jueves, 16 de septiembre de 2010

ÁGNES NEMES NAGY [1.117] Poeta de Hungría





ÁGNES NEMES NAGY


Nació en Budapest (Hungría), en 1922. Se graduó en 1944, en la Universidad Péter Pázmány de Budapest, en Letras húngaras y latinas. De 1945 a 1953 trabajó en la revista pedagógica K6znevelés (Educación Pública), luego fue profesora del Liceo Petöfi hasta 1958. A partir de esa fecha se dedicó solamente a la literatura.
Su primer libro de poemas, Kettos uilágban (En un mundo doble) fue publicado en 1946. A partir de esa fecha publicó 21 libros entre poesía y ensayos. Sus traducciones de la poesía mundial y de dramas franceses y alemanes fueron publicadas en varias antologías. Recibió los premios de literatura más importantes de Hungría: el Baumgarten en 1948. el József Attila en 1969 y el Kossuth en 1983.
En 1946 fundó con János Pilinszky y otros escritores la revista literaria Újhold (Luna Nueva), que fue suspendida en 1948 a la toma del poder por el partido comunista de Rákosi. En 1986 la revista pudo renacer como publicación semestral: Újhold éukonyu dirigida por la poeta. En esta forma llegó hasta el número 12 y cesó con la muerte de Ágnes Nemes Nagy acaecida en 1991.
La evolución de su trayectoria poética está signada por una progresiva renuncia a la expresión directa de sus emociones personales, que no desaparecen, sino que se subliman en la descripción de objetos y eventos llevados a través de su palabra a un estado, por así decirlo, de naturaleza viva. Para ello, el lugar que en su obra inicial tiene la valoración emotiva, pasa a ser ocupado en su madurez por la percepción y la intuición conducentes en su intensidad, a la frescura del hallazgo poético.



Árboles

Hay que aprender. Los árboles de invierno.
Ese cubrirse hasta los pies de escarcha.
Inamovibles cortinajes.

Hay que aprender la franja
donde el cristal ya humea,
y el árbol va cruzando la neblina
como los cuerpos la memoria.

Y tras los árboles el río,
las alas silenciosas de los ánades,
la cegadora noche azul y blanca
donde hay paradas cosas en capuchas.
Hay que aprender aquí los gestos
inenarrables de los árboles.



De las metáforas

¡Cuánto amé las metáforas!
Dios, cuánto disfrutaba
su resoplido en torno mío,
su piafar de caballos agitados -
Les ponía la brida y ¡adelante!
Les soltaba la rienda, y sólo a punto
de desbocarse ya, la recogía,
tirando y refrenando, con el doble
placer en ambos brazos,
de galopar y detener.

Hoy les vuelvo la espalda.
Voy pateando las piedras de la plaza.
Sólo un músculo tiembla con el ruido
De una que otra que viene por la espalda
Y me apoya el su testa nervuda sobre el hombro.



Ante el espejo


Con lentitud te quitas el color de la cara,
y aún la misma cara quitártela quisieras;
esperas que el sillón se alce y haga un gesto
aburrido, surgiendo tras de ti.



Flota


Viento, viento.
La casa como proa
a babor y estribor bandea en la noche,
crujiendo se estremecen
el papel y el batiente
y abajo en negras barricadas
por cauce de asfalto estridente
estalla un son de acorazados,
olas y olas dan en las casas,
barriendo a los que están ahogándose,
y las casas, restos de barcos,
están jadeando y tambalean
con finos mástiles de antenas,
se balancean y hasta vuelcan,
y vibra en el bajío nocturno,
quebrantada, la ciudad-flota.

En el cielo ígneas señas mudas.
y en las cumbres sobre la noche,
olvidadas y ya en jirones,
las banderas descoloridas.

Rugen, rugen la noche entera
filas de tanques en el Campo
de Sangre: océano indomable.

1957



Para el infierno


Un tranvía con luces y vacío.
Un hospital de guerra.
Hubo aquí un tiempo una herrería.
Un montoncito gris de nieve.
Parque infantil en ruinas,
Cadena de columpio.
Una estación de tren desierta. Marca
El reloj media noche.


(Noche: sandía llena de agujeros).



Traducido por Rodrigo Escobar Holguín y Vera Székács

(2) Las poesías pertenecen al libro EL REVERSO DE LA LUZ, Cuatro Poetas Húngaros, editado por la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Editorial Orpheusz, Budapest.

DE ENFOCARTE




PALABRAS PARA UNA CANCIÓN

La fruta en los árboles está envejeciendo rápido,
envejeciendo también la fruta sobre el pasto,
justo como después de la muerte.

El crepúsculo se acerca a las casas de fin de semana.
La estación hasta cambia de vida,
y el norte y el sur han sido marido y mujer
durante 26 mil años.

26 mil años han pasado,
la fruta de los árboles envejece rápido.
Julio: se puede oir el tictac en el pasto del jardín
de los latidos desparejos espásticos
extrasistólicos de los frutos caídos.







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