sábado, 11 de diciembre de 2010

2421.- MARIO BOJÓRQUEZ


Mario Bojórquez, poeta mexicano, nació en Los Mochis, Sinaloa el 24 de marzo de 1968. Es autor de libros de poesía y su obra ha obtenido diversos reconocimientos, como el Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura (1995), el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa (1996), el Premio de Poesía Abigael Bohórquez (1996) y los Premios Bellas Artes de Literatura Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (2007) y el Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (2010). Ha recibido las becas para jóvenes creadores del INBA, del FONCA y de creador con trayectoria de DIFOCUR, y los Fondos Estatales para la Cultura y las Artes de Sinaloa y Baja California. Actualmente pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Obras
Pájaros sueltos (1991)
Contradanza de pie y de barro (1996)
Diván de Mouraria (1999)
Pretzels (2005)
El deseo postergado (2007)




De Pretzels (2005)

Brooklin Bridge

Desde la otra orilla de lo que digo
se tiende un puente para llegar a mi palabra
Cada vez que pronuncio mi nombre
mi nombre vuelve a mí desfigurado
Cada que digo agua, el agua vuelve viento
el viento fuego, el fuego mi nombre exacto
pero mucho más pleno, y más desconocido.

Tiro palabras, nombres, versos a la otra orilla
cada vez
y cada vez anuncia nuevas intensidades
de lo que no conozco.

Habría de arrojar sobre este puente
aquello que no digo, mi silencio
para que alguna vez vuelva poema.










Guggenheim Museum
La incesante espiral por donde el mundo sube
baja.
La espiral incesante por donde voy conmigo
para ascender en mí
y regresarme.

Por donde yo incesante
espiral de mis huesos.
Diestro desde lo mío
hacia yo
vuelta en mí mismo.

Incesante, por donde yo
espiral apenas.
Retorno sin aliento.

Espiral donde incesante yo
para mí, en mí.










Statue of Liberty

En Fifth Avenue nadie mira al vecino
todos tienen en su abrigo negro un botón
es el botón del excuse me
Avanzan en la acera repleta
de Godiva Chocolatiers hasta Saint Patrick
pronunciando entre dientes excuse me excuse me
(Yo también he aprendido a decirlo
pero aún no logro pronunciarlo con indiferencia
me falta indiferencia)
Cada vez que me topo con alguien
digo excuse me
pero busco la cara, trato de reconocer
el rostro, el cuerpo, con el que he tropezado
me falta indiferencia
Por eso hoy, justo a la salida de Barnes&Noble
he podido observar su bronceada figura
el tacto solid brass de su piel tan pulida
Excuse me, madame, he dicho
y los rayos de su corona han brillado para mí.









Chinatown

El anciano se acerca al fogón
y trincha el pato
que después partirá
sobre la tabla aceitada.

-El viejo Won Ton
conoce todos los hongos
y todas las pimientas- dice
mientras
mi lengua se hace agua.








Tribeca

Hay una termita en los muelles que ambiciona comerse el mundo entero.
Los hombres del mar se ríen de sus bravatas
pero en el fondo saben que una termita empecinada
puede ser un peligro.
Una termita al año, trabajando dos turnos, dañará, sin dudarlo,
un largo tablón de encina y con suerte una trave.
Esto no les preocupa.
Seguro el municipio o la capitanía de puerto
repondrá los maderos.
Esta ciudad es grande, grande es su presupuesto,
donde no faltará, es claro,
un buen plan general para mantenimiento.
La termita trabaja dos turnos y descansa
con la satisfacción de que su obra continúa
a pesar de las muchas dificultades.
Los hombres del mar se alejan con sus mercaderías
y entre bromas y ron la recuerdan.
¡Ah! -se dicen- La empecinada termita y sus pequeñísimos dientes.
Sus graciosos discursos, de pronto,
quedan atravesados por silencios terribles
y el rumor de las jarcias
eriza inesperadamente el vello de sus espaldas.








De El deseo postergado (2007)


Així com el jorn passat ja mai no torna,
mai més no tornaràs a travessar, del mar,
aquestes aigües. Antoni Marí

Así como el día pasado ya no vuelve
No volverás a ser el que elevada voz
Tundía bajo el soplo de almendras infinitas
Una canción de cuna para su propio pecho

No habrás de ser aquél
Que a la sombra de un álamo
Hendía el aire con notas dispersadas
En el sutil perfume de una tarde en el río

No serás ni los días regresarán a tu costa
Henchidos de obsequiosas memorias de lo oscuro
Solares de desmedida holganza
De quietudes perfectas


Así como el día pasado ya no vuelve
No volverás sobre tus propios pasos
A recorrer la senda abierta para ti
En el jardín que guarda tu memoria

Ni aun en despoblada fronda habrás de hollar
A ti debido el tránsito entre frutos de higo
De granadas, de flores a tus pies

Sólo eres hoy aquél que no querías

Eres el que no supo decir lo que deseaba
La codiciosa boca que el fruto no mastica
Que echa a perder, arpía, banquete y festival

Eres el insaciado que mira con envidia
La insoportable alegría de los otros
El que se duele hasta los huesos por la inocente risa

Se te nublan los ojos por la ira
Se te hinchan las manos de cruel remordimiento
Se emponzoña tu sangre

Qué hoguera, qué abandono
Qué miserable eres a orillas de la vida


Así como el día pasado ya no vuelve
No volverán en ti a urdir campanas
De fiesta en campos florecidos
Ni en tus manos dorará el trigo de las eras
Ni blanqueará su nieve en tu molino

Como si el universo se te hubiera cerrado
En una niebla espesa que te impide
Saber cuál es la grieta de la roca
Que habrá de ser la fuente donde bebas

Como si el universo en contra tuya
Inyectara en el aire aquel veneno
Que dobla tus rodillas

como no vuelve el día
A girar en sus goznes las horas ya pasadas
Y en lo alto su sol habrá de descender
Hasta perderse
Así te perderás

Así te perderás como se pierde
El perfume en el aire que siempre sopla fuerte
Te perderás de un modo tan terrible
Que ni a tus ojos podrás reconocer tu propia piel
Ni tus oídos escucharán tu voz
Como si fuera otro ese que habla en ti
Ni aun tu sangre
Responderá en el pálpito
Y la lengua pronunciará
Un idioma que hasta hoy te es desconocido.

Que no te aflija
Nada se pierde con perderte.

Te llamarás amargo, en tus encías
Florecerá un jardín de arborescente sarro
Y en tu alta cabeza seborrea arrancará mechones
Cataratas de nieblas en tus ojos

Te llamarás llagado sin afrenta
La viva piel que ulcera la tierra donde pisa
Te llamarás sin fe
Y habrá otro tú
Edificado en pena
Que infectará en redondo

La lepra es justiciera
Habrá de distinguirte en el mercado
La turba dando voces
Anunciará que llegas
Que el tufo de tus ácidos
Se anticipó a la clara campanilla

Y para qué volver te has preguntado
Para qué y para qué
Y para qué volver

Si en el volver hubiera ramos de olor aguardando tu paso
Si en leves frondas cuajadas sí de frutos, de alegres floraciones, de luz concreta y ácida,
Y allá junto a las fuentes un ejército de náyades danzando para ti

Si volver en el agua, dúctil, ligero, fluente; si en el aire
Si volver despertara en ti al que eres, si te volvieras vuelta, giro, comienzo de ti mismo
Si volverte, si volver te fundara, volverías sin dudarlo
Aunque los días pasados no pasaran de nuevo

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