domingo, 13 de marzo de 2011

3390.- ÓSCAR SAAVEDRA VILLARROEL


Oscar Saavedra Villarroel (1977) es licenciado en educación por la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem). Fue becado por la Fundación Pablo Neruda en 2005. Ha participado en el Taller de Poesía de Balmaceda 1215 con Edwin Díaz y Elvira Hernández; en el Taller de Teatro para Profesores impartido por Patricia Tamargo (Universidad Arcis, 2001); participa en el Proyecto Cine Clubes Escolares, organizado por el Área de Cine y Artes Audiovisuales de la División de Cultura del Ministerio de Educación de Chile con talleres impartidos por el crítico de cine y profesor doctor David Vera Meigg; organizador del Cine Foro “Pedagogía y Cine” (Utem); editor de la revista Paedagogus (2000); mención honrosa del I Concurso Nacional de Literatura Joven “Poesía y Cuento On Line”, categoría Poesía; segundo lugar (2001) en el Concurso de Teatro Infantil, Provincia Cordillera, con la obra El muro de los ideales, en 2003 con la obra Mi papá se fue a la guerra o se perdió en una esquina y en 2005 con Un guiño de los niños a la poesía chilena; en 2003, mención honrosa en el concurso de poesía “Conmemoración del trigésimo aniversario de la muerte de Pablo Neruda”, con Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Miguel Arteche, Fernando Quilodrán Volodia Teitelboim en el jurado; en 2005, mención de honor en el XXVII Concurso Nacional Arte y Poesía Joven de la Universidad de Valparaíso. Ha participado en diversas lecturas de poesía: “Poquita fe”, II Encuentro Latinoamericano de Poesía Actual, Fiesta de la Cultura, Día Internacional del libro, Feria del Libro Usado, Violento Sur, Valdivia; Poesía en Tránsito, Concepción, Poesías de Emergencia, Valparaíso; Lecturas en el Yacana, Perú, presentación del libro Anomalías en el Averno, Perú; ha sido publicado en Anomalías, 5 poetas chilenos, editorial Zignos, Perú, 2007; es editor del área Literatura y crítico de teatro de la revista Indie.cl. Ha publicado en revistas de México, Venezuela, Chile y Costa Rica; actualmente escribe su libro dOPING hISTÓRICO, que está constituido por Tecnopacha, Paíscidio, Pachas, Espunkas y Visiones panópticas, y una novela llamada Biblia que es un anexo escritural al libro anteriormente citado, cuyos primeros títulos serán publicados en Perú (editorial Zignos) y España (Ediciones Amarcord).





(Del poemario tecnopacha)

[La lectura visual/ visceral de mi valle] :

Llegué a los veintitrés años.
Me hice hombre a la misma edad.
Idee el cómo y el cuándo de mis conquistas.
Luego como Wittgenstein, construí otro libro
Que echara abajo mis anteriores palabras
/en esta ciudad sin nombre
Les dije a sus habitantes: “he aquí lo que les puedo ofrecer”
Me tiraron piedras. Me gritaron Neoliberal.
Me encasillaron en un demente anárquico.
(Según los contextos en donde anduve)
A los veintitrés años, supe lo que era parir
Sin útero, dejar sin semen mis testículos.
Supe que no quería descendencia
Que solamente la fama me haría símil
A una estrella hollywoodense
De la historia de vuestras histerias.








[Fatales ascensos en estas tierras que habitan lo cósmico]

Ascendí entonces en un ascensor frente al
Ex/congreso nacional, entre Bandera y Compañía
Acompañando a un abogado que decía saber de
Las leyes de la tribu. Me dijo que lo más probable
Era un exilio (España, Francia, Inglaterra, Alemania, Suecia)
Entonces apareció la ira de mi Ethos maldito.
Le dije que yo quería quedarme aquí, aquí no más.
Que la cobardía se la dejaba a la mezcla lívido/antártico,
Y descender era mi proeza
Olvidar, la escritura críptica de mis sensaciones.
De inmediato me subí a un micro en dirección a Mapocho
Y me bajé en un lugar que decía ser la cúpula de los artistas adolescentes.
Ingresé a un taller – disfrazado de muchacho- dirigido no sé por qué
/tipejo
En donde lo primero que supe fue que tendría que competir con espejos quebrados
Y la vejez ansiosa de una creatividad mall.









[La sensibilidad me llevó como un río, me río las costillas, me
giró según los pasos] :

Conocí el Tequila. Conocí de sobremanera la cerveza.
El Terremoto (por ahí en la Piojera)
Lo que era el sexo entre muchas locuras.
Coquetee con una Punky.
Le cagué el rostro a una Jipi.
Tuve sexo con animales. Coprofagia con algunos
Niños del Mapocho
(De puro depresivo)
Fui Onanista en los Urinarios Públicos escribí
Concepciones de vida con un lápiz lazuli de lágrimas
(Y mi Ethos se fue al mismísimo carajo)
Me acerqué y me alejé de una generación vestida
Con tutú
ahí en el intelecto
Supe que la identidad no era sino un puñado de
Polvo en las manos,
Que casi era imposible soñar y escribir con las manos atadas por el aire.









[Disfrazado de muchacho y con rabia] :

Vagué cabizbajo durante semanas
Con una cajetilla de cigarrillos
Y dinero suficiente para ingerir alcohol.
Sin donde ir me hospede en la iglesia
San Agustín (por Santa Rita de Casia)

Me hice llamar el Salvador de la Pacha.
Les dije a todos que comenzaba la Revolución
En esta ciudad nonata.
Algunos creyeron llenarse los bolsillos,
Otros pensaron que el consumismo.
Entonces les dije: hay revolución consumista.
Me tiraron piedras cuando depositaron sus tarjetas
Óscar Saavedra Villarroel Poemas www.artepoetica.net 4/en mi bolso.
Me tiraron corazones cuando les mostré una AFP
Y lo que podrían hacer con sus dineros.
Me volvieron a tirar piedras cuando les dije
La solución está en la cabeza.
Me tiraron corazones cuando llegó la ambulancia
/financiada por privados.









[Me vinieron ideas, una lluvia de ideas, de galácticas ideas,
de hermosísimas ideas] :

Comenzaron a llover corazones.
Tantos corazones que reventaba mi cabeza
Al contacto
Con la sangre virtual de los cielos.
Sentía que al doblar por Morada- andé, por ejemplo,
La tribu levantaría su caverna
Y de su lenguaje
Saldrían espejos llenos
De libros que conducen
La neovanguardia de esta revolución.
Fui corriendo hasta la plaza de la con-institución.
Los corazones se reventaban contra el pavimento.
No había par que me siguiera.
La tribu me reconocía como un loco
Enamorado de esta tierra anoréxica.
Como el demente señor América
Les dije a todos:
He aquí mi verdad.
¡Crucifixión!, gritaron algunos. Otros gritaron:
Bolchevique Emotion.
Comencé a reconocerme como un Broadway.
Como un hollywoodense lleno de estilos televisivos.
Apoyándome en mis atributos les dije:
Lo emotion
Es mi visceralidad puesta a sus pies.
Bolchevique Emotion, gritaron casi todos.
Comencé a tirar mis escritos color rojo/ azul de fondo.
Los anuncios de esta fundación/ revolución.
La honestidad atisbada en los vidrios Marchandaising.
La locura plástica de un molde/cielo.
Estaba tan ola/playa que cuando los vi
Mis ojos/sol fueron hielo sangre de mi
Estrella nativa.
Porque llegaron ellos, la policía Beat,
Azuzados por mis pares, y me golpearon
Contra el pavimento pasto, contra las rocas Andes,
Contra todos los rincones
Sahara de mis ojos.
Me llevaron esposado. A patadas me llevaron
Y mis pares comenzaron a recitar
El canto capitalista de vidrios maniquí
El canto hipnopédico de cerebros occidentes,
Detrás o dentro
Muy adentro de una institución llamada
Dicen: Chile.







[Me dije tantas cosas esa tarde] :

Tengo el derecho a sentirme diamantino,
a ser el sol euro de mis cosacos indios,
a sentirme gloria araucaria neandertal-olimpo,
a decirme Dehesa Dublín,
altiplánico gigoló,
burgués de rulos petróleos
y medirme con el sol de la noche;
hacer gala de mis mejores escuderías
y autos efebos de lo tecnocrático
que soy a ratos
tengo la relativa elección de ser mi cordillera,
beber del hielo punk San Rafael,
coger macho-machi con el poder de la luna;
hacerme hija a cuanta kuyen
de rulos oropelados encuentre
por ahí me puedo emborrachar de neuronas occidentes
violar cuánta niña, madre, pachas;
cortarme de soles los ojos,
rasurar mis voluntades ,
secar mis testículos como desierto
y decir como gangrena:
te infertilizaré el origen, ethos,
para hacer el amor con mi territorio







Del libro Pachas


[dice: soy una playa desnuda detrás de una roca]



Ese Mujerón se jacta de posmodernidad,
en el quinto mundo hasta las costras son posmodernas
-incluyendo letras-idioma /cicatrices o tatuajes en la lengua
o en un cartel publicitario, a lo más arte pop,
grita Pacha Hombre, mientras se tapa los ojos con un dólar
-uno de cien-;
se aparecen sus paparazzis mentales, sus cerebros
occidentes
y quiere otra copa de sauvignon
a la altura de la carne asada, a esta hora de la noche
en que la jarana eurorreinata a comenzado como una samba
tecno,
una balada cumbianchera o simplemente su rock
en un buen español anglicano.
Como la cosa es con ácido,
siente la luna florecer en la retina nublada o erosionada,
que de puro power dictador:
agarra a ese Mujerón, que sigue jactándose de posmodernidad,
y le mete los dedos – o le gatilla- en su corazón críptico vestido de amapolas cortadas por el aire,
le mete la serpiente en sus mares de arena militar, madre,
ese Mujerón reflexiona y dice:
soy la puta más usaísta y cara de este submundo,
de este subsuelo, de este subnormal territorio
en donde he caído
como parásita que avanza según el gusto del sol
y su oropelado semblante reflejado en la pared
que me fresca de vidrios v/s simulacro.



Ese Mujerón tiene diamantes en sus senos de cobre,
copihues en su surrealismo pintado con arena sobre el cuerpo,
ciudades dibujadas en sus retinas,
una postal playa de arena-agua como publicidad que Mr. Estado
ha cancelado a cadenas televisivas del cielo: un corte en las nubes,
bisturí en las noches estrelladas,
incisión/ escisión de la próstata de su lenguaje,
ron y cervezas - a esta hora de la jarana-
un jeans ajustado bien usaísta,
bien hollywoodense, bien trasero operado,
redondo, casi un fenómeno.
Porque ese Mujerón sabe que en el quinto mundo
-entre el banco mundial y la economía familiar: un céntimo-
la tierra se fatiga o se seca la garganta
y dan ganas de echarse un par de mares, un poco de paisajes,
algo de cerros
pero sobre todo pachas o tribus
relativo al ego de la roca por moldear.


Ese Mujerón es una Inti pintada de Arauco
Europa-lila-rosa.
Dice que sus senos son los cerros.
Que sus senos son la láctea del mar y las Espunkas
que los Pachas consumen, Mama, dice
hazme tu mantra, tu tantra, sumatra;
hazme lluvia la cama de mi valle.
Dime si quieres india oropelada.
Dime si quieres plebeya neandertal muy cascada.
Porque yo seguiré el semen venenoso de mi origen.
Seguiré cantando junto a elle Europa
mi canción sorda, muda, ahuecada
bajo un catre de estrellas
en donde me acuesto como reina
y apuñalo los sueños karma
que mi ethos
me siglo apuñala en un quirófano
plagado de paisajes: una playa desnuda, un roca
detrás de la playa,
o más realista: un bisturí y unos ojos haciéndose
globales
como Asia.




Ese Mujerón ríe como un cielo dictador afiebrado de poemas
mediáticos tirados desde el cielo
como una lluvia ácida, como un papel ahuesado ABC1,
bien rucio
bien rociado
bien rumiado
a lo sol.
Porque ese Mujerón
ríe y su risa son mil mares de excrementos
que caen sobre Montparnasse La Victoria
-la tribu se deja llover, se deja mojar la identidad-
y vuela queriendo alcanzar la suma de las cimas
de su mortaja apretada hasta la estética.
Ríe
mientras Pacha Hombre masturba y danza su tecnopacha,
masturba la citadina mirada de la costa, de las costras que bailan
el baile
sideral de los parques céntricos
o instituciones pintadas a lo facho
de cualquier ciudad.
Ese Mujerón ríe como un cielo dictador afiebrado de poemas
que babosean,
que saben de lobby o de “ok mi querido
presi”,
o de “Ok mi querida Insti”.
o de vámonos a tomar una coca, ahí a la esquina,
y parlamos del best seller vampirezco
que leemos en las micros verde rocío.

ahora mira el panorama: alguna tela, alguna costura o por
decirlo con brocha
el óleo imperfecto del ojo,
que ve cómo escribe el cielo la suma sideral de las miserias
o los hechos sumados –bien aristotélico-,
en un plasma,
sentado en un sillón floreado
toma su buen Jack y fuma un habano
cubano,
junto a los dinosaurios del poder y su poema capitalista,
a la intemperie de las vidrieras: entre cobre y postal,
entre oro pobre
o alquimia huachaca, detracito de la tribu,
es decir
frente al monóculo de la pantalla
pinta:

un cielo gris, que nace de sus dedos,
similares a los tubos de escape de la ley.





El poder, grita.
El poder, casi una tormenta.
La llanura, mi mama rosa mis labios.
La ultratumba: Espunkas que me hacen seducir mi sol.
Casi Codelco el vestido rojo capitalismo que rueda
como un neumático en bajada, digamos Cajón del Maipo.
Casi Angelini, la saturación de su tarjeta
de barro-técnico, a lo Baudelaire contemporáneo.
Casi Friedman la salud mental de la güita o la tormenta eléctrica
de los cajeros autómatas
con cerebro y corazón, ay.

Estoy aquí –dice-
mameando al niñocerro
de mi corazón rock tirado a las rocas
de ese Monstruo Andes.
Tirado
sobre alfombras de nieve,
sobre cerros capitanes del aire y sus caballos
de hielo
que se derriten
como flores de seda.


: soy una playa desnuda detrás de una roca
que me dice:
lo que las olas botan la arena lo recoge en imagen
como mis ojos que de puro cámara fotográfica del sentimiento
comienzan a fumar
pasos, pisadas, plisadas olas
que se rompen en la cerca de cemento,
a la orilla de la arena acumulada como castillos media agua,
entre Montparnasse La Victoria
y el cerro París
bien lejos de mis oleajes, bien lejos de mi música o sol
detracito
de la roca, bajo un sol fusil o un sol que acaricia
la piel y hace yagas
o sea: duele.
Una playa desnuda dije, con vergüenza
o si soy sincero:
ese Mujerón me pasa por su facha.


Tengo la culpa, grita el Mujerón.
Tengo la lengua clonada de los Pachas.
El rasurado anglicano del cristiano Estado.
Y qué: camino cuando las horas no dejan
de respirar una tierra.
Siento que el agua de mis cielos roza
el lente que visiblemente me ve
al lado de mi Hombre,
al lado de su serpiente-padre:
bebiendo su leche de día, blanca musa moderna, bebiendo
la leche de noche, blanca musa moderna,
bebiendo y bebiendo:
este paisaje tiene una piel que choca
histórica
contra los ojos de las piedras.


: Y me piedra. Y me solarium Viña del Mar. Y me golfo Bolivia.
Y me preño Austria. Y me bajo la Irlanda Minifalda.
Y me bronceo lonco. Y me taco Italia.
Y me ayuno India. Y me puro largo Cabo de Hornos.
Y me Marea el recuerdo. Y me Marea llamo.
Y me Mujora usaísta. Y me quirófano los ojos.
Y me Perú los dientes. Y me Miami las cortinas. Y me bailo
Colombia. Y me Mr Estado el Poder.
Y me globalizo los ojos como Asia.
Y me pongo
África. Y me África maligna me
arranco. Mujerzuela Norte, me dicen.
Y me puro dilato las neuronas y me puro preño ártica
Antártica
me pongo bien Alaska. Y me Boston los
músculos. Y me clono Neandertal. Y me pongo en cuatro:
para que vengan,
para que sientan:
Lo papel arrugado tirado al basurero que soy.
Lo poema capitalista que soy.
La postal de un edificio que tapa el firmamento y su luz.















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