sábado, 20 de noviembre de 2010

1998.- EDUARDO ANGUITA

Eduardo Anguita Cuéllar (Nació en Yerbas Buenas, Linares 14 de noviembre de 1914 - Murió en Santiago de Chile 12 de agosto de 1992) poeta, Premio Nacional de Literatura en 1988.

A los tres años llega a San Bernardo, con sus padres, hermanos y abuela materna. Posteriormente ingresa al Liceo de San Bernardo donde permanece hasta segundo año de humanidades para después integrarse al Colegio de los Padres Agustinos de Santiago. A los 16 años comienza sus estudios de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, sin embargo, en tercer año, decide abandonar estos estudios para dedicarse por completo a la escritura.
Desde ese momento colaboró en numerosas revistas y diarios como Ercilla, Plan, revista Atenea, La Nación, El Mercurio (donde se destacó por sus columnas en la sección Artes y Letras), entre otros. Además trabajó en la empresa Zig-Zag, como redactor creativo en distintas agencias publicitarias y en las radioemisoras Agricultura y Radio Minería.
Su primer poemario Tránsito al fin fue publicado en 1934 y traducido el inglés en 1942. Anguita, considerado en poeta de la Generación del 38, comienza su obra en un período en Chile en que los diferentes movimientos estéticos, principalmente de vanguardias como el surrealismo y el creacionismo, se desarrollaban ampliamente. A esto se liga su amistad con Vicente Huidobro.
Estuvo casado con Alicia Tejeda y tuvo tres hijas, Ximena, Cecilia y Pilar.
Junto con Volodia Teitelboim publica, en el año 1935, Antología de Poesía Chilena Nueva, recopilación bastante polémica por la exclusión de determinados poetas. Esta antología incluyó a Vicente Huidobro, Rosamel del Valle, Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Humberto Díaz Casanueva, Omar Cáceres, Ángel Cruchaga Santamaría, Juvencio Valle y a ambos antologadores.
En 1944 la editorial norteamericana New Directions lo seleccionó, junto con su amigo Pablo Neruda, para su antología anual de poesía latinoamericana contemporánea.
Durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (1955) fue designado agregado cultural en México. Desde donde publica "Palabras al oído de México" en 1960. También se destaca su entrevista a Alfonso Reyes Ochoa y su oficio de cronista bajo el seudónimo de Osvaldo Guzmán Muñoz.
Fue conocido por pertenecer a la Generación del 38 y por trabar una fuerte amistad con otros representantes de la poesía chilena, como Pablo Neruda, Volodia Teitelboim y Vicente Huidobro.
Por último trabajó en la Editorial Universitaria como asesor del departamento de publicaciones. Cargo que abandonó poco antes de morir el 12 de agosto de 1992, completamente alejado de la literatura.

Se ha considerado a Anguita como un poeta metafísico por la naturaleza de los temas que trata y por la reflexión filosófica que hace con relación a ellos en su poesía. Estos temas son principalmente: la belleza, la muerte, la temporalidad del hombre y la memoria.
También hay espacio dentro de su producción para el tema religioso, ya que el poeta estuvo abiertamente relacionado con el catolicismo. Pero es un catolicismo no ortodoxo y de variadas influencias, como la concepción pagana de una realidad animada, la anulación del “yo” propia del budismo y de poetas profanos relacionados con la valoración del cuerpo y el erotismo. Es por esto último que podemos ver, en algunos de sus poemas, una relación erótica con la divinidad a la manera de los poetas místicos.
Para resumir temáticamente su obra, se ha hablado de una poesía metafísica y erótica, ligada siempre a un carácter religioso.
Movimientos estéticos
Durante su vida como escritor formó dos movimientos. El primero, llamado David, donde lo que se proponía hacer era una poesía que convirtiera a la palabra en acción y producir así una conducta a partir ella, lo que se ha denominado como una especie de poesía práctica. Este movimiento fracasó por culpa de terceros. El segundo fue el Decoracionismo, donde lo que trata de hace es darle un valor auditivo, musical a las palabras. Esto es que la palabra carezca de significado y sea puro sonido.
No hay que olvidar su vinculación al grupo Mandrágora, ligado al surrealismo.

Aspectos formales
Se lo caracteriza por un afán renovador tanto en el lenguaje como en relación a las imágenes que podemos ver en su poesía. Sin embargo, Anguita no olvida las tradiciones (Edad Media, Renacimiento, Barroco). Ya que también llevó a cabo cuidadas elaboraciones al modo de los poetas españoles del Siglo de Oro (S. XVIII), como Góngora y Quevedo; aplicando también la cuaderna vía (Gonzalo de Berceo) en su “Mester de clerecía en memoria de Vicente Huidobro”. De la misma manera hace uso de la forma clásica del soneto en sus “Sonetos del extranjero”.
Con relación a las imágenes, se puede decir que éstas son de carácter más bien hermético, completamente divorciadas de la realidad cotidiana. Funcionan más enunciativamente que significativamente, es decir aludiendo a una sutil belleza evocadora y no tanto a temas elaborados reflexivamente.

Su concepción de la poesía
Hay que partir de la idea de que Anguita se inscribe dentro de una poesía totalmente desvinculada de la mímesis, es una poesía intelectual.
En el prólogo de la antología que hace junto a Teitelboim, los ambos exponen su idea o concepto de la función de la poesía. Así esta sería un reclamo del ser, que pide ser representado dentro del cosmos y nunca se podría considerar como un mero entretenimiento del espíritu.
Ahora más directamente, Anguita ha dicho que para él la poesía es la visión primera que se tiene de algo y debería expresar siempre ese instante de primera vez.
De la misma manera que establece una diferencia radical entre el lenguaje de la poesía y el de uso cotidiano. El que usamos comúnmente estaría desarrollado en el estado de vigilia de la conciencia, mientras que el poético se produciría por el choque entre la conciencia y el subconsciente.
Obras
1934: Tránsito al fin (poesía).
1935: Antología de la Poesía Chilena Nueva (antología junto con Volodia Teitelboim).
1948: Últimos poemas (poesía).
1945: Antología de Vicente Huidobro (antología).
1950: Inseguridad del hombre (relatos).
1951: Anguita, cinco poemas (poesía).
1960: Palabras al oído de México (prosa y poesía).
1962: El poliedro y el mar (poesía).
1963: Rimbaud pecador (ensayo).
1967: Venus en el pudridero (poesía).
1970: Poesía Entera (antología).
1980: Se publica nuevamente, corregido, Venus en el pudridero.
1988: La belleza del pensar (crónicas).




Venus en el Pudridero

(fragmento)

Os contaré, amantes, qué hacéis cuando estáis juntos;
lo que yo hice y sentí
en aquel huerto de espigas corporales.
El gallo a mitad del día, erguido para el amor,
y la luna que espera al ave de fuego,
mojada, abierta y silenciosa.

La tomé por la mirada, rebanando con mi vista su entrecejo,
y desde ahí, humedecí con su vista mis manos y con
mi vista su cuerpo,
hasta que su cabeza derramóse en mi hombro.
Su cabeza era una blanda caverna donde se escondía el torrente,
el que me llevaría hacia abajo, a las zarzas de sigiloso esplendor.
Palpé sus sienes, oyendo latir la piedra,
la piedra azulada por la respiración y el anhélito.
Ella tomó mi boca con su boca, llenar un hueco con otro hueco,
para partir unidamente exhaustos.
Mis labios son yo que salgo; los suyos son yo que entro.
Y nos reconocimos íntimos y temblorosamente obvios.
Comencé a ser mi semejante.
Inquirí su cuello, la columna despierta
hecha de luz intencional explícita.
Besos en su garganta de cascada de nieve, y sus pechos,
paticulares bóvedas del cielo, copas de árbol, salidas
de sol y cualquier cosa aquí sólo representada.
Mi boca me ungió único entre dos calores contiguos.
De ser una la esfera,
Yo habría inventado la repetición.

Rodeaba mi cintura para ser ella copa y yo agua.
Quería aprisionarme, y no sólo por fuera,
pues podría escaparme hacia adentro,
y para que no me evadiera así, me insinuó encerrarse
ella dentro de mí.

Accediendo, la ceñí a mi vez por la cintura,
siendo ella ahora el agua y yo el vaso.
Y se hizo tan íntima, que aun durmiendo me
encontraba con ella
como si la hubiera habitado y comulgado.
Estrechamos la condena y caímos veloz
por la corriente que arrastra juntos al pájaro y al vuelo.

Su mano en mi nuca bordeaba la piel y el cabello.
Se ponía en la orilla: en la extrañeza y en la propiedad.
Estuve de acuerdo: tambi´en como ella deseé los contrarios.
Me adentré tanteando por el interior de sus muros
hasta esa cercanía más y más ajena,
pero, ¿entendéis?, sin llegar, sin llegar todavía
a decirle tú.
Sentí lo que ella sentía
y supe que yo era hombre porque ella así lo sentía.
Sentí por ella y me hice rápidamente mujer,
amándome a mí mismo.

Tú eres mujer, tú eres hombre.
Eres el muchacho y también la doncella.
Tú, como un viejo, te apoyas en el cayado.
Eres el pájaro azul oscuro
y el verde de ojos rojos.
Tú eres aquello. Y yo soy tú.
Pero no al mismo tiempo. Por eso entro y salgo.

Eduardoe-lisa ....Elisae-duardo
Elisaeduar-do ....Eduardoeli-sa

Luego giré en medio círculo y quedó mi conciencia
en dirección a sus pies, ella de espaldas y yo de bruces,
uno sobre el otro:
hicimos así lo que yo llamo
sinceramente
La clepsidra.






Unica Razón de la Pasión de N.S.J.C.

Arlequín:
Nuestro Señor Jesucristo padeció únicamente por Jenaro Medina.
Nuestro Señor Jesucristo subió al Calvario por la señora Hortensia.
Nuestro Señor Jesucristo murió exclusivamente por el Chipo Cruz
Nuestro Señor Jesucristo -Eli Eli lama sabajtani- por Alemparte,
por Gaete por los hijos de Weir Scott.
Por mí y por todos los chilenos todos los uruguayos
..............los suramericanos los norteamericanos los ingleses
..............los franceses los alemanes los españoles los italianos
los rusos los ciegos los gordos los sabios los egipcios
los atletas los caldeos los militares los iranios los
liberales los lisboetas los utopistas los explotados
los condenados de la tierra los explotadores los esclavos
sin pan los mormones los vendedores los productores los consumidores
los suizos los músicos los gobernantes los sordos ay

Sus llagas se hicieron por todos ellos por todos nosotros
Y todos cabemos en ellas y todos somos redimidos
Pero Jenaro Medina solo
O yo solo
O la simple señora Hortensia
Es la causa de toda la Pasión y la Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Coro:
Nuestro Señor Jesucristo subió al Calvario por el chico Molina
Murió exclusivamente por la señora Hortensia
Por los caldeos por los intermediarios los soberbios
.............los jordanos Meneses los ejecutivos...

Arlequín:
No sigamos nombrando por qué única creatura padeció y murió
.............Nuestro Señor Jesucristo.
Todos saben que fue por mí solamente por mí.
Coro:
Miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ( cantando nota Mí).

Coro Mujeres
Miiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ( nota Mí una octava más alta).








La Visita


Espéranos bajo el ciruelo, zagal de los difuntos.
Ábrenos ese estanque, el corral silencioso que la resaca de estrellas y el dorado crepúsculo solar lavan día tras día.
Las hierbas altas acallan a medias las lápidas marchitas;
Mensajes antiguos que debemos leer muy lentamente;
Palabras, tal vez: no para ser pronunciadas,
Sino palpadas apenas con la tibieza del sol.
Así pasan el lagarto moroso, la araña, el saltamontes,
Y hasta el viento del páramo marino sobre ellas se encalma
Como un gran espejo tendido sobre la soledad.

Ábrenos ese jardín que sólo se visita
Cuando alguien viene a vivir de verdad.
La colina que nace y muere al pie de esta capilla, ola petrificada junto a la roca enemiga, ahora ambas perdonadas,
Ni odiándose ni amándose: ¡pasadas!
Los huesos ya llegaron al hueso, la sangre llegó al puro fluir,
Y el tiempo al tiempo vuelve.
Colina de muertos que una invisible corriente
Gasta, acrecienta y purifica.

Fin de estío. ¡Qué sentido tiene decirlo en el Cementerio de Totoral!
Jardín donde los años maduran mejor que los mismos veranos en cualquier huerto terrestre.
Fin de estío en este rincón rural adonde han vuelto quienes siempre debieron vivir juntos.
Allí mismo estaba la eternidad, aquí tan cerca de ellos, tras la tapia y el cerco rústico de Cristián, zagal del pueblo;
Allí, tras de la casa, debían ir los amigos a contarse las nuevas familiares.
Estaba reservado el lugar para cada uno -los forasteros frente a la casa, los forasteros en el atrio,
Parloteando, chanceando, despidiéndose estridentes-; pero
atrás, atrás, en el huertecillo oloroso que los dueños de
casa siempre desearon marchito porque lo marchito es signo de vieja amistad leal,
Atrás, detrás de la casa, tras la verja, la conversación íntima de los amigos eternos.

Fin de estío en este cementerio costero, tierra adentro.
Primera tarde de otoño, sol dorado tan lejano de luz,
Tan próximo por su delicadeza,
Deslízate sobre esta ladera cercada como un huerto.
Tumbas detenidas (los remos dejados a los vivos, los jóvenes y los forasteros):
Entre los filos de la alfalfa, mármol desvanecido, eternidad lugareña,
Lee tú en el aliento del sol otoñal:

MUERTA EL 11 DE MAYO DE 1857.

PRONTO SE REUNIRÁ A ELLA SU INCONSOLABLE ESPOSO.

Oh, juventud impaciente: en esta lápida grabasteis la promesa de reuniros PRONTO.
Pronto:
Y el PRONTO tardó tanto en llegar: demoró, dolió, se ocultó, casi se olvidó, germinó, reapareció,
Maduró interminables años.

Pero a su lado, por fin, como si siempre hubiesen estado juntos, vetas tranquilas del mármol que nadie imagina fueron tempestad, A su lado, por fin!:

AQUÍ VINO A REUNIRSE A SU QUERIDA ESPOSA
EL 6 DE ENERO DE 1902.

1857 - 1902. ¡Cuánto tiempo -45 años- separándolos! ¡Y cuánto tiempo
-48 años- desde que aquel otro tiempo
desdichado cesó: cuánto tiempo entre su reencuentro feliz y ahora nosotros!
¡Y cuanto -93 años- entre la muerte de ella, cuando ESO comenzó a transcurrir, y nosotros ahora!
¡Cuánto tiempo amargo sucediendo y por fin cesado para hacerse feliz:
Más el tiempo dichoso transcurrido y poco a poco olvidado hasta hacerse irreal!
Y, nuevamente sumando desde fuera del seto como si todo esto hubiera sido siempre un pasado, hecho para nosotros, decir: "Esta bien. Todo eso es real".
Y cuanto tiempo más para quien lea estas páginas tanto tiempo después! ¿Quién, quién ha esperado?
Y el mismo sol besando la colina, las tumbas detenidas.
Y...
Fin de estío.

Estamos en 1950 en un huerto marchito de Totoral, la colina donde resbalan los muertos y las enredaderas,
La colina de los amigos. ¡1950! Tanto tiempo perdido estaba aquí, tierra adentro, adonde hemos llegado sin pensar, agolpados como una ráfaga de niños a una charla grave.

Tanta vena febril, tanta impetuosa lágrima, ¡más que existieron! ¡existen! SON: huellas en el mármol, inmóviles, como se ve el mar desde la altura: un epitafio.
Todo ello rescatado para nosotros, que nada hemos sufrido, a quienes se nos da la lejanía del viento.

¡Aquel lejano, largo PRONTO,
Para nosotros, importunos, es PRONTO otra vez!

Ambas vidas, ambas muertes, las dos aquí próximas, sin mediar ni una hierba.
Esposa y esposo cara a cara,
El tiempo hendido, la llaga que debía cerrarse
(Las aguas que una mano fugaz -45 años- separó un breve instante).
La palabra está ahora reunida,
Y el tiempo plácido, lúcido, admirable.
Esposa y esposo, dos extremos vacíos
Para dar vida a la separación.



¡Juntos aquí dos labios de tiempo formando un solo beso Viejo y nupcial!




El Poliedro y el Mar

I
Me ha sido dado un poliedro frente al mar :
un cuerpo muy sólido pero invisible,
una compacta reunión de lejanías,
con todo su silencio endurecido,
toda su ausencia próxima,
y cuanto más palpable, despojado.

Era dulce dejarse ir por sus aristas
más veloz que la mirada vuelve al sol,
ciego volar sobre la línea pura hacia un encuentro :
cuando quise pensar en dónde estaba, tuve un vértigo :
¡la arista, la línea, no era nada!

Deslicé por la nada que forman
dos caras del poliedro besándose :
del beso lineal quise subir al labio,
tenderme en las superficies,
reposar por fin en la extensión dorada.

Así, mientras lo hacía,
desdeñe el azul profundo del oceano
desde mi valle de cuarzo fantasmal.

Mas, ¿qué es eso? La extensión también era sólo límite puro :
¡donde un volumen iba a nacer, otro cesaba!
En ese silencio cortante,
en ese filo más exiguo que entre beso y boca,
¿Había yo creído tocar la substancia?
Sólo era volumen contra volumen despojándose :
¡y eso que era la nada, inasible y fugaz,
con cuánto amor ausente me atraía!

Frente al océano exclamé :
¡Todo no es más que lejanía!
............-- ¿Qué sabes tú? Cien niños juntos, cada uno de diez años,
¿suman mil años?

No sé. Arrojé al mar el poliedro
porque tuve conciencia que me había mentido.



II
Cuando el besar del vino hace saber al labio, ¿sabes tú lo que sabes?
Allí en el vino se reúnen, de tantas partes han venido,
sabor, color, olor y cuántas cosas más :
la suave pesantez, la penumbra hecha llama
se juntan allí como en un simple ejemplo.

Pero eso no es el vino.

O bien :
Tras la flexible caricia del agua, presente sólo para retirarse
cuando quieres cogerla,
está,
no lo húmedo, lo fresco, lo que inunda y aniega.
Hay otra cosa. ¡El agua
también es un ejemplo!

Contempláis un grabado en blanco y negro. Como niño,
lo dais vuelta
por ver si la calle continúa al dorso
o el rostro muestra al otro lado
la desconocida nuca de la infanta.
Habéis llorado, talvez,
buscando. No comprendisteis
que es sólo una ilusión para esperar.

Vemos el mundo, las avenidas, la boca viva en profundidad, tibieza, blandura y consistencia;
vemos el mar, concentrado y extenso, moviente y fijo.
¡Quien nos lo hubiera dicho en un grabado!

El rostro del sol ..-que aun ahora no podemos mirar-...no es el sol.
Sólo es el sitio donde estará el sol.
El olor del verano es sombra de olor.
El sabor del durazno, ¡sombra de sabor!
Tal como los números respecto a lo sabroso de aquellas cosas que enumeran,
no creas tú que es la relación de nota a nota lo que vale.
¡Es el timbre capitoso del fagot o el oboe,
y es la negra brillantez de la tuba!
¡Viola, tus vinos sustanciales acogen al sol en tu ramaje humano,
ángel caliente en el oído de la miel, venas frutales,
la sangre del estío y la abeja de oro que corona
la cuerda de la vida dichosa que he de oír!
Eso es lo que te espera. No es la línea del agua. ¡Es el agua!
¡Pero lo que todavía bebes
es la línea y el número del agua!

La columna rota yace como un juego inmóvil de distancias :
las abarca y colma en la medida
en que ellas, respetuosas, se contienen.
¿Amarás la distancia, el volumen, la forma?
¡Ah! la columna también es un ejemplo. No está aquí.
Sólo es un sitio y un momento adonde han vuelto
volumen, tiempo, pesantez, forma y distancia.
Ahí se tocan, se taponan, se resisten. Ninguna
puede desplegarse hasta lo pleno.
Pero ella, la columna, ¿qué otra cosa es sino una abstención,
una pausa, una esquina,
un compromiso, un silencio?

Dime : ¿qué tiene lo fresco que no tiene el agua?
¿Y qué tiene lo líquido que no posea el agua?
En cambio, el agua es mucho, mucho más que ellos dos;
y es mucho más dúctil, que lo curvo y lo líquido.
¿Y no es verdad que a ti te importa el agua mucho más que lo fluido, que lo curvo y lo líquido?
Pero yo sé que hay algo que te importa mucho más que el agua.
No lo conozco. Sólo sé que ésta es una sombra de aquella otra.
En un charco de agua lo que ves es el reflejo del agua.
¡Y esta agua que yo bebo
no es sino un hueco reservado al agua!






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