KATALIN LADIK
Nació en Novi Sad, Provincia de Vojvodina, Serbia. Escribe indistintamente en húngaro y en serbio. Desde el año de 1992 reside y trabaja en Budapest. Multifacética, poeta de vanguardia, actríz de cine y de teatro, artista carismática de una gran vitalidad poética. Se ha destacado tanto en su labor como actriz de teatro y de cine como en sus creaciones literarias, sobresale en la llamada poesía visual y fonética, en la creación e interpretación experimental del sonido y ejecución poética acompañada del gesto y de la mímica en escena de pequeño arte teatral, obra que la ha hecho única en esta especie de monólogo y diálogo a la vez con el público que la acompaña.
Ha publicado varias colecciones de poesía:Balada sobre una bicicleta de plata [1969];En marcha el pequeño buldozer rojo, [1971]; La fábula de la máquina de coser de 7 cabezas [1978]; Ikarus en el Metro [1981]; Poesía erótica: La Esfinge [Nápoles, 1983]; La escoba promiscua[1984]; Noviasgo [Budapest, 1984]; Zona erógena [selección de poemas, 1987]; Expulsión [Budapest, 1988]
Su actividad literaria y artística se haya muy relacionada con los años 70 y la renovación de la vanguardia en el área yugoslava de aquella época, se caracterizó entonces por su concepción poética para con el estado anímico y corporal, la simbiósis del amor físico y la integración espiritual, cuerpo y alma es la expresión y la esencia de su escritura y actuación, fue el punto subversivo en relación con el gusto imperante, contra las normas establecidas, las convenciones y los tabúes... Erotismo, autoerotismo, bisexualidad, obsesión fue la tarea antagónica en relación con la distorsión y abominación de la cultura pequeño burguesa asentada en esos principios tan alejados a veces de los valores espirituales, de la sublimación del cuerpo. Ha sido ella una de las pocas escritoras que en esa época rompió el molde impuesto a las mujeres e irrumpió en el campamento poético masculino no renunciando al poder de su sexo. Su mundo poético es pues la libido hacia la afirmación y la liberación de su constreñimiento, la expresión del deseo y su satisfacción. Las formas simbólicas se expresan en su quehacer poético partiendo de las leyendas paganas hasta los estereotipos cristianos, del folklore al suprarrealismo y esquemas del dadaismo, todo siempre en función del develamiento, de redefinición y de reinterpretación dentro de si mismos. En
ese plano de superar los tabúes y la reafirmación animico corporal de Eros y la expresión de lo femenino en su imagen real el fenómeno poético de Katalin Ladik es permanente e irremplazable dentro de estas fronteras.
Radmila Lazic
en Las Gatas no Van al Cielo [Antología de Poetas Mujeres]
KATALIN LADIK
suelta en el aire
al azar la flecha
mata al ruiseñor
Paul Disnard
Cuando la palabra perdió el sonido que tienen las caracolas escondiendo el mar, fue el primer escalón que puso el hombre para umbral de su casa, luminaria sería el sentido propio de su haber literario. Hizo el ritmo sinalefa talvez con el eco del tambor vacío de la calabaza. Los opuestos son complementarios, innegable presencia del iris en el corazón de los poetas. Vojvodina es una provincia donde la ambivalencia de los idiomas, receptáculos de cultura e historias recíprocas, obliga a la parquedad, a la precisión descriptiva; el sincretismo determina la tolerancia y decirlo todo casi en síntesis con el menor uso de palabras indica de por sí madurez intelectual en el dominio de los símbolos, la concepción integra del universo en el dedal de la costurera. Dualismo, simbiósis fundamental que identifica a las gentes de esta región donde las etnias son un tapiz encantadoramente multifacético, cuya tradición y folclore siempre frescos no cesan de estimular en corrientes simultáneas el devenir cultural de los pueblos que han aprendido a convivir con sus santos y demonios, con todos sus errores y fantasmas.
Katalin Ladik quiso recuperar el impulso primario del hombre cuando inventó el primer instrumento musical, entonces comprendió que la voz tiene un ritmo intrinseco que alimenta la palabra que fue expresión onomatopéyica antes de alcanzar la médula de su realidad iconográfica.
De orígen húngaro su poesía prevee un jardín de gnomos y fábulas muy cerca del cielo, en la cima de un monte de incongruencias en donde la pasión de la carne y el religioso altruismo de los enamorados forja un paraiso más próximo a la mujer que ama y se entrega con ardor sublime opuesto al infierno del hombre cuya pasión enceguece, obnubila y mata hasta lo más sagrado de su quehacer humano. Vojvodina es una llanura fértil y luminosa, otrora el mar panónico. Ha incursionado Katalin con la tenaz insistencia del orfebre por los caminos de la música experimental y el sonido oculto y pagano de los cuerpos, así tambien ha llegado a la poesía más que visual fonética, fónica. Sus poemas preciosamente
medidos por el significado oculto de cada palabra convierten la imprecación erótico-sexual en el interno percutor de una luz que se desploma sonora e incierta como la entrega misma al amante olvidado entre los restos del heno bajo las muelas de los tractores y cartas de amor minuciosamente escritas sobre las espaldas de las okas salvajes dibujadas en el mantel de una mesa en un restaurante de chinos a orillas del Danubio.
Katalin es tanto como poeta una actriz del Teatro Húngaro de Novi Sad, lo que hace de ella un personaje carismático que vá de arriba hacia abajo y viceversa como un río ascendente y sinuoso para penetrar en la incógnita de la palabra. Un recital suyo en el Teatro Experimental 202 de Belgrado equivale a una personificación escénica de las olvidadas sacerdotisas del arte en aquellos templos donde los dioses y las mujeres se confundían en una sombra luminosa, ella es de por sí una aparición mítica que está más allá de los conjuros o de los exorcismos porque la belleza del rocío está en la flor que lo recibe, la palabra en el gesto que la traza en poesía, piedra incandescente en el pomo de la llama. Desafortunadamente el poema original en húngaro se pierde y se quiebra en la traducción que nos impide sentir esa vibración que proviene del golpecito sutil de una cucharilla en la pared externa del cristal. Nos quedan imágenes que deslizan la metáfora en aparentes sombras chinescas, lo esotérico y el amor convertidos en una hoguera que se consume con lentitud en una noche de invierno.
N. Sandoval-Vekarich
Belgrado, Junio de 1998
Los mundos que regresan!, como ellos
los afilados engranajes giran hacia
la no materia, semejando los minutos que caen
hasta morir fuera de mi.
[D. Tandorf]
Ahora, muy lejos de ti, en un transoceánico sobre tus campos de trigo,
convertidos los postes del telégrafo en negros mástiles,
lejos, a la vez, como un velamen victorioso
ya no estará aquí cuando yo llegue.
Es la agonía, la sed, voces de luto que provienen de lo más profundo
de todos los sueños.
Un susurro me inspira.
Ayer cayó aquí un Angel.
Ahora todos escriben diarios, múltiples historias.
Un cisne y la metralla se abrazan en la puerta.
El hombre y la máquina tienen el rostro color ceniza
y vacías las cavernas de sus ojos.
Lejos y muy lejos
y a la vez próximos a ti como el gorrión que golpea los cristales de la ventana. Empiezan a aullar dentro de mi propio ser los grandes y negros cilindros.
Dónde estás?
Esta aquí la más espantosa y sombría de las tinieblas.
No te quiero atemorizar con esta historia.
No esperes mi llegada.
EL TIEMPO DEL CAMALEON
Deja el pico tras la nieve cósmica que cae.
Una remezón violenta y perceptible
puede ser la causa de un mundo que nace.
Justamente, horripilante,
vuela a través de las ventanas
y no encontrara jamás el camino de regreso
dentro del frío resplandor de los huesos.
EL AZUL DE LA SERPIENTE PALIDO INUSITADO
Para Cavafy
El azul camino de la serpiente pone una capa pálida, inusitada,
y se escabulle bien lejos.
El habla de todo, en general más allá de las paredes
porque es cálida su lengua, ambas en griego y húngaro.
Comprende qué es lo que ha sido, el benévolo sonido de las glándulas,
se sorprende de la belleza virtual, empieza a resbalar hacia abajo,
no como una serpiente pero si como un actor que se pone una capa oscura
y huye muy lejos.
Pero en la funesta ebullición por encima de las escaleras
fue caluroso el hálito púrpura de la páprika húngara,
hebreos y griegos conocen muy bien el mundo de la libertad
y que vacío el sentido de los nombres heredados del imperio.
Pero el día fue cálido y lleno de poesía
y pálido el inusitado camino azul de la serpiente.
Entonces su alarido lo arrastra a las profundidades del abismo
diferente a la serpiente alada o al reloj del abuelo
que desea solamente la caída, volar y ser libre,
como si se colocara los plumones de un pájaro negro
sorprendido por la belleza de lo insondable,
encontrándose a si mismo entre la golpiza de los huevos pálidos
y los riscos de los arrecifes,
batiendo su propia cola.
[Traducción del serbio al español / Paul Disnard..
[De la Antología Las Gatas no van al Cielo]
PARA QUE LOS ARBOLES CREZCAN
Desaparecen después. Viajan cada vez más
hacia una realidad diferente.
Este jardín es una protesta desnuda.
Ningún rostro humano en ninguna parte.
Escribir poesía -terapia de trabajo
accesible a cualquiera que su propia cabeza
injerta en el tronco de un caballo.
Puedes desaparecer de este jardín para siempre,
siendo cada vez menos hazle el favor
a la generación futura:
puedes con tu poesía exitosamente
acabar con los ratones.
Ser estupendo allí donde la sola duda
significa el ego-trip de ser su propio enemigo
que no injerta en sí la manzana y el albaricoque.
Aquel que hace la historia:
una tarde te formó a imagen y semejanza.
Te vacunó en este jardín con su locura
y lo declararon por ello parque nacional
allí hasta la lombríz se considera en la oposición.
Se ha reservado su silla en la revolución.
Detrás de ti en este jardín
ya no gritan los albaricoques ni las manzanas.
DÉJAME NADA MÁS LOS AMANECERES
Señor! Ni en eso estoy segura si Te amo
tampoco si te son agradables mis deseos
[Santa Teresa de Avila:
El Camino de la Perfección]
Fisuras, Señor, a los ratones
se les caen los dientes, a los cirios de hielo
mis arrugas, con hierro candente,
mis pensamientos con un látigo fino,
pero los sueños, yo miserable ser,
cómo dominarlos?
Quién eres tú quien me muestra
mi pecaminoso deseo
en el muro florecido de podredumbes,
Tú quien al alba por misericordia lo penetras
me quieres talvez? talvez te quiero?
POR EL MURO BLANCO SOBRE LAS ALAS
DE LAS DIABLURAS
Empieza a verter lágrimas la noche
sobre los pezones jadeantes
en aceite hirviente
Se frita la aurora
Hay perfumes que no me atrevo a tocar.
Avispero en el cielo.
Muerde el sol.
Carroña de Jerónimo, vuela
por la blanca sabana del sueño
!entre mujeres enfermas de somnolencia!
Extralimitados pezones por el cielo, hueles a leche.
Madre, flotas tú acaso en la olla azul?
Me llamas a mí o a la que dejó de ser tu hija
que con su rostro vacío
ahuyenta dragones de su colchón?
Reventaron las moscas! Caña ensangrentada.
Vuela, marmita que escupes vapor,
flamígera corona de vellos,
hecha monstruo mi sombra!
SENTADA SOBRE UNA CEPA CASTAÑA
Entreabierta la boca, en la mano el espejo,
se acaricia sola. En la otra
un gusano bajo los saltos de tibios encajes.
Sabe ya que le falta a los nerviosos gorriones,
un nido de gorriones entre los muslos.
OCRE EL PISO
Piso sombrío -quién lo ha pintado?
Lo fregaba, lo pisoteaba
jadeante de palizas
Sombría puerta -quién llama?
Hay acaso un coño tibio y bueno para la venta?
Como no. Como no.
En el adredón, en el horno, en el cajón,
un coño rabioso que muerde.
EN EL CEREZAL: ANDROGINO
EN LA MECEDORA
Cariño mío! Amanecer en traje azul!
Entre las sillas frías.
Amante de manos secas, vistes mi traje.
Cerca de coníferas, ventana que aulla,
busco en el fondo del espejo
los dientes, mis perlas.
!Mar de cuero: respiras!
Amado mío! En nuestras bocas pulsa
un espumoso sello postal.
VEN CONMIGO A LA MITOLOGÍA
Ven conmigo a la mitología
que habla de mí, por eso es arriesgada.
Soy un ser andrógino: mentiroso, por lo tanto
sincero.
Exclusivamente sobre mí doy informaciones
y como esto interesa a todos
es de importancia general.
Soy fruto de la auto-tortura, es decir
del auto-amor.
Ven conmigo a la mitología,
se hecha a perder todo lo que hice hasta ahora,
no quiero ser un objeto de arte. Rompo las cadenas,
el creador ya sobre mí no tiene ningún poder.
No tengo ninguna posibilidad, por lo tanto
soy actual.
LADIK FERENTZ
Padre, de tí quisiera un hijo,
y llega la moza con un alce sonoro:
!delante suyo un día hermoso, detrás de ella
el mal tiempo!
Acaso reside aquí el dragón de fuego?
Quisiera con él tener un hijo.
Tijeras pendientes de la cintura. Fríjoles. Fríjoles!
Gansos salvajes de calzas rojas
se inclinan por la ventana:
Por Dios, Ferentz! que has hecho,
tres hachas en tus espaldas!
Introduce tu follado por la ventana entreabierta.
!Primavera! Gritaron los majuelos.
PARTIERON LOS PEQUEÑOS
BULDOZERS ROJOS
con gusto me besuquearía con alguien
le dije a un buldozer endrino,
con gusto le dije te amaría a tí,
volaron mis naranjas !ah, vida vacía!
me alegro solamente
mientras amamanto a mis pequeños
buldozers que gruñen.
AUTOBIOGRAFIA
ahora beberé la leche
recibiré ahora una paliza
hace frío, bailaré,
beberé bailaré amamantaré
entre mis muslos el cielo
Ahora ya moriré
Traducción: Rade Tatic
Versión: Paul Disnard
Belgrado, Noviembre de 2000
KATALIN LADIK
poéte, actrice, performeur est née en 1942 á Újvidék [Novi Sad]. Elle a publié une dizaine de livres, de disques, de CD. Elle est connue en Europe surtout pour ses perfomances et sa poésie sonore. Elle a vécu en Yougoslavie jusqá la fin des année quatre-vingt, puis sest établie á Budapest. Dans sa poésie, elle nhésite pas á emprunter des mots et des microstructures au folklore, des visions et des sitations au surréalisme et aborder des tabous tels que ceux de la famille, du role du pére, de la sexualité, qui sont toujours assez rigides en Europe centrale. Elle fut lauréate du Prix Kassák en 1991.
Collection du Refuge
Centre International de poésie Marseille
2, rue de la Charité - 13002 Marseille - 04.91.91.26.45
cip M/Spectres Familiers, 1999 Katalin Ladik POÉMES
KATALIN LADIK
Soroksári út. fzs.5 [Phone celular : 36 - 302 12 11 18]
36-1- 350 77 29
1095 Budapest - Hungary
e-mail:
ladik@kiralymusic.com
A gyík
A tátongó pupillát
gyéren fakókék mező koszorúzza.
Nedvességnek nincs nyoma. Már nincs.
Üres tekintet. Mintha nem bírná elviselni
többé a csukott szemmel látottakat.
A napfény korbácsütése életbe rántja:
hamun innen, parázson túl.
Tavaszi ló hullámzása *
A halál pillanata után, amikor még eleven árnyék
lassan suhant a réten, majd a kövecses mező fölött,
a halál ízétől még reszketve,
megállt, meglátta magát a tó tükrében:
~ meglehet, csak most, egyetlen egyszer
és soha meg nem ismétlődő alkalom ~,
mégsem kívánt újra megszületni,
nem akart a sötét szájból kizuhanni,
mely örök idők óta mosolyog.
A kígyó
Leengedte szárnyait, az almából kifutott a vér.
Kémlelte barátnője arcát, amely maga volt a pikkelyes ég
csodálkozó, bukott angyalokkal.
~ Ez minden? De ugye, nem igaz? ~ kérdezte bizakodó
hangmozdulattal, örökzöld farokkal fogai között.
~ Ez nem minden, de elég. Elég minden,
Belőled ég maradok, belőlem ég ami marad.
Szitakötő *
Belépem a fényt.
Fátyollétem emléktelen.
Ám a vízben lúdbőrző hold testet ró rám,
visszatérjek a nagy Ugrásból, ne porladjak szét
fényhomokká, legyenek emlékeim,
tudjak újra minden pillanatban borzongani.
Belépem hát az érzést;
tudjak minden pillanatban fényhomokká,
legyek magam magamtól borzongás,
ne lavórban ülő szárnyas asszony
ne emléktelen örökkévalóság.
Csiga *
Nézem a kőben: nincs.
Nézem a fában: nincs.
Lélegző dombok húsa alatt
a pirkadat fájós repedéseiből
elnő tőlem egy-egy szokás hűsége.
Ezüstben arcomon arcod.
Pikkelyeivel havazik.
Behavazott sötét zokogásom.
Béka
Ez a tél egy végzetes tévedés volt.
A buborék-lét túl lassan szakadt fel.
Átvészeli a tavaszt a jótékony feledésért
megrepedt tükörben,
az emléktelenek magzatvízében.
Mire kifakad a nyár, óriás tüdő,
a tudás hordozója lesz ő is.
Nem ezért a halálért jött
megszületni halála után.
Holló *
Jön a fekete kabát, ugatós. Ablak ül.
Az utolsó araszolólepke sememléke önmagáról.
Tükör a pusztulásról.
Miként a teremtés első hangja, a rezgő hang volt,
és minden létezőnek saját hangja, mantrája van,
úgy a sötétből való az, ki belőlem szól:
hol vagy lélegző ablakom, árnyékom gyógyulása,
üszkös erdő ül lelkemben örök hóesést.
Pók
Karjaiban felsóhajt a villanykörte.
Éjteli szemmel kirázza ölét.
Ez az éhség maga az élet:
az ablak önfeledt kitárulkozása,
a vert csipkefüggöny parázna,
kései életereje, a bútorok
kéjes életéhsége!
Hol vagyok?
A halál előtti
rémült térben.
Szívébe visszanő a csend.
Hattyú
Féknyom az időben.
Nádasba zuhan az ég.
A testből még egy sóhajt kiszorít,
a harmat befészkeli magát a szárnyak alá.
Kinyílt a téridő: fájdalomkút.
A madár az utolsó fényfullánkot magához veszi,
nyitott, csodálkozó szemekkel áldoz,
visszazsugorodik önnön megszületésébe.
Vonzerő, beszűkülő.
Miért pont én? Fénylövés.
Időszipóka
Már nem vagy székmeleg.
Eloldódott tőled a simogatás.
Leereszkedik ránk az ég.
Hideg karfáid közé szorítva
az én véridőmet szívod.
Idővitorla, pókliget *
Havazik az élet. Porhóvá zúz
érzésemléket, kirajzolja a téridő
rostjait, melyekből megalkotott engem,
miként én is őt.
Átzuhan rajtam,
örvénylő életlétra,
fehéren izzó csontjaim között.
Ami anyag voltam, fényfonállá lett,
éhező, felhasogatott életsötét.
Érzéstérkép fáj járataimon,
hol az üresség is én vagyok.
Áthullanak rajtam az álmok,
a vérjel, ragaszkodás, újjászületés.
Elszüremlik belőlem az idő,
összecsukódik árnyékom,
ám ijedtfeszesen, de megtart még
a körkörös,
engem figyelő gyönyörsötét.
Alkonyhüllő
Az ágy alatt csatorna szeme
kicsíráztatja a sokkarú lámpát
a padló réseiből
a megérintett erőket
hüllő-alakba rendezi
mozgó időtalajra épült vicsorgó alkonyattá.
Tollaskígyó *
Itt.
Árnyékot horgolok a fényből érkezőnek.
Ha eljutnék ~ száguldó üresség ~
test nélkül megélni magamat!
Szűkül az égbolt, beszippant fekete torka.
Visszahív-e engemet a Szikra,
árnyék-létemben lehessek azzá,
ami fénylényként lehettem volna:
sziklarajzon madár ~ téridőikra.
A bőr odaragad *
A mezőn nincs vad.
Fent: tűz, szépség.
Lent: égbolt, férfi.
A tűz odaragad a hajkoronához.
Felüvölt a vadállat naplementekor.
Nincs nő és nincs férfi: gyűlölet van.
Üres az égbolt.
Molypille *
Kiissza a titkot, ölébe lesújt a villám,
megpörkölődik a fénypolcok között.
Kiissza a bánatot, levendularuhában
lélegző csillagtérkép fölött.
Hártyaidők egymásba fúródnak.
Tágul a lyuk az alkonyatban.
Teknős *
Te lélegző fájdalomkút,
sebzett szeretet kapuja, szörnyeteg!
Nélküled az árapály ereje
ott fény, itt félelem.
A hullám szívó erejétől vagyok
feneketlen és emléktelen.
Voltál-e te is az alagútban,
ahol a sziklából fény fakad,
mintha az élők belsejében lenne,
mégis kívül van mindenen?
Te is elhalkulóban?
Vagyunk lélegző térben az Őshang.
Fájdalomkövület.
Tiszavirág
Sok ilyen fehér virágállat a lelkünkben.
Vízminták rügyeznek, emelkednek fel barna tükörből,
mintha a múlandóság csak isteni játék volna
ebben a folyóban, ahol senki senkinek nem idegen,
és mindenki szárnyalhat a part és a tajték fölé,
a szépség sűrű fésűerdejében
a gyönyör és halál szédült kerekei között ~
~oh karók, kifeszített lepedők!
Tűzmadár
Neki a levegő a kése,
kabátja vérzik a szélfúvásban,
fátyolarcú bútorok lebegnek
a megperzselt égbolt alján:
csillaggá izzik érte a csönd.
Csigaház
Minden űrt beszippantott,
többé semmi sem jöhet ki belőle.
Kéjvágya sziklába süllyedt,
ahová arca is alámerült.
Spirálisan átölelkezik,
így várja az álmodást.
Fényhúr pattan szempilláján.
Álmában téridő-tölcsérként
táncol örömtelenül,
önmagát örökké újra megszülő
hangmozdulat.
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