sábado, 12 de marzo de 2011

SIEGFRIED SASSOON [3.336]




Siegfried Sassoon

(Brenchley, 1886 - Heytesbury, 1967) Poeta y prosista inglés. Descendiente de una acomodada familia judía, estudió Derecho en Cambridge y participó en la Primera Guerra Mundial, viviendo la atrocidad de la realidad bélica y comprendiendo hasta qué punto ésta era ignorada o explotada en el país por los oficiales, los eclesiásticos y los políticos. Hizo de ello un tema de su poesía, en la que denunció el militarismo y puso al descubierto la falta de heroicidad de los soldados y las hipocresías de la maquinaria bélica.



En composiciones desnudas, duras e incisivas, reunidas en The Old Huntsman and Other Poems (1917), Counter-Attack and Other Poems (1918), The War Poems (1919), Picture-Show (1919), usó a menudo una técnica de contraste entre personajes o situaciones u opiniones que todavía resulta incisiva y sigue siendo el motivo principal de su popularidad. Denunció, tanto en su poesía como públicamente y en las obras en prosa, la prolongación inútil del conflicto; desafió a las autoridades arrojando al mar la Cruz de Guerra que le había sido concedida.

Fue un miembro activo del Partido Laborista y dirigió el Daily Herald, volviéndose cada vez más satírico en su poesía, en la que siguió visitando los recuerdos de la guerra o en la que atacó a la burocracia, las buenas intenciones y la pasividad de la burguesía, como en Satirical Poems (1926). Más tarde, su vena satírica se hizo más reflexiva, de pensador solitario sobre los temas eternos como la muerte, el tiempo, el pecado, recuperando las maneras clasicistas pero sin abandonar el convencionalismo y siendo poco original en el estilo, en libros como The Heart's Journey (1928), Vigils (1935), Rhymed Ruminations (1940), para abrazar al fin el cristianismo y diluir sus postulados morales y filosóficos en sus últimas producciones.

En la actualidad, la crítica da mayor importancia a su prosa, reunida en dos trilogías. La primera, Memorias completas de George Sherton (1937) es una pseudoautobiografía situada en la época victoriana tardía, tal como se vivió en el medio rural acomodado, con su afición por la caza y el deporte. Sassoon crea un clima idílico y agreste que, más tarde, destruye la guerra; entonces describe los años de la guerra, abundando en retratos memorables y sugiriendo que el conflicto fue una especie de iniciación a la madurez: el idealismo, el humor y el desencanto se alternan, y sobresale la figura de un hombre sabio, que ha vivido, más atractivo que Sassoon, aunque menos intelectual y menos sensible.

La trilogía autobiográfica The Old Century and Seven More Years (1938), The Weald of Youth (1942) y Siegfried's Journey, 1916-1920 (1945), menos interesante estéticamente, es más válida como documento sobre la maduración del poeta y sobre la personalidad de otros escritores de la época (Owen, Hardy, De la Mare, O. Sitwell), y conserva un equilibrio entre la reflexión madura y dolorosa, y el humor incisivo y desencantado.



La gloria de las mujeres

Ustedes nos aman cuando somos héroes, cuando estamos de licencia,
O cuando somos heridos en una batalla memorable.
Ustedes idolatran las condecoraciones; creen
que el honor redime la tragedia de la guerra
Nos hicieron proyectiles. Al escuchar con placer
Las historias de inmundicia y peligro ustedes se emocionan con candor.
Se enorgullecen de nuestro entusiasmo mientras combatimos,
Y lamentan nuestras homenajeadas vidas cuando estamos muertos.
No pueden creer que las tropas británicas se “retiran”
Cuando el último horror del infierno las desgarra, para escapar
Pisoteando los espantosos cadáveres-cubiertos con sangre.
¡Oh! madre alemana que reposas al lado del fuego,
Mientras tejes calcetines que mandarás a tu hijo,
Su rostro se hunde más y más en el fango.

Versión de Evelio Rojas Robles



El general

“Buen día; buen día ¡” dijo el General
Cuando lo encontramos el último fin de semana en nuestro camino al frente.
Ahora los soldados a quienes él sonreía, están muertos en su mayoría.
Y maldecimos a su estado mayor por puerco e incompetente.
“Él es un viejo anuncio de cereza”; le gruño Harry a Jack
A medida que marchaban hacia Arras con rifle y mochila.

Pero él hizo para ellos dos su plan de ataque.

Versión de Raúl Racedo



Ellos

El Obispo nos dijo: Cuando los muchachos regresen
No serán los mismos. Por que ellos pelearon
En una causa justa: lideraron el último ataque
Contra el Anti Cristo; su sangre de camaradas compró
El nuevo derecho para multiplicar una raza honorable,
Ellos retaron a la muerte y la enfrentaron cara a cara.”

“¡Ninguno de nosotros es el mismo!”, Replicaron los muchachos.
Para George fue perder sus dos piernas; y Bill esta ciego como una piedra;
Al pobre Jim le perforaron los pulmones y le gustaría morirse;
Y a Bert se lo llevó la sífilis: Usted no encontrará
Un chico que no haya tenido un cambio al servir”
Y el Obispo dijo: “Los caminos de Dios son extraños.”

Versión de Raúl Racedo





Suicidio en las trincheras

Conocí a un soldado raso
que sonreía a la vida con alegría hueca,
dormía profundamente en la oscuridad solitaria
y silbaba temprano con la alondra.
En trincheras invernales, intimidado y triste,
con bombas y piojos y ron ausente,
se metió una bala en la sien.
Nadie volvió a hablar de él.
Vosotros, masas ceñudas de ojos incendiados
que vitoreáis cuando desfilan los soldados,
id a casa y rezad para no saber jamás
el infIerno al que la juventud y la risa van.

Spanish translations  Eva Gallud Jurado (Salamanca, 2011)




Suicide in the trenches

I knew a simple soldier boy
Who grinned at life in empty joy,
Slept soundly through the lonesome dark,
And whistled early with the lark.

In winter trenches, cowed and glum,
With crumps and lice and lack of rum,
He put a bullet through his brain.
No one spoke of him again.

You smug-faced crowds with kindling eye
Who cheer when soldier lads march by,
Sneak home and pray you’ll never know
The hell where youth and laughter go.



Ataque

Surge al alba enorme y parda la colina
en el salvaje sol púrpura de frente fruncida
ardiendo a través de columnas de humo a la deriva
envolviendo
la amenazadora pendiente arrasada; y, uno a uno,
los tanques se arrastran y vuelcan la alambrada.
La descarga ruge y se eleva. Después, torpemente agachados
con bombas y fusiles y palas y uniforme completo,
los hombres empujan y escalan para unirse al encrespado
fuego.
Filas de rostros grises, murmurantes, máscaras de miedo,
abandonan sus trincheras, pasando por la cima,
mientras el tiempo pasa en blanco apresurado en sus
muñecas
y aguardan, con ojos furtivos y puños cerrados,
luchando por flotar en el barro. ¡Oh Dios, haz que pare!

Spanish translations  Eva Gallud Jurado (Salamanca, 2011)



Attack

At dawn the ridge emerges massed and dun
In the wild purple of the glow’ring sun,
Smouldering through spouts of drifting smoke that shroud
The menacing scarred slope; and, one by one,
Tanks creep and topple forward to the wire.
The barrage roars and lifts. Then, clumsily bowed
With bombs and guns and shovels and battle-gear,
Men jostle and climb to, meet the bristling fire.
Lines of grey, muttering faces, masked with fear,
They leave their trenches, going over the top,
While time ticks blank and busy on their wrists,
And hope, with furtive eyes and grappling fists,
Flounders in mud. O Jesus, make it stop!



La investidura

Con una lista de caídos en Su mano, Dios
se sienta dando la bienvenida a los héroes que han muerto
mientras ángeles sin pena se alinean a cada lado
tranquilos en pie en los prados Elíseos.
Entonces, tú llegas tímido al jardín a través de las puertas
luciendo un vendaje empapado en sangre en la cabeza
y Dios dice algo amable porque estás muerto
y añoras tu casa, descontento con tu destino.
Si yo estuviera allí, lanzaríamos calaveras como bolas de
nieve a la muerte
o nos fugaríamos para cazar en el Bosque del Diablo
con fantasmas de cachorros que antaño paseamos.
Pero estás solo y la soledad anula
nuestras bromas terrenas; y extrañamente sabio y bueno
vagas desamparado por calles de oro.

Spanish translations  Eva Gallud Jurado (Salamanca, 2011)


The Investiture

God with a Roll of Honour in His hand
Sits welcoming the heroes who have died,
While sorrowless angels ranked on either side
Stand easy in Elysium’s meadow-land.
Then you come shyly through the garden gate,
Wearing a blood-soaked bandage on your head;
And God says something kind because you’re dead,
And homesick, discontented with your fate.

If I were there we’d snowball Death with skulls;
Or ride away to hunt in Devil’s Wood
With ghosts of puppies that we walked of old.
But you’re alone; and solitude annuls
Our earthly jokes; and strangely wise and good
You roam forlorn along the streets of gold.

From: Counter-Attack and Other Poems (1918)




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