jueves, 3 de febrero de 2011

2964.- LUCIANO ERBA


Luciano Erba ( Milán , 18 de septiembre 1922 - Milán , 03 de agosto 2010 ) fue un poeta, crítico literario y traductor italiano.
Fue profesor de literatura francesa y literatura comparada en la " Universidad Católica de Milán.
Erba, uno de los más grandes poetas italianos del siglo XX, murió en Milán a la edad de 88 años. Profesor de en la Universidad Católica de Milán y especializado en literatura francesa, publicó su primer volumen de poemas, "Línea K" en 1951.
A lo largo de una carrera marcada por libros como "Il male minore" (1960), "Il nastro di Moebius" (1980) y "L'ippopotamo" (1989), Erba refinó un estilo personal alejado de los modelos dominantes en la poesía de su tiempo, el hermetismo y el neorrealismo. Traductor de Francis Ponge, Jacques Prévert y otros autores franceses, fue también co editor con Pietro Chiara de una antología de la poesía italiana del siglo XX.

OBRAS:
Linea K (1951), Il bel paese (1955), Il prete di Ratanà (1959), Il male minore (1960), Il prato più verde (1977), Il nastro di Moebius (1980), Il cerchio aperto (1984), Il tranviere metafisico (1987), L'ippopotamo (1989), Variar del verde (1993), L'ipotesi circense (1995), Nella terra di mezzo (2000), "Si passano le stgioni" (2003), Un po' di repubblica (2005) e "Remi in barca" (2006).








La gran Jeanne

La Gran Jeanne no hacía distinciones
entre ingleses y franceses
con tal que tuvieran las manos
como le gustaban a ella
viven en el puerto, su hermano
trabajaba conmigo
en 1943.
Cuando me vio en Lausana
donde yo discurría con traje estival
dijo que podía salvarla
y que su mundo estaba alli, en mis manos
y en mis dientes que habían comido liebre en la alta montaña

En el fondo
había querido la Gran Jeanne
convertirse en una señora de bien
tenía ya un sombrero
azul, ancho, y con tres vueltas de tul






"Ser europea"

Milán tiene crepúsculos de un rojo dorado.
Un punto de vista como otra cualquiera
eran los huertos de la periferia
tras las casonas de la "Humanitaria".
Entre setos de saúco y algunas portezuelas
hechas de lata y de postigos descolgados,
el olor de una fábrica de café
se unía lejano al aroma de las fundiciones.
Por aquella herrumbre que reinaba invisible
por aquel sol que descendía más vasto
en Piamonte en Francia quién sabe dónde
me parece estar en Europa:
mi madre sabía muy bien
que no estaría mucho tiempo a su lado
y sin embargo sonreía
sobre un fondo de dalias y alheliés.


De: Poesía italiana del siglo XX, Javier Sologuren
y Carlos Germán Belli, Universidad de Antioquía,
2006 y Memoría y Utopía, la primacía de la intersubjetividad,
de Luisa Passerini, publicaciones de la Universitat de Valencia
y Editorial Universidad de Granada, 2006








El conductor de tranvías metafísico

Regresa a veces el sueño en que me veo
maniobrar un tren sin vías
entre campos de papas e higueras verdes
en los cultivos las ruedas no se hunden
esquivo espantapájaros y cabañas
voy hacia setiembre, octubre
los pasajeros son mis muertos.
Al despertar reaparece la antigua duda
si esta vida no es un evento casual
y el nuestro sólo un pobre monólogo
de preguntas y respuestas caseras.
Creo, no creo, cuando creo querría
llevarme al más allá un poco de acá
incluso la cicatriz que me marca
una pierna y me hace companía.
¿Y entonces? parece decir in excelsis
otra voz.
¿Otra?

de Il tranviere metafisico, 1987










El hipopótamo

tal vez la galería que se abre
el hipopótamo en la espesura de la jungla
para llegar al río, a los curvos pastos
de hojas nacidas en forma de corazón

tal vez el paso entre árboles y lianas
los obstáculos arrancados, las imprevistas
irrupciones del azul en las tinieblas
sobre un húmedo estrago de orquídeas

tal vez esto y cualquier trazado
como en París la Neuilly-Vincennes
o la humilde calle florida de Genzano

o un canal de Marte, no son otra cosa
que eventos privados de sombra y de reflejo
sólo una señal que se señala a sí misma

de L'ippopotamo, 1989









Otro paseo

Soledad insensata me regala
la vela en el mar, el convento
de tierra firme
abosorto animal doméstico
sobre la joroba más aérea del Apenino.
¡Montaña que no esperaba!
Sobre el camino que abajo da vuelta
se alborota la primavera si pasa
la jauría de la nueva riqueza.
Los he visto
frentes calvas al volante
mujeres perfumadas y mafiosos
verdaderos
en el alegre tapizado de las carrocerías.
Lejanos los motores de los domingueros,
quedamos nosotros piedras claras en el azul
¿quién nos protege?








Algo

Es una avenida de Milán
y veloz
voy hacia occidente.
Ya se ven algunas luces
pero el cielo está todavía claro
claras las nubes lejanas.
Dentro de poco doblaré
para regresar a mis libros
ensimismado
en su secreto
y en la noche
estaré tras los postigos
como una estatua ansiosa.











Tabula rasa?

Es cualquier noche
atravesada por tranvías semivacíos
corriendo a saciarse de viento.
¿Me ves avanzar como sabes
en los barrios sin recuerdo?
Tengo una corbata crema, un viejo peso
de deseos
espero solo la muerte
de cada cosa que debía tocarme.

de Il male minore, 1960









Los años cuarenta

Parecía todo posible
dejar atrás las curvas
con un supremo golpe de freno
galopar de pie sobre la montura
otras soberbias cosas
más nobles prósperas cosas
aparecían a la altura de los ojos.
Ahora los años giran veloces
por cielos sin presagios
te despiertan de azules asomados
en una habitación de muebles con espejos
estudias las combinaciones de los trenes
pasas un umbral florecido de salvia roja
lees "Hola" sobre un felpudo
más tarde sales en mangas de camisa
a sacudir la ensalada del mantel.
La línea de la vida
deriva calla se obstina
salta desfila
entre los pálidos montes de los dioses.

de Il prato più verde, 1977



Versiones de Jorge Aulicino
[http://campodemaniobras.blogspot.com/2010/12/luciano-erba-poemas.html]

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