jueves, 26 de agosto de 2010

672.- ELIZABETH ALEXANDER


Elizabeth Alexander nació en Harlem, Nueva York, en 1962, y es profesora de Yale. Es autora de cuatro libros de poesía. Su última colección América Sublime fue uno de los tres libros finalistas para el premio Pulitzer.



Cántico para el día / Praise song for the day

(Este poema fue leído por Elisabeth Alexander
en la toma de posesión de Barack Obama
Presidente n º 44 de Los Estados Unidos de
Norteamérica, enero 20, 2009. Y se convirtió
en el poema más leído de todas las épocas)


Todos los días los afanes nos cautivan,
pasamos de largo a los otros, mirándolos
o sin mirarlos, a punto de hablarles o hablando.
Alrededor todo es ruido. Alrededor, todo es
ruido y abrojos, espinas y estrépito,
todos los ancestros en nuestras lenguas.
Alguien cose un dobladillo, remienda
un uniforme roto, parcha una llanta,
restaurando aquello que precisa reparación.
Alguien busca la música en alguna lado,
con cucharas de palo sobre un barril metálico,
con violoncelo, altoparlante, armónica, voz.
Una mujer espera el autobús con su hijo.
Un labrador examina el voluble firmamento.
Un maestro dice: saquen los lápices. Comiencen.
Encontramos a los otros en las palabras, palabras
mordaces o afectuosas, susurradas o declamadas,
palabras que se evalúan, y se revalúan.
Recorremos vías polvorientas y autopistas
que indicanla determinación de algunos,
y la de otros que dicen
necesito ver qué hay al otro lado.
Sé que después en el camino hay algo mejor.
Nos urge hallar un lugar donde nos sintamos
a salvo.
Entramos en aquello que aún no podemos ver.
Que se diga con franqueza: muchos murieron
por este día.
Cantemos los nombres de los muertos
que nos trajeron aquí,
que colocaron los rieles del tren,
levantaron los puentes,
recolectaron el algodón y la lechuga,
construyeron palmo a palmo los edificios
relucientes que luego mantendrían limpios,
allí dentro trabajaron.
Alabanzas para el esfuerzo, cántico para el día.
alabanzas para todos los carteles hechos a mano,
para las conjeturas en las mesas de la cocina.
Algunos viven de acuerdo con ama a tu prójimo
como a tí mismo,
otros anteponen no hacer daño,
o no quedarse con más
de lo necesario. ¿Qué tal que amor fuera
la palabra más poderosa?
Amor que supere lo conyugal, lo filial, lo nacional,
amor que irradie una oleada de claridades,
amor que no se prevenga contra el sufrimiento.
En el nítido brillo del día, en este cielo de invierno,
cualquier cosa se puede lograr,
iniciar cualquier oración.
En el umbral, sobre el reborde, en la cúspide,
cántico para avanzar dentro de dicha claridad.

(Traducción: Armando Ibarra Racines)





SABIDURÍA

No es que antes no supiéramos nada.
Después de todo las chicas de color necesitan
saber muchas cosas para sobrevivir. No sólo
era capaz de coser botones y dobladillos, podía
hacer un vestido y calzones sin patrón.
Era capaz de ordeñar vacas, batir la mantequilla,
dar de comer a los pollos,
limpiarles el gallinero, desnucarlos, desplumarlos
y cocinarlos.
Corté leña, hice fuego y puse agua a hervir
para lavar la ropa y las sábanas
y después las escurrí hasta secarlas.
Y sabía leer la Biblia. De noche,
junto al fuego, mi familia, cansada
del trabajo infinito y del frío de Nueva Inglaterra,
cerraba los ojos. El Cantar de los Cantares
era mi favorito.
Lo que más les gustaba era cuando leía:
“Al principio”.






NEONATOLOGÍA (Fragmento)

…Dar a luz es como el jazz, desde el silencio algo,
y después todo. Barcos largos, elegantes,
resplandor de sangre que hierve,
mercancía humana,
una cometa hecha a mano.

Post-parto.
Ya no famosa, mujer embarazada, esperando.
Ha sucedido; estás aquí,
cada sorbo que drenas un paso más lejos
de flotante y alterado a rizado y exuberante.
Ahora tú eres el sonrosado, la estrella de cine.
Ha sucedido. Estás aquí,

y cantas, lloriqueas, chillas, espías,
tragas la luz y la devuelves en burbujas
brillas, contienes multitudes, reluces. Eres

el nuevo, la estrella de cine,
y el nacimiento es como el jazz,
desde el silencio y la sangre, el silencio
y luego todo,

jazz.


Traducción de JULIA PIERA y CATHERINE O’LEARY.





Arte poética #100

Creo que la poesía, le digo a mis estudiantes,
es idiosincrática.
La poesía es el lugar donde estamos,
(aunque Sterling Brown dijo
que ‘todo ‘yo’ es un ‘yo’ dramático”),
es buscar entre las almejas
el caracol que se cierra,
vaciar la proverbial chequera.
La poesía es lo que encuentras
en el polvo acumulado en un rincón,
es lo que escuchas en el bus,
Dios en los detalles, la única manera
de ir de aquí hacia allá.
La poesía (y ahora mi voz se hace más alta)
no es solamente amor, amor, amor,
y lo siento mucho si se le murió el perro.
La poesía (aquí grito con todas mis fuerzas)
es la voz humana,
¿Y es que acaso no nos interesamos
mutuamente?





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