jueves, 27 de enero de 2011

2942.- LUIS ARIAS MANZO


LUIS ARIAS MANZO. [Melipilla – Chile, 1956] En 1973 tenía 17 años cuando ocurrió el golpe de Estado del general Pinochet. Debió salir al exterior en marzo de 1975 y sólo volvió al país en febrero de 1991. Sus últimos 12 años como exiliado los vivió en Francia. Sus estudios los dirigió hacia el ámbito de la construcción: es proyectista de arquitectura y topógrafo, también hizo estudios de economía de la construcción. En la Facultad Católica de Lyon [Francia] realizó dos años de estudios de la lengua francesa.

Es el fundador y Secretario General del Movimiento Poetas del Mundo, instancia que agrupa a esta fecha [Diciembre 2008] más de 4.500 poetas adherentes y está presente en más de cien países de los cinco continentes.
Asimismo es autor del Manifiesto Universal del Movimiento Poetas del Mundo [traducido a 20 idiomas]. Fue reconocido en Ginebra como Universel des Ambassadeurs de la Paix, un cargo diplomático honorario, incluso ha llevado su palabra hasta la República Islámica de Irán en audiencia con el Presidente Mahmud Ahmadineyad. También ha sido invitado a Jordania por la Reina Noor donde representó al continente americano en el 25º Festival de Jerash.
De mayo 2004 a octubre 2005 se desempeñó como primer Vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Poetas [ASOLAPO] y en esa función organizó el XIº Festival Latinoamericano de Poesía: “José Partí – Gabriela Mistral”, realizado en octubre 2005 en Valparaíso, lo que le valió un reconocimiento del gobierno de Chile.
En Chile, desde 2005 a la fecha, cada año en el mes de octubre, ha organizado exitosamente un encuentro internacional de poesía denominado “OCTUBRE: Tras las Huellas de Poeta”, donde participan poetas de América, Europa, incluso del lejano oriente.
Ha participado como invitado especial en numerosos eventos culturales y poéticos en América del Sur y ha recibido cuantiosos reconocimientos por su creación literaria y su labor de gestor cultural.

Es autor de tres libros: Agualuna [2002], Mil años de Amor [2003] e Instantes [2004] Apostrophes Ediciones [Chile]. Los primeros tratan de dos encuentros místicos: Agualuna es una tarotista panameña que llega a despertar su intuición, Mil años… está dedicado a una doctora francesa que lo ha conocido en una vida anterior.

En ellos, inclusivamente, va narrando parte de sus experiencias en tiempos de la dictadura de Pinochet y va revelando, de manera apasionante, su propio despertar espiritual y sensitivo. El tercer libro es el relato de un viaje, por tierra, a Brasil; el tiempo sobre el bus se dilata y permite que en sus intersticios afloren recuerdos vividos 27 años antes en Argentina durante su primer exilio mientras se ejecutaba la “Operación Cóndor” [Se trataba de un plan represivo, hoy conocido y denunciado, diseñado para aniquilar a los opositores de las dictaduras militares de América del Sur, entre cuyas víctimas se cuentan 119 chilenos refugiados en Argentina. Fue en el marco de la investigación internacional de esta ‘operación’, que el Juez español Baltasar Garzón logró mantener detenido en Londres al General Augusto Pinochet durante un año y medio, hasta los primeros días de marzo de 2000].. Los personajes que se suman al viaje propician las síntesis de sus historias pasadas; se vuelven signos.

En sus tres trabajos surge el conflicto entre materialismo y espiritualidad, tan presente hoy en día en las sociedades supuestamente avanzadas, en la llamada ‘modernidad’. En ellos está el amor [el posible y el irrealizable]... Aunque se trata básicamente de novelas autobiográficas, la poesía hace acto de presencia con una intensidad casi similar a la de la prosa, lo que hace de sus obras un trabajo muy apasionante y completo, que se va leyendo con facilidad, por el interés que suscitan las historias y la intriga que van despertando, en todos sus planos. Es mediante el relato de estos encuentros fugaces y románticos en que el autor da cuenta a través de la crónica histórica de los sucesos que a todo chileno le han marcado, y que en el caso del protagonista determinaron de forma dramática, el transcurso posterior de su vida.

Su obra poética está presente en numerosas antologías editadas en América Latina y en la red de Internet.





[del libro: 'Agualuna']

Agualuna XIII

Cada pincelada de ese poeta
Moribundo por el desprecio cotidiano,
O la metáfora de ese pintor
Dislocado por el hambre rutinario,
Errantes por las calles vacías del barrio,
Y sin embargo, tan transitadas,
Me recuerdan su nombre, Agualuna,
Y quiero tu pincel, poeta amigo,
Y quiero tu pluma, pintor hermano,
Para dibujar el nombre de mi amada
Y escribir de azulejos su rostro florecido.

Hace rato que vengo sollozando
Por este camino de siglos en el tiempo,
Muéstrenme ustedes el lugar exacto,
Sabios errantes sin reconocimiento,
Mentes golpeadas por la sequía humana,
Aguerridos luchadores del espacio vacío,
Viajantes del cosmos y del karma,
Donde se encuentra la frontera fría
Que divide sin compasiones,
La oscuridad de mi pena centenaria
Y la claridad de mi alma enamorada.

Ya me voy perdiendo en la búsqueda eterna
Y no me puedo hallar entre la camanchaca,
Las respuestas se van esfumando lentamente,
Como pinceladas románticas cuando le escribo,
O como corre la tinta cuando dibujo su nombre,
Yo no los quiero agobiar con mi impertinencia,
Pero ¿a quién recurrir en estos años metálicos?
¡Quién mejor que ustedes conoce la paciencia
Para soportar tanta injuria de la ignorancia!
Yo sé que ustedes, hombres del mundo y la calle,
Sólo ustedes podrán acompañarme en mi ocaso.








Agualuna XIV

Amor de agualuna, hace unos días tuve un sueño;
Estábamos en un bosque de árboles nativos
Éramos un grupo de guerreros y guerreras,
Luchábamos por causas justas y divinas,
Y de pronto vino la asonada,
Éramos presa de una emboscada
De donde nadie salió con vida,
Fuimos salvajemente asesinados,
Pero antes tuvimos tiempo para un pacto
El que todos con nuestra sangre firmamos.

Pasaron los años y los siglos,
Las edades de los calendarios,
Vinieron las guerras y las ocupaciones,
La blasfemia de las leyendas de los ancestros,
Y la impostura de los verdaderos guerreros,
Las masacres y los golpes de Estado
Las torturas y los crímenes sin nombre,
Como si hubiesen sitiado al mundo,
Todo lo veía en una secuencia de imágenes
Que desangraban mi nombre.

De pronto apareció la luz apagada por los años.
Era una mirada conocida y sufrida por el tiempo.
Me tomó la mano, la apretó hasta doler.
Te estaba buscando, me dijo.
Te he buscado y por fin te encuentro.
Sabes, ya estamos todos de vuelta,
Ya todos estamos cumpliendo con el pacto,
Regresamos del bosque de luciérnagas,
Allí donde nos quemaron la piel y los huesos,
Pero olvidaron de quemarnos el alma.

Me he despertado de aquel recuerdo, amor,
Y en mi interior enardecido por los incendios,
Que vibra como se estremecía con tu mirada,
No puedo dejar de ver la línea discontinua
Del horizonte en llamas de sol y tierra sombría.
Amor, déjame encontrar el abrigo en tu fortaleza,
Dame la explicación a tantas cabalgatas de oro
Por llanuras mil veces transitadas en llanto y espera,
Mi alma se me aprieta como nudos marinos,
Dame tus besos de agualuna, quiero sentir que vivo.








[del libro: 'Mil Años de Amor']

Pachamama III

¿Cuánto tiempo anduve en la oscuridad
Antes que tu llegaras en luces de luciérnagas?
El bosque estaba oscuro desde aquel día
Cuando nos acorralaron en la emboscada.

¿Cuántos siglos estuve perdido
En la memoria muerta de la luz?

¡Qué negro panorama nos pintaron
Con los colores de la nada y del vacío!
Creían que nos enceguecían y nos mataban,
Pero jamás pensaron en nuestro pacto.

Nos dejaron vagar en el sombrío paisaje
Y en la falla del caos y la perdición.
Pero ya nada nos detiene,
Cada uno de nosotros acude a la cita
Y nos volvemos a juntar como antes
En el abrigo de las grandes gotas de la tempestad.










Pachamama VIII

Esta noche escribo desde adentro,
Desde nuestro mundo, Pachamama,
Desde el espacio que conocemos,
Donde nos amamos en carne y suspiros.

Es un mundo material con forma real,
Pero todo es real, adentro y afuera,
Afuera y adentro es la misma lucha;
La lucha por la existencia y la vivencia.

Es por eso que a veces me aflijo
Como un niño sin recursos,
Como un inocente sin verdades de labios,
Y como un amante sin realidad que favorece.

Pachamama, mujer que me inspiras,
Y que te entregas a mí sólo porque me gustas,
Eres celestial en mis brazos y en mi sangre,
Eres grandiosa adentro y afuera.

Yo era un combatiente adentro,
Tu lo sabes, un guerrero materialista,
No he cambiado, Amor mío, no he cambiado,
Solamente que ahora he mirado por la ventana.

Desde que me conecté con el exterior
Creí que todo se había solucionado,
Que las batallas se habían terminado,
Y que ahora sólo bastaba esperar.

Pero mira que curioso, Pachamama,
A ti que te he amado fecundo,
Siempre es la misma pelea, lo quiera o no,
Siempre habrá que luchar con nobleza.

Ahora comprendo más tus palabras inquietas
Y tu ímpetu por sacar adelante tu mensaje,
Las horas eran pequeñas como segundos
Y yo, impaciente, sólo quería explorar tu cuerpo.

Es que no sabía amada mía, no sabía,
Ahora que sé, porque tu silencio de días
Devora cada minuto de espera mía,
A latigazos me lleva hasta tu cumbre.

Y ya sea, antes o ahora,
Adentro con sufrimientos carnales,
O afuera con dolores legendarios,
Siempre, siempre hay que combatir.

Humanidad por la que tanto he luchado,
El cielo no existe, no existe!!!
Jamás existió, todo fue ilusión,
Solo hay de verdadero, un campo de batallas.

Compañeros míos, torturados y quebrantados,
La lucha nunca fue en vano,
Porque las fuerzas del bien y del mal
Siempre se han enfrentado, allá y acá.

Compañeros míos, fusilados y asesinados,
Sois guerreros de siempre,
Ayer moríais por luchas carnales,
¿Dónde lucháis en estos días?

Pero la lucha siempre es la misma,
Pachamama vino a decírmelo,
Llegó vestida de mujer seductora como ella es,
Me amó, me habló y me enseñó el verbo de la luz.

Ya nos vamos yendo, Amor,
Ya nos vamos yendo calladitos,
Simples y modestos, como siempre,
No a llorar, sino que a luchar.

Ya nos vamos yendo, Pacha,
Siempre es igual, la misma cosa,
Allá afuera en el reino de la luz
O aquí adentro, en el espacio de átomos.

Siempre hay que construir algo,
Nada es gratuito, siempre hay que batallar,
Afortunadamente, Pacha, afortunadamente,
La vida es así, la muerte también.


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