jueves, 12 de agosto de 2010

407.- RAFAEL SARAVIA GONZÁLEZ



Rafael Saravia González.- Poeta, editor y fotógrafo. Nace en Málaga en 1978. Reside en León desde su infancia. Fundador del Club Cultural Leteo y Ediciones Leteo. En el ámbito literario, ha colaborado con diversas publicaciones nacionales e internacionales (Ágora, Cuadernos Hispanoamericanos, Turia, Nayagua, The Children´s book of american birds, Entrelíneas, Punto de Partida –UNAM-, etc) así como en recitales (España, Portugal, Brasil, Italia, etc) y páginas web. Tiene publicado el libro de poemas "Desprovisto de Esencias" (Renacimiento, 2008), “Pequeñas conversaciones” (Amargord, 2009) y "Llorar lo alegre" (Bartleby Editores, 2011). Participa en las antologías “Novilunio” (1998), “Petit Comité” (2003), “Antología del beso, poesía última española” (Mitad Doble Editorial, 2009), “A Pablo Guerrero, en este ahora” (Ed. El Páramo, 2010) y "Por donde pasa la poesía" (Ed. Baile del sol, 2011). Suya es la edición y el prólogo del libro “El río de los amigos, escritura y diálogo en torno a Gamoneda” (Calambur, 2009). En el ámbito fotográfico ha desarrollado diversas exposiciones individuales y colectivas.






I

Sabemos de los otros
por que así nos llaman.
Secamos a mano nuestras bondades,
las pulimos y engastamos
y así, tan dispuestos de instantes,
nos volvemos apacibles, apetecibles,
sortilegio de nosotros y nuestros percances


II

Quizás suponga una conversación erudita
o todo lo contrario,
el caso es que en medio de grandes invernaderos
a una niña se le ocurrió un castillo de naipes.


III

Lo de nuestros cuerpos
era y sigue siendo una excepción.
Yo pienso que nunca fueron nuestros,
eran de noche y de nadie, amables.
Sólo se acicalaban para besarse
a tientas de todo;
el resto, eran discordias entre imanes.




ESPERANZA

Estaremos…
sabremos mantenernos desprovistos de esencias,
tornar como nunca a la piedad descrita en nuestros actos;
sabremos, tan humildes como quisimos ser antaño,
soñar arcanos celestes,
ciertas luces unidas a un mismo propósito.

No sabremos de destinos,
habrá pasos distantes, lejanos…
habrá presagios de encantos
y seguiremos sin plaza donde poder celebrar lo andado.

Ganaremos tiempo y se rasgarán los rostros.
Buscaremos brazos que prolonguen los nuestros,
abrazos que nos lleven más allá del desconcierto.

El consuelo esta en la lentitud del desahogo,
nuestra angustia:
la fragilidad de la amistad.



IV

No sabremos devorarnos sin jardines,
estrellas mironas, reliquias urbanas,
indecencias públicas
o algún que otro transeúnte.
Somos dos pacientes sin sol,
ansiosos de luz caliente y amables de espacios.
Sólo nos batiremos en lugares de viento,
en profundas sociedades...
No sabremos, a estas alturas,
amarnos de uno en uno,
a oscuras, íntimos y en silencio.





Lingua Plicata

Hay espacios por conjugar...

Somos antesala de nuestros deseos,
de nuestras predicciones más lastimeras y fúnebres.
antes de cualquier intento
ciertos hostales nos aguardaron,
nos convidaron al roce,
a unos labios hambrientos de pecado juvenil,
canal indeterminado,
prefacio de oquedades mejores.

Pero eras lengua y verbo...

Accésit de trapecista sobre mi incertidumbre.
Eras alimento sano y fresco,
Estímulo imbatible,
Hilaridad de mis sentidos bajos.

En estas ganas contenidas....

Ya poco importa el decoro,
poco importa ya la arrogancia venida a menos...
importa tu plica, tu escondite a mi alcance,
tus ganas y mis ganas si aún pueden encontrarse.



MÁRTIR EN VIDA

Sale cada mañana con su capa de estuco bien aplicada,
con su altiva menudencia,
rozando con sus pechos las tristes papeleras.

Sale con sus dolores bien abrochados,
con la urgencia del libro cerrado,
con la voz corrompida en el silencio,
sale con su dosis de impotencia,
sale presa de su noche mal zanjada.

Y entro yo,
recluso número once,
fiel paciente de sus tremendeces,
anacoreta de su arrogancia en el destierro.

Entro yo, de nuevo,
para cumplir sentencia,
para barrer los charcos fuera de las afueras,
para crecer subyugado al martirio del ignorante.



CARTA DE BUENAS NOCHES

Me gustas entre otras cosas porque sabes alcanzar;
porque buscas huecos vacíos, abrazas,
porque aplastas tu magia
contra mi intento de magia
y el mundo sigue casi igual.

Me gustas, entre otras cosas,
por tu exceso de excesos.

Porque sabes no elegir y suave,
con las manos bien entendidas entre sí,
me recorres sin premura,
sin moldura aparente,
haciendo de mi cuerpo un sube y baja
a modo de carretera curva,
temiendo el decisivo impacto.

Es entonces cuando,
aplaudiendo el intento,
los párpados se bajan,
se besan las pieles y,
muy adentro y muy afuera,
se hace sábana cómplice el silencio.

De Desprovisto de Esencias (Renacimiento, 2008)




CARTA DE HUMBERT NABOKOV A DOLORES EVSEVNA SLONIM

Mi querida:
Sería como encontrarnos en un pequeño rinconcito.
Tú, andarías deshaciendo los pasos que yo,
intuitivamente, te habría calzado en estos meses.

Haríamos, prudentes,
los gestos heredados en anteriores campañas;
jugaríamos a ganar cortésmente,
suponiendo de cada trazo un movimiento alto,
dirigido, curtido de tiempo y reprobados ensayos.

Ser expertos es lo que importaría,
el hecho sería un desahogo en nuestras referencias;
así sería el pacto.
Tu castidad abierta, mi lujuria controlada,
los roces exactos,
un toque de equilibrista en cada curva acentuada
con aliento y yemas...
El rincón sería, sin duda,
un aliciente a la destreza,
y la mirada,
nuestra campanilla de principio y fin.
Así sería, lo sé.
De otra forma él y tú no aceptaríais nunca este camino.

De Desprovisto de Esencias (Renacimiento, 2008)



XIX

La vida, en sí, no se descuida.
Tornan los ciclos, lentos,
a lo sumo precarios en sus formas.
Llueve entonces más despacio
y el tiempo, con otro olor, de otra forma,
pasa con urgencia de inquilino.

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