martes, 9 de noviembre de 2010

1776.- MARINA KOGAN


Marina Kogan
Nació en Buenos Aires, Argentina en 1982. Estudia Letras y es alumna del taller de narrativa de Diego Paszkowski. Ha publicado relatos en Más y mejores cuentos y en Nuevas Narrativas. Con el guión del cortometraje "A la orilla" ha ganado el II Premio de la Fundación Lebensohn, en noviembre de 2004.




Tzalel Blitz


Estabas
ahí:

Tu perfil miraba el horizonte
de las vías,
el tren
venía demorado.

La familia
toda en un andén.
Ciudades superpuestas en el brillo de los ojos.



Eras joven
te veíamos en color,
tu pelo negro y un lugar
para cada uno de nosotros,
una coreografía,
todos de pie

equidistantes.


No recordaba haberte visto.
Sabía que sí:
-Había estado en tus brazos.
Quizá
-me habías hecho dormir.
O no.
Pero dicen que
-me querías.

Aunque no recuerdo y veo
y creo haberte visto.
No recuerdo
y estás ahí,
tu perfil las vías.

No podría decir
quién sos.
Soy yo.
Fragmentos de ciudades.

Nos conocemos
pero es incómodo.

Toda la familia en el andén
Equidistantes sin hablar.
Nunca hablan.

La encontrarías otra vez
después de todo
del tren,

tanto viaje
volverías a verla.

Y yo
la única que no te había abrazado
nunca.

Sólo información:
-fechas
-de oficio escritor
-un poco de historia.
Y sin embargo nos conocemos,
lo sé.

Corro a que me
abraces.
Y como me lo dijeron pero no recuerdo
te pregunto si me querés.
Decís que sí,
me querés tanto como a ellos.

Entonces no soy la única, Tzalel, somos todos
los que estamos de pie
equidistantes,
los que querés.
No recuerdo pero
sé que te conozco:

si estás en mi sangre
para desatar un nudo de llanto.









Beso

Beso
en un banco
de una plaza
una noche
después de una fiesta.








Sepia

En el circo oímos
el chirrido de una puerta:
camarín de madera,
circo rancho de paja
y sale el trapecista y hace piruetas
y nosotros miramos con todo
el cuerpo el vaivén del suyo:
ojos nuestros trepados de sus piernas
nos invita gran anfitrión
con él vamos y tocamos el cielo
y nadie falta al péndulo mágico
y crece, nos envuelve
hasta que los hilos se aflojan
en nuestras sonrisas:
caen
las narices rojas
mi madre no me mira
se sueltan los ojos
y el trapecista baja
y otra vez la puerta:
el chirrido de la madera
el camarín cerrado
y el cielo
rancho de paja.

2 comentarios:

  1. falleció ayer :(
    http://www.hablandodelasunto.com.ar/?p=7445

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  2. GRACIAS GABRIELA, SUBO UNA NOTA A MI FACEBOOK
    COMO HOMENAJE A MARINA
    FERNANDO

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