domingo, 21 de noviembre de 2010

JOSÉ ANTONIO MAZZOTTI [2.004]


José Antonio Mazzotti

(Lima, Perú 1961) obtuvo en 1980 el primer puesto en los Juegos Florales Universitarios “Túpac Amaru” de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde era estudiante de literatura. El premio incluía un viaje a Cuba y la publicación del trabajo ganador, que apareció en 1981 con el título de Poemas no recogidos en libro. Es miembro de la llamada “Generación Poética del 80”, junto con poetas como Eduardo Chirinos, Raúl Mendizábal, Roger Santiváñez, Domingo de Ramos y Rosella di Paolo. Fue compañero de ruta de movimiento Kloaka (1982-1984). Además de Poemas no recogidos en libro, ha publicado los poemarios Fierro curvo (órbita poética), Castillo de popa (libro finalista en el Premio Casa de las Américas de La Habana en 1988), El libro de las auroras boreales (1995), Señora de la noche (México, 1998), El Zorro y la Luna. Antología Poética 1981-1999 (Lima, 1999) y Sakra Boccata (México, 2006; Lima, 2007), y aparecido en numerosas antologías peruanas y extranjeras. En 1988 partió a Estados Unidos para seguir una Maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Pittsburgh. Después continuó estudios en la Universidad de Princeton, de la que se doctora en 1993, para especializarse en el campo de la literatura colonial, aunque no deja de desarrollar investigaciones paralelas sobre poesía latinoamericana contemporánea. Ha sido profesor en las universidades de Temple, Amherst, MIT, Sevilla y Harvard, donde organizó el Primer Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero en abril de 1999 –al que seguiría el Segundo Congreso en Sevilla, España (2004); en Nagoya, Japón (2005); y en Santiago de Chile (2007)–, además de otros importantes eventos relacionados con la difusión de las literaturas y las culturas andinas. Mantiene la Presidencia de la Asociación Internacional de Peruanistas desde 1996. Entre sus obras críticas se cuentan Coros mestizos del Inca Garcilaso: resonancias andinas (Lima, 1996), Poéticas del flujo: migración y violencia verbales en el Perú de los 80 (Lima, 2002), las ediciones y coediciones Asedios a la heterogeneidad cultural: Libro de homenaje a Antonio Cornejo Polar (Filadelfia, 1996), Agencias criollas: la ambigüedad "colonial" en las letras hispanoamericanas (Pittsburgh, 2000), Edición e interpretación de textos andinos (Madrid, 2000), “Discurso en loor de la poesía”: Estudio y edición de Antonio Cornejo Polar (Berkeley, 2000) y The Other Latinos: Central and South Americans in the United States (Cambridge, 2007), Las flores del Mal (Lima, 2009) y Declinaciones latinas (Houston y México, DF, 2015). En 2013 apareció una versión bilingüe de Sakra Boccata con traducciones de Clayton Eshleman en Ugly Ducling Press, Nueva York. Ha sido incluido en numerosas antologías peruanas y extranjeras, como la Antología general de la poesía peruana: de Vallejo a nuestros días (Lima), La mitad del cuerpo sonríe (México), La letra en que nació la pena (Lima), Caudal de piedra (México), Fuego abierto (Chile), Cuerpo plural (España), Hommage poétique à César Vallejo (Francia), etc. 

Actualmente es miembro de la Instancia Suprema del Movimiento Kloaka y catedrático de literatura latinoamericana en el Departamento de Lenguas Románicas en la Universidad de Tufts, en Boston.


SAKRA BOCCATA


A los amantes de la
lengua
casta-i-llana



La Luna, de puro nueva, se arroja sobre el Sol.
Miren su cabellera incendiando el firmamento.
Su piel curtida y blanca como la noche.

Una espalda cubre una barba.
Un chorro de alga se mezcla con la lengua.
Han descendido al fondo de los mares sobre un primer piso.

En la ciudad los guardianes pasean centinelas de su sueño.
Un secreto de a dos
un milagro
De los libres, esos astros que se cruzan en las autopistas
y por un instante apenas
Se miran lo que duran los cometas.

Te soñé todas las noches por más de 300 años,
contaba las sortijas del rosario hasta quedar dormido
Y ensartaba su Círculo Perfecto con la aguja de tu órbita.

Aries se deja arrastrar por la fuerza del Sol
A los mayores arrecifes de la costa:

Y las olas martillean Tu Nombre, chorreando por la espuma el néctar duraznero de tu Sakra Herida,
La alegría de las catacumbas, la resurrección de los muertos
Y la Vida Eterna.



3

Tu Koncha es el lugar exquisito más dentro de la guerra
Allí hay que llegar con la destreza del piloto herido
Manejar los laberintos como la palma de su mano
Seguir cada curva como el mapa de un tesoro
Con sus paredes y sus puertas
Gritando Ron Rojo Ron Rojo / Nunca Destrucción
Desgarramiento de cuerpos sólo existe el que desbroza
Tus vellos recortados ante el espejo feliz
Ojo inmenso de la cerradura del delirio que te observa
Mira el rosado de su pliegue
Como el labio que cubre el horizonte
Al levantar la niebla

Tu Koncha es el espacio vacío al centro de la Cruz del Sur
Santifica la ciudad con su rayo
Todos sus pecados se transforman en guirnaldas
Rodeando a la Virgen de Chapi con su manto negro
El olor del incienso trae brisa de espuma
Levita sobre los huesos
Besa la Vara del Señor y el oro se desliza de su frente
Ojos más verdes que el fondo de la selva
Purifica el orín de todas las paredes
Ventila el dedo la boca inferior
Repta la lengua por la acequia perfumada

Tu Koncha es ese músculo esponjoso que late
Y no deja de latir


4

Vusco volver Vallejo vibra yo también pero saliendo
de un laberinto de hielo
Vusco tu rosca hosca y colorada tus pantuflas invisibles el reflejo de un árbol
sobre el lago
En ellos se concentra tu perfil de Lemnia de lunática marea de control
Andrónico los navegantes de ese lago no reconocerán sus estrellas así dicen
Tiemblan como el niño que se acerca a su primer acto de amor
Se llamaba Yola y él tenía quince años las olas arañaban los cirros el Círculo Negro dio
Su vuelta primera y el muchacho se lanzó a la Resurrección
De la Carne porque Santo es el Nombre del Señor
Que habita entre tus Rocas Cianeas has vuelto de la Nada como un sueño recordado
Tras siglos de silencio Santo es el Nombre
Del Señor porque cura las heridas alivia a los enfermos nos bendice
Con su carne en dos ríos concéntricos boca
Del claro día que conjuga
Bajo los dobles arcos de su sangre, por donde
Hay que pasar tan de puntillas

Vusco Vusco Vusco Vusco
Tu rosca hosca y colorada tus pantuflas invisibles el reflejo de un árbol
Sobre el lago


6

Eu canto assim
como que eu choro

Bandeira

Choro todas las noches cuando las fogatas aúllan y no pasan las aves por encima
Choro porque este chanto es más dulce que la melodía de los cardenales
A la hora del Sancto
Sanctorum las delicias de las yemas
Se derriten en la boca
La música repta
Con la fuerza de los caparazones
Choro limpio y prolongado se abre a escondidas
Su aroma de sándalo su dulce
De limonada
Asienta las espaldas sobre el nácar
Permite contemplar la perfección de sus líneas
Pequeña criatura engendro de mamífero
En la ínfima prisa de los siglos
Choro celeste y blanco como el aire sobre el Polo
Su reino de hielo desgajado viaja por el océano
Se mezcla con los glaciares
Desata su lluvia densa cuando el Sol lo toca
Choro que moja las dunas y desembarca
A declarar la Independencia
Choro perdido en una noche de domingo
Sin Padre sobre el mundo
Choro como un niño abandonado a la hora de los diablos
Choro que nutres hasta la última papila


7

Estás triste LoKilla me dices porque el Reino se levanta
Los bárbaros se mueven por la costa norte
Al sur los senadores exigen privilegios
Y cuestionan en el Foro la Majestad de tu frente
Olvidan los tontos que Tú reinas por la misma libertad
Que les diste de existir y de moverse por la urbe
De soñar con praderas y con lagos que sus pies jamás pisaron
De tocar con sus ojos las estrellas que les marcan el camino
Y ahora te quieren presa
Y a su servicio
Y arrancan de tus alas esas plumas que les sirven
Para inflamar infundios

Oh LoKilla Reina mía Reina
De todos los bienaventurados
Y de los pobres que aceptamos tus palabras
Como el pan bendito
Estaremos a tu lado hasta la Muerte
Tu Imperio es nuestra Salvación
De Ti sube la columna que sostiene las constelaciones
Y en ellas leemos nuestros versos
Que alaban la gloria de tu poderío
La belleza que excede todo ojo y toda lengua
La dulcísima caverna donde el mundo nace
Y donde toda pena se consuela
Con tu sabor de vino


14

Si los muertos felices se transforman en estrellas
Y el cúmulo del tiempo es torre que los toca ahí vamos llegando
Qué son dos andróginos corriendo perseguidos por el bosque
Sin Sol que ilumine la caída de la noche
Sino sólo el sinnúmero de pasos para rencontrarse
Ahora despliegan un código secreto los caninos
Asedian y es prudente camuflarse en el follaje
Dejando que pasen las hordas por encima de sus cabezas
Hiriendo las cavernas con su Dedo de Fuego
Los muertos se levantan los pajaritos
Abrelatas escinden las paredes
Guiando al molúsculo sabroso con torsión de tiro
Como si la vida se hubieran esperado
Morirán como todos algún día
Del cual no les queda ni el recuerdo
Ahora que iluminan desde el cielo
Otro sendero de plata
Por los pinos


23

Con el grosor de la gota que se aplaza desde el techo
Con el aliento súbito del joven enamorado
que ya no tiene nada que perder
Con ganas de subir las escaleras
Yo musitaba Su Nombre en la sombra
Le hacía espacio entre las hojas en el suelo
Formando barro, costras, avenidas
Que luego tenderían sus amarras sobre el puerto

Hasta aquí sólo las olas se bastaban para calmar
las noches infinitas su aliento de ciruela su recuerdo
De líquidos viscosos emergiendo en el rocío de las flores:
Así sus aguas jugosas pegamentos de cera
en las iglesias que nunca recorrieron los amantes
Y la condena eterna del deseo simulado como si nada pasara como si no fuera suficiente
La tristeza del mundo

Esos jugos impregnan el tiempo como el aire en el vacío
Las oficinas sacudidas por la ausencia de empleados los rojizos
Subterráneos al fondo de la plaza todos y cada uno de los cuadros que no llegó a pisar
Como una promesa sin eco en la que sólo el marinero herido vive
Por la fonda perdida

Y con el mismo dolor en que he crecido
Con el mismo silencio en que Le escribo



26

Han llovido gotas de silencio sobre el asfalto cansado
Una muesca se dibuja sobre ese cielo negro
Como el mar que se calma por encima y no duele
Las súbitas cuerdas que descienden le clavan
Agujas de palabras de tiempos antiguos
Mar de fondo
Fosa perfumada
Sobre tu falsa cabeza se deslizan
Borrones y mareas diminutas
Suelas gastadas y uñas curvas
Todas ellas no borran la oscuridad viviente
Los siglos que rodaron como cántaros
Y el centro de la tierra entre dos piernas
Súbitamente alegres Como un animal marino
Baboso de tinta


27

Luna Mama Killa amamanta estos versos con solicitud
Quieren pensar que por ellos vivirías pero Tú trasciendes
Esas fronteras minúsculas del tiempo
Y brillas Low
Killa como un solo Ojo gigantesco
Que alivia los senderos y previene los rasguños acaricia
El ensueño de tu Kolgar
Luna Mama Killa brilla Nueva por todo lo alto cayendo sobre la Tierra
Arremete contra los arrecifes esparce tu espuma por las calles
Arde sobre los buques luminosos

Asalta la ciudad
En Tu Nombre

http://www.letras.s5.com/jam260706.htm




APU KALYPSO de JOSÉ ANTONIO MAZZOTTI

Apu Kalypso, el brillante título de este libro, es una combinación de la deidad andina y la seductora ninfa de la mitología griega, que juntas connotan el Apocalipsis. De por sí, ya es una muestra de la profundidad intelectual y el vuelo poético de su autor. Este es el momento de erigir monumentos y organizar archivos sobre el mundo tal como lo conocemos, antes de que la frágil memoria humana borre siglos de tradición tejida alrededor de una naturaleza recurrente y perdurable. El libro de José Antonio Mazzotti es tal monumento. Nos hace amar nuevamente el mundo, lo cual es, finalmente, el efecto y el propósito de todo verdadero arte. Doris Sommer (Harvard University)


Amazonas

Padre poderoso que te esfumas en el horizonte
Santificado sea tu fondo franela donde las conchas
Se funden con las ramas cimbreantes y las ramas
Un sueño milenario aletean en el desvientre de luz
El sabor de la sábila y el oro esperma del paiche
La iguana marrana / el cóndor delfín / la anguila mona
Y el loto de alfombras que dibuja el chullachaqui
Cubres lagos desde tu loma lechosa desde tus
Sabanas sabrosas de savia soberbia de subidas
Y bajadas restallando en el alcázar de tu sombra
Padre sembrado de arena derretida flotando sideral
Enfermo repentino incrustado de termómetros
Tus ninfas pústulas de arsón y fungen pécora
Tus algas ostentan las puntas quebradas tus pirañas
Se muerden entre ellas danzando en la niebla sidérea
Padre que estás en las ovas con la audacia de quien
Invade la planicie mamífera con océanos barrosos
Acidándose de úrea y de sueños de lavandería
De blancuras por venir que no olfatean su caña de mayo
Y miras con misericordia lo que hemos hecho de ti
Un seguro sin techo un dios inmortal y solamente eres
El animal bóveda de los espíritus de todas las matas
Y todas las copaibas y las nectandras y los zancudos
Que beben de tu cuello carnoso el hidrógeno sangre
La taruca tapiresca / el tortugo perezoso / la boa lagartija
Y el tahuarí amarillo que los amaranta y charapea
Padre Yacuruna estarás con tu lagarto negro por los
Abismos de las cochas plateadas en la luna de tu madre
Corteza de tornillo cocinando la poción santificada que
Llevará tu grito ayaymama raspante por las quebradas
Sentado como el simpira auscultarás los movimientos
De los intrusos antorchas que suturan tus poros estarás
Atento a la hoja inerte alada de los rombos cristalinos de
La caoba inmaculada y la cumala imberbe y la manchinga
Acurrucada en el pino chuncho y el cachimbo con sangre
De grado investirás de honor como pantera esos cráneos
Removerás con tus garras la hojarasca acecharás
Esos monos desnudos extraviados de su sendero
Y esos monos vestidos que traerán la fiebre ceniza
Padre Sachamama te desgajas y abandonas tu piel
Que bordan las enanas cabezonas definitivamente
Ordenadas herederas del universo en ellas te deslizas
Silencioso por las hojas del cedro y te recoges
En el vientre de una roca raída al acecho escondiendo
Tus sables insaciables paladines de tu vientre infinito
Padre Yanapuma brujo perverso entre los más malignos
Tu silueta de jaguarnoche se confunde con los gallinazos
Para comer carne humana a cualquier costa la más dulce
De todas las delicias que la selva ofrece porque su aroma
De animal limpio es más agradable a las entrañas rojizas
Que asoman por tus ojos braseros por tu amargura de dios
Momentáneo de dios todopoderoso lo que un rayo azota
Padre Mapinguari perezoso gigante deambulas a veces
Tumbando los arbustos más altos desgarrando pieles
Cubiertas de esmeraldas bailas bajo las tormentas
Cazando cocodrilos en las bolainas y en las orquídeas
Saltando con los colibríes y los urcututos
Trompeando con los trepatroncos y las guacamayas
Tu monte de gigante es temido andante de los maqui
Sapas colas de mano arácnidos con tetas y cara
De gárgola asustada de los ocelotes gruñidos y lentos
De los relámpagos que paren tu sombra abiertos
De piernas ante tu portento de portaestandarte 
Padre Chicua que revelas las infidelidades felices
Las de los animales que sólo caen ante la gravedad
Del amor sin condiciones ni futuro sólo presente
Puro insondable como tu bolsa de boa traga aldabas
En tus serenas curvas se solaza el universo erige
Su bastón de mando para besarte en cada abismo
En cada noche bajo los troncos guarecidos y la lluvia
Lamiendo con furia su entrada al Paraíso rezando
Ave María Bendita Tú eres entre todos los placeres
Dispénsanos de rodillas te lo pedimos humildes
En tu leche palpitante y mullida nos fundimos en
El primer encuentro en el mar de la célula con cola
Y el recinto secreto de la esencia de la Eternidad
Padre Yurupary que cruzas el caudal silente
Subiste al cielo en misión oficial y así te pagaron
Tomando la batuta los que antes te temían
Decidieron ordenar la casa hacerse cargo de todo
Y tus hijos olvidados como los sajinos deambulan
Por las cortezas de las moenas y los motelos rumiando
Las estrellas reclamando tu regreso / el Sakro Cosmos
Restablecido por los siglos de los siglos loado tu Nombre
Padre Tanrilla frágil garza de patitas de flauta de licor
Tu música levanta obeliscos humedece las nubes plácidas
Que encuentran en su ritmo de posishon el goce eterno
Por el que vive y muere y se desdice en gemidos el coro
Que canta cada noche:

“Ayaymama, Huischuhuarca: Nuestra madre ha muerto
Y nos abandonaron”.







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