viernes, 29 de julio de 2011

4348.- EVA CABO


Escritora española (Lugo, Galicia, 1977). Es cuentacuentos y titiritera. Inició estudios de filología hispánica. Ha obtenido premios en concursos locales de cuentos y poesía. Textos suyos han aparecido en publicaciones electrónicas como 03 sin R, Ariadna, El Viejo Faro, Poesía Salvaje y Los Noveles.




Ciudad

me suelto el pelo
bailo a rienda suelta
y sólo soy un híbrido de mi mejor yo

miro y me duele
me dueles desde cada esquina perfecta
de tu boca entre paréntesis

la vida que tú quieres
no soy yo —cómo hacerte entender
que a veces soy una ciudad escrita en azul
de luces apagadas y puentes gastados
atropellada cada noche por el mismo nombre—








Visión

desnudarme desde ti
darte el cristal y la ventana
darte la espalda y las manos
desde la desnudez y el miedo,
un saludo
(desde la lágrima pez
que me corrompe a su antojo)









Radiografía

exageradamente cansada de mí evoco pájaros y plumas
un cambio de piel sería el paso previo a la luz
al mar con la verdad a oscuras
y tú
el hilo conductor de la saliva









Necesidad

desarraigarse de una misma
bucear contra corriente
girar hasta perder el sentido
ahogar la sangre privándola de oxígeno
y volar hasta dejar los ojos clavados en la tierra
para extrañarme desde arriba
para buscarme desde

abajo




http://www.letralia.com/123/letras08.htm





ahora

ahora:
soy desierto

no reconozco ni un solo grano de esta arena,
pongo mi refugio en un oasis que humildemente me prestó su nombre

*

en mi trozo de memoria más lejano
dejé una nota para ti
-sé que nos conocemos de hace tiempo-

ciertas palabras que uso ahora
son diminutas invocaciones de energía tipo alud

si persisto recobraré un punto de equilibrio
para viajar tranquilamente en la deriva


hoy soy





reseña

desde la dura realidad de plástico
las cosas y su juego
la risa no tiene cultura, fronteras,


poesía:

vasija de vidrio
sin mis ojos


yo hice de ti un recurso infalible
para volar en círculos





agítese
antes de usar:
agítese

(esto en realidad,
es un mensaje subliminal
para que usted se enfade,
usted que lleva un pájaro
de ópalo en la frente
podrá volar siempre que quiera,
volar y dejarse caer
como las brujas de los sueños
que no cantan ellas si no les cantan,


antes de hacerlo,
no obstante,
antes de hacerlo
alguien le dirá
"piénseselo"


y usted
marcado desde niño
por la banda sonora
de una película yugoslava
tendrá que pensar seriamente
en qué lado del paraíso vive)





lobos y caperucitas

en la visión frontal de tu sonrisa
hay un diente que se lleva todo el protagonismo

sin quererlo

es como la señorita presentadora de telediario
a la que todo el mundo mira por la calle porque se le ven las piernas

"pero las piernas son más largas que los dientes"
le dijo el lobo a caperucita

"o no"
le contestó ella

mordiéndolo (pronúnciese despacio y nótense
las letras acariciando el cuello)

mordiéndolo
con una conciencia feroz
de que el cuento no siempre es como lo cuentan





la espiral, que me domina

1.

ardió la ciudad
con todos esos huracanes
que poblaron la noche de cansancio
y amapolas, de fuegos artificiales
que vibraron cuando aplaudí
rompiendo con silencio mi bombilla

¿alguien entiende lo que quiero decir
sin necesidad de explicar la imagen?

porque la imagen es un actor secundario
que llega tarde,
una canción de la que solo sabes el estribillo,
es el final del verano cuando quieres que siempre
sea principio,
es la primera cereza que explota en tu boca,
el trago de cerveza que te dice que ya no quiere
beber más de ti,
es la calma de la ciudad que no se olvida nunca de quién eres,
de la historia dolorosa de las piedras que no pueden volar
y sin embargo
sueñan
que hay una ciudad que se eleva
por la cima de las nubes
que piensa con pies y raíces,

no saben, la dos,
que siempre hay alguien que se queda
a pesar de ellas,

que siempre hay alguien que vuela
a pesar de ellas,

y que siempre,
y digo siempre,

volvemos,

yo vuelvo
porque aquí la espiral es un azote en el ojo que mira
relámpago de las mareas de un océano
que nos desborda el corazón afásico
que no encuentra la palabra justa para nombrarse



2.

me clavaron un cuchillo de postre
-es más dulce el dolor-
a la altura en el pecho,
a la altura del corazón
eucalipto salvaje que se queda con todo

si te fijas,
cuando el viento sopla feroz
desde un ángulo de este cuaderno
el lagrimal es un desierto sorprendido
por tanta soledad que te convoca
que te invoca desde la invencible
palma de los pies que todo soportan
y nada se quejan

así es
que el mundo
es un inaudito caracol
que pasea su lentitud
en las arrugas del tiempo

3.

descalza,
sigo siendo una bombilla
que no tiene más remedio que asentir
y comenzar a brillar despacio y despeinada
mientras suena una mísera canción
con toda la tristeza que tenemos
desde que en el patio de la escuela
aprendimos a jugar con espirales

¿cómo pasar de largo
si los calcetines bajos dejan
que la hierba hierva
en el cuenco de la rodilla
y diga cosas que aún
no estamos preparados
para oír?

que alguien me diga
por qué aún soy un tranvía
cuando te acercas a mí
por las calles de una ciudad
que desconozco,
por qué hay palabras que me seducen
como los gigantes de los cuentos

te lo agradezco,
pero todavía
a estas alturas
no sé quién soy
y tal vez por eso
pueda ser cualquiera
que se haya cruzado contigo
cuando aún no habías aprendido
a pronunciar mi nombre,
a decirlo bajito para que se deslizara
como un copo de nieve hacia el suelo,

en ese instante en que cae,
pasan inquietas las luces de limón y piña:

pirámides
para llegar a la luna



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