sábado, 19 de marzo de 2011

3549.- FERNANDO SENANTE


FERNANDO SENANTE MASCAREÑO (Santa Cruz de Tenerife, 1959), es abogado urbanista y poeta.
Coordinó la sección literaria Borrador del periódico Diario de Avisos, de Tenerife, desde que la creó en 1980 hasta su última aparición en 1993. En el mismo rotativo fue columnista de opinión (1985-1986 y 1990-1991), miembro del consejo de redacción de la separata Planas de Cultura (1991- 1992) y redactor del suplemento semanal de cultura y ocio Toma nota (1992-1993).
Además ha colaborado con artículos, cuentos y poemas en diversas revistas culturales y publicaciones colectivas. Formó con Rubén Díaz y Carlos Pinto Grote el grupo Poemus, que desde 1990 ofrece recitales de poesía y música en diferentes lugares de Canarias.
Como abogado especialista en urbanismo, ha proyectado y dirigido diversas actividades relacionando la literatura y la vida urbana, entre ellas El Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife: conformación, vida y desarrollo (octubre-diciembre de 1994), el ciclo de encuentros Ciudad y Literatura (sostenibles), organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo durante los meses de octubre y noviembre de 2006 en la capital tinerfeña y más recientemente el Seminario: "Poética del Paisaje", de la II Bienal de Canarias, Arquitectura, Arte y Paisaje, durante los días 14, 15 y 16 de abril de 2009, en el TEA (Tenerife Espacio de las Artes).
Ha publicado los libros de poemas Con un nudo en la garganta (Madrid, 1980), Cuando la isla se me volvió mujer (Tenerife, 1983), Cuatricromía (Madrid, 1989), ABeCedario (Tenerife, 1999; 2002) , Nosotros (Tenerife-Madrid, 2002), siendo su última obra editada Gastos emocionales (Gran Canaria, 2009).




LA CIUDAD Y LOS LUNES

La ciudad tiene días, como todos.
Los lunes siente desazón, se aflige
por el tedio inicial de la semana
y el batallar profundo con el sueño.

Cada lunes propicia frustraciones
y en los lunes se extinguen utopías.
Con ellos se confirma lo imposible:
ignorar la insistencia de las horas
marcadas a traición por las agujas
de la infidelidad de los relojes,
y tan sólo atender a los susurros
de ese tiempo biológico y sincero
que lleva cada uno en su interior.

Así que la ciudad,
humana y solidaria,
se deprime los lunes
como un hombre cualquiera.

Del libro Nosotros (1989-2000) , colección
La Caja Literaria, CajaCanarias/La Página Ediciones,
Tenerife-Madrid, 2002







PASO DE AMOR Y PEATONES

El semáforo en rojo la detuvo
y ella puso su prisa en punto muerto,
amazona en la grupa de su nueva montura.

Al ver que caminaba el hombre verde,
él lentamente comenzó sus pasos,
peatón solitario perdido entre la gente.

Supo intuir que ella lo miraba
sonriendo tras el casco blanco.
Ella sintió deseos de tentarlo
y tentó a la razón acelerando
un movimiento inútil de su mano
sobre el cilindro de la rienda suelta.
El ruido del motor fue una llamada
de seducción en medio de la calle.
Él se paró. Mirándola de frente
imaginó qué boca besaría.
Los ojos coincidieron. Al instante
ya hablaban de fugarse como amantes,
de abandonar la escena en plena calle,
de huir de la ciudad a la carrera
montados al galope de la tarde.
Todo a su alrededor les era ajeno
mientras permanecían en la espera
de responder a la pasión de un gesto
que el otro aventurara. No contaron
con la contrariedad de sus colores
cuando el tiempo se puso intermitente
por esa impertinencia tan urbana
de cambiar el sentido de las luces.
A él le acobardó la cobardía
inmóvil y encarnada de aquel hombre
que esperaba sumiso en la otra acera.
Ella no concibió que el disco verde
se encendiera esa vez sin desearlo.
Las pitas estridentes de los coches,
ignorantes y tercas, sin respeto,
impusieron la vida con su grito.
Y no hubo más remedio que aceptarla.

Él siguió su camino cabizbajo,
odiando de reojo al hombre rojo.
Ella puso en su Honda la primera
y arrancó
rompiendo a trozos el destino roto.

Presentir el amor jamás detiene el tráfico.

(Cuando él supuso una sonrisa oculta,
ella en verdad le estaba sonriendo
dentro del casco blanco).

Del libro Nosotros (1989-2000) , colección
La Caja Literaria, CajaCanarias/La Página Ediciones,
Tenerife-Madrid, 2002







RIEGO NOCTURNO

Cuando el camión de riego
dobla por fin la esquina,
deja un olor a soledad en la acera.
Y al cesar tanta lluvia
furtivamente intensa y repentina,
el agua chorreada en el pretil
forma un río que arrastra los silencios
hacia la alcantarilla.

Allí la ciudad vierte
los sueños olvidados de ese día.

[inédito]

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