sábado, 13 de noviembre de 2010

1846.- ALEJANDRO GÓMEZ GARCÍA

ALEJANDRO GÓMEZ GARCÍA, Madrid,1980.
Cursó estudios de Arquitectura Técnica en la Universidad Politécnica de Madrid.
Artista polifacético :poeta, fotógrafo, músico percusionista, pintor .
Ilustrador de los libros :
Territorio Prohibido. Autora :Teresa Arrazola
(Editorial Beaumnont, Minnesota, USA 2009 )
Es un crimen talar el almendro florecido.
Autora María Teresa Bravo
Ediciones Silva, Tarragona 2010).
Susurros de Amor
Autora Jéssica Arias
Cuadernos del mar de Alborán , Málaga.2010
La Cruz del verbo
Autora Rosario Bersabé
Editorial Silva , Tarragona2010
Colaborador de diversas publicaciones poéticas internacionales en las que destacan: Gaceta del Centro Histórico Nacional de Guatemala, Estrellas poéticas, e Isla Negra (Argentina) .
Violeta malabar , Editorial Beaumont, Usa 2010
Autor Conjunto de textos con María Teresa Bravo de Violeta malabar
Mantiene el blog http://agomez-arte.blogspot.com/





FRAGMENTOS DESAPARECIDOS DE CÓDICES MAYAS.

Libre interpretación del autor

FELONÍA

"Todas las cosas por fuerza inmortal, ocultamente, están ligadas una a otra, tanto, que uno no puede tocar ni una flor sin perturbar a una estrella".
Proverbio azteca

Nunca me vieron la cara.
Entre susurros,
conspiraciones y grandes banquetes,
nunca entendí,
de qué me hablaban los hombres de uñas largas
y siempre con fruta en la boca.

Yo quise a mi gente,
y muchos murieron por ver
a los chicos que corrían por los maizales,
en un mayo abrasador
-los envidio-.

Luego,
cuando los chamanes empezaron a ver dioses en la tierra,
ya era demasiado tarde para levantar las grandes torres.

El pueblo pidió al Sol
su bermejo mañanero:
y todo se lo di:
desde las piedras solemnes,
hasta las cuevas de los acantilados.

Corrimos,
pero los tejados de las chozas ardieron
como si el Sol hubiera rodado por las calles.

Me rendí,
no como un emperador,
sino como el hueso de un perro:
enterrado y olvidado al antojo de su nuevo dueño.

II

"Pueden pasar 1000 años para que suceda algo extraodinario, pero basta
con el suspiro de un dios para que el curso de los tiempos cambie"

Proverbio maya.


He visto crecer los campos de tlayoli,
sacrificar a los hijos de mis abuelos desde escaleras rojas.
No todo era escritura incognoscible,
planetas y barcos del más allá.

Hubo tiempo fértil –Sol-,
noches en que los besos eran más grandes que cualquier ciudad.

Un día desaparecimos entre canciones y leyendas.
Aquella noche la selva no paró de gritar a la Pachamama
-aún se escuchan los gritos-
entre la paja que ardió y la peste de Hernán Cortés:
luché en el fango contra pieles de piedra plateada.
Me ahogué en D.F.





MADRE

Recuerdo a mi madre recogiendo frijol,
venir cansada,
buscando un abrazo que nadie le daba,
mirarme como a un anciano,
e ir a llorar sola al río
-tenía las manos de un hombre.

La recuerdo
apilando maderos, como nos enseñó padre,
y darles fuego con las brasas de la noche.

Ahora dicen que él está en el fuego de las hogueras.
Ella nunca se lo creyó.





PADRE

Padre:
es la mano que se extiende desde la hoguera,
hasta el lago dócil.

En las madrugadas, al raso,
no hay padre sino tribu;
y todos lloramos si toca partir.

Él es corteza de árbol,
hermano y espíritu protector cuando parta.
Entonces,
él será tribu otra vez
-cuando todos lloramos-.






CHAC BOLAY

Soy toda la selva del mundo,
ríos y árboles en la madrugada
-negro acechante.

Instinto salvaje:
camino hacia el crepúsculo,
en busca de la yugular de Tonatiuh.

Curtid mi piel,
y osad vestiros con ella.

Seréis nadir.

Ni así llegaréis a ser Jaguar.





TÓTEM

Mira esos cedros.
Dentro de ellos
se hallan los osos y águilas que partieron sobre sus raíces.

No es tan complicado de entender
lo que el cedro dice cuando habla con el viento:
habla de a quién lleva,
de cómo, aún, no está en el mundo del espíritu.

Nosotros lo tallamos
para dejarles andar su camino:
así, ellos nos protegen y ayudan en el nuestro.

Si alguna vez la palabra fue árbol solemne:
Tótem.







CHAMÁN

Si te arranco esta flecha,
y tu corazón sigue latiendo,
no es que quiera aliviar tu dolor,
ni quiera consolarte;
no pretendo sanar tus heridas,
sino tu espíritu,
el que aún no está preparado para partir si te quedas.

Sólo estoy aquí para guiar.
Soy chamán.






RÍO PAPALOAPÁN

Tiro una piedra contra otra,
y estalla en charcos de brea secos,
los más pequeños como élitros de escarabajo
-lascas-

Reflejan mi cara en su relieve;
rozo el canto y me corto.

¡Me corta una hoja que no es de árbol!

Tallarla:
vida y muerte.
-obsidiana-






AYAHUASCA

Esa noche no lo sabía.
Noté las gotas caer en el cerebro.
Se me puso el cuello rígido
y la nuca no paró de recorrerme el cuerpo.
Risas, pupilas dilatadas,
hombres en túneles cromáticos,
figuras matemáticas,
caminos hacia palacios:
miedo.

Hablé con el agua
-su lenguaje son las ondas-.
Ella siempre se comunica cuando la perturbamos.
Salta,
se abre un hueco o nos empuja
-si está en calma, es así.

Experiencias:
ataraxia.
Sólo es un camino.






MADRE TIERRA

Este sitio sin pisar,
aquí
donde sólo ha estado la sombra
de algún pájaro o el viento.

Estas plantas,
que nunca sintieron odio
-solo el agua-
florecen alegres para morir al sol.

Esta hormiga no morirá porque yo la pise,
pues yo podría ser una rama
y no por eso acabar en la hoguera sin ser bastón.

¿Por qué te niegas el espíritu?
¿Por qué no te dejas caminar?

Decidme:
¿Por qué ahora te llamas hombre,
cuándo nunca fuiste más que un grano de su arena?






ETERNO RETORNO

Aún recuerdo la noche en la que besaste por primera vez.

Parecida a ésta,
también había un gran árbol cerca y se oía el río.

Tus pupilas son las mismas que las de entonces;
tu cuerpo es otro, sí,
pero tu espíritu sigue siendo el mismo,
el mismo que aquella noche me hizo enamorarme de ti para siempre.

Ahora te he encontrado en una ciudad,
lejos de nuestros hermanos y de nuestra tierra.

Dices que te vas,
que quieres saber quién eres
-yo también-.

Esta vez no me preocupa,
sé, que volveré a encontrarte,
en otro lugar,
en otro tiempo,
en otro cuerpo,
en otro beso que nos devuelva a los dos,
a aquella noche en la que nos conocimos.





LOBO

Sé que te irás,
que dejaras de paso estos ríos y praderas.

Tu cuerpo ya nunca tocará al mío
-noche en vela-
y tu voz se perderá en el murmullo de mis recuerdos.

Pero no decaeré:
aullaré en la noche tristeza,
y devoraré hasta los huesos esta vida
-seré un lobo-.






ÁGUILA

Vuelo entre los copos de la nevada
- blanco presagio-
sorteando el humo de las cabañas,
vuelo en contra del viento de la tormenta.

Vigía en la cima,
cielo cuanto más de este haya.

Soy para ti, el de ahí abajo,
el que lleva sujeto en el pelo su gran anhelo,
la madre tierra
-envergadura abrazada-.





VÍSPERA DE LA BATALLA

Víspera en la batalla,
son las risas descaradas en el fuego,
-caninos en la boca-
viajes de ayahuasca.

Apenas duermo el llanto en el abrazo.
Corre,
dame un beso, que amanece.





MAÑANA ROTA

Gritos de guerra en la hoguera, tambores
-noche llorada-.

La mañana se rompió
-muerte-
trote rápido y por nuestra tribu.

Lanzas clavadas,
flechas en el corazón...






RENDICIÓN

Morir no debe ser peor,
que vivir esta cruel suerte.

Mírame:
aquí están mis ojos,
en la palma de la mano los guardo,
por si vinieran los cuervos.

Y atada a los huesos,
llevo la piel en pedazos,
para los buitres y dingos.

No sé donde iré,
lejos buscaré un lugar donde no haya agua
y nunca se ponga el Sol.
-laberinto desértico-.

Seguiré ese camino,
aunque mis pies se llenen de tierra
y me tenga que arrastrar.

Seré carroña,
vendrán los cuervos.


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