sábado, 6 de noviembre de 2010

1747.- ROSALINA COELHO LISBOA


Rosalina Coelho Lisboa Larragoiti ((1900-1975), poetisa, periodista y activista política, natural de Río de Janeiro (Brasil), donde desde 1914 escribió para revistas y periódicos. Militó activamente por la causa de las mujeres y la paz en todo el mundo. Conquistó el primer premio en el concurso literario de la Academia Brasileña de Letras, con el libro Rito Pagano. En 1951, fue delegada de Brasil ante la VI Asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en París.
Escribió entre otros: Além de artigos em O Globo, Jornal do Brasil, O Jornal, Correio da Manhã, A Nação, publicou Rito Pagão (poesia, 1922), O desencantado encantamento(ensayo, 1927), Conferências (1927), Passos no caminho ( poesia, 1932), El mensaje cósmico del Quijote ( ensayo, 1950), Almafuerte (ensayo, 1951) e A seara de Caim ( novela, 1952).





INCONSCIENCIA

Abri mi espíritu a la vida.
Sonreí al día, sin temer.
No presentí sombre ni herida.
iYo..., que pensaba comprender!...

Ninguna loca, incontenida
angustia, alucinó mi ser.
Ninguna alarma de partida
gimió la muerte de tu ser...

Este vacío, que me encalma,
iestaba en todo! iYo no lo vi!
Habia sol, y azul, y calma.

Yo, miserable, no sentí
despedazar, destruir, mi alma,
iel dia en que morí!








DHARMA

Dharma, bendita sea la justicia sembrada
por ti, Ley de las Leyes, en lo ignoto del todo.
La tragedia vivida te devolvió mi alma,
te oferó mi conciencia y te ofertó mi ser.
Y, en ti, yo me encontré, libre, ante mi deber.

Dharma, bendito sea lo cierto del alcance
de cada impulso, y cada hecho, y cada idea.
Bendita sea tu más límpida enseñanza:
— Todo es continuación, y en el acto menor,
de bien o mal, se halla la fuerza mayor.

Dharma, bendita sea la posibilidad
de transformar el mal en escala de acierto.
La flota de hoy es sementera del pasado.
— Mi tortura desgasta las rejas que forjé.
iMi calvario destruye el cilicio que armé!

!Dharma, escúchame en la pelea irremediable,
en horas negras, en el yermo de caminos,
en el aislado anonimato de tumultos
de las turbas, en paisajes sin color,
en los templos ajenos de credos sin fervor!

Dharma, lejos del mundo hay un alma, y me espera...
Dharma, todo mi ser es ansia de partida.
Sujétame, el rigor de tus dogmas; alumbra
mi culto de tu ley; enséñame a aceptar,
en respeto al deber, el deber de esperar!...






REFLEJO

Poeta, en el mundo cuyo bien consiste
en el fervor de sacrifícios vanos,
prisioneros de suerte alegre o triste,
todos los poetas son un poco hermanos.

Amantes de lo abstracto, paladines
de viejas causas sobenaturales,
siguen, por el delirio de destinos,
senderos separados, pero iguales.

La misma sed de lo mejor los lleva,
por luces y tinieblas, a intentar
ser estandarte de la idea nueva,
ser Consuelo y broquel, sufrir y guiar.

En una sola senda, senda amarga,
por donde siguen todos, con afán,
aman los mismos cantos de onda larga,
las mismas alas que no captarán...

Reminiscencias de épocas pasadas,
como un triste placer del más allá,
les enseña a sus almas perturbadas
lo que ya fué, en lo que aún será.

Con las hechicerías de distancias,
los llamados de alturas, son raiz
y rama — aceptación de penas, ansias
de aflorar en fulgor, fuerza feliz.

Em la hondanada de este mundo, poeta,
sacerdotes de eternos signos vanos,
sufriendo una común duda secreta,
todos los poetas son un poco hermanos.

Nada de extraño, pues, bardo extranjero,
que ahora, ante mis ojos, tu valor
haga vibrar, en verso forastero,
fervor del Bien que anima mi fervor;

exalte aspectos que imagine; diga
de almas tan buenas como las que ame;
murmure, sin sentir, una cantiga
que, sin saber, mil veces murmuré.

Nada de extraño que tu libro grabe
estampas y oración al mismo Dios
que aún sonríe a mi plegaria y, grave,
escucha versos que son de los dos.

Porque nuestro arte nunca es nuestra gloria.
Es lo Ignoto mostrándonos, veloz,
su poder de armonía, instransitoria,
en transitoria queja de una voz.

Porque un poema el nada al todo hermana.
Lo infinito trasciendo en su poder.
Y el subconsciente, a la conciencia humana,
delimita el anhelo de saber.

Y son los poetas, en la senda ruda,
ecos de frases de tumulto y paz...
—Frases, tal vez, de esa deidad que escuda
desde lo eterno a nuestro ser fugaz...

Y por eso en el are, dios y dueño,
nuestra alma, dividida por lo real,
partícula, reintégrese al total
de la unidad del Cosmos, por el Sueño,
de la unidad del Ser, por el Ideal.



http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/
brasil/rosalina_coelho_lisboa.html

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