lunes, 6 de diciembre de 2010

2335.- CARLOS NÉJAR


Luis Carlos Verzoni Nejar , más conocido como Carlos Nejar ( Porto Alegre , 11 de enero de 1939) es un poeta , novelista , traductor y crítico literario de Brasil , miembro de la Academia Brasileña de Letras .
Uno de los poetas más importantes de su generación, Nejar, también llamado "el poeta de las pampas de Brasil", destaca por su riqueza de vocabulario y el uso de la aliteración, que hace que su poesía musical. Publicó su primer libro, Seles , en 1960 .
Poesias
Sélesis - Livraria do Globo, Porto Alegre, 1960.
Livro de Silbion - editora Difusão de Cultura, Porto Alegre, 1963.
Livro do tempo - editora Champagnat, Porto Alegre, 1965.
O campeador e o vento - editora Sulina, Porto Alegre, 1966.
Danações - José Álvaro Editor, Rio de Janeiro, em 1969.
Ordenações , editora Globo em convênio com o Instituto Nacional do Livro (INL). Prêmio Jorge de Lima, Porto Alegre, 1971.
Canga (Jesualdo Monte), editora Civilização Brasileira, Rio de Janeiro, em 1971.
Casa dos arreios - editora Globo, em convênio com o INL, Porto Alegre, 1973.
O poço do calabouço, coleção "Círculo de Poesia ", Livraria Moraes Editores, Lisboa, 1974. Prêmio Fernando Chinaglia, para a melhor obra publicada no ano de 1974, pela União Brasileira de Escritores, Rio.
O poço do calabouço, editora Salamandra, Rio de Janeiro, 1977.
De sélesis a danações, editora Quíron, em convênio com o INL, 1975.
Somos poucos, editora Crítica, Rio de Janeiro, em 1976.
Árvore do mundo, editora Nova Aguilar e convênio com o INL, 1977, Prêmio Luíza Cláudio de Souza, do Pen Clube do Brasil, como melhor obra publicada naquele ano.
O chapéu das estações, editora Nova Fronteira, Rio de Janeiro, 1978;
Três livros: O poço do calabouço, Árvore do mundo e Chapéu das estações, num só volume - Círculo do Livro, São Paulo, 1979.
Os viventes, editora Nova Fronteira, Rio de Janeiro, 1979.
Um país o coração, editora Nova Fronteira, Rio de Janeiro, 1980.
Obra poética (I) - (Sélesis, Livro de Silbion, Livro do Tempo, O Campeador e o Vento, Danações, Ordenações, Canga, Casa dos Arreios, Somos Poucos e o inédito, A Ferocidade das Coisas), editora Nova Fronteira , Rio de Janeiro, 1980. Prêmio Érico Veríssimo, Câmara Municipal de Porto Alegre, 1981.
Livro de Gazéis, Moraes Editores, "Coleção Canto Universal", Lisboa, Portugal, 1983; Editora Record, Rio de Janeiro, 1984.
Os melhores poemas de Carlos Nejar, editora Global, São Paulo, 1984.
A genealogia da palavra (Antologia Pessoal), editora Iluminuras, São Paulo, 1989.
Minha voz se chama Carlos (Antologia), Unidade Editorial, Prefeitura Municipal de Porto Alegre, 1994;
Amar, a mais alta constelação, Livraria José Olympio Editora, Rio de Janeiro, 1991, Troféu Francisco Igreja, da União Brasileira de Escritores, Rio.
Meus estimados vivos (com ilustrações de Jorge Solé), Editora Nemar, Vitória, ES, em 1991.
Elza dos pássaros, ou a ordem dos planetas, editora Nejarim-Paiol da Aurora, Guarapari, ES, 1993.
Canga (Jesualdo Monte), edição bilíngüe (espanhol e português), tradução ao espanhol de Luis Oviedo, editora Nejarim-Paiol da Aurora, Guarapari, ES, 1993.
Simón Vento Bolívar, bilíngüe (português e espanhol), tradução ao espanhol de Luis Oviedo, editora Age, Porto Alegre, RS, 1993.
Arca da Aliança,( personagens bíblicos), editora Nejarim - Paiol da Aurora, Guarapari, ES, 1995.
Os dias pelos dias (Canga, Árvore do mundo e O Poço do calabouço), Editora Topbooks, Rio de Janeiro, 1997.
Sonetos do paiol, ao sul da aurora , LP&M Editores, Porto Alegre, RS, 1997.
Rapsódia
A idade da aurora (Rapsódia), editora Massao-Ohno, São Paulo, comemorando os 30 anos de poesia do autor, 1990.
Personae-poemas
Poemas dramáticos (Fausto, As parcas, Joana das Vozes, Miguel Pampa e Ulisses), editora Record, Rio, 1983.
Vozes do Brasil (Auto de Romaria), Livraria José Olympio Editores, Rio de Janeiro, 1984.
O pai das coisas, L&PM Editores, Porto Alegre, RS, 1985.
Fausto, edição. bilíngüe (português e alemão). Tradução ao alemão de Kurt Sharf, editora Tchê, Porto Alegre, 1987.
Miguel Pampa, editoras Nemar e Massao-Ohno, Vitória e São Paulo, em 1991.
Teatro em versos (reunião num volume, com prefácio de Antônio Hohlfeldt), de Miguel Pampa, Fausto, Joana das Vozes, As parcas, Ulisses, Fogo branco (Vozes do Brasil), O pai das coisas e o inédito Auto do juízo final ou Deus não é uma andorinha, edição da Funarte, do Rio de Janeiro, 1998.
Prosopoemas
Memórias do porão, livraria José Olympio editora, Rio de Janeiro , 1985.
Aquém da infância, editora Nejarim - Paiol da Aurora (comemorando os 35 anos de poesia), Guararapi, ES, 1995.
Infanto-juvenis
Jericó soletrava o Sol & As coisas pombas, editora Globo, Rio de Janeiro, 1986.
O menino-rio, 2a edição, editora Mercado Aberto, Porto Alegre, RS, 1985.
Era um vento muito branco, editora Globo, Rio de Janeiro, 1987. Prêmio Monteiro Lobato, da Associação Brasileira de Crítica Literária, Rio, 1988.
A formiga metafísica, editora Globo, Rio de Janeiro, 1988.
Zão, editora Melhoramentos, São Paulo, 1988. Prêmio como o melhor livro infanto-juvenil da Associação Paulista de Críticos de Arte, 1989.
Grande vento (com ilustrações de Cristiano Chagas), em forma de quadrinhos, Edições Consultor, Rio de Janeiro, 1997.
Romances (transficção)
Um certo Jaques Netan, Coleção Aché dos "Imortais da Literatura", S. Paulo, 1991, Editora Record, Rio de Janeiro.
O túnel perfeito, editora Relume-Dumará e UFES, Rio de Janeiro, 1994.
Carta aos loucos, editora Record, Rio de Janeiro, 1998.
Ensaio
O fogo é uma chama úmida (Reflexões sobre a poesia contemporânea), "Coleção Afrânio Peixoto", edição da Academia Brasileira de Letras, Rio de Janeiro, 1995.
História da Literatura Brasileira, Relume Dumará, Rio de Janeiro, 2007.


Selección, traducción y notas:
José Carlos De Nóbrega


Disciplina

Ordenar la muerte,
poner los objetos
de la sobrevivencia,
donde el amor es sólido,
estante ardiente.

Ordenar la muerte,
agitándola, cohesionada,
contra el sur, el norte
y otros contornos,
agitándola, agitándola
y que nada quede
de su rudo golpe,
salvo referencias.

Ordenar la muerte
y aceptarla, nesga,
la nesga, zanja,
descuidada tela,
lluvia que no tarda.

Ordenar la muerte,
desanimarla,
comprimir las tetas
de su oscuridad.

Corza bajo la flecha,
sí, desanimarla,
que ella se agote en nosotros,
asimismo cuando crezca.

Ordenar la muerte.









Límite

Mis muertos, estamos apegados
a la misma herencia.
Pero lo que nos separa
es que se esté adelante.

No les alcanzo
y esta distancia
es la que me hace cautivo.

Hay una cubierta apenas
a ser partida.
Muertos míos,
hay una cubierta apenas
y anchos los sueños.








Del detal y sus balances

Cerrado por inventario
comprando y vendiendo
al detal de estar viviendo,
comercio del tiempo,
peso mis ambiciones
en la balanza de la muerte
y soy tan extraño a mí mismo
que parezco otro.

Cerrado para el balance
de todas las cobardías
y los actos heroicos —tan pocos—
dispongo las actitudes
y las líneas de fuego
sin armisticio.
Me dispongo en esto
porque el equilibrio
es una camisa de fuerza
en mi cuerpo
y no tengo dónde poner
las ropas de la ambición
a no ser en la maleta vieja
del ático de la infancia.

Cerrado para el balance
del vivir u olvidar.
Cerrado.
Y aún me juzgo eterno,
hijo de otros padres.

Desaparezco y me creo eterno
porque la tierra no me consume;
mi materia es pétrea,
el tiempo no me inmuta,
mi materia es pétrea
como las cosas no nacidas.

Desaparezco y me rehago.
Y eternamente transmuto lo mutable,
manteniéndome esencia, azeña, árbol.
Y por descreer en mí
estoy acreditando, acreditando
en el abismo.

Exterior, como la fachada de un edificio
nazco y muero, al mismo tiempo,
vaso comunicante del todo,
nazco y muero
en la piel y nervios.

El eterno es esto:
cerrado por inventario.








Purificación

Hemos de exprimir las emociones,
junto a las camisas y pañuelos,
secando todo esto,
para poderlos usar
con provecho.

Hemos de exprimir las emociones
febriles y elevadas
en la hierba o la piedra del vivir,
en el huerto,
lavando estos pedazos
del bien y del mal,
amontonándolas
en la piedra de secada, a lo profundo.

Tal vez el sol.
Antes que esto suceda,
que las pasiones se sequen
y el miedo y los presentimientos
venidos, a menudo,
en el tejido que fuimos y somos,
las Parcas entrarán
en el invierno
y esperaremos,
a depender del tiempo,
del barro, de los elementos,
a depender de hilos, atavíos,
cielo, infierno,
a depender de la suerte
que nos recoge
en balde.

¡El alma! Que el hierro de planchar
el alisado de los errores
¡y ella se limpie, al menos!

Que el hierro alise
sus énfasis, tropiezos.
Y trae las imágenes
en las emociones más bellas,
en las que fueran pisadas.
¡Olvídalas!

El hierro de planchar
en el mundo inaprehendido.
Después,
coser botones caídos
o quién sabe,
coser los símbolos
y la jubilación del día.

¡Que el alma, al menos,
sea saya sin pliegues!








Vida eterna

Esperanza en la vida eterna.
Muevo los libros, respetuoso,
como en palestra,
el ancestral cautivo
de piratas o descendido
hasta la bodega del todo,
por los símbolos.

Los muevo, vigías
de un mundo sobreviviente
del diluvio, del fuego
del juicio final,
con la cabeza rota
de investiduras y concilios,
agitándose aún,
en el tribunal de presagios
o en la cámara de los lores.

Esperanza en la vida eterna.
Y cuando nada más hubiere en la esperanza
como una casa de alquiler vacía;
cuando nada más hubiere en la vida,
taberna sin huéspedes,
tendremos que forjar alguna planta
o ave o meras palabras,
aunque las palabras fenezcan
como las aves y las plantas.

Necesitamos forjar
la conciencia de la espera,
la conciencia de estar en alguna parte
asimismo que no exista, o en alguna casa,
asimismo que en la calle.

Esperanza en la vida eterna.
Muevo mi conciencia
en este tiempo de ventas,
muevo en los libros,
en las lápidas sin escritura,
porque es necesario mover
la máquina atascada,
es necesario mover la vida,
con nuestras dudas,
hacerla tambalear
con las sordas patadas.
Moverla, sí, de cualquier manera
pero moverla
como se quiebran las piedras.

Esperanza en la vida eterna.
Tengo libros por leer,
ríos por cruzar,
procesos por grabar
tu muerte como una fuente,
la lanza al costado izquierdo,
el vinagre,
el entierro en el sepulcro del miedo.
El despertar más temprano
que la aurora: ¡vida eterna!

Sólo puedo esperar, esperar,
noche que no cae.
Los bueyes de la vida eterna
pastan la modorra de los siglos.

Vida eterna,
vida eterna,
me muevo en ti.
Me muevo en tus hijos
como una locomotora
sobre los rieles.

http://www.letralia.com/transletralia/brasil/03.htm

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