que vivir era difícil.
¡Tan difícil!
Vinimos sin presente bajo el brazo y sin manual:
Siempre lo he buscado,
pues nadie nos advirtió que crecer dolía,
que echaríamos los dientes, la mala baba, antes de dar un paso.
Nadie.

Nadie nos dijo que andaríamos a gatas
y dando tumbos buscaríamos a golpes el camino,
nuestro camino.
Nadie nos lo dijo:
Que nos haríamos hombres y mujeres siendo niños.
Que nos crecerían pelos, dudas y vergüenzas,
y nos llenaríamos de incomprensión y granos.

Aprendimos solos, a escondidas,
a dejarnos seducir por la utopía,
a buscar la luz a oscuras, tras muros abandonados,
donde leer a Alberti o masturbarnos.
Allí acudimos con una mirada nueva
y una voz recien estrenada. Nada.

Nada ni nadie nos advirtió del peligro
de tanta esperanza.
De nada hubiese servido por otra parte:
Amaba tanto a mi sueño como a aquellas
camisas, blancas y negras,
de tirilla o cuello Mao. No.

No sabíamos que vivir era difícil:
Ver pasar el tiempo tan deprisa como un orgasmo.
Sentirse acosado siempre, por los eternos perros del amo.
Con distintos collares, siempre los mismos.

Huimos, escapamos, pero nunca de lo que fuimos.
Si como dijo Raimon "uno es en cierto modo,
todas las cosas por las que ha pasado",
yo soy aquel niño muerto del que hablaba Calders,
soy un hijo maldito del franquismo, un hombre tarado.

¡No sabía que vivir era difícil!
¡Tan difícil!

(Poema publicado en el nº 93 de la revista
"El Grito" de Editorial Celya)







TU VOZ

Tu bronca voz cruza la noche desde el lejano fondo de mi tiempo.
Viene de lejos cantándole al paisaje, al paisanaje,
por el camino del polvo.

Tu voz, nuestra voz, vuelve de nuevo, una vez más hasta nosotros,
con la constancia pertinaz del eco
y atraviesa la arboleda para barrer, con la fuerza del cierzo,
la sucia hojarasca de días pretéritos.

Tu voz desbordante brotando, siempre, con la incontenible fuerza del mar de amor,
del mar y el amor, del agua y el fuego,
para romper la distancia y derribar los anchos muros del silencio.

Cantarás, cantaremos a la libertad, a César Vallejo...
y un numerosísimo coro de campesinos, pastores y leñeros,
de alumnos y maestros, de jóvenes y viejos,
entonarán tus melodías y darán vida a tus versos.

Algunos viejos árboles que plantamos ya murieron:
¡Acabaron con ellos las continuas, duras heladas de tanto invierno!
¡Aún nos queda, José Antonio, el jardín de la memoria y de los sueños!

(Incluido en "José Antonio Labordeta creación,
compromiso, memoria Rolde/ Sgae, Zaragoza 2008)






LA VERDADERA BATALLA

Marchamos desnudos
sin escudos ni balas,
sin uniforme ni gorra,
trinchas ni anagramas,
cuando se hizo la hora
de la verdadera batalla.

Luchamos todos
por encontrar la palabra
que limpiara de dudas
heridas que aún sangran.

¡Anduvimos juntos
durante tanto tiempo,
que hoy que estáis lejos,
el recuerdo no basta!

(Del poemario inédito De puño y letra,
1974-1991)








NUESTRA GUARIDA

Aquella vieja pensión, nuestra guarida.
Claroscuro refugio de agridulces ágapes.
Campamento derrumbado donde aún arden
encendidos recuerdos
entre basura y ruinas del combate.

La misma cama inmensa con cabecero de espigas,
las mismas sábanas salmón,
la antigua mazacota mesilla,
donde almacenamos secretos y anfetaminas.

La eterna, inolvidable habitación
donde estallaron los niños
y los labios temblaron;
donde danzaron exhaustos borrachos y dementes,
emanando fiebre hasta el espasmo.

Un territorio acotado para sembrar la fatiga,
para copular abrazados a la puta de la vida,
clamando un orgasmo.

Buscándose a ciegas como adolescentes excitados,
desbordándose espuma, navegando a la deriva;
remando entre las olas de humo del cuarto,
gozando mareados
...alcanzando la orilla.

¡Jim Morrison allí, desnudo, de rodillas,
reza una vez más por su crucificada picha!

(Del poemario "Cuerpos de luna", 1974-1990)







BUSCO UNA PALABRA

Busco una palabra que sostenga esta ruina.
Una palabra oculta entre silencio y tráfago.
No sé cómo comienza. Termina como todo.
No la encuentro.
Quizá coló por el forro roto de la vida
al saco donde van tantas cosas inmutables,
necesarias, hondas, perdidas para siempre.
No me acostumbro a vivir de esta manera,
a registrar como loco mi cercenado vocabulario
en búsqueda absurda
de una palabra innombrable.
Por rincones oscuros siento que respira,
que late callada como enfermedad secreta,
lenta como la tristeza.
Siento que respira, presiento que descansa,
fragmentada como un puzzle
de letras decoloradas, rojas como una herida.

(Publicado en el nº 15 de "Almiar"
y en el nº 29 de "El Grito")







ENTÚRBIASE

Entúrbiase la marea en mi cabeza
a trece le-n-guas de distancia,
en plena muerte cotidiana
y van naufragando los barcos
que en mí navegan.
mis pensamientos-poema
abandonados.

Quiero dar cauce a este desencanto
a este viento amargo que me invade...
Quiero que me arrastre poco a poco, despacio,
alma llena, vacías manos...

(De Un paso más, Cagisa, Zaragoza 1981)







HE ESTADO TODA LA NOCHE CON MI PADRE

He estado toda la noche con mi padre:
Se durmió hace ocho años
y esta madrugada ha despertado
mientras yo dormía.

Por la mañana al despegar los ojos,
sin saber muy bien por qué
me he reído como él, sí,
como cuando abría los suyos,
achicados y encendidos
tras una breve cabezada.

He estado toda la noche con mi padre,
ya lo he dicho: No sé por qué.
Era todo tan real, tan auténtico,
que hoy quiero celebrarlo
durante todo el día con mis hijos.

19-3-2009







HABLAN DE PETISME

Hablan de Petisme en una discoteca.
La música me impide entender
si se trata de un ángel o un pez:
Navegando por océanos de escrituras.
Abriendo sus alas al cielo febril.
¡Abriéndose al cierzo!
No entiendo. No entiendo. No puedo oir:
¿Qué demonios tendrá que ver con esto Caín?
¿Un ángel con gato sobre campos minados
llamando a Noé?
No. No sé. ¡No sé qué ángel es!
¿Y qué haría un pez en mitad del desierto?
En un oasis tan lleno de recuerdos...
No... No debe ser eso!
¡Quizá un perfume con el aroma del Ebro!

(Del poemario inédito "Escombros")








AUTOBIOGRAFÍA BREVE

Nací en Zuera en el mes de abril del año sesenta.
Fuí a una guardería de monjas y a las escuelas
(las secuelas vendrían luego) franquistas.
Más tarde, como España, me hice adolescente
y comencé la Transición.
Todavía no sé si alguno de los dos la ha terminado.
Ahora soy, casi, un padre cincuentón
que aprende a vivir mirando a los ojos de sus hijos,
y que todavía sueña mientras cuenta horas de oficial
y sacos de cemento.







EN LAS HOJAS CALCINADAS DE LA VIDA

En las hojas calcinadas de la vida
que unieron nuestros fuegos,
nuestras carnes,
quiero desterrarme a tu memoria
con imagen de amante adolescente,
porque más atrás mis oscuros se pronuncian
cazando sonrisas lejanas
y el crepitar avivan de la llama,
con "erres" de rabia acumulada.
Sólo el viento mendigo de las sombras,
me ha hecho huelga por vez primera
y ha dejado tu rostro en un poema,
tu sincero ardor en cada estrofa.

(De la plaquette "Arrancado del Silencio",
Cagisa, Zaragoza 1979)







EN EL ESPEJO DEL TIEMPO

Tuve un día el ojo abierto a la esperanza,
pegatinas del Che y canciones de Jara.
Mi rutina: Soñar transplantándome alas
que volaran del verso más allá de palabras.

Gané un amor, hoy perdido en la distancia,
que llevaba ilusión por paredes y casas
y habitaba mis labios al terminar la jornada.

Sólo sé que la quise cuando no había nada,
sino aquella ilusión de forjar un mañana,
de estrecharla en mis brazos y sentir que la amaba
frente al espejo de un tiempo, que nos hace la rata.

(Brotes, Zaragoza 1985, Colección Poemas nº54)









MONEDAS


Para Marisancho Menjón


La vida es un juego de azar,
el juego de lanzar una moneda al aire
a cada paso:
Vivir en la alternancia de las caras
y las cruces que nos marcan.

Hay rachas buenas: Todo son luces,
todo son caras.
Hay rachas malas: Todo son sombras,
todo son cruces.

No dejes que una mala racha
te derrumbe:
¡Siempre habrá una nueva oportunidad!
¡Siempre habrá una nueva moneda que lanzar!








ENTRE TANTO DESORDEN

Estremece despertar así a un nuevo día,
amenazado por una horrible, gigantesca
lámpara sepia,
bajo el techo lleno de grietas
de una alcoba desconocida.

Estremece el sabor a polvo
de tu propia saliva,
la ausencia total de referencias,
al incorporarte desnudo
de otra cama distinta.

Estremece este vértigo terrible,
al sortear descalzo botellas vacías,
buscando sin suerte tu memoria perdida
entre tanto desorden.

(Del poemario inédito
"Cuerpos de Luna" 1974-1990)







A LEOPOLDO MARÍA PANERO

Me ha dicho un loco
que abandonaste el manicomio,
que por fin has huído.
¡Te regalo este poema
si me enseñas el camino!

(Del poemario inédito
"A la sombra de Ciorán")








SOBRE EL CAMINO

Hoy que por fin conoces el peso de las sombras,
cuatro cosas bastan en en tu macuto de sueños.
El camino abierto está adelante.
Adelante los inmensos prados
de la esperanza que has buscado sin sosiego.
Los absortos ojos de tus hijos, adelante.

Adelante la verdadera luz
que nunca te ha cegado,
porque jamás la descubriste, aunque la ansiaras.
Detrás, no mires, una senda cortada por nostalgias
y escombros derribados de la ruina que fuiste.
¡No mires! ¡Edifícate a ti mismo lejos de las sombras!

No te rompas de nuevo. No te rompas,
que el cierzo salvaje de tu amor no te destruya.
Planta fuerte y estructura tu vida desde abajo
porque aún puedes.

Afronta cada día como un reto que puedes superar.
Quiere...
¡Quiérete a ti mismo como si fueras otro,
porque quizá no te conoces!

¡Acumula, para ti, un poco de la energía que derrochas;
echa a andar y arroja esos fármacos!
Al final del camino encontrarás
a los seres perdidos durante el trayecto,
no pienses tanto en ellos:
Van contigo siempre, pero no les descubras.
¡Descúbrete tú y ámate entero!

(Poema Inédito / Noviembre de 2005)








EL NIÑO DEL TRICICLO

Algunas noches sueño con un niño,
montado en un triciclo,
que a trompicones baja
las frías escaleras de su infancia.
Rueda hasta caer desplomado.
Inconsciente sangra sobre el mármol helado
del desangelado patio,
donde le alcanzan los gritos de parto
de su madre, que le regala un hermano.
Al llegar a este punto, despierto,
salto de la cama asustado,
bebo agua, me lavo la cara y orino.
Mientras, el hombre del espejo
me interroga en silencio y repite mis gestos:
Con pelo alborotado, mal afeitado y medio dormido,
me mira mear y mea, a la vez que yo, como yo mismo.
¡Nos parecemos tanto los dos!
¡Nos parecemos tanto a aquel niño!

(Publicado en el nº 31-32
de "Cuadernos del Matemático")







YO SOY COMO TÚ

Yo soy como tú,
un solidario perdido entre la niebla;
que como a ti
me envuelve y empapa en su tristeza.

Yo soy como tú,
una chispa de fuego que se quema
en la antorcha encendida de las piernas:
¡Un río sin cauce que revienta
los rincones de la noche más despierta!

Yo, que como tú,
arrastro tres décadas mugrientas,
he soñado otra mañana que no llega
y he regado sus semillas en mi tierra.

Yo como tú ¡Dos manos desiertas!
Yo como tú: ¡Pariendo poemas!

(Décimocuarta edición de la antología
Nueva Poesía Hispanoamericana, Lord Byron Ediciones, 2006)






COMO EL NIÑO DESPIERTO

Para Ana María Drack

Mientras en Sarajevo los niños descubren la muerte
y el hambre en Somalia se llama matar,
mientras el bloqueo pesa sobre el pueblo de Cuba
y la OTAN impone el Nuevo Orden Mundial...
¡Mientras la injusticia manda en la cabeza del hombre
no tenemos derecho a desear nada más!

Perdóname si te vuelvo a escribir en esta noche,
mientras el mundo duerme en lugar de luchar,
perdóname si te robo palabras
como el niño despierto de veinte años atrás.

Perdóname
si vuelvo en silencio como los viejos fantasmas,
con los viejos fantasmas que te hicieron cantar:
"Mientras en Belfast, los niños han de jugar a la guerra,
mientras hay hambre en la India y se soporta Vietnam..."

¡Mientras la injusticia manda en la cabeza del hombre,
no tenemos derecho a desear nada más!

(Del poemario inédito Escombros 1978-2001)








DESFILE DE MÁSCARAS

Trasnochados rostros solitarios
invaden los bares, las aceras,
dejan volar miradas heridas de tristeza,
planeando sueños eclipsados
por la sombra lejana de una estrella,
huída de la mano temblorosa
que ahora sostiene una cerveza.

Languidece la duda enlagrimada,
los ojos buscan ojos y no encuentran
sino un desfile de máscaras grotescas
que viste de dolor la madrugada.

(Del poemario "Brotes" Colección Poemas,
Zaragoza 1986)






YO, APENAS NADA

PARA JAVIER KRAHE

Tú dijiste: ¡Que voy!
Yo, apenas nada.
Quizá fue la sorpresa de verte lanzada,
de verte, mi amor, aterrizando en mi cama.

Tú dijiste: ¡Qué voy!
Yo, apenas nada.
Quizá fue la sorpresa, tu actitud apresurada,
pero nos dimos calor, tres o cuatro semanas.

Tres o cuatro semanas es mucho darse,
así que acabó una entrega tan glande.
Y dijiste: ¡Me voy! con voz fatigada.

Dijiste ¡me voy! pero no me soltabas.
Dijiste ¡me voy! y sentí que gozabas.
Dijiste ¡me voy! Yo, apenas nada.
Y dijiste ¡me voy! mientras yo, me quedaba.

(Del poemario inédito Escombros, 1978-2001)







EL ÚNICO DEFECTO DEL POEMA ES ESTE AMOR

El único defecto del poema es este amor,
un amor que me estalla sin aviso
y me lleva arrastrando
por las calles grises del invierno,
donde los obreros duermen su desvelo sin rima.

Sólo este amor hirviente que me quema,
con rostro de niños inflamados,
de mineros cubiertos por la sangre,
de chilenos enlazados por el pánico,
de campesinos muertos en Perú.

El único defecto del poema es este amor.
Un amor que brota entre los nombres
de mujeres que gritan su martirio,
intuyendo nietos en los desconocidos,
llamando a gritos a sus hijos.

El único defecto del poema es este amor,
que añora otros hombres en los nuevos,
que dan por perdida tanta voz,
confundiendo el panfleto con lo cierto.

(De "Brotes", Colección Poemas, Zaragoza 1986)







ECUACIÓN

Pasearé contigo cada tarde.
Volveremos a ocupar el mismo banco.
Compraremos bombones como antes,
visitaremos el rincón de Víctor Bailo.

Quitaremos tristeza a la aventura,
rasgando hojas del pasado
y el teclear incansable de Academia Tuga
nos hará recordar un angelote
oculto entre palomas, muy manchado.

Tu voz será la misma: me hablarás de cuadros,
de cualquier canción de Pepe Gros,
como aquella vieja melodía para un gato.

Tiernos acordes olvidados,
rebosarán vida en nuestros labios.

El viejo profesor nos soñaba callados.
Nuestro amor en la pizarra
siempre fue una ecuación de primer grado.

(Del poemario inédito "Cuerpos de Luna"
1974-1990)







HE VENIDO A TU ORILLA A DESNUDARME

He venido a tu orilla a desnudarme,
a dialogar a solas con la roca,
golpeada como yo por esta tarde.

He venido conmigo a consolarme,
a escucharte mar, tan mar gimiendo:
a ahogar mi furia entre las olas
y naufragar mi soledad de azul inmenso.

He venido para hallarme entre tu espuma,
buscando en ti mis mil reflejos
y la fuerza milenaria de tus aguas
consigue traspasar mi ansiado espejo.

He venido a por luz y me estoy yendo
con la noche a cuestas, sin luceros,
vestido de rostros sombras y recuerdos.

(Del poemario Brotes (A escasos versos de
alcohol contra la tarde), e incluido en la Octava
edición de la antologíaNueva Poesia Hispanoamericana,
compilada por Leo Zelada y editada por Lord Byron
Ediciones, Lima, Marzo 2005)






OBITUARIO

Antonio Pérez Morte (Zuera, 1960-Sabiñánigo, 2013) era un poeta árbol. Un poeta desvelado a cualquier hora. Siempre estaba ahí, asomado al blog o al facebook, con las antenas puestas a la poesía, a la música, a la noche con sus voces y sus brillos, a la cultura en general. Solía escribir: "La cultura es mi refugio". Su auténtica vocación fue la literatura y su devoción, su campo de sueños, la lírica. Autodidacta, y amigo de algunos poetas del Niké como Manuel Pinillos, Luciano Gracia o Guillermo Gúdel, entre otros, inició su carrera con plaquettes y poemarios, y uno de ellos, 'Brotes' fue prologado por José Antonio Labordeta, a quien solía ver en sus visitas a Zaragoza o en las estancias del cantautor en los Pirineos. Labordeta siempre fue uno de sus maestros, una de sus referencias.

Desde hacía años, Antonio Pérez Morte residía en Sabiñánigo y allí se citaba con grandes amigos creadores: el escritor y antropólogo Severino Pallaruelo, el poeta Paco Grasa, el pintor Santiago Arranz. Él era un hombre de complicidades y de curiosidades: tenía una amplia red de relaciones con escritores de todo el país y debilidades constantes: Miguel Labordeta, Julio Antonio Gómez, en la lírica, pero también Ángel Guinda o dos de sus mejores amigos: Gabriel Sopeña y Ángel Petisme, que son músicos y poetas. Son escasos nombres para un lector de una incesante constelación de poetas. En realidad, es casi imposible saber a quién no seguía Pérez Morte: lo mismo hablaba de Ana María Drack o Julia León, dos de sus mitos de la canción de autor, que de María del Mar Bonet, Carmen París o de una de sus últimas pasiones musicales: Rafael Berrio, a quien acaba de publicar Eclipsados.

Antonio Pérez Morte vivía por y para la literatura. Pasión que compartía con su mujer Ana y sus hijos Pablo y Juan. Cultivaba su obra como se cultiva un jardín: con primor, con ansiedad, con el deseo que se proyecte hacia el mundo con espléndidos frutos. Publicaba aquí y allá, en Celya, en Origami, en antologías. Su lírica está llena de sensualidad, de ternura, de humanismo: es un poeta del paisaje, de la amistad, de la denuncia, del amor. Siempre estaba ahí dispuesto a ofrecer sus versos, a mandar por el viento su inspiración. Creía que la literatura era un remedio contra la soledad y las sombras de la noche. Creía que la literatura era un consuelo: cuando alguien se iba o enfermaba o pasaba por un mal trance, ahí surgía él con su cariño y con sus palabras iluminadas. Creía que la literatura era el lugar donde los sueños se tejen y se destejen con apetencia de belleza, de felicidad y quizá de trascendencia.

Antonio Pérez Morte era generoso y entusiasta y ha escrito mucho: libros como 'Escombros' o 'De puño y letra', y ha dejado muchas páginas, de glosa, de crítica, de exaltación de los otros, en periódicos y revistas: en HERALDO, en ‘El Periódico de Aragón’, en 'Rolde', 'Turia', 'Siete de Aragón', 'Qriterio', 'Trébede'... Si algo caracterizó a Pérez Morte, además de su magnífico blog –que es laberinto de vidas y de creaciones cruzadas-, fue su curiosidad, su búsqueda y su inagotable y enfermiza sensibilidad. Antonio fallecía este miércoles: ojalá encuentre solaz y la luz de las sílabas en su nueva expedición.

Antón Castro




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