martes, 21 de diciembre de 2010

JACQUES ROUMAIN [2.585]


Jacques Roumain

(Puerto Príncipe, Haití 1907 - México, 1944) Escritor e ideólogo haitiano. En 1934 fundó el Partido Comunista de Haití, por lo que tuvo que exiliarse. De regreso a su país (1941) organizó una oficina etnológica y desempeñó un cargo diplomático en México. Su evolución literaria parte del estilo entre surrealista y criollo de sus primeras obras (La proie de l'ombre, 1930), pasa por la incorporación de los elementos folclórico y político (Bois d'ébène, 1946) y culmina en la literatura proletaria de su obra maestra, Los gobernadores del rocío (1944).


ÁFRICA

Africa he guardado tu recuerdo Africa
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea

Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación

Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades

Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable

Si la sierra es frontera
romperemos la mandíbula de los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos

Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos.

De Bois d'ébéne (1944; edición póstuma)
- Versión en español: José M. Valverde-



Mugres negros

Mugres negros
Y bien así es;
nosotros
los negros
los niggers
los mugres negros
ya no aceptamos
tan sencillo
se acabó
ser en África
en América
sus negros
sus niggers
sus mugres negros
ya no lo aceptamos
les sorprende
decir: sí señó
cuando limpiamos sus botas
sí padrecito
al misionero blanco
sí amo
al cortar para ustedes
la caña al cosechar
el café
el algodón
el cacahuate
en África
en América
como buenos negros
como pobres negros
como mugres negros
que éramos
que ya no seremos
Se acabaron ya verán
nuestro yes Sir
oui blanc
sí señor
y
cuidado, sargento
sí, mi jefe
cuando se nos dé la orden
de ametrallar a nuestros hermanos árabes
en Siria
en Túnez
en Marruecos
y nuestros camaradas blancos en huelga
muertos de hambre
oprimidos
expoliados
como nosotros despreciados
los negros
los niggers
los mugres negros
Sorpresa
cuando la orquesta de sus cabarés
de las rumbas y los blues
les toque otra cosa
que no esperaba la putería aceda
de sus padrones y zorras enjoyadas
para quien un negro
es sólo un instrumento
para cantar, verdad
para bailar, of course
para fornicar, naturlich
sólo un artículo
que se compra se vende
en el mercado del placer
sólo un negro
un nigger
un mugre negro
Sorpresa
jesúsmaríajosé
sorpresa
cuando agarremos
con risa terrible
al misionero por la barba
para enseñarle ahora nosotros
a patadas en el culo
que nuestros abuelos
no son
galos
que nos importa un carajo
un Dios que
si es el Padre
bueno entonces nosotros
los negros
los niggers
los mugres negros
a creer que no sólo somos sus bastardos
inútil berrear
jesúsmaríajosé
como odre podrido reventando mentiras
tenemos que enseñarte
lo que en definitiva cuesta
predicarnos a punta de chicote y yo pecador
la humildad
la resignación
de nuestra suerte maldita
de negros
de niggers
de mugres negros
La máquinas de escribir mascarán órdenes de represión
castañeando los dientes
fusilen
ahorquen
deguellen
a esos negros
esos niggers
esos mugres negros
Embijados como enloquecidas moscas de carroña
en la telaraña de las gráficas
desplomadas de la bolsa
los grandes accionistas de compañías mineras y forestales
los propietarios de destilerías y plantaciones
los propietarios de negros
de niggers
de mugres negros
y el teletipo delirará
en nombre de la civilización
en nombre de la religión
en nombre de la latinidad
en nombre de Dios
en nombre de la Trinidad
en nombre de Dios pardiez
tropas
aviones
tanques
gases
contra esos negros
contra esos niggers
contra esos mugres negros
Demasiado tarde
hasta el corazón de las selvas infernales
retumbará precipitadoel tartamudeo terrible
telegráfico de los tam-tams infatigables repitiendo
repitiendo
que los negros
ya no aceptan
ya no aceptan
ser sus negros
demasiado tarde
porque habremos surgido
de las cuevas de ladrones de las minas de oro del Congo
y de Sudáfrica
demasiado tarde será demasiado tarde
para impedir en las plantaciones de Luisiana
en los grandes ingenios de las Antillas
la cosecha de venganza
de los negros
de los niggers
de los mugres negros
será demasiado tarde se lo digo
porque hasta los tam-tams aprenderán el idioma
de la Internacional
porque hemos escogido nuestro día
el día de los mugres negros
de los mugres indios
de los mugres hindúes
de los mugres indochinos
de los mugres árabes
de los mugres malasios
de los mugres judíos
de los mugres proletarios
Y aquí estamos de pie
todos los condenados de la tierra
todos los justicieros
yendo al asalto de sus cuarteles
de sus bancos
como un bosque de antorchas fúnebres
para acabar
de una
vez
por
todas
con este mundo
de negros
de niggers
de mugres negros

Del libro: Poesía negra de América. Bliblioteca Era. 1976
Traducción de Jorge Alberto Manrique



GOBERNADORES DEL ROCÍO Y OTROS TEXTOS

SELECCIÓN, TRADUCCIÓN, PRÓLOGO, NOTAS, CRONOLOGÍA
Y BIBLIOGRAFÍA
Michaelle Ascencio



CIEN METROS

A mi excelente camarada Silvio Cator, campeón
Cuatro. Agrupados como
fieras. Cuatro hombres.
Las energías tendidas como cuerdas
se sienten fluídicas, chocan con fuerza
de embrocación,
nerviosamente se estrujan.
Angustia. Angustia
de la espera. Invocación:
Starter. Oh Starter dispara,
libera
¿Listos?
Brazos, hélices bruscamente
en marcha por el disparo
dando vueltas locamente
en cuartos de círculo. Veinte metros.
Todos de frente. Bienestar;
voluptuosidad del viento
entre los dientes.
Cincuenta metros: dos abandonan
cortan el aire. Leñadores
de la fatiga que clava
los músculos al suelo.
Desesperación.
Los otros dos, de frente.
Ochenta metros. Uno piensa
“¿Llegaré o no llegaré?
Sufrimiento.
Sufrimiento del martillo
contra el yunque de mi sien.
Sufrimiento del hoyo negro
entre la miseria de mis piernas
y la llegada. Quiero:
Llego... No...
Quiero. Llego”.
El otro: “¡Ah! Mi cuerpo cansado
¡Ah! Mis pulmones
carburadores dolorosos
de mi pecho en llamas”.
Último esfuerzo del cuerpo lanzado
contra la línea. Rictus de Prometeo
liberado. Tromba.
Al fin.
(Diario del día siguiente:
Fulano ganó por un palmo.)
La hierba es una verde y fresca tumba.



NEGRO

Amiga mía, siéntate en el piano
largo y sombrío como un ataúd:
esta noche mi alma está de luto.
Toca una melodía vieja, y triste,
infinitamente triste, Chopin o Liszt
¡qué importa! Quiero escuchar mi dolor
sollozar. Luego pon tu mano, ay
muy dulcemente sobre mi corazón;
y toda la noche escucharé melancólica
llorar muy bajo dentro de mi, amarga, una música.



DANZA DEL POETA-PAYASO

¡Oh Agni! ¡Tú que flameas en
la sangre del danzarín loco!...
Amarou


Salta en medio de ellos y baila
Con tus piernas finas y tu corazón triste.
Baila alrededor de la pista:
aéreo, desnudo – y lanza
a sus odios el insulto
de tu sonrisa. Gira sobre ti mismo, oh puro,
para calentar tu desesperación,
gira hasta no verlos más
gira, ya no son más
que bruma. Escuchas
ahora vivir la herida
de tu corazón: fueron
¡Fueron! Gira hasta la muerte,
baila, gira, oh poeta, oh llama, oh payaso.
Y canta también la muerte
que aruña tu cuerpo.
Tus labios palidecen,
pero igualmente canta,
tus pies se vuelven pesados, el lazo
se rompe. Ve, poeta, revienta en el nicho del perro.



TORMENTA

Para Ph. Thoby Marcelin

El viento espantó un rebaño de bisontes blancos en la vasta pradera
del cielo. Silenciosos y poderosos aplastaron
el sol: el sol se apagó.
El viento aulló como una mujer en mal de parto:
La lluvia acudió, hija del fuego y del mar;
llegó danzando
y lanzó sobre el mundo cortinas de bruma.
Las hojas cantaron
temblando como debutantes de music-hall;
vino el trueno
y aplaudió. Entonces todo se calló para dejar
aplaudir al trueno; las flores
murieron sin haber vivido; las palmeras agitaron
sus abanicos contra el calor.
Un rebaño de bisontes emigra del oriente al
occidente, y la noche llegó como una mujer de luto.



EL CANTO DEL HOMBRE

Esta es la canción de los soñadores
que se habían arrancado el corazón
y lo llevaban en la mano derecha.
G. Apollinaire

Para A. Vieux 3


I

Quise para mi tristeza
la caricia de las calles estrechas,
para mis hombros sólidos muros duros.
Pero vosotros los habéis, oh hombres
ensanchado con vuestros pasos,
con vuestros deseos,
de tufos de ron,
de sexo y de “draught-beer”4
ando por vuestros laberintos
multicolores y estoy cansado
de mi queja.


II

Así:
Vine hacia vosotros
con mi gran corazón desnudo
y rojo, y mis brazos pesados
de brazadas de amor
y vuestros brazos hacia
mí se han tendido muy abiertos
y vuestros puños duros
golpearon duramente mi faz.
Entonces vi:
vuestras bajas muecas
vuestros ojos babosos
de injurias
Entonces oí
alrededor de mí, croar pustulentos
los sapos–. Así:
solitario, sombrío,
ahora fuerte y mi sombra
mi única compañera fiel
proyecto el arco de mi brazo
por encima del cielo.

_______________________
3. Poeta haitiano.
4. Restos de la cerveza.




ANTOLOGÍA DE LA POESÍA “Indigène”6

LLUVIA

La lluvia, monótona teclea, golpetea
en las ventanas cerradas.
Las luces temblequean
rosas
en la oscuridad densa
relámpagos, serpentinas gigantes,
bailan
retorcidas en los lienzos
del cielo negro.
La noche
despliega sus velos tornasolados
sobre los lejanos
jardines
donde llueve sin ruido
el luto
de las rosas que se deshojan.

________________________________________
6. Pertenecen a esta Antología de la poesía haitiana “Indigène”, los siguientes poemas de J. Roumain: “Lluvia”, “Mediodía”, “Cien metros”, “Tormenta”, “Angustia”, “Espera”,
“Ausencia”, “Espejismo” y “Surgido de una estera de mimbre pintada”.



MEDIODÍA

Las palmeras velan sobre el paisaje
cansadas. Los naranjales llevan racimos de sol
de oro madurados en el mediodía bermejo.
Una palma barre solitaria
las nubes en el azur
donde fulguran
insectos, destellos
súbitamente
nacidos de incandescentes
rayos. Escucho el ritmo del silencio
embalsamado de incienso
de flores irreales.
Mi alma es atraída por la tangencia
de los deseos pesados que atormentan
divinamente inasequibles
la sombra de fantasmas implacables.



ANGUSTIA

Pero tu caro rostro
pero
cómo alzar la cortina
caída sobre la forma de tus sueños
el alma
es demasiado pesada para subir
hasta el espejo de los ojos
y permanezco con las manos tendidas.




ESPERA

El plomo de la noche se escurre en el silencio,
El sufrimiento de estar limitado y la tentación pueril
de avanzar el péndulo que roe el tiempo con dientes irrisorios.
El viento está ciego de transportar murciélagos
y se golpea gimiendo a las puertas del cuarto.

Oh los ojos dolorosos de espiar el arroyo de oro
que vierte el farol tuerto sobre el asfalto
y por el que vendrás milagrosamente pálida
y dulce y los ojos llenos de pétalos.
He aquí la lluvia
que cae, cae, cae, cae.
El arroyo ríe y rueda
con imaginarias pepitas de oro pero tu no vendrás más.
La lluvia
                cae, cae, cae.




AUSENCIA

Estás allí y allí...
pero mis ojos están ciegos de ti.
El dolor me ha lanzado
en medio
del Camino de los cuatro senderos.
No hay salida.
Hacia donde tienda los brazos
estoy crucificado.
Cerrar la puerta,
Abrirla:
la felicidad se queda siempre afuera.
Si estuvieras aquí
tus manos prolongarían mi vida
pero no hay sino el Río
deslizándose entre los árboles sin sombras.
(En la noche
no volverá a encontrar su camino.)
Miro
la Vía Láctea temblar.
Oh inclinarse
cortar las estrellas
y un pedazo del cielo.
Adiós
adiós
mis brazos son una cruz demasiado pesada.



SURGIDO DE UNA ESTERA DE MIMBRE PINTADA

¿Qué mano sacrílega colgó por las barbas a los profetas
del Antiguo Testamento en las ramas de los baobabs?
La luna de miedo de ser empalada por las lanzas
de las palmeras se esconde detrás de una nube.
Noche opaca apenas horadada por el vuelo de las luciérnagas.
Los sapos en los huecos de los bananeros creyendo
ver estrellas fugaces formulan deseos gargarizados
con notas falsas.
El grito de un pájaro de la noche abole lo irreal.
El crujido de mi pluma sobre el papel.
(Paisajes irreales)




CUANDO SUENA EL TAMBOR

Tu corazón tiembla en la sombra, como el reflejo
de un rostro en la onda agitada
El antiguo espejismo se levanta en el vacío de la noche
Conoces el dulce sortilegio del recuerdo
Un río te lleva lejos de las riberas,
Escuchas esas voces: cantan el amoroso dolor
Y en el cerro, oyes ese tambor jadear
como la garganta de una muchacha negra.

Tu alma, es el reflejo en el agua murmuradora donde
tus padres inclinaron sus oscuros rostros
Y el blanco que te hizo mulato, es este poco de espuma
lanzada, como un escupitajo, en la orilla.




CRÉOLE

Bajo el cobertizo,
La encontraste, bajo el cobertizo
La negra vestida de muselinas blancas
–Virginia, me llamo
A sus órdenes, señor–

Al borde del agua,
La viste al borde del agua, bajo las trinitarias
La negra, fresca y desnuda como la sombra.

Virginia. Graciana
vestidas de muselinas blancas o de sombra en flor,
Mis reilonas negras
Cuánto han sido bendecidas por este corazón siempre
insatisfecho.




GUINEA

Es el lento camino de Guinea:
La muerte te conducirá.
He aquí las ramas, los árboles, la selva
Escucha el ruido del viento en los largos cabellos de
eterna noche.
Es el lento camino de Guinea:
Tus padres te esperan sin impaciencia
En la ruta: palabrean
Te esperan
Es aquí donde los arroyos tiemblan
Como rosarios de huesos
Es el lento camino de Guinea:
No se te hará una acogida luminosa
En el negro país de los hombres negros:
Bajo un cielo humeante, atravesado de gritos de pájaros
Alrededor del ojo de la charca
Las pestañas de los árboles se apartan en la claridad que se pudre
Allí te esperan al borde del agua un pueblo apacible y
La choza de tus padres y la dura piedra familiar
Donde reposarás tu frente.




ÁFRICA

tu tiara solar hundida a culatazos hasta el cuello
la transformaron en carcán 8; a tu videncia
le reventaron los ojos; prostituyeron tu faz púdica;
amordazaron, aullando que era gutural,
tu voz, que hablaba en el silencio de las sombras.

África,
no tiembles el combate es nuevo,
el flujo vivo de tu sangre elabora sin decaer
constante una estación; la noche está hoy en el fondo de
las charcas
la formidable espalda de un astro casi dormido,
y persecuciones y combates –así no tuvieras tú para conjurar el espacio
sino el espacio de tu nombre irritado por la sequía.

hozadero hozadero
tierras horadadas de hozadero
zapadas
tatuadas
cuerpo grande
maciza desfigura allí donde el duro hocico hurgó
África los días olvidados que caminan todavía
con conchas curvadas en las dudas de la mirada
brotarán a la faz pública entre felices ruinas,
en la sabana
el árbol blanco de manos rescatadoras
será cada árbol
una tempestad de árboles entre la espuma sin igual y las arenas
las cosas escondidas remontarán la pendiente de
músicas adormecidas,
una llaga de hoy es caverna de oriente,
un temblor que sale de los negros fuegos olvidados es
los estigmas salidos de la ceniza de las palabras amargas
de cicatrices, todo liso y nuevo, un rostro
de antes, escondido pájaro escupido,
pájaro hermano del sol.
________________________________________________
8. Carcán: anillo de hierro colocado alrededor del cuello del esclavo.




MADERA DE ÉBANO  9

A Francis Bradley

Preludio.
Si el verano es lluvioso y triste
si el cielo nubla el estanque con un párpado de nube
si la palma se desanuda en jirones
si los árboles permanecen orgullosos y negros en el viento y la bruma
si el viento abate sobre la sabana un pedazo de canto fúnebre
si la sombra se acurruca alrededor del fuego apagado del hogar
si un velamen de alas salvajes lleva la isla hacia los naufragios
si el crepúsculo ahoga el vuelo desgarrado de un último pañuelo
y si el grito hiere al pájaro
tu partirás

abandonando tu pueblo
su laguna y sus uveros amargos
la huella de tus pasos sobre la arena
el reflejo de un sueño en el fondo de un pozo
y la vieja torre atada a la vuelta del camino
como un perro fiel al extremo de su correa
y que ladra en la noche
un llamado cascado en los pastizales...

Negro propalador de rebelión
conoces todos los caminos del mundo
desde que fuiste vendido en Guinea
una luz vacilante te llama
una piragua lívida
encallada en el hollín de un cielo de suburbios

Chimeneas de fábricas
palmeras decapitadas de una hojarasca de humo
liberan una firma vehemente

La sirena abre sus válvulas
las prensas de las fundiciones cuela un vino de odio
un oleaje de hombros la espuma de los gritos
y se extiende por las calles
y fermenta en silencio
en los tugurios cubas de motines

He aquí para tu voz un eco de carne y sangre
negro mensajero de la esperanza
porque conoces todos los cantos del mundo
desde aquellos de los senderos inmemoriales del Nilo.
Recuerdas de cada palabra el peso de las piedras de Egipto
y el impulso de tu miseria levantó las columnas de los templos
Como un sollozo de savia el tallo de las cañas
Cortejo titubeante ebrio de espejismos

En la pista caravanas de esclavos
elevan
delgadas ramas de sombras encadenadas de sol
brazos implorantes a nuestros dioses
Mandingos Aradas Bambara Ibo  10
gimiendo un canto que estrangulan los carcanes
(y cuando llegamos a la costa
Mandingas Bambara Ibo
de nosotros no quedaba
Bambara Ibo
más que un puñado de granos dispersos
en la mano del sembrador de la muerte)

Ese mismo canto retomado hoy en el Congo
pero ¿cuándo, pues, oh pueblo mío
los cauchos  11 en llamas dispersando una tormenta
de pájaros de ceniza
reconoceré la rebelión de tus manos?

y que escuchaba en Las Antillas
porque este canto negra
quién te enseñó negra ese canto de inmensa
pena negra de las islas negra de las plantaciones
esta queja desolada

Como en la concha el soplo oprimido de los mares
Pero sé también de un silencio
un silencio de veinticinco mil cadáveres negros
de veinticinco mil travesaños de Madera de Ébano

Sobre los rieles del Congo-Océano
pero yo sé
de sudarios de silencio en las ramas de los cipreses
de pétalos de negros coágulos en las zarzas
de ese árbol donde fue linchado mi hermano de Georgia
y pastor de Abisinia

Qué espanto te hizo pastor de Abisinia
esa máscara de silencio mineral
qué rocío infame de tus ovejas un rebaño de mármol
en los pastos de la muerte

No no hay ni canga ni hiedra para ahorcarlo
ni cárcel de tumba para encerrarlo
ni elocuencia para disfrazarlo con las pacotillas de la mentira

El silencio

más desgarrador que un simún de azagayas
más rugidor que un ciclón de fieras
y que aúlla
se eleva
convoca
venganza y castigo
maremoto de pus y de lava
sobre la felonía del mundo
y el tímpano del cielo reventado bajo el puño
de la justicia

África he guardado tu memoria África
tu estás en mí
Como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en el centro del pueblo
haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas de tu sumisión...

SIN EMBARGO
no quiero ser sino de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países
lo que nos separa
los climas la extensión el espacio
los mares
un poco de espuma de veleros en una cubeta de índigo
una lavada de nubes secándose en el horizonte
aquí chozas una marisma impura
allá estepas podadas con tijeras de hielo
pastos de montaña
el sueño de una pradera mecida de los álamos
el collar de un río en la garganta de una colina
el pulso de las fábricas martillando la fiebre de los veranos
otras playas otras selvas
la asamblea de las montañas
habitada por el elevado pensamiento de los gavilanes
otros pueblos

¿Es todo esto clima extensión espacio
que crea el clan la tribu la nación
la piel la raza y los dioses
nuestra diferencia inexorable?

¿Y la mina
y la fábrica
las cosechas arrancadas a nuestra hambre
nuestra común indignidad
nuestra servidumbre invariable bajo todos los cielos?
Mineros de Asturias minero negro de Johannesburgo
metalúrgico de Krupp duro campesino de Castilla viñador
de Sicilia paria de las Indias
(franqueo réprobo tu umbral-réprobo
tomo tu mano en mi mano-intocable)
guardia roja de la China soviética obrero alemán de la
prisión de Moabit indio de las Américas

Construiremos de nuevo
Copán
Palenque
y los Tiahuanacos socialistas

Obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos alza hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio de los tabúes de sangre
hollamos los escombros de nuestras soledades

Si el torrente es frontera
arrancaremos al arroyo su cabellera
inagotable
si la sierra es frontera
quebraremos las mandíbulas de los volcanes
afirmando las cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde se juntan nuestras fuerzas dispersas
por la astucia de nuestros amos

Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la tierra
y agitamos el mortero de los tiempos fraternales
en el polvo de los ídolos.

(Bruselas, junio de 1939)
_________________________________________
9. Para algunos críticos el Preludio de este poema es considerado como un poema aparte.
Nosotros, por el estilo y el contenido, creemos que es un preludio al poema en su totalidad.
10. Se refiere a grupos étnicos africanos que la trata de esclavos suministró a América.
11. Llantas de automóviles incendiadas durante las revueltas callejeras.


Jacques Roumain y Nicolás Guillén

Jacques Roumain – El compromiso


Jacques Roumain nació en 1907 en Port-au-Prince (Haïti). Termina sus estudios en en Suiza para viajar luego a Alemania, a Francia, a Inglaterra y a España donde comienza estudios de agronomía. A los 20 años, vuelve a Haití.

Contribuye entonces muy activamente al nacimiento de la Revue Indigène donde publica poemas, cuentos y traducciones. Muy implicado políticamente, es hecho prisionero por primera vez en 1929. Muy rápidamente también, publica sucesivamente La proie et l’ombre (La presa y la sombra), La montagne ensorcelée (La montaña embrujada) y Les fantôches (Los fantoches). Es de nuevo encarcelado en 1933 y en 1934 cuando acaba de fundar el Partido Comunista Haitiano. Analyse schématique 32-34 (Análisis esquemático 32-34), un ensayo político y social, le significa tres años de lo cual parte hacia Europa debilitado. 

Después de un año pasado en Bélgica, se instala en París y emprende estudios de etnología en la Sorbona y estudios de paleontología bajo la dirección de Paul Rivet, en el Museo del Hombre. Paralelamente, colabora con diferentes revistas como Regards, Commune, Les Volontaires. Publica igualmente Les griefs de l’homme noir (La quejas del hombre negro), formando parte de un texto colectivo llamado L’homme de couleur (El hombre de color).

Vive casi un año cerca del poeta Nicolás Guillén en la Habana. La elección del presidente Lescot, en 1941, le permite volver a Haití.
A su vuelta, funda la Oficina de Etnología de la República de Haití de la cual es director. Sus investigaciones concluyen con la publicación en 1942 de sus estudios respectivamente intitulados Autour de la campagne anti-superstitieuse (Alrededor de la campaña antisupersticiosa) y Contribution à l’étude de l’ethno-botanique précolombienne des Grandes Antilles (Contribución al estudio de la etnobotánica precolombina de las Grandes Antillas) y luego, en 1943, de su libro llamado Le sacrifice du tambour Assoto (El sacrificio del tambor Assoto). En 1942, el gobierno haitiano nombra a Jacques Roumain diplomático en México.

Allí le pone el punto final a su último libro, Gouverneurs de la rosée (Gobernadores del rocío) en julio de 1944, ya enfermo. Morirá el 18 de agosto 1944, en su país natal.

Por si mismo

La poesía como arma


Una investigación sobre el destino de la poesía es bastante necesaria. La poesía forma parte de este sistema ideológico cuyos múltiples reflejos, ya se trate de psicología, de moral de filosofía y de cualquier otra manifestación del espíritu, presentan une realidad histórica concreta.

La poesía no es una especulación idealista, un encantamiento mágico ya que refleja lo que en lenguaje común se llama una época, es decir la complejidad dialéctica de las relaciones sociales, de las contradicciones y de los antagonismos de la estructura político-económica de una sociedad en un momento determinado de la historia. Esta condición hace de ella un testimonio y un elemento de análisis de esta sociedad.
Un título ambicioso para este ensayo fue este: « De Mallarmé a Mayakovsky ». El caso del gran poeta francés y del genial revolucionario ruso ilustra, para mí, lo que trato de demostrar y me da un singular relieve.

Mallarmé aparece en una época en que la fortuna progresista del capitalismo ya llegó a su punto muerto. La sociedad burguesa entra en su fase declinante y a la destrucción de las fuerzas productivas agrega la negación de los valores culturales.

« Huyo y busco mi refugio en las encrucijadas donde se le da la espalda a la vida…»

canta Mallarmé. Y le facilita la huida la construcción solitaria de una poética extraña, la exquisita alquimia del lenguaje y una suerte de fanatismo de sonidos puros.

Pero esta reinvención del lenguaje no es un apura investigación estética: se encuentra también allí una tentativa deliberada de negar al común negándose a comprenderlo. (…)

Paul Valéry expuso con nitidez la actitud del poeta que se aísla del pueblo y encuentra en eso un orgullo desmesurado: « No le disgusta a la minoría, dice, ser minoría ». Y uno de sus descubrimientos más felices se manifiesta en sus reflexiones sobre Mallarmé, el menos primitivo de los poetas que “por el acoplamiento insólito, extrañamente sonoro y como asombroso de las palabras, por el esplendor musical de los versos y su singular plenitud da la impresión de lo más poderoso de la poesía original: la fórmula mágica.”

Si todos los recursos de la inteligencia, la alianza de la sintaxis con el pensamiento más refinado y la búsqueda desesperada de la pura expresión poética deben llevar a la « síntesis del encantamiento » primitivo, esto es confesar una derrota. (…)

Existe sin embargo un punto que distingue esencialmente la posición de Mallarmé de la de los poetas y escritores que son hoy los arquitectos del pensamiento irreal: Mallarmé, en su época, era excluido y ridiculizado por lo que se puede llamar la buena sociedad literaria, es decir la academia, la crítica burguesa, los pilares intelectuales del capitalismo, mientras que hoy, estos reciben con los brazos abiertos a los protagonistas de lo irracional y a los derviches del espiritualismo. (…)

Hay que terminar ante todo con el mito de la libertad del poeta. Lejos de ser, como lo pretende Valéry, un hombre muy antiguo, el poeta es sobre todo un contemporáneo. La conciencia reflexiva de su época.

Si el pensamiento no es acción, el poeta no es libre. No lo es si no se obliga a la necesidad imperiosa de elegir. De elegir entre García Lorca y Franco, entre Hitler y Thaelmann, entre la Paz y la Guerra, entre la Democracia socialista y el Fascismo. Su pretendida libertad se termina en lo que se podría llamar el complejo de Poncio Pilatos, que cubre todos los artificios de la cobardía, del renegado. El poeta es a la vez testigo y actor del drama histórico. Se enrola en él con su plena responsabilidad.

Y particularmente en nuestro tiempo, su arte debe ser un arma de primera línea al servicio de su pueblo.

Yo se que muchos se indignarán de que una misión tal sea asignada al poeta. Porque, para ellos, el poeta pertenece a las esferas trascendentales del instinto, y, mientras que se juega el destino de los hombres en una formidable convulsión histórica, puede, retirado en la propiedad privada de su soledad espiritual, seguir dando a la poesía el sentido de una cancioncilla que se balancea entre los polos tradicionales del erotismo y del sueño. (…)

El arte del poeta de hoy debe ser un arma semejante a un volante, un panfleto o un cartel. Si al contenido de clase del poema podemos agregarle la belleza de la forma, si sabemos aprender las lecciones de Mayakovsky, podremos crear una gran poesía humana y revolucionaria, digna de los valores del espíritu que queremos defender.

Cahiers d’Haïti, 9 novembre 1944
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Madera de ébano


Si el verano fue lluvioso y sombrío
si el cielo vela al estanque con un párpado de nube
si la palma desanuda en harapos
si los árboles son de orgullo y negros en el viento y la bruma
si el viento baja hacia la sabana un resto de canto fúnebre
si la sombra se acuclilla alrededor de un hogar apagado
si un velamen de alas salvajes trae a la isla hacia los naufragios
si el crepúsculo ahoga el vuelo del último pañuelo
y si el grito hiere al pájaro
partirás

abandonando tu poblado
su laguna y su uva amarga
el rastro de tus pasos en su arena
el reflejo de un sueño en el fondo de un pozo
y la vieja torre atada a una vuelta de un camino
como un perro fiel en la punta de su correa
y que ladra en la noche
un llamado quebrado en las hierbas

Negro llevador de revuelta
conocés los caminos del mundo
desde que fuiste vendido en Guinea
una luz tambaleante te llama
una piragua lívida
encallada en el hollín de un cielo suburbano

Volveremos a construir
Copán
Palenque
Y los tihuanacos socialistas
Obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
Pueblo innombrable de las galeras capitalistas
El destino nos yergue hombro contra hombro
Renegando el antiguo maleficio de los tabúes
Pisamos los escombros de nuestras soledades
Mezclamos el mortero de los tiempos fraternos
En el polvo de los ídolos.




Negros sucios

Así es,
nosotros
los negros
los niggers
los negros sucios
ya no aceptamos
es simple
terminado
estar en África
en América
sus negros
sus niggers
sus negros sucios
ya no aceptamos
les extraña
decir : sí señó
lustrando sus botas
sí mi pafre
a los misioneros blancos
si amo
cosechando para ustedes
la caña de azúcar
el café
el algodón
el maní
en África
en América
como buenos negros
como pobres negros
que éramos
que ya no seremos
Terminado ya verán
nuestros yes sir
sí blanco
sí señor*
y
en guardia, tirar
sí, mi comandante,
cuando nos den la orden
de ametrallar a nuestros hermanos árabes
en Siria
en Túnez
en Marruecos
y nuestros camaradas blancos huelguistas
reventando de hambre
oprimidos
espoliados
despreciados como nosotros
los negros
los niggers
los negros sucios
Sorpresa
cuando la orquesta en sus boites
de rumba y blues
les tocará muy otra cosa
que no espera el puterío hastiado
de sus gigolós y putas endiamantadas
para quienes un negro
es sólo un instrumento
para cantar, no es cierto
para bailar, of course
para fornicar, natürlich
nada más que una mercadería
que se compra el viernes en el mercado del placer
sólo un negro
un nigger
un negro sucio
Sorpresa
jesúsmaríajosé
sorpresa
cuando agarremos
riendo espantosamente
al misionero por la barba
para enseñarle nosotros
con patadas en el culo
que nuestros antepasados
no son los galos
que no nos importa
de un Dios
que si es el padre
Y claro es que nosotros
los negros
los niggers
los negros sucios
hay que creer que no somos sólo bastardos
y es inútil gritar
jesúsmaríajosé
como un viejo odre desbordando mentiras
tenemos
que aprender
lo que cuesta en definitiva
predicarnos con latigazos y confitéors
la resignación
a nuestra suerte maldita
de negros
de niggers
de negros sucios
Las máquinas de escribir mastican las órdenes de represión
castañeteando los dientes
fusilen
cuelguen
degüellen
a esos negros
a esos niggers
a esos negros sucios
Pegoteados como moscas de la carne enloquecidas
en la tela de araña de los gráficos de los movimientos de bolsa
derrumbados
los grandes accionistas de las compañías mineras y
forestales
los propietarios de las destilerías y las plantaciones
los propietarios
de negros
de niggers
de negros sucios
en nombre de la civilización
en nombre de la religión
en nombre de la latinidad
en nombre de Dios
en nombre de la Trinidad
en nombre de Dios por Dios
de las tropas
de los aviones
de los tanques
de los gases
contra esos negros
esos niggers
esos negros sucios
Demasiado tarde
hasta en el corazón de las junglas infernales
resonará precipitado el terrible balbuceo
telegráfico de los tam-tames repitiendo incansables
repitiendo
que los negros
ya no aceptan
ya no aceptan
ser sus niggers
sus negros sucios
demasiado tarde
pues hemos surgido

De las cavernas de ladrones de las minas de oro del Congo
y de Sudáfrica
demasiado tarde será demasiado tarde
para impedir en los algodonales de Luisiana
en las Centrales azucareras de las Antillas
la cosecha de venganza
de los negros
de los niggers
de los negros sucios
il sera trop tard je vous dis
pues hasta los tam-tames habrán aprendido la lengua
de la internacional
pues habremos elegido nuestro día
el día de los negros sucios
de los indios sucios
de los hindúes sucios
de los indochinos sucios
de los árabes sucios
de los malayos sucios
(…)
*en castellano en el original.



La vida de los Ti-mounes (pequeños) está sometida a la misma mentalidad cruel.

Chamantine había sido cedida a los Tiballe, los conocen, esos Tiballe, highlife puertoprincipesca, por sus padres, unos campesinos.

La señora Tiballe había prometido darle una educación cristiana, mandarla a la la escuela, darle de comer y vestirla convenientemente.

Tomó su primera comunión. La santa hostia debía sin duda ser un superalimento divino para la desgraciada alimentada con cassave (galleta de mandioca) y restos de la cocina.

Le enseñaron a trabajar a fuerza de golpes. Útil para todo, vigilaba los juegos de los jóvenes Tiballe quienes se dignaban a tratarla de negra sucia.

Mal alimentada, vestida con una camisola que se lavaba la semana de los cuatro jueves (nunca), se acostaba en un cuchitril, sobre una estera.

El sueño debía ser dulce para la sirvienta después del trabajo agotador del día.

A pesar de la noche, el viejo Tiballe venía a veces a su pieza y so pretexto de enseñarle las plegarias, la hacía poner de rodillas e intentaba acariciarla. Ella se debatía, amenazaba con gritar. El la golpeaba y se iba.

Únicamente el hijo mayor de los Tiballe le demostraba simpatía.

¿Esto les asombra, eh? Octave Tiballe ; ese vanidoso macaco, tonto como una suela y solapado como una patada de mula.

Van a entender en seguida.

Los niños Tiballe tenían entonces su víctima. Ellos, tan vanidosos de su cabello liso, gustaban de arrancarle mechas motudas a Chamantine, alisadas sin embargo tan pacientemente a la mañana con aceite de palma christi y ordenadas alrededor de la cabeza.

Ellos, orgullosos de su color claro, no tenían escrúpulos en golpear esa carne negra que despreciaban.

Un día, Octave Tiballe la defendió. Ella estaba tan agradecida que se puso a sollozar, elle que había soportado golpes e injurias sin decir una palabra, sin una lágrima.

Parecía inconsolable.

Tuvieron que abofetearla para secar sus lágrimas.

Otra vez la protegió contra la brutalidad de Tiballe padre.

En secreto, le hacía pequeños regalos: golosinas, pan, fruta y los acompañaba con lindas palabras.

Chamantine nacía a una vida mejor.

Una noche, Octave Tiballe penetró en su habitación, exigía su recompensa.

Lucharon largamente en la sombra. Al final ella le mordió salvajemente el rosto, el gritó.

El dulce Octave se asustó y la dejó.

Algunos día más tarde la señora Tiballe se quejó de no encontrar una joya que, sin embargo, sabía en que lugar preciso había guardado.

Chamantine interrogada, respondió que ignoraba donde se encontraba el objeto buscado.

Octave Tiballe súbitamente inspirado, propuso hurgar en la pieza de Chamantine.

Encontraron la joya bajo la estera.

Chamantine negó, juró no haberla robado. No la oyeron.

Octave Tiballe fue el encargado de administrarle una paliza, que fue dura.

La señora Tiballe declaró que no hay nada qué hacer con los negros. La echaron.

Los Fantoches, Imprimerie de l’État, 1931




Manuel rodeó a su madre con sus largos brazos musculosos.

-Basta de tristeza, por favor mamá. Desde el día de hoy estoy acá por el resto de mi vida. Todos estos años pasados yo era como una raíz arrancada, en la corriente de un gran río, derivé en los países extranjeros, vi la miseria frente a frente, luché con la existencia hasta encontrar el camino y es para siempre.

Délira secó sus ojos.

-Ayer a la noche, estaba sentada aquí donde me ves: el sol ya había caído, la noche negra había llegado, había un pájaro en el bosque que gritaba sin cesar; yo temía una desgracia y pensaba : ¿acaso voy a morir sin volver a ver a Manuel ? Es que soy vieja, chiquita yo, tengo dolores, el cuerpo ya no es bueno y la cabeza no es mejor. Y además la vida es tan difícil. Le dije el otro día a Bienaimé, ¿cómo vamos a hacer? La sequía nos invadió, todo se muere. los animales, las plantas, los cristianos vivos, el viento no empuja a las nubes, es un viento maldito que arrastra su ala al ras de la tierra, como las golondrinas, y que mueve un humo de polvo. Mirá esos torbellinos en la sabana. Del levante al poniente, no hay un solo rastro de lluvia en todo el cielo: entonces, ¿el buen Dios nos abandonó?

-El buen Dios no tiene nada que ver en todo esto.

-No hables mal, m’hijo. No pongas sacrilegios en tu boca.

La vieja Délira, asustada, se persignó.

-No hablo mal, mamá, están los asuntos del cielo y los asuntos de la tierra, son dos cosas y no es lo mismo. El cielo es el terreno de los ángeles, son bienaventurados, no tienen que preocuparse por la comida y la bebida. Y seguramente hay ángeles negros que se encargan del trabajo pesado del lavado de las nubes o de barrer la lluvia y limpiar al sol después de la tormenta, mientras que los ángeles blancos cantan como ruiseñores todo el santo día o soplan en unas trompetitas como se ve en los dibujos de las iglesias.

-Pero la tierra es una batalla del día a día, una batalla sin descanso, desbrozar, plantar, escardar, regar hasta la cosecha, y entonces ves a tu campo maduro, acostado delante tuyo por la mañana, bajo el rocío y decís : yo, mengano, gobernador del rocío, y el orgullo entra en tu corazón. Pero la tierra es como una mujer, a fuerza de maltratarla se rebela. Vi como desmontaron las colinas. La tierra está desnuda y sin protección. Las raíces se hacen amigas de la tierra y la retienen: son los mangos, los bosques de robles, las caobas que le dan el agua de lluvia para su gran sed y su sombra contra el calor del mediodía. Es así y no de otra manera, sino la lluvia araña la tierra y el sol la escalda: sólo quedan las rocas.

-Digo la verdad, no es Dios quien abandona al negro, es el negro que abandona la tierra y recibe su castigo : la sequía, la miseria y la desolación.

-No quiero oírte más, dijo Délira moviendo la cabeza- Tus palabras se parecen a la verdad y la verdad puede ser un pecado.

Gobernadores del rocío, Mémoire d’encrier, 2004

Allí la conoció. Tenía un vestido azul estrechado en la cintura con un a chalina. Las alas anudadas de un pañuelo blanco que le apretaba el pelo, le cubrían la nuca. Llevando en la cabeza un canasto de mimbre, caminaba rápido, sus caderas robustas moviéndose al compás de sus largas zancadas.
Al oír sus pasos, ella se volvió, sin detenerse, dejando ver su rostro de perfil y contestó a su saludo con un « Buen día señó » tímido y un poco inquieto. Le preguntó, como si se hubiesen visto ayer, pues había perdido las costumbres, como estaba. –A la gracia de Dios, sí, dijo ella.
Le dijo :
-Soy de la gente de aquí: de Fonds-Rouges. Hace tiempo que abandoné el país; esperá, en Pascuas harán quince años. Estaba en Cuba.
-Así…, contestó ella débilmente. No estaba tranquila con la presencia de este extranjero.
-Cuando me fui no estaba esta sequía. El agua corría en la acequia., a decir verdad, no en cantidad. Pero siempre lo necesario, y aún a veces si la lluvia caía en las colinas, lo bastante para desbordar un poco..
Miró a su alrededor
-Parece* una verdadera maldición, en este momento.
Ella no contestó nada. Había aminorado la velocidad para dejarlo pasar, pero él le dejó el sendero y se puso a su lado.
Le echaba, de costado, una mirada furtiva.
«Es demasiado atrevimiento», pensó, pero no osaba decir nada.
Como iba sin mirar sus pies, chocó contra una gran roca y para no perder el equilibrio dio varios saltitos bastante ridículos.
-Ago, dijo ella, riendo a carcajadas.
-¿Hoy es día de mercado?, le preguntó.
-Sí, en la Croix-des-Bouquets.
-Es un gran mercado. En mis tiempos, los habitantes salían de cualquier lado para ir el viernes a ese pueblo.
-Hablás del tiempo como su fueras un hombre de edad.
Ella se asustó con su audacia. El dijo, cerrando sus párpados, como si viera delante de él, un gran camino.
-No es tanto el tiempo el que hace la edad, son las tribulaciones de la existencia : quince años que pasé en Cuba, quince años cortando caña, todos los días, sí, todos los días, del amanecer hasta la hora de la noche. Al comienzo uno tiene los huesos torcidos como un trapo. Pero hay algo que te hace aguantar *, que te permite soportar. ¿Sabés lo que es, decime, sabés lo que es?
Hablaba con los puños cerrados.
-La rabia. La rabia te hace apretar la mandíbula y apretar el cinturón sobre la piel de tu panza cuando tenés hambre. La rabia es una gran fuerza. Cuando hicimos la huelga*, cada hombre se alineaba, cargado como un fusil hasta la jeta con rabia. La rabia era su derecho y su justicia. No se puede nada contra eso.
Ella comprendía mal lo que decía, pero estaba muy atenta a esta voz oscura que acompasaba las frases mezclando en ellas de vez en cuando el brillo de una palabra extranjera.

*en castellano en el original

Gobernadores del rocío, Mémoires d’encrier, 2004

*en castellano en el original


Bois d’ébène

Si l’été est pluvieux et morne
si le ciel voile l’étang d’une paupière de nuage
si la palme se dénoue en haillons
si les arbres sont d’orgueil et noirs dans le vent et la brume
si le vent rabat vers la savane un lambeau de chant funèbre
si l’ombre s’accroupit autour du foyer éteint
si une voilure d’ailes sauvages emporte l’île vers les naufrages
si le crépuscule noie l’envol déchiré d’un dernier mouchoir
et si le cri blesse l’oiseau
tu partiras

abandonnant ton village
sa lagune et ses raisins amers
la trace de tes pas dans ses sables
le reflet d’un songe au fond d’un puits
et la vieille tour attachée au tournant d’un chemin
comme un chien fidèle au bout de sa laisse
et qui aboie dans le soir
un appel fêlé dans les herbages ?

Nègre colporteur de révolte
tu connais les chemins du monde
depuis que tu fus vendu en Guinée
une lumière chavirée t’appelle
une pirogue livide
échouée dans la suie d’un ciel de faubourg

Nous rebâtirons
Copán
Palenque
Et les tihuanacos socialistes
Ouvrier blanc de Detroit péon noir d’Alabama
Peuple innombrable des galères capitalistes
Le destin nous dresse épaule contre épaule
Et reniant l’antique maléfice des tabous du sang
Nous foulons les décombres de nos solitudes
Et nous brassons le mortier des temps fraternels
Dans la poussière des idoles.



Sales nègres

Eh bien voilà,
nous autres
les nègres
les niggers
les sales nègres
nous n’acceptons plus
c’est simple
fini
d’être en Afrique
en Amérique
vos nègres
vos niggers
vos sales nègres
nous n’acceptons plus
ça vous étonne
de dire : oui missié
en cirant vos bottes
oui mon pé
aux missionnaires blancs
oui maître
en récoltant pour vous
la canne à sucre
kle café
le coton
l’arachide
en Afrique
en Amérique
en bons nègres
en pauvres nègres
que nous étions
que nous ne serons plus
Fini vous verrez bien
nos yes sir
oui blanc
si señor
et
garde à vous, tirailler
oui, mon commandant,
quand on vous donnera l’ordre
de mitrailler nos frères arabes
en Syrie
en Tunisie
au Maroc
et nos camarades blancs grévistes
crevant de faim
opprimés
spoliés
méprisés comme nous
les nègres
les niggers
les sales nègres
Surprise
quand l’orchestre dans vos boîtes
à rumba et blues
vous jouera tout autre chose
que n’attendait la putainerie blasée
de vos gigolos et salopes endiamantées
pour qui un nègre
n’est qu’un instrument
à chanter, n’est-ce pas
à danser, of course
à fornique, natürlich
rien qu’une denrée
à acheter à vendredi sur le marché du plaisir
rien qu’un nègre
un nigger
un sale nègre
Surprise
jésusmariejoseph
surprise
quand nous attraperons
en riant effroyablement
le missionnaire par la barbe
pour lui apprendre à notre tour
à coups de pied au cul
que nos ancêtres
ne sont pas des Gaulois
que nous nous foutons
d’un Dieu qui
s’il est le Père
eh bien alors c’est que nous autres
les nègres
les niggers
les sales nègres
faut croire que nous ne sommes pas que des bâtards
et inutile de gueuler
jésusmariejoseph
comme une vieille outre de mensonges débordée
il faut bien
que nous l’apprenions
ce qu’il coûte en définitive
de nous prêcher à coups de chicote et confitéors
la résignation
à notre sort maudit
de nègres
de niggers
de sales nègres
Les machines à écrire mâchent les ordres de répression
en claquant des dents
fusillez
pendez
égorgez
ces nègres
ces niggers
ces sales nègres
Englués comme des mouches à viande affolées
dans la toile d’araignée des graphiques de cours de bourse
effondrés
les gros actionnaires des compagnies minières et
forestières
les propriétaires des rhumeries et de plantations
les propriétaires
de nègres
de niggers
de sales nègres
au nom de lña civilisation
au nom de la religion
au nom de la latinité
au nom de Dieu
au nom de la Trinité
au nom de Dieu nom de Dieu
des troupes
des avions
des tanks
des gaz
contre ces nègres
ces niggers
ces sales nègres
Trop tard
jusqu’au cœur des jungles infernales
retentira précipité le terrible bégaiement
télégraphique des tams-tams répétant infatigables
répétant
que les nègres
n’acceptent plus
n’acceptent plus
d’être vos niggers
vos sales nègres
trop tard
car nous avons surgi

Des cavernes de voleurs de mines d’or du Congo
et du Sud-Afrique
trop tard il sera trop tard
pour empêcher dans les cotonneries de Louisiane
dans les Centrales sucrières des Antilles
la récolte de vengeance
des nègres
des niggers
des sales nègres
il sera trop tard je vous dis
car jusqu’aux tams-tams auront appris le langage
de l’internationale
car nous aurons choisi notre jour
le jour des sales nègres
des sales indiens
des sales hindous
des sales indochinois
des sales arabes
des sales malais
(…)


https://lachansondelacigale.wordpress.com/2015/08/





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