miércoles, 11 de agosto de 2010

LUZMARÍA JIMÉNEZ FARO [402]



Luz María Jiménez Faro

Luzmaría Jiménez Faro.   Madrid (19 de mayo de 1937 - 12 de marzo de 2015). Fue editora, poeta, ensayista y antóloga española.

Luzmaría Jiménez Faro Estudia bachillerato en un colegio de religiosas, y posteriormente se dedica a ampliar sus estudios hasta conseguir una extensa formación literaria. Casada con el escritor Antonio Porpetta. En 1982 funda Ediciones Torremozas, editorial especializada en literatura escrita por mujeres. Gloria Fuertes la designó su Heredera Universal. Creó la Fundación Gloria Fuertes, de la que fue presidenta. Fue designada albacea por la escritora Carmen Conde y es miembro del Patronato de la Fundación Carmen Conde y Antonio Oliver, de Cartagena. Visitó gran número de países, participando en congresos españoles y extranjeros y dando charlas y conferencias, siempre con temas relacionados con la literatura escrita por mujeres. Ha recibido diversas distinciones, todas relacionadas con su labor por la literatura femenina. Corresponsal para España de la revista Alba de América, del Instituto Literario y Cultural Hispano (California, EE. UU.) y de la revista SER en la Cultura de Buenos Aires (Argentina).

Su labor editorial, como su obra, han sido objeto de numerosos estudios y publicaciones, y sus trabajos sobre las poetisas españolas han contado con el apoyo del Ministerio de Cultura de España.

Obra

Poesía

Por un cálido sendero (Madrid, 1978)
Cuarto de estar (Alicante, 1980)
Sé que vivo (Madrid, 1984)
Letanía doméstica para mujeres enamoradas. Prólogo de Carmen Conde (Madrid, 1986)
Bolero (Madrid, 1993)
Lugar de la memoria (Málaga, 1996)
Amados ángeles (Madrid, 2 ediciones, 1997)
Amati angeli. Traducción de Emilio Coco (Foggia, Italia, 1999)
Beloved angels. Traducción de Roberta Gordenstein (Madrid/Nueva York, 2004).
Mujer sin alcuza (Madrid, 2005)
Corimbo (Madrid, 2011).

Relato

Queridos muertos (Madrid 2008).

Antologías y ensayos

Carolina Coronado: apunte biográfico y antología, en colaboración con Antonio Porpetta (Madrid, 1983)
Panorama antológico de poetisas españolas (siglos XV al XX) (Madrid, 1987)
Ernestina de Champourcin, antología poética (Madrid, 1988), Premio Euskadi de literatura en castellano 1989
Breviario del deseo, poesía erótica escrita por mujeres (Madrid, 1989)
Delmira Agustini, manantial de la brasa (Madrid, 1990)
…Y vamos haciendo camino, volumen conmemorativo del número 100 de la colección Torremozas (Madrid, 1993)
Mujeres y café. Edición patrocinada por la Compañía de Cafés de Colombia (Madrid, 1995)
Poetisas españolas. Antología general, tomo I hasta 1900 (Madrid, 1996)
Poetisas españolas. Antología general, tomo II: de 1901 a 1939 (Madrid, 1996)
Poetisas españolas. Antología general, tomo III: De 1940 a 1975 (Madrid, 1998)
Gertrudis Gómez de Avellaneda, la dolorida pasión (Madrid, 1999)
Poetisas españolas. Antología general, tomo IV: De 1976 a 2001 (Madrid, 2003)
Breviario de los sentidos. Poesía erótica escrita por mujeres (Madrid, 2003)
Concepción de Estevarena: Últimas flores (Madrid, 2005)
Tres reinas poetas: María Estuardo, María Josefa Amalia de Sajonia y Elisabeth de Austria-Hungría (Madrid, 2009)
Volver: seis poetisas rescatadas: María Monvel, Chile (1901-1936); Margarita Abella Caprile, Argentina (1901-1960); Salomé Ureña, Rep. Dominicana (1850-1897); Fidela Matheu, Puerto Rico (1852-1927); Luisa Luisi, Uruguay (1883-1940). (Madrid, 2012)
Poetisas suicidas y otras muertes extrañas (Madrid, 2014)
Ha colaborado en el Diccionario Biográfico Español, de la Real Academia de la Historia, con la biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda, Tomo XXIII, págs. 334-337, Madrid 2011.




"Amados ángeles" 1997


El ángel de la muerte

Usted y yo tenemos una cita.
Se que jamás se retrasó en la hora.
Tal vez pueda darme algo ti tiempo
para mirar mi vida.
¿Podré volver la vista hasta mi patio?
Allí la madreselva era alegría
su aroma resbalaba por los sueños
de mi sangre crecida.
Será muy puntual. Siempre lo ha sido.
Usted perdonará si me entretengo
y acaricio mis libros con ternura.
Comprenda usted ¡son tantas horas juntos!
que así, partir, tan fríamente,
no me parece bien. Se quedan solos...
Quiero que sepa que sé que ha de venir
para llevarme con usted
y créame si digo que estoy lista.
He tratado de aprovecha mi tiempo:
Amar, Vivir. Vivir y amar.
No puede imaginarse el equipaje
Que llevo en la memoria...
Usted ¡que culpa tiene!
Sólo es usted el ángel de la muerte
Y usted y yo tenemos una cita.

De "Amados ángeles" 1997



Ángeles barrocos

Bajo la nervaduras y los arcos
ángeles puros en racimos ebrios
con sus risas de lirios nos deslumbran.
Sobre su piel la pátina del tiempo
difumina los ópalos dormidos
prolongando los oros en su hondura.
En las columnas dóricas se apoyan,
roban sus alas las policromías
para fraguar azahares en el aire.
Con encajes de luz hieren las sombras
y del perfume de los incensarios
tejen guirnaldas de rosas de humo.
Se desmayan los bucles en las frentes
mientras, locos, estallan su alegría
contra la frigidez austera de los mármoles.

De "Amados ángeles" 1997



Un ángel pasa

Rosas con las en el aire mudas..
Latido sin latido de la sangre.
Relámpago de pura luz sin trueno.
Música que, sin notas, acompaña.
La voz amada sin rumos alguno.
Hay un silencio pleno de alegría...
Y es que ha pasado un ángel.

De "Amados ángeles" 1997




Ángeles sin alas

Hay pensamientos locos que habitan la memoria,
y ausente de memoria un viejo tiempo loco.
Hay amores que vuelven a la memoria rotos,
y un tiempo de memoria tenaz y duradero.
Lo inmediato se pierde, se archiva en la memoria.
Tras la memoria vive aquello que se olvida,
y malgastan algunos sus memorias de humo,
y hay usura en memorias que las hacen de oro.
Nombres en la memoria quedan desdibujados,
y un solo nombre puede cubrir una memoria.
Fugaz, como una rosa, la memoria sucumbe,
y es sólo la memoria lo que nos sobrevive.
Imágenes lumínicas se encienden, se agigantan
sobre la fértil gleba de un predio de memorias.
Y en la memoria crece un campo de exterminio
por cada humano error, por cada desengaño.
Memoria en la palabra es el verso que escribo.
Y escribo sobre el agua que inunda la memoria
en este río-vida que nos lleva al olvido.
Tras las memorias muertas hay ángeles sin alas
que jamás lograrán su asunción a los cielos.



De "Amados ángeles" 1997







"Sé que vivo" 1984


Yo soy la amada, amante, soy la amada:
voy andando las horas que separan
mi cuerpo de tu cuerpo
y restañando las frágiles heridas
de huellas que volaron con tu nombre.

Yo soy la amada, amante, soy la amada:
la que brotó salvaje entre tu trigo
y lo tiñó de púrpura,
la que sin darse cuenta
iluminó de pronto tu paisaje,
la que acudió a tu llanto
y en su aljibe
atesoró tus lágrimas.

Yo soy la amada, amante, soy la amada:
la que en silencio mira.
La que te espera.

La que teje sus sueños con tu vida.

De "Sé que vivo" 1984




Derribado el crepúsculo se alza...

Derribado el crepúsculo se alza
el hueco de tu frente en el ensueño
por el ámbito oscuro de la alcoba.
Tu perfil transfundido se dibuja
en la pared de cal, y dulcemente
en su blancor se unen nuestras sombras.
No hay derrota en el gesto: soplo somos
compañeros de viaje hacia un poema
fugitivos anclados en un verso.

De "Sé que vivo" 1984




Echa a volar, gaviota de mi puerto...

Echa a volar, gaviota de mi puerto,
por las rotas arterias de mis olas,
y en las blancas estelas de mis pechos
dibújame tu sombra en la distancia.
Allí, donde parece que se estrellan
mi inquieta espuma y tu batir de alas,
allí será el encuentro todo fuego,
allí.
bajo la sombra de la luna helada.
Echa a volar, gaviota de mi puerto,
sin mirar hacia atrás: ve a tu bandada
y derrama mi sangre por el viento.

De "Sé que vivo" 1984




 "Mujer sin alcuza" 2005

En un salón de La Habana

Hay mujeres que empapadas en ron
hacen memoria de las cosas perdidas.
La lumbre de sus cuerpos,
el tibio don donde la fruta canta
y se desborda el júbilo,
es un manjar del trópico
para bocas de ortiga.
Mujeres dulces de trago desmedido.
Mujeres de voz clara y de resaca.
Color mulato de música habitado
y caderas ciñéndose al sonido.
Vosotras,
puro habano: humo que exhala
la Caridad del Cobre
os entregáis a Yemayá Olokun
para que nunca os falte
el pan de cada día.
Vosotras,
luz del Caribe, flor de la guayaba,
jineteras de luna sin pecado.
Aquí dejo memoria de vosotras.

De "Mujer sin alcuza" 2005




La memoria es sólo un espejismo

Granos de arena. Travesía del polvo.
Piélago rendido a la distancia.
Vaharada de tiempo que sofoca
la ráfaga encendida.
Fiebre sedienta y ávida.
La memoria es sólo un espejismo.
No remuevas la arena.

De "Mujer sin alcuza" 2005




Mujer sin alcuza

Esta mujer no avanza por la acera
de esta ciudad.
Esta mujer va por un campo yerto.
(Dámaso Alonso)


La mujer deja la alcuza sobre su soledad.
Observa
la ciudad nocturna con sus negras pupilas
donde habitan, furiosos, sólo pájaros ciegos.
Mira las luces de neón, su colorido
de acompasado parpadeo y respira
el turbio aroma de las calles flageladas de lluvia.
La mujer ha doblado su chal. De pie, junto al espejo
se coloca su nuevo vestuario de colores. Con sus manos
espectrales pone flores y plumas en su triste cabeza
carcomida de horas. Lentamente, en su rito, completa
su disfraz con guantes y zapatos de Dra. Queen.
No oye, no habla, no se ríe.
Desprende un viento frío de orfandades
y un hálito de flores derrotadas.
Esta mujer, viajera de lo inmóvil,
Jamás descansa en estación alguna.
Puede tardar, más llega a su destino,
a su espacio de tránsito, puntual y sedienta.
La mujer prepara su maleta:
para este nuevo viaje nada puede olvidar.
Como joyas maléficas va guardando cuidadosamente,
la coca, el éxtasis, el sida, la heroína.
Un nuevo álbum de fotos y una lista.
Esta mujer de paso leve y actitud sombría
irá hacia la noche
y entre una multitud ebria de luces y de sombras,
ebria de música, cumplirá cual verdugo su destino.

De "Mujer sin alcuza" 2005







"Bolero" 1993

Para contar cualquier historia vieja...

Hoy mi playa se viste de amargura
Porque tu barca tiene que partir
A buscar otros mares de locura...

Para contar cualquier historia vieja. Para que el tiempo
reconozca que sangre, o grito, o verso es vida. Para decir
tu nombre y no caer en un proyecto de monotonía. Para
que las flores de Baudelaire encuentren esa capacidad de
asombro y abrir al hombre a una memoria compartida.
Para que las palabras que evitan desangrarse pierdan esa
solemnidad de pompas de jabón. Para que este dolor de
piedra y ala que se alza desde el pecho hasta la luna encuentre
la cicatriz precisa. Para que este miedo con percusión oscura
de campanas se seque al sol. Para que esto y aquello no se nos
vuelva añicos, debemos usar algo la locura.
Detesto a las abejas desde niña porque jamás poseerán
Los mares.

De "Bolero" 1993







Cita con mis poetas

Oblicuamente noche llegas
a sacudir la fiebre que recorre
el azulado horóscopo que anudo.
Abro las manos torpe
y cuento mis diez dedos
que como diez cuchillos afilados
apuñalan lo oscuro.
Y yo,
y tú,
nosotros y vosotros,
los que amamos la voz y la palabra
al margen del insomnio,
descifraremos el ajedrez de espejos
para después, a plena luz, reconocernos.

Inédito en libro





Luzmaría Jiménez Faro, editora y poeta

El fallecimiento, el 12 de marzo de 2015, de la editora y poeta Luzmaría Jiménez Faro deja un penoso hueco en la literatura y en sus familiares y amigos, para quienes fue una mujer bondadosa que derrochaba afecto y buen hacer.

Como poeta nos regaló interesantes libros, versos repletos de emoción. Como indagadora firmó Panorama antológico de poetisas españolas (Siglos XV a XX) (1987), o los cuatro tomos de Poetisas españolas, (1995-2002), imprescindibles para conocer un apartado de la literatura en el que pocos autores se detienen.

En 1982 decide convertirse en mujer de empresa y son los libros, que tanto amaba, el objeto de su dedicación: crea Ediciones Torremozas, donde han aparecido cientos y cientos de títulos dedicados preferentemente a las mujeres y por ellas escritos. Seguramente con escasas ayudas pero con mucho apoyo afectivo de críticos, amigos y escritores, en sus colecciones vieron sus primeros versos o relatos autoras de todas las edades, actuales o desaparecidas. Ha sido notoria su labor de recuperación de autoras espléndidas a las que su posteridad no hizo justicia. Poetisas suicidas y víctimas de una muerte trágica ha sido uno de sus últimos libros. Su recuerdo tal vez nos haga ser mejores.— Manuel Quiroga Clérigo.

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