domingo, 12 de septiembre de 2010

1042.- FREDERICK SEIDEL


Frederick Seidel nació en St. Louis, Missouri (Estados Unidos) en el año 1936 y murió en "Ooga-Booga" en el año 2006.







Una fresca barra de goma de mascar

Una barra de goma rosada despojada de envoltura,
Que tienes entre tus dedos mientras vuelves a casa de la clase de danza,
Y miras su rosado. Pero sabes qué.
Me gusta tu cerebro. Tu rosado. Es dulce.

Mi cerebro es las arrugas del océano en una bola de brea
En lugar de ser dulce rosado como el tuyo.
Puede ser la nicotina. Puede ser el Johnnie Walker etiqueta negra.
Mi pensamiento de muchos cigarrillos durante muchos años.

Mi cerebro es del tamaño de las cosas vivas más grandes, mais oui, una ballena azul,
Azul, en lugar de rosado como el tuyo.
Es lo que he hecho
para hacerlo más enorme que lo que fue hecho enorme.

La violenta dulzura en el aire es la lluvia rosada
Que continúa dolorosamente casi cayendo.
Esto es lo más cerca que ha llegado.
Esto no puede seguir.

Veintiséis años no es la infancia.
No estás intentando dejar de fumar.
Fumas y bebes
Y aún es rosado.

La respuesta es que puedes tomar y fumar
Mucho a los veintiséis,
Y apestar a cigarrillo,
Y estar afuera en la vereda fuera del bar con un cigarrillo,

Como la ley lo requiere ahora, y es el paraíso,
Y ser la chica más hermosa del mundo,
Y ser moral,
Y entrar vibrando en el vacío.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino








El castillo en las montañas

Traje una gripe estomacal conmigo en el tren.
Pasé la noche enroscado de dolor,
Agónicamente frío y bastante miserable.
Salí a dar un paseo hace un rato hoy:
Empezó a caer nieve
Como grandes pelotas de algodón esta mañana
Y el parque se ve hermoso.
Probaré comer algo esta noche: coliflor al vapor.
Te encantaría este lugar.
Se mantiene bastante lindo, de alguna manera.

Te gustaría el emperador.
Algunos días la dicha es abrumadora.
La última vez que estuve aquí
Contó una historia.
Era Navidad.
La nieve seguía cayendo.
El emperador levantó su mano pidiendo silencio y comenzó.
Sus uñas tienen lunas perfectas, lo cual es bastante raro.
Ya casi no se ven más, no sé por qué.

El emperador comenzó:
“Insectos prehistóricos
Revoloteaban sin cerebro
Para mayor gloria de la Tierra naciente.
En vez de horribles, eran enormes y bellos,
Y, siendo ángeles, eran invencibles.
Di el Nombre, y el ángel, tendiendo en plegaria su mano,
Al instante se expandirá hacia arriba
Hasta alcanzar la altura del edificio…”

El despiadado crudo olor de la mugre en un espacio cerrado,
Y los pegajosos tentáculos con ventosas religiosas,
Y las cuatro cabezas en un cuello como las cuatro cabezas esculpidas en Mount Rushmore,
Tienden una sola mano.

Tiende tu mano.
Toma la mía.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino











Mariposas blancas

I

La Clematis paniculata endulza un lado de Howard Street.
Mariposas blancas en pareja revolotean sobre flores blancas.
En blancos quimonos, con risitas y susurros,
Las mariposas agitan sus abanicos de seda,
Mariposas del repollo fin-de-verano, en parejas blancas.
La dulce clemátide otoñal alimenta ese perfume de almas delicadas.
Recuerdo cómo nos conocimos, qué tímidamente.

II

Cuatro meses de sequía en el East End terminan.
Diez mil limpiaparabrisas enjugan las lágrimas.
Las carreteras secundarias son negras.
El océano corre alrededor ladrando bajo la lluvia deliciosa, tan feliz.
Tradicionales productos de limpieza pulen los pisos del palacio imperial
Del Cielo sin mancha. TRUENO. Limpieza y orden
Traen frescura universal y buen sentido al Imperio. RELAMPAGO.


III

Nunca tuve un pensamiento serio en mi vida en Gibson Lane.
Un hombre se incinera de pie en la playa.
Solía pasear a mi perro por la playa.
Esta tarde, tuve que sacrificarlo.
Jimmy, mi muchacho, mi dulce muchacho, mi Jimmy.
Es de noche, y fuera de la casa, a las once en punto,
Los rociadores de césped se encienden bajo la lluvia.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino











Niebla

Paso la mayor parte del tiempo no muriendo.
Para eso es la vida.
Me subo a una motocicleta.
Me subo a una nube y la lluvia.
Me subo a una mujer que amo.
Repito mis temas.

Estoy en Bolonia otra vez.
Aquí voy.
Aquí voy, más y más feliz.
Monto un leño
Como un torpedo hacia las cataratas.
Básicamente, está adherido a mí.

En la fábrica,
La moto de carrera que hacen para mí
No esta lista, pero es cada vez más letal.
Estoy aquí para verla nacer.
Está nevando en Milán, dice la TV,
Cerraron un aeropuerto; después, los dos.

El Señor es mi pastor y el Director de Supermotos de Carrera.
Hace zumbar botones y me habilita tres niveles de seguridad,
Hacia lo más íntimo del sanctum secreto del departamento de carreras,
Donde entregaré mi último suspiro.
Se retrasan los trenes.
El cielo de Florencia se deshace en nieve.

Esta noche, Bolonia es niebla.
Esta tarde, estaba allí,
Con todos los mecánicos que la están haciendo, a su alrededor.
Estaba en una suerte de altar.
Yo estaba en una suerte de niebla.
Tomando fotografías digitales de mi muerte.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino







Néctar

Los besos de un violador arrancan las hojas.
Aiuto!
El mundo se ve muy blanco en la almohada blanca.
Creo que te conozco. No lo creo.

La estación invernal viste de verano pero quiere desvestirse para ti, Fred.
Oh Dios. Se quita su adorable vestido de verano
Y se acuesta en la cama, desnuda,
Blanco hielo, para que hagamos la muerte.

Joel y yo estábamos almorzando en Fred's,
El restaurante en el noveno piso de Barneys
Donde a Joel le gusta comer cuando está en Nueva York,
Acababa de aterrizar y cuando le pregunto qué estupor

Trae entre manos esta vez,
Saca del bolsillo de su saco
Una pochette beige
Y aparece un pasmoso anillo de diamante que yo conocía de París.

Abrió su gran ojo.
Fue sin escalas a Florida en su bolsillo en el avión.
Ahora vuelve, con escala en Manhattan, a la caja fuerte de JAR *, place Vendòme.
Tengo que probármelo.

Es increíble lo que viaja
Sin protección en ese bolsillo a través de las zonas horarias.
Echo una mirada a mi dedo
Y hago un reconocimiento de terreno en un universo alternativo.

¿No te conozco? No lo creo. No está en venta.
A Diane von Furstenberg, en aquellos dulces tiempos idos,
Se le había metido en la cabeza que tenía que presentarme a su amigo,
El joyero de las estrellas.

Dos colibríes zumbaban a través del pont des Arts,
Y atravesaron el cour du Louvre, hacia la JAR de Joel.
En el viejo departamento de ella, 12 rue de Seine,
Vivimos, como colibríes, de néctar y oxígeno.


Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino


* Joyería parisina cuyo nombre son las siglas de Joel Arthur Rosenthal, su propietario.







Del diario de Nijinsky

Y cuando el doctor me dijo que podría haber muerto.
Y cuando trepé desde el subte hacia el día, afuera.
Blancas nubes de verano bullían en los árboles.
Me sentí cayendo de rodillas.
¡Aléjese de la puerta, por favor! ¡Aléjese de la puerta, por favor!

Y cuando el camello se arrodilló para dejar que lo montara.
Siluetas de alados ángeles se arrodillaron
Para adorar el altar azul
Al que estaba pegado el sol.
Todo se redujo a ti. Todo se reduce a ti.

En Nueva York "arrodillantes" buses se arrodillan para los discapacitados.
Mi camello se arrodilla. Y volamos hacia el desierto.
Huyo despavorido a mi tranquilizante, el Sahara.
Paseo lentamente por la dulce Broadway.
Es como usted dice. Estamos aquí para rezar.


Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino






Poema que mata

Huntsman en efecto se fue de Savile Row, *
Y Mr. Hall, que te cortaba la cabeza.
El saco de caza rojo que cortó Hall para mí es enteramente
Melton rojo, grueso como una alfombra, así fue cortado.
Cierta vez lo llevé, montado en mi Ducati roja de carrera -¡qué espectáculo!-
Especies exóticas combinadas como una par de adorables garzas rojas.
Londres supo ser el epítome del sans souci
Y de la antigua excelencia necesaria para reconocer
Al zorro perseguido que sangra su hedor a través de la nieve.

Seguimos ciegamente, vestidos de rosa,
una bestia cuya naturaleza es correr y apesta.
Soy civilizado en mi saco rosa, pero
Civilizado es tener cosas.
Los sacos rojos son llamados "sacos rosa". Demasiado es casi suficiente.
Nadie sabe por qué. Yo voy en el aire
Con mis cosas y veo desaparecer el rabo
De un ciervo. Soy civilizado pero
La vida civilizada es en realidad demasiado.

Desfilo en el aire
Y espero el Año Nuevo
Que llegará, que se irá.
Trato de no preocuparme.
No soy capaz.
La corta cola erecta
Guiña a través del campo invernal.
Todo será revelado.
Estoy en un campo invernal.

Realmente están por todas partes.
Se arrastran por nuestro vello íntimo
Propagan la enfermedad y la desesperación.
Violan y saquean
En el centro de Sag Harbor Village. **
Transmiten la enfermedad de Lyme.
Las armas de caza te ponen de rodillas.
En París yo llamaba a los sirvientes de Sri Lanka "shrees".
No puedo evitarlo.
Invierno, primavera, Bagdad, otoño.
La venérea está toda escrita
Sobre mí como una erupción,
Pelo y herida.
Pero también el NewsHour de Lehrer y un fuego de leña y Bach.
Una corta cola erecta
Guiñando a través del campo de muerte.
Todo será revelado.
Estoy en un campo de muerte.

Recuerdo la chasse à courre en el bosque en el Cher.
Recuerdo los purasangre inglés montados por las ranas.
Recuerdo el venado lloroso acorralado por los perros.
El venado acorralado en el estanque, literalmente derramó una lágrima.
Un ayudante de caza con tricornio vadeó para cortarle la garganta.
Nelson Aldrich en su caballo vomitó viendo eso.
El cuerno heráldico del cazador tocó el hallali.
La melodía del corte de cabeza. ¡L'hallali!
De regreso al château para beber la sangre. ¡L'hallali!

Estoy en París y me llevan al Billy's,
1960, avenida Paul Valéry.
Una de sus bellas inglesas importadas Lilys o Millys
Camina sobre sus rodillas.
Es como una línea de Paul Valéry.
Ahora ponte en cuatro patas, por favor.
Estamos ministros de Estado y también yo en chez Billy.
El liguero del ciervo atraviesa nuestro campo de visión
Y está allí esperando nuestra decisión.

Nuestra única decisión fue cómo cocinar la carne de venado.
Soy civilizado pero
Veo el silencio
Y escribo las palabras para el globito del pensamiento.
Cuando el bosque es del color de un macarrón,
Ciervo, la muerte se acerca.
Escribo sobre sus miradas en mis libros.
Escribo sobre el rabo que desaparece.
Escribo el celo.
El título es Poesía asesinada,
Y en el libro la poesía mata,
En el poema el venado acorralado llora, literalmente.
Poesía asesinada es el hallali en la avenida Paul Valéry.
Deshacerse de la poesía. Matarla.
Etiqueta en un frasco de pastillas. Advertencia: Matar matar matar: mata.
Su título es Poema que mata,
Del Libro de las Matanzas.
Las cabezas con sus cornamentas están todas llorando en las paredes.

John F. Kennedy está llorando en la pared.
Su lloroso hermano Robert llora allí cerca.
Martin Luther King, acorralado en Memphis, exhausto, comienza a llorar.
Su cabeza con cornamenta está llorando en la pared.
¡Demasiado es casi suficiente, por el amor de Dios!
Bobby Kennedy anuncia a una multitud nocturna
Que el Rey ha muerto, y después cita a Esquilo, y después es asesinado.
Matar matar matar mata, horroriza,
Los trofeos americanos cubiertos de lágrimas que adornan las salas americanas.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino

* Calle de Londres, sede de las más distinguidas sastrerías
** Localidad histórica, colonia de escritores y antiguo puerto ballenero del estado de Nueva York








Morir por

Las hormigas en la barra de la cocina emprenden una estampida hacia el éxtasis.
El dedo las persigue mientras el rebaño corre de un lado a otro.
Están vivas mientras están vivas en su pequeño camino.
Estallan a través de sus trajes de hormigas, que se desgarran bastante fácilmente.

Las pequeñas motas negras fueron enviadas a Brasil en barcos.
Los portugueses azotaban a las pequeñas motas negras hasta hacerlas pedazos.
Las plantaciones de azúcar en la horrible costa tropical donde era rico el suelo
Fueron un Auschwitz de hormigas mucho más productivo.

El tazón de azúcar en la barra es una te-taza, que contiene un gran pecho blanco.
El pecho en el bol está cubierto de motas excitadas,
Totalmente sacadas, corriendo alrededor, como desahuciadas.
Les gustan las cosas dulces. Es lo que les gusta comer.

El día afuera es azul y bueno.
Dios está en el vecindario.
El océano cercano pone cebos líquidos en cada trampa en el juego de seis,
Allanando el camino al nuevo mundo con sal y dulce.

Las venden en la ferretería de la Calle Principal.
Dentro de cada jaula hay una bandeja en la que les dan un poco de comida
Y las mandan de vuelta.
Hay luz en Africa, y es negra.

Buscaba algo por lo que esforzarme.
Buscaba alguien por quien llorar.
Buscaba algo por lo que morir.
No hay.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino







Laudatio

A un joven aristócrata y judío y alemán
El ascenso de Hitler lo envío a Londres.
St. Paul's School hizo de un hombre un caballero.
El caballero creció y se hizo muchacho.

El muchacho vino a América para convertirse en un apuesto oficial del OSS.*
El muchacho se deslizó en Alemania para reunirse
con los colegiales que planeaban matar a Hitler.
El muchacho se convirtió en un corredor de autos de posguerra, no malo.
El muchacho se convirtió en un diseñador de modas heterosexual.

Un muchacho judío vistió el uniforme de un oficial de las SS,
Trasvistiéndose a través de Mortalandia en los meses finales de la guerra,
Urbano dentro de su atuendo de tibias y calavera -
¡El primer desfile de modas de John Weitz, querida!

Cuando Weitz quiso borrar su tatuaje de SS,
Lo quemó con un cigarrillo, exactamente igual que un SS real.
La red clandestina en la que se infiltraría se había quitado los suyos.
Una misteriosa y hermosa mujer estaba involucrada. Se pone mejor.

Está también la historia de que necesitaba publicidad
Para su línea de ropa y no podía gastar mucho dinero.
Nadie había pensado en poner avisos en la parte trasera
De los ómnibus de la ciudad de Nueva York por entonces.

Weitz escribió koans para el tiempo de Warhol.
NO ENTIENDO LA PUBLICIDAD DE JOHN WEITZ
Fue rodando Quinta Avenida abajo detrás de un bus.
Parecía un distinguido diplomático cuando comía un wurst.

Weitz tenía la altanera cordialidad de un duque.
Estaba lleno de goy.
No era discreto.
Admiraba a los grandes.

Podía operar en piloto automático
con sus hermosos modales.
Tenía una casi irreal apariencia.
Usó su voz meliflua.

John Weitz integró clubs, amó los barcos,
Contaba encantadoras anécdotas, chistes malos,
Escribía cordiales biografías
De incoloras personalidades del Tercer Reich.
Amaba los honores y amaba la gloria.

Conservaba la Cruz de Hierro
De su padre, de la Primera Guerra, enmarcada en la pared.
Negó que estaba agonizando.
Nunca suspiró hasta el momento siguiente al que murió.


Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino



* Office of Strategic Service: servicio de inteligencia estadounidense creado en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial. Fue disuelto en 1945. En 1946 se estableció la CIA, con las funciones de la OSS






Una flor roja

El poeta está parado sobre sus azul venosas piernas,
esperando que su cumpleaños termine.
Cuelga de una musa que trabaja los piolines
Que hacen que el títere se mueva de modo verosímil.
¡Feliz cumpleaños a un semper paratus pene!
¡Su diminuto Cartier pulsera lo pregona!
Se atreve a usar una diminuta cosa tan francesa y femenina.
Nariz levantada, arrogancia, ojos azules.
Puede oler el mar desde la tierra adentro más lejana.

Estamos en Francia. Estamos en Italia. Estamos en Inglaterra. Estamos en el cielo.
Relámpago con un lazo alrededor del cuello, los pies en una nube,
Cae en el espacio, pataleando, el cuello roto.
El paracaídas se abre ... una flor roja.
Plus ne suis ce que j'ai été,
Et plus ne saurais jamais l'être.
Mon beau printemps et mon été
On fait le saut para le fenêtre. *

* No soy ya lo que era / Y nunca más podré serlo. /
Mi bella primavera y mi verano / Saltaron por la ventana.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino







Para Holly Andersen

¿Qué podría ser más agradable que hablar de personas que agonizan,
Y los doctores realmente empeñándose,
En una tarde de invierno,
En el Carlyle Hotel, en nuestro capullo?
Nosotros también vamos a agonizar un día de estos.

La doctora Holly Andersen toma un cosmopolitan de vodka,
Y toma otro, y se convierte verdaderamente en napolitana,
La luna gorjea una canción sobre el sol,
Sentada en un sofá en el Carlyle,
Permanece elegantemente viva, por el momento.

Su espirituosa gracia
Causa, la verdad, cierta angustia.
Hace que mi urbanidad se desvista.
Presento síntomas que expresan
Una subyacente felicidad ante la hermosa vaciedad.

Perdió un paciente muy enfermo especialmente importante para ella.
El hombre murió en la mesa. No era cuestión de sentir alguna culpa o duda.
Algo sobre un doctor que puede curar, o al menos lo puede intentar,
Pero también puede llorar,
Es una suerte de último arrorró, y descansa.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino







Mood Indigo *

Uno de ellos era más negro.
El otro estaba asustado.
Cortaron el cable de teléfono.
Usaron mis corbatas.
Mi dieron en el estómago.
Hicieron un nudo corredizo alrededor de mi cuello
Y estiraron la cuerda de corbatas por mi espalda
Hasta mis muñecas y mis tobillos.
El más leve movimiento me ahogaba.
Uno agarró una cuchilla que yo tenía
Y me apuñaló la sien una y otra vez,
Ante su compañero que parecía horrorizado,
Y nunca jamás se rompió la piel,
Una técnica usada en Vietnam.
Busca la cuchilla más grande que puede
Y se la clava al muchacho blanco bastante bien
Y nunca jamás se corta la piel,
Una tortura usada en Vietnam.
Hay una guerra
Y te la pone bien puesta en la patilla
Y ni siquiera araña la superficie.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux, Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino

* Música de Duke Ellington y Barney Bigard; letra de Irving Mills (1930)




Violín

A menudo me voy a la cama con un libro
E inmediatamente apago la luz.
Me despierto a la mañana y me cepillo y me visto y voy al escritorio y escribo.
Siempre pongo mi brazo en la manga derecha antes de deslizarme en la izquierda.
Siempre me pongo el zapato izquierdo primero, y después me pongo el derecho.

Ocurre que ahora mismo
Estoy paseando los perros por el parque peligroso a la noche,
Que es peligrosa, que no me gusta.
Pero estoy encantado, mi paseo del perro es una delicia.
Soy derecho, pero en general no estoy pensándolo.

(CORO)
Un hombre puede irse a dormir una noche y no despertar nunca y no enterarse.
Un hombre puede pasear por una calle de Bagdad y nunca más dar un paso.
Un hombre puede ir a lo de su editor y caer muerto camino al baño de hombres.
Un poeta puede desarrollar una demencia frontotemporal.
Un hombre delicioso puede, y luego no existir.

Las chicas a domicilio que vinieron a nuestros cuartos eran realmente lindas.
¿Se habrán asombrado de que sus clientes fueran ilegalmente jóvenes?
La mía me preguntó suavemente qué quería hacer. El pecado es Menester.*
Justo en ese momento sonó el teléfono -
Su amiga controlando si ella estaba a salvo con el joven Rambo, Rimbaud.

Yo te persigo, vida, hasta los confines de la tierra a través de un Sahara de mantel.
Miro alrededor en el resturante buscando aire.
Tapo mis oídos para navegar más allá del canto de sirena de las rocas.
El violín de tus ojos
Me escucha dulcemente.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino

* "Sin is Behovely, but / All shall be well, and / All manner of things shall be well." (El pecado es Menester, pero todo estará bien, y todo tipo de cosas estará bien). Dame Julian of Norwich, Revelations of Divine Love; T.S. Eliot, "Little Gidding" III, Cuatro cuartetos (N. del Editor)







Homenaje a Pessoa

Una vez amé,
Pensé que podría ser amado,
Pero no fui amado.
No fui amado por la única razón que importa -
No podía ser.
Me desabotoné los guantes blancos y me los saqué.
Dejé de lado mi bastón con empuñadura de oro.
Levanté esta pluma...
Y pensé cuántos otros hombres
Habían olido la rosa en el florero
Y alzaron una pluma fuente,
Y alzaron una montaña...
Y pusieron la escopeta en su boca,
Y observaron que su perro de caza señalaba la presa.


Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino







12. La materia oscura invisible

Es de la materia
Oscura invisible de la que no estamos hechos
De lo que tengo miedo.
La mayor parte del universo se compone de eso.

Pongo un único y normal cubito
En mi trago.
Pesa cien millones de toneladas.
Es una muestra de la estrella más densa.

Me abrí paso a través
Del temor sagrado que escribí
Y que estás leyendo ahora.
No puedo creer que estés ahí

Excepto que estás. Me pregunto qué
Los cosmólogos no saben
Que podría ser todo
Lo que hay.

El alguien que mira esta página
Podría ser todo lo que hay,
Material que brilla
O brilló.

La materia oscura es otra
Materia. Los cosmólogos no saben.
Los físicos tampoco.
Las estrellas no son.

Otra cosa al lado
De una fila de cosas está
Parada aquí. Es invisible
Y lee en silencio.

No importa
Que en realidad no lo haga.
Necesito tomar su mano
Para cruzar la calle.


"The Cosmos Trilogy: The Cosmos Poems (2000)",
2003, Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino





46. Chiquita Gregory

Sagaponack revolea el Atlántico alrededor de su cabeza
Como un atleta en la línea para lanzar el martillo.
Es un huracán, y la radio
Predice que lo seguirá un tornado.

El aire huele
violentamente fresco como en ningún otro sitio,
Y en este momento asumo eres tú
Avisando a todos que está listo el almuerzo.

Tenemos las cabezas inclinadas
Sobre las tarjetas que señalan nuestro sitio.
Zeus está haciendo la plegaria de agradecimiento,
Mientras las sillas comienzan a temblar y el rayo afuera
Mágicamente te vuelve a la vida, tsunami

Ligero como una pluma, la pluma de la vida,
Larguísimas piernas,
Cortísimos shorts, un delantal de chef por delante, de modo
que por atrás...Diosa,

Has regresado a la tierra con un humor
Tormentoso, y no tengo dudas de que
Insustituibles árboles en Sagg Main se balancean
como rabinos hacia el suelo. Se desgarran

Las ropas y se tiran de los cabellos
De alegría. Chiquita, ¿cómo puede estar tan
Enojado alguien que ha muerto? La luz giratoria en
El sendero de entrada es la policía, que está aquí

Para instar a los últimos resistentes en las casas cercanas
Al océano a que las dejen. Para ayudarnos
A decidir, suavemente preguntan el nombre de los parientes cercanos.
El océano estalla en altas llamas de espuma.

Las langostas en la olla chillan
En medio del enrojecido estruendo.
Tu fantasma en delantal aumenta el hervor, aumenta el hervor,
Y se vuelve para servir la sangre.


"The Cosmos Trilogy: Life on Earth (2001)", 2003,
Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino


Nota: Sagaponack es una localidad residencial en el Estado de Nueva York. El precio medio de las propiedades es de 5 millones de dólares.







El búho que oíste

El búho que oíste llamar
En medio de la noche no era yo.
Era un búho.
O quizá estabas
Tan dormida que ni siquiera lo oíste.
Los aspersores en su temporizador, con arranque programado
A una hora tan extrañamente tardía en la vida
Para regar un jardín,
Refrescaron tu sueño a cuatro mil millas de distancia
Con dulces siseos,
Intensificando el aroma del verde en el Edén.
Oíste el estival chirrido de los insectos.
Oíste un cielo de estrellas.
No te diste cuenta, profundamente dormida al amanecer en París.
Tú no oyes nada.
Tú oíste mi llamado.
Ya no soy humano.


Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino









Eurostar

Colegialas japonesas en sus uniformes escolares con sus acompañantes escolares
Subidos a un tren submarino,
Cada terrorista en el mundo adoraría volarlos,
Por la publicidad y para ahogar a todos.
El Eurostar se arroja dentro de las olas.
Los otros pasajeros están mirando a las chicas japonesas comer
Pequeñas delicias que ellas compraron con su propio dinero
En Londres. El presidente Bush el joven está haciendo helado.
Helado para el postre
Es lo que Irak es, sin los platos que normalmente vienen antes.
Tú comes postre para empezar y luego tú tienes postre.
Una de ellas es un Balthus, en su corta pollera escolar, parada sobre su asiento.
Tiende la mano demasiado alto para sacar algo de su bolso.
Y se vuelve a todos lados sonriendo, porque sabe dónde estás mirando.



Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino







Un tigre blanco

La luz dorada es blanca.
Es el color de la luz de la luna en medio de la noche,
Si de repente te despiertas y eres un chico
En la selva, y los animales
Salvajes están todos a tu alrededor durmiendo.
Estás en tu cama y lloras
Sin motivo.
Es porque es la temporada del tigre.
Los cazadores están disparando sus rifles de caza mayor.
El cadáver de una belleza real está colgado, esperando.
¡Por supuesto, los palestinos y los judíos exageran!
El edificio no es de un millón de pisos de alto.
La luz de la luna no está muriendo.
Los israelíes y los palestinos no están de nigún modo exagerando.
El esqueleto está colgado de la sombra, esperando.
El edificio es de un millón de historias humanas de alto.
La luz de la luna se está muriendo.
En los rincones de tu pequeño cuarto,
Las armas de gran calibre hacen bum bum.
Los tigres son faenados sobre el terreno en el que caen, quienes solían rugir.
El estómago y los pulmones son removidos, con sangre coagulada.
Los incisivos de tigre van a la venta en las tiendas.
Los caninos de tigre en polvo van a la venta en las tiendas.
El corazón de tigre todavía curará.
Los tigres terminarán como piel de tigre en el piso.
Especialmente, un raro tigre blanco no está nunca a salvo en ninguna parte.
Uno escapó de la jaula cuando abrieron la puerta.


Descansa en feroz paz, Edward, en la lejana orilla.

Poems 1959-2009, Farrar, Straus and Giroux,
Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino








A la Musa

Me había hecho un corte de pelo en Molé.
Y te llamé desde el primer teléfono en funcionamiento.
Estabas en lo alto sobre Park Avenue
Con algún problema adamascado en su biblioteca.

Vi al hombre aproximándose sin verme.
Sostuve el tubo y oí que los sirvientes te buscaban.
Lo vi agachado cerca del cordón, mientras pasaba el tráfico,
Esparciendo debajo de él unas hojas de diario;

Cuando se levantó, las dobló prolijamente
Y las llevó al cesto de basura de la esquina.
Del otro lado de la calle, las mesas de afuera de Mortimer's
Estaban tendidas para el almuerzo.
Ahora el maître hacía sentar a un primer cliente,

Mientras una mujer que empujaba un carrito de supermercado
Revolvía la basura en el cesto de basura que el hombre había usado,
Y el mayordomo finalmente regresaba
Al teléfono para decir que te habías ido.


"My Tokyo", 1993, Poems 1959-2009, Farrar,
Straus and Giroux, Nueva York, 2009
Versión de J. Aulicino



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