sábado, 7 de agosto de 2010

336.- MARÍA ÁNGELES CHAVARRÍA



Nacida en Jérica (Castellón). Vive en Valencia desde 1980.

Es licenciada en Filología Hispánica y tiene un Máster en Psicopedagogía y Gestión Familiar (ambos por la Universidad de Valencia) y un Máster en Comunicación, Publicidad, Marketing y Dirección Comercial (por la Escuela de Empresa, Madrid).

Ha completado los cursos de Doctorado en Literatura Hispánica y está en posesión de la Suficiencia Investigadora por sus trabajos sobre el escritor uruguayo Horacio Quiroga.

Ha participado en congresos (“Encuentro Tripartito de Escritores del Arco Mediterráneo“, “La Literatura Valenciana hoy“, “El Compromiso del Escritor“...), actividades literarias de la Feria del Libro de Valencia y de Madrid, en semanas culturales de diversas poblaciones y en lecturas poéticas varias (Sociedad Valenciana de Agricultura, IVAM, Círculo de Bellas Artes, Ámbito Cultural de El Corte Inglés, Universidad de Valencia, Biblioteca Valenciana, Consell Valencià...). También en recitales por la comarca castellonense del Alto Palancia, en colaboración con la “Fundación Max Aub“.

Ha sido miembro del jurado en certámenes literarios.

POESÍA
1999 La mirada de alguien sin importancia Instituto de Estudios Modernistas
1999 Homenajes imprecisos Instituto de Estudios Modernistas
2000 Sintiendo el silencio Instituto de Estudios Modernistas
2001 Lo que sólo cuenta el alma Instituto de Estudios Modernistas
2005 Si nieva en mayo Aenigma
2008 Navegando por la madrugada Instituto de Estudios Modernistas
2010 Mirada a dos Conselleria de Solidaritat i Ciutadania

NARRATIVA
1999 Cuentos sin máscaras Instituto de Estudios Modernistas
2002 Diario de una mujer inquieta Instituto de Estudios Modernistas
2002 “Las raíces“, en Relatos breves C.D.L. Valencia
2004 La tercera copia Instituto de Estudios Modernistas
2005 El anónimo SEPHA
2006 La tutora SEPHA
2007 Juguemos al carnaval Aduana Vieja




RETALES DE PENSAMIENTOS

A Ramón Gómez de la Serna, por sus Greguerías



La vida salta de esquina a esquina regalando complicidades.
Los sueños son los patines del pensamiento.
La risa es el equilibrio de las lágrimas, y los suspiros la cuerda floja de la nostalgia.
Las estrellas son ruinas vivas para los románticos.
El calendario es el corazón del tiempo que nos corresponde.
La palabra es el salvavidas de los desterrados.
La mirada es la fuente de donde brotan todas las emociones.
Las baladas son las muletas de los enamorados.
Las sombras son las máscaras de la calle.
El otoño es la lágrima de las estaciones.
El tren es un adiós inmenso que reparte besos por todo el mundo.
Los fracasos son las puertas de la fortaleza.
La nieve es el pan rallado que reboza las montañas.
Los aviones son mosquitos que pican a las nubes.
Las manos son el cántaro del agua mañanera.
Niño es a bicicleta lo que ejecutivo es a móvil partido por dos.
La inocencia es la clave de la libertad.
Los poemas son respiraciones de los soñadores.
El llanto es un explosivo que no fue invitado a la fiesta.
La esperanza le dijo a la patria que los lamentos no se anotaban en panfletos.
El amanecer es el zumo de naranja del mar.
Las hojas caídas cubren la tristeza del campo.
Las venas son el pentagrama del corazón, y los latidos su melodía.
El silencio de la noche perfuma la tierra con fragancia helada.



DE ENTRE LAS CENIZAS

Vacío en niebla púrpura,
desaliñando párpados.

Cuando la tristeza abrasa
despuntan los laberintos.

Sauce llorón.
Tus ramas derraman penas
con elegante melancolía.

Río de estrellas.
Caudal de anhelos.

Desde los mismos sueños ya quemados
insiste en perseguir lunas de incógnito.

La esperanza se apaga
y las fuerzas flaquean,
pero existe una voz que, desde el llanto,
tiene un misterio intacto e invisible
que convierte los miedos en coraje,
diluye la tristeza en una mueca
y apaga el corazón para encenderlo.

No hay excusas sombrías
para paralizar en seco nuestros sueños,
ni lágrimas de nieve suficientes
para arrancar un alma.

Sólo existe la imagen que proyectas
en pupilas brillantes que te arropan.

No hay verano ni invierno
que puedan descorchar tu propia vida
sin tu consentimiento.


( de Sintiendo el silencio, Instituto de Estudios

Modernistas, Valencia-2000)




INTENTARLO

Intentarlo siempre.

Aunque las flores se marchiten y la tierra se abra
llevándose consigo qué sé yo cuántas penas.
Aunque el sueño negro te deje un día
rabiando de nostalgia por saber que no está
alguien que nunca querías que se fuera.
Aunque enciendas la televisión
y te llueva una tiniebla de dolor
partiendo el alma en tantos pedazos
que nunca podrás reconstruirla.
Aunque la soledad viaje contigo
a todas partes, a todas horas,
a todos los rincones del pensamiento.
Aunque te quemes cada vez que saltees
las consecuencias de la injusticia
y sufras en tu carne las mentiras
de los que quieren verte en el arroyo.
Aunque el vacío sea más inmenso
que el aire que respiras
y no te quede aliento para encontrar
un trocito de espíritu que dé sentido
a estas palabras.

Aun así,
aunque parezca que se te hunde la inocencia
y se te escapa la esperanza,
aun así,
aunque parezca inservible el complejo
acertijo de la vida,
aun así,
siempre, incansablemente,
aunque las fuerzas nos lleguen mutiladas,

siempre intentarlo.


(de Lo que sólo cuenta el alma, Instituto de
Estudios Modernistas, Valencia-2001)




EN EL FONDO, LA MISMA

Sigo siendo a mis años una pequeña niña
con treinta y pico huellas
en el alma,
con mis limitaciones y pedazos
esparcidos al aire
entre mis esperanzas.

Sigo buscando amor
entre tus dedos,
necesitando abrazos
que me estrujen la fibra de mis huesos,
avanzando despacio
entre las multitudes,
o avanzando muy rápido,
cobijando mis sueños en secreto
y escondiendo mi miedo
con timidez de luna
y pesares de esponja.

Sigo dando mi voz
con orgullosas voces disonantes,
labrando mi camino yuxtapuesto
todas las estaciones,
desterrando parásitos
del parir cotidiano, sin trampa ni cartón,
sin condiciones,
con fuerza y con belleza demasiado invisible
para muchos con fama
de comunicadores.

Sigo buscando el cielo
en la pesada noche
que me absorbe las lágrimas
y me estruja la almohada
en la conciencia.
Sigo queriendo ser una libélula
desde el sofá azulado
de mi casa.


(de Si nieva en mayo, Aenigma,
Gran Canaria-2005)




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