sábado, 31 de julio de 2010

303.- ENRIQUE FALCÓN


Enrique Falcón 

(Valencia, España, 1968) es un poeta adscrito a prácticas literarias críticas y socialmente comprometidas (poesía de la conciencia, escritura del conflicto, literatura activista, realismo crítico) en el panorama actual de la poesía española.

Nace en febrero de 1968 en Valencia y desde 1993 reside en el Barrio del Cristo, un barrio de acción social preferente en la periferia obrera de Valencia. Insumiso al ejército y a la prestación sustitoria, objetor fiscal a los gastos militares, milita en un sindicato anarquista, forma parte de una comunidad de base y es miembro de organizaciones vecinales y de colectivos de apoyo en prisión.

Ha publicado varios libros de poesía y de ensayo político y su obra ha sido recogida en numerosas antologías y volúmenes colectivos dedicados a la poesía española actual.

Vinculado a la coordinadora de la Unión de Escritores del País Valenciano - Foro Social de las Artes, fue miembro del consejo de redacción de la extinta revista "Lunas Rojas" y perteneció al colectivo de crítica literaria "Alicia Bajo Cero", responsable del polémico volumen Poesía y poder.

El corpus teórico que anima su labor como escritor y poeta ha ido apareciendo a lo largo del tiempo en diferentes artículos (principalmente las Cuatro tesis de mayo, Las prácticas literarias del conflicto y El amor, la ira) luego recopilados en el volumen Las prácticas literarias del conflicto: registro de incidencias.

Obra

Rasgos generales

A juicio de Araceli Iravedra, la obra de Enrique Falcón concibe la poesía como una tarea desorganizadora que opta por un discurso disidente al margen del lenguaje establecido. Así, en sus libros y poemarios “asistimos a la enunciación abierta de las lacras de la sociedad capitalista, a la narración de un conflicto civil puesta en manos de un nuevo sujeto revolucionario, pero tal narración no será lineal y cerrada: en busca de una práctica literaria conflictiva, refractaria a toda lectura unívoca, Falcón se decanta por una escritura experimental que funda una comunicación irracional jalonada de imágenes y asociaciones insólitas, determinada por la incoherencia sintáctica, el encabalgamiento violento y la omisión de los signos de puntuación normativos, sin que falte la irrupción frecuente, como piezas inesperadas del collage, de fragmentos de discurso enunciativo asimilables al testimonio-denuncia periodístico.”

La poesía de Falcón ha sido a menudo categorizada bajo los membretes de "poesía de la conciencia crítica", "nueva poesía social" o "literatura del conflicto" o "de la antiglobalización" (fue uno de los autores recogido en la antología Feroces y él mismo ha reivindicado en ocasiones la necesidad de una "poesía de corte crítico"; recientemente Domingo Sánchez-Mesa hacía uso, por ejemplo, del término "realismo crítico" para aplicarlo a Falcón), aunque todas estas etiquetas se vuelven polémicas en los estudios que abordan con más detalle su obra. Así, siguiendo la estela de lecturas realizadas por autores como Eduardo Milán (“los poemas de Falcón crean las condiciones para cantar la condición del hombre actual” ) o Luis Bagué Quílez (“el autor opta por un discurso de aliento narrativo que pone de relieve las contradicciones de la sociedad capitalista y las convenciones del lenguaje establecido” ), Alberto García-Teresa señala:

“La obra de Enrique Falcón supone un hito en la poesía española contemporánea. Su obra sabe conjugar una intención radicalmente renovadora, una alta exigencia a nivel estético, un abordaje muy explícito de la conflictividad socioeconómica y un firme objetivo, teóricamente muy sólido, de que su escritura trabaje en pos de la transformación social; todo ello ejecutado y ligado de una manera abrumadoramente coherente. El resultado es una poesía de gran calidad en la cual una rigurosa experimentación formal está supeditada totalmente a las necesidades expresivas y de representación, porque la mirada poética que desarrolla Falcón, que pretende enunciar el mundo que observa y vive (un mundo en crisis, atravesado por el sufrimiento y la injusticia social), requiere una ardua investigación lingüística y retórica.” 
De estas estrategias de despoetización, y de la progresiva voluntad de renovación en las técnicas de la poesía contemporánea, empleadas a lo largo de la obra de Falcón, se han ocupado recientemente los estudios de Eduardo Moga, Virgilio Tortosa, Antonio Méndez Rubio,10 Joaquim M. Magalhaes11 o Crespo-Massieu, según el cual

"(...) sólo un lenguaje en continua experimentación, que se cuestiona, se abre a múltiples significados, puede dar cuenta de esta poesía que quiere atravesar (con y desde las víctimas; desde su ausencia, pero sin usurpar su voz) la historia, salvarla en el poema. Así entiende la poesía Enrique Falcón: riesgo y compromiso con la palabra, ejercicio de libertad, multiplicación de voces y momentos, estremecimiento y temblor." 
En cualquier caso, la obra de Falcón destaca (así lo han subrayado lecturas críticas como la de Raúl Quinto) por saber despejar, en la historia reciente de la poesía escrita en España, el tradicional conflicto planteado por los desequilibrios entre literatura y activismo, evitando caer en el panfleto o en el material propagandístico que literariamente se pretende denunciar. Preguntado por el carácter insurgente de la apuesta poética contenida en sus libros, Falcón declararía para un reportaje publicado en el semanario Tiempo que

"...si la poesía nace en un contexto de indignante injusticia social, lo más coherente resulta ser la insubordinación (...) Escribiendo poemas que hagan compañía a la desobediencia de los otros y que logren resistir a las claudicaciones que sobre cada escritor también quieren ejercer el miedo y el poder. Manifestar que el verdadero compromiso de cualquier poeta lo es para con la literatura, a mí siempre me ha parecido una obviedad vacía e inútil que a menudo excusa el silenciamiento o la rendición." 

La marcha de 150.000.000

Específicamente, La marcha de 150.000.000 (libro-poema publicado en sucesivas ediciones durante más de una década, hasta su publicación definitiva de 2009) profundiza en las huellas de los poetas que han hecho del poema un instrumento para el conocimiento crítico de la realidad y, “partiendo del marxismo y de la Teología de la liberación, construye largos poemas o cantos de una elevada tensión verbal que se prolongan en notas al margen y cuyo protagonista no es otro que el inmenso colectivo de los excluidos del progreso”.

Con este libro, advirtió el crítico Prieto de Paula, “queda cuestionada la institución poesía igual que antaño lo hiciera el socialrealismo de posguerra, del que difiere Falcón por su lenguaje vanguardista y su aliento universal”. Unos años más tarde, entre las páginas de la antología Las moradas del verbo: Poetas españoles de la democracia, este mismo autor destacaría cómo la obra poética de Enrique Falcón ha ido ensayando

"...una épica coral, antiidealista y retóricamente musculada, en la que el individuo de la poesía tradicional queda subsumido en un sujeto colectivo que camina en una anábasis redentora." 
En diversas ocasiones la crítica se ha ocupado de los golpes que este libro asesta contra la conciencia colectiva y personal del posmodernismo de mercado (así lo hace, por ejemplo, Santiago L. Navone en un estudio sobre poesía y pensamiento crítico). Considerado como uno de los escritores que en la España reciente "llevan recordando que la atmósfera del capitalismo salvaje es irrespirable", esta obra es una de las pocas que en la literatura española contemporánea aborda de un modo explícito la realidad del llamado Tercer Mundo, haciéndolo además desde una perspectiva crítica cristiana que logra trascender la experiencia concreta del saqueo, de la dominación y de la esperanza sobre una consideración más abierta acerca de la condición humana y de la suerte de la humanidad entera. Así, tal como ha señalado César de Vicente

"sus poemas de largo verso alientan una épica social capaz de hacer saltar todos los tópicos comunes, haciendo épico el nombre único de una multitud."

La Trilogía de las Sombras

Al margen de La marcha de 150.000.000, proyecto que se inició a principios de los años 90 y del que se han publicado hasta tres volúmenes, Enrique Falcón ha ido publicando una serie de poemarios que constituyen la llamada Trilogía de las Sombras, ocupada (tal como lo ha descrito el propio autor en sucesivas entrevistas) en la expresión personal y colectiva de los modos de sometimiento de la conciencia contemporánea, y de la que forman parte los volúmenes Amonal y otros poemas (libro publicado en 2005, acerca de los pactos con la violencia), Taberna roja (publicado en 2008, acerca de los mecanismos de tranquilización de las conciencias) y Porción del enemigo (libro que, publicado en 2013, habría de ocuparse del miedo en escenarios límites de crisis). Para algunos críticos esta "Trilogía de las Sombras" iniciaría, en la obra de Falcón, una "reconquista de la realidad cotidiana" desde nuevos parámetros de escritura poética crítica.

El cierre de la mencionada trilogía (y en particular, el último tramo que construye Porción del enemigo) supondría un paso adelante en la trayectoria poética de Enrique Falcón en tanto instrumento para pensar y afrontar, en términos de conciencia poética, el complejo momento al que se enfrenta la cultura occidental. Tal como señala Luis Bagué, en este libro "la denuncia de la explotación económica, el lamento ante la violencia fratricida o la revisión del tema de España conducen a una ética y una estética de la insubordinación". El libro presenta al lector (así ha sido señalado por críticos como Enrique Villagrasa) una cruda realidad que plantea la posibilidad de ser transformada y, en palabras ahora del propio autor, recogidas en la Nota Preliminar que encabeza el volumen, "la pregunta que este libro le confía a la tribu no es si nuestro enemigo podrá ser vencido (lo será), sino si podremos mirarlo de una vez, al menos un centímetro por encima de nuestros propios temores. Estos poemas hablan, casi todos ellos, desde la altura formidable de ese único centímetro posible: ojalá la poesía siga revelando, desde él, los secretos de esa resistencia, cuando esa comunidad de hombres y mujeres la alcanza a conseguir".

Poéticas

Enrique Falcón ha ido formulando, en diversos trabajos y libros (recopilados posteriormente en el volumen Las prácticas literarias del conflicto. Registro de incidencias 1991-201027 ), sucesivas concepciones acerca de su poesía y de las conexiones políticas de la literatura actual con el mundo en que ésta se inserta.

De El amor, la ira (escritos políticos sobre poesía):

"La injusticia no es anónima: / tiene nombre y dirección" (Brecht). Un buen poema político no "mueve al mundo". Ayuda a recobrar aliento. Un buen poema político no "hace caer a la injusticia". Le da nombre y dirección. 
Las tensiones que desata toda poesía política son de índole estrictamente espiritual, sobre la base de las condiciones materiales de la vida: (i) Si es posible la esperanza en un mundo repleto de víctimas. (ii) Si tienen un futuro nuestros muertos (y si es factible llamarlos nuestros muertos). (iii) Si cabe entre nosotros, moradores de una vida cómplice con el sistema que los produce, la posibilidad de una vida plena y resistente que podamos, finalmente, celebrar. Por todo ello, bien se puede decir que es la nuestra una poesía de combate. 
Nuestro “Compromiso”: (i) Nuestro esfuerzo literario no está “comprometido con el lenguaje” (y, mucho menos, con el oficio o con la obra propia). (ii) Nuestro compromiso literario lo es de carga política y espiritual. (iii) La expresión de esa dicción cargada es absolutamente lingüística. (iv) Nuestros artefactos son palabras. (v) El trabajo en que nos sumergimos para conseguir lo que buscamos se realiza desde la base del material de la lengua y los registros del habla. (vi) Entre sus muchas posibilidades, contemplamos la distorsión de la lengua como parte constitutiva de un fuerte posicionamiento político y espiritual en el medio del mundo. (vii) Pero, aun metidos de lleno en la ductilidad de este material lingüístico, no estamos de modo alguno “comprometidos con el lenguaje”. 

De Cuatro Tesis de Mayo:

El desgarro de la boca no es un ejercicio vacío si el territorio que pisamos es el de la matanza, y todavía se me tendrá que demostrar que no vivimos inmersos en él. Lejos de ciertos espejismos de "transparencia" y "borrado del montaje", soy incapaz de olvidar que un poema es –entre otras muchas cosas– un artefacto de palabras y un gesto de lenguaje y que le es legítimo hablar en una lengua que no sea la materna. Además de lo propiamente ideológico, el llamado estilo presupone –también– un acto de elección moral. 
De Poesía y rebeldía:
Belleza: un asunto bien serio para la poesía política, como ocurre con cualquier otro tipo de práctica literaria. Coincido contigo: la sed, el hambre, de belleza que convoca un poema ha de darse, sobre todo, también en un poema político, en cuya conmoción concurren –además– otras y nuevas hambres, como las de las heridas compartidas de su tiempo. 

De Una poética para 150.000.000:

Desordenar la vida (en la intemperie compartida del mundo), hacer visible lo ninguneado y apurar el tiempo de las acogidas : acompañar tantas opciones –personales, colectivamente organizadas, removiéndose en red– por la resistencia : bajar al temblor de dentro en el encuentro con los otros : renombrar el mundo allí donde la herida, allí donde estalle la vida que resiste : incluir la distorsión de la lengua en un proyecto de escritura que ponga en conflicto nuestras relaciones simbólicas y políticas con el reino de los asesinos, el de –también– los usurpadores del lenguaje : reconocer insuficiente la viabilidad de la protesta a partir de sólo los contenidos : y (contra todo descanso) : pronunciar "nosotros" –para el cautiverio y la esperanza– en una lengua que no sea la materna. 

De Residua:

Para tiempos de tranquilización social y de consenso como éste en el que vivimos, la poesía política bien pudiera introducir una cierta dosis de desorden. En la “ruptura de los consensos” que comparte con los movimientos políticos antagonistas, este deslizamiento hacia el desorden (...) es una poderosa capacidad que tiene el lenguaje poético cuando lo que se entiende por “compromiso” absorbe y desborda la tarea de los poetas, siempre que éstos se perciban –en primer lugar y ante todo– como ciudadanos que también comparten la casa del hombre. 

Creo que hoy es una soberana pérdida de energías escribir fuera de ese vasto y extensísimo campo de experimentación que ofrecen los diversos “realismos”. Pero igualmente me parece inevitable introducir grietas y tensiones en un lenguaje que es también el del poder, lenguaje portador de signos naturalizados, aptos para la exclusión y para el dominio. Toda mi poesía parece moverse en la tensión incómoda de esos dos polos, y la posibilidad de poder expresar hoy evidencias imprevisibles acaba siendo una de las aventuras más apasionantes que en este tiempo podría imaginarme. Consecuencia de todo ello, se puede caer en una poesía “de la claudicación” bien por la vía del realismo chato de los pacificadores del mundo, bien por la vía del inocuo solipsismo de quienes, desatándolo todo sobre las fracturas del lenguaje, desactivan las cargas políticas y comunicativas del poema. Démosle la razón a Cortázar: “Lenguaje quiere decir residencia en una realidad. (...) No se puede revivir el lenguaje si no se empieza por intuir de otra manera todo lo que constituye nuestra realidad”. En fin: mucha poesía ya se ha escrito para dejarla tan alejada de los hombres y mujeres de nuestro tiempo; habrá que ir pensando en cómo hacer hoy posible una nueva literatura residente, un nuevo combate de legitimaciones. 

Bibliografía

Poesía

El día que me llamé Pushkin, Ediciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1992
La marcha de 150.000.000: «El Saqueo», Rialp, Madrid, 1994
La marcha de 150.000.000: «El Saqueo» y «Los Otros Pobladores», Germania, Valencia, 1998
AUTT, Crecida, Huelva, 2002
Nueve poemas, Ed. Universidad de Valencia, 2003
Amonal y otros poemas, Idea, Tenerife, 2005
Para un tiempo herido, Amargord, Madrid, 2008
Taberna roja, Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2008
La marcha de 150.000.000 [cantos completos: 1-5]: «El Saqueo», «Los Otros Pobladores», «Para los que aún viven», «La Caída de Dios» y «Canción de E», Ed. Eclipsados, Zaragoza, 2009
Porción del enemigo, Ed. Calambur, Madrid, 2013

Ensayo y ediciones

(con el colectivo Alicia bajo Cero) Poesía y poder, Ediciones bajo Cero, Valencia, 1997
Dimensiones políticas del voluntariado, CiJ, Barcelona, 1997
Aproximación a las narraciones juveniles de hoy, CiJ, Barcelona, 2001
(coord.) No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente, Universidad de Chile, Santiago de Chile, 2002
El amor, la ira: escritos políticos sobre poesía, Ediciones del 4 de agosto, colección Planeta Clandestino, Logroño, 2006
(coord.) Once poetas críticos en la poesía española reciente, Baile del Sol, Tenerife, 2007.
(coord.) Poesía y desorden, Centro de Documentación Crítica, colección Contratiempos, Madrid, 2007
(ed.) Roque Dalton: El turno del ofendido, Baile del Sol, Tenerife, 2009
(coord.) Soda caústica: 5 poetas latimoamericanos, Fundación Inquietudes, Madrid, 2009
Las prácticas literarias del conflicto: registro de incidencias, La Oveja Roja, Madrid, 2010
Residua, Pliegos de la Fundación Inquietudes, nº 12, Madrid, 2013

Antologías y obras colectivas

Textos y poemas suyos han sido incluidos en numerosas antologías, entre ellas: «Joven poesía española» (La Página, 1997); Feroces: antología de poesía de la conciencia radical, marginal y heterodoxa (DVD, Barcelona, 1998); Voces del extremo: las voces de la poesía española al otro extremo de la centuria (Fundación JRJ, Moguer, 1999), Poesía y Conciencia (JRJ, 2000), Poesía y Conflicto (JRJ, 2001); Pasar la página: poetas para el nuevo milenio (Eds. Olcades, Cuenca, 2000); Poesia Espanhola Anos 90 (Relógio d'Água ed., Lisboa, 2000); El último en morir que apague la luz: Atlas poético (Ateneo Obrero de Gijón, 2001); Una mirada hacia la poesía española actual (Luna Nueva, Colombia, 2003); Poesía de la conciencia (Zurgai, Bilbao, 2003); Sexta Antología de Adonais 1993-2002 (Rialp, Madrid, 2004); Poesía pasión: doce poetas españoles (Libros del Innombrable, Zaragoza, 2005); Spain’s poetry of conscience (International Poetry Review, USA, 2006); Poesía para bacterias (Cuerdos de Atar, Huesca, 2008); Animales distintos: muestra de poetas españoles nacidos en los 60 (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México D.F., 2008); Voces del extremo: poesía y capitalismo (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2008); Poesía española de los 90 (Editorial de la Universidad Nacional de Mar de Plata, Buenos Aires, 2008); Voci dalla poesia spagnola contemporanea (Sentieri Meridiani Edizioni, Roma, 2009); Las moradas del verbo. Poetas españoles de la democracia (Calambur, Madrid, 2010); Una muestra de la poesía española contemporánea (Sol Negro ediciones, Lima, 2011); Voces del Extremo: Antología 1999-2011 (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2011); Quien lo probó lo sabe: 36 poetas para el tercer milenio (Letra Última, Zaragoza, 2012); Poesía experimental española: antología incompleta (Calambur, Madrid, 2012); Antología de la poesía anarquista del siglo XX (Gato Negro, Bogotá, 2013); y Poesía y resistencia (Amagord, Madrid, 2013).

Ha participado también en los libros colectivos Construir a paz (Edicions Xerais, Vigo, 1996), Lavapiés (Ópera Prima, Madrid, 2001), La paz y la palabra: letras contra la guerra (Editorial Odisea, Madrid, 2003), Poemas contra el olvido (Ed. Bartleby, Madrid, 2004), Canto a un prisionero (Ed. Poetas Antiimperialistas, Ottawa, 2005), La (re)conquista de la realidad: la novela, el teatro y la poesía en el siglo presente (Tierradenadie ediciones, Madrid, 2008), El árbol talado que retoña: Homenaje a Marcos Ana (El Páramo-Fundación de Investigaciones Marxistas, Córdoba, 2009), Por donde pasa la poesía (Baile del Sol, Tenerife, 2011), Imagina cuántas palabras (Alkibla, Pamplona, 2013), Poesía indignada (Zurgai, Bilbao, 2013) y En legítima defensa (Bartleby, Madrid, 2014).






PROTECCIÓN DE TESTIGOS

«La conciencia de que esta ecuación era posible: dolor que finalmente deviene rabia. La conciencia de que esta ecuación era aplicable a todo o casi todo».
(Roberto Bolaño: 2666)

Poco deben importarle
la disolución del pentotal en los días de trabajo
y la lenta inhalación de estrellas por su espalda.
Le pagaron por callarse
la dirección de las palomas, el remite en las postales
certificadas de tan lejos, la piel de una mujer
que él no ha visto y no ha besado,
—el corazón de los inviernos—,
las sedes comunistas, su necesidad de ir ardiendo
por una extremidad de la cara.
Toca apenas con los dedos
nuestro inútil portal, y la luz de todos los aullidos
que pincelan la tarde, por encima
de muertos y estaciones,
a un paso sólo del domingo
vuelve a casa, toma de su llave
se maquilla una lágrima con cuchillas de afeitar.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)


VIENTRES DE MADRID Y DE BAGDAD

[13 de marzo de 2004]

«(…) la lógica de la guerra a todos sus niveles conduce al hermanamiento de todas sus víctimas civiles, sean éstas del bando que sean: un inesperado cordón umbilical parece unirlas todas y dejan sin argumentos, y completamente solos, a los señores canallas de la guerra».
(Eugen Drewermann: “Contra la injusticia”)

Sólo entonces
os he visto.

En la nuca partida del suelo iraquí.
Y en la sangre bramando por la grava de Atocha.

Y en el Pozo:
izando sus calambres tras una siembra triste,
los ombligos de los hombres
abiertos y a cuchilla por los perros del Amo.

Yo cuido de los vientres de las novias perdidas
—los hombros de los niños se han quedado sin hora;
cuido de las oraciones cansadas de la tierra
y del largo cabello de todos nuestros muertos.

Soy el pueblo sin puñal y tres veces devastado,
el silbo de una cuenta enmudecida.
Yo cuido de las flores y los peines:
soy un hombre en la altura de todas vuestras muecas.

Y escarbo en las costillas de la bestia
besando lo imposible que habla en vuestra sangre:
soy el hombre que cuelga de un ombligo,
la cólera enterrada en los pozos del mundo.

Y os digo:

que la lumbre tronará por los espejos
que un caballo volteará por vuestra boca
que siempre las heridas
de todos estos hijos
saldrán casi estallando por un fundado cielo.

Sólo entonces
os he visto,
a los unos y a los otros, sangre terca unida ahora.

Desde entonces sea el hombre:

yo bramo en vuestro propio
cordón umbilical.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)



AMONAL PARA UNA FOSA COMÚN

«…en 1996 subían por las urnas
los supervivientes de una dictadura…»

Uno se desnuda al paso
cuerpo añico adentro de las tardes tontas,
y se mira en las estatuas
compadece en sus masacres
todo cuanto hiciera sin salida.
Así uno se desnuda, se despoja de muertos
y ventila el cuarto
con un suave saludo de desaparecido.
Vamos a decir que no ocurriera
que no están vivos todavía
y ocupando despachos y brindando en sus fiestas
por todos los muertos felices.
Vamos a decir que ya han perdido,
que se les tira palomas en todos los zoológicos,
comenzando sus caras
a no ser demasiado,
a cubrirse de helechos y a vengarse las víctimas.
Uno se desnuda y enloquecen los trajes
al saber del aullido de los presos, las fosas,
—al
esqueleto amarillo
ya podéis odiarlo.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)



PASAPORTE SOVIÉTICO A JACQUES MONARD

Sin su regreso y su desgaje
adopta ante la lluvia cualquier pose de muerto,
o matador de osos
nostálgico de hierbas y películas mudas.
Viene a verle su bestia
a limpiarle el betún de la boca
o a esconderle el alma en los roperos,
no importa. Quizá sí le preocupe
si vengo o no vengo con todos mis aullidos
a romperle la cara,
su mesa, el estropicio
de vasos y tormentas con nombres de niña.
Para saludarle
todavía hay que buscarse en la espalda
si quedan las astillas, si los trenes de entonces.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)



CUIDADO CON EL PERRO

Y con el amo.
Huele a padre de la novia, a
tejado a revisar trimestralmente
cuando faltan camas
en los depósitos para transeúntes de los urinarios,
cuando falta la estricnina en su corazón de buque.
Las uñas se escurren por los nombres entonces
tocando madera,
y al perro le bautizan Alicia,
otro hombre dispara.
Cuidado con el perro. No se admiten apuestas
para ver sobrevivir a los quiénes,
los cuálos,
los que han de morir
y etcétera.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)




CIENTO CINCUENTA MILLONES

Carta a Lunacharski, 6 de mayo de 1921, publ. en Kommunist nº 18/1957.

“Absurdo, idiota, una estupidez rematada
y una excesiva vanidad”. Escribe Lenin
a propósito (desde luego) de una tirada de cinco mil ejemplares
de 150.000.000 —Maiakovski—.
Atravieso, por mi parte, el tiempo
a una escala primaria de tres mil años luz, mil
novecientos 21 con esporas en la sangre y pesa
tanto la noche y se derrumba el canto.
Apenas lugar para el delirio,
para la desubicación del agua en sus disparos
fuera ya del mar.
Ya no hay miedo.
Extrae la fuerza de la voz
por encima los fusiles reescriben sus enigmas
de matanza inútil en los meses sin circo:
ignoro por tanto la réplica que habrá de traerme
mi inservible canción
—la
radiación en el laboratorio la apagaron las bengalas
y quizá sea muy tarde para no apagar la luz.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)



MÓDULO SEIS

No ha perdido sin embargo sus garantías constitucionales
que le permiten pasar de una espora a otra
como si no hubiese comenzado nunca
la persecución.
Le toleran hasta tres llamadas
comunicarse con su dios y luego empeñarse
en ser réplica inocente de todos los incendios.
Con
una sola perforación en sus fosas nasales
podría destrozar el mundo y volverse idiota
para así no tener que desdecirse
y darles la razón a los verdugos.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)



CUANDO VENGAN A BUSCARLE

Que le den un niño a cada árbol del bosque
para hacerse menta.
Que les pongan pies a las cruces del luto
y salgan, increíbles, a esperar a las visitas.
Que se escapen las novias
a su incendio de uñas pintadas.
Yo recuerdo su rostro encendido
en un arpa de tijeras y tormentas tropicales.
Que le vuelquen las manos
por detrás de la mortaja,
que señale al asesino, para que no vuelva
para que no espere
para que no salga.

(De: Amonal y otros poemas; Idea, Tenerife, 2005)





Enrique Falcón y Fernando Sabido Sánchez



LA MARCHA DE 150.000.000
(Canto XIX)

Ya han venido los niños, los
150.000.000
con sus cabelleras de risa y su pánico de luces,
ascos de vientre en las matanzas públicas y
dame a este niño con crines del secuestro oh sí los niños
vienen sembrando algas y hambres de rastrojo
con arpones infinitos en sus bocas
danzan, viento nuclear, con los heridos y
hierro de ondas-luz sobre el refugio: —da-
me un niño que se sepa cumbre
y asco de pesebre, mi revolución del día.

(De: La marcha de 150.000.000: «El Saqueo» y «Los Otros Pobladores»;
Germania, Valencia, 1998)


ENSAYANDO UN GRITO
POR DETRÁS DE LA TORMENTA

“(…) Quiero hablarte de él, porque creo que el anarquismo es la cosa más preciosa y más grande que el hombre ha pensado nunca…”

(Alexandr Berkman)


—para Antonio Orihuela,
poeta libertario


En este lugar
la marea se nos come los dedos:
apenas en cuclillas
nos avisan los muertos su tardanza azul.
Tú y yo buscamos, Antonio, mientras tanto que pare
la mentira del mundo,
el miedo en nuestras uñas,
el cansancio por pasar cuando vuelvan los disparos.
Por detrás de las tormentas bailan nuestros muertos
en un canto imposible de heridas y lianas:
fértiles deshechos
que nos han de crecer brutalmente en la boca
y entonces irrumpir al final de los poemas.
Encendemos antorchas por detrás de la montaña
hasta que, mudos, nos quemamos la lengua
con la cal aún ardiente de todas estas víctimas:
de ellas no más somos
su misma caída o su espera impenetrable.
Y así nos queremos, mientras hay la resistencia:
tensos e increíbles arañando la calle:
—ensayamos un grito por detrás de la tormenta,
—ensayamos un grito por detrás de la tormenta.

(Del libro Codeína)



ESPAÑA Y POESÍA VIEJITA Y REGAÑADA

con la complicidad de Eladio Orta

En mi país cocido de lejos buenamente con las tripas afuera
los poetas comen jeringuillas con leche
carne de avestruz
brotan de las cuevas con un poco de saliva
se derraman por el campo como niños sin dientes.

En mi país cuchillo en las trenzas de los buenos empresarios
no hay huelgas generales:
los poetas las evitan con un trapo en la boca
brotan de las cuevas con temblores de piel
y lamen los cercados de los hombres ricos.

En mi país castigo en periferia de los barrios más bellos
se prohíben cosas que no sean de madera:
con blancos mondadientes se arrancan los colmillos
los poetas honestos de todo el país
brotan de las cuevas con los párpados mudos
para luego calmarse con trescientos espejos
los poetas honestos de todo el país.

Mi
verdadero conflicto:
que me muerden mis versos,
que no tengo país.

(del libro: Codeína)




FALSEANDO ALTERNATIVAS

¿La justicia no es anónima,
nombre y dirección?
Bert Brecht

( para jorge riechmann )

Ocurre que al amor le sigue
un rubor de tierra tras tu patio.

Ocurre que existe la injusticia,
su sal en el aullido
sin más temblor que la esperanza.

Ocurren las dos cosas
en el mismo tiempo que ambos preguntamos.

Y est?por decidir

sobre qu?posar la lengua
el poema que viene.

(del libro: Codeína)



HOLA DE CONQUISTAS

a Diana Bellessi y Eliana Ortega

las mujeres enfermas que jugaron con burros
las que cavaron tumbas en las palmas de un trueno
las sólo voz dormidas en los centros solares
las hambrientas de todo
las preñadas con todo
las hijas del golpe y de los sueños mojados
las que fijan continentes que dejaron atrás
las niñas con pimienta en sus quince traiciones
las de pan-a-diez-céntimos sin cafetería
las del turno de visita con oficios de muerte
las madres eternas de los locutorios
las arrasadas, las caratapiadas, las comepromesas
las terribles solitas en las salas de baile
las clandestinadas pariendo futuros
las oficinistas que ahogaron sus príncipes
las acorraladas
las desamparadas, las sepultureras
las del polvo sobreimpuesto y el trago a deshora
las poquito conquistadas
las niñitas vestidas con mortajas azules
las que cosen el mundo por no reventarlo
las mujeres con uñas como mapas creciendo
las hembras cabello-de-lápida
(todavía más grandes que su propio despojo)
las corresquinadas, las titiriteras,
las que tierra se trajeron atada a los bolsillos
las nunca regresadas
las nunca visibles
las del nunca es tarde
las del vis-a-vis sin un plazo de espera
las reinas en los parques y en los sumideros

todas ellas las mujeres que me llegan con todos sus cansancios,
todas, en sigilo: las amantes

y mis camaradas.

(del libro: Codeína)







de Porción del enemigo

 SALMO 23


El Señor es mi pastor, nada me falta.
Por senderos tranquilos me conduce a la oficina,
sobre el miedo de los pobres me hace recostar
y derrama en mi cabeza perfumes y cosméticos.
Nada se le oculta, ni mi piel ni mis acciones.
Él las hace prosperar en los parques de la Bolsa,
bendice los desahucios desde el banco que dirijo
y proclama un nuevo tiempo en mis nuevas inversiones.
Su vara y sus escaños me dan seguridad.
Desde el parlamento, él obra maravillas.
Protege mis caminos con rebajas fiscales
y aparta de mi vista las presiones del pueblo,
esa terca voluntad a democracia, ese demonio. 



              





MEJORÍA DEL HOMBRE Y DEL RATÓN                       

[de dos noticias simultáneas  - portada y contraportada -
                                         aparecidas en un mismo diario de agosto]


separe el primer pliego     el más exterior
de la edición justo de ayer     el diario
que dejó arrasado en la cesta de camisas
mordedura casi en las horas sin sueño
vuelva usted a prenderlo
y lea las dos cosas:

                                                         en
la portada (- ánguloderecho)
que tratan de comerse sus heces
por no disponer de mejor cosa con que suicidarse
que otros se dan
cabezazos
las cuatro paredes de la celda
     - Guantánamo -              que tres
casi logran ahorcarse con una toalla pequeña
y un cuarto   con un cubierto de plástico
intentó cortarse las venas   (sin éxito):
"las muestras de desesperación son tan humanas
como inhumano el limbo legal en el que se encuentran
los 600 detenidos en la base naval".
- las fuentes consultadas
califican la operación como un experimento del Pentágono.

Hasta ahí.     No siga.
Dele ahora la vuelta a este pliego
papel que en sus manos puede deshacerse
     busque ahora en la contraportada
que acaban de fabricar     (en estados unidos)
un ratón transgénico
que, aunque castrado, tiene la espalda repleta de testículos
- capaces de producir semen de cabra.

Ya sabe usted:     De cabra
- y pare de leer.

Levante la cabeza y mire en su hijo
el juego comenzado a un paso del desastre.
clave sus ojos más allá de su torso
en el punto preciso donde acaba la niebla.
pregúntese entonces
por qué lado     mejorar
el camino blanquecino de toda su especie.

Comience / a hacerlo.






LLUVIA TEMPRANA 

El desastre, la resignación, el deseo de perder
para descansar, no merecen la pena.
(Belén Gopegui: El lado frío de la almohada, 2004)


Esperan que te rindas.

Que devuelvas las canciones a sus cuartos.

Que lenta y pobremente
atiborres sus rincones con cristales

y apartes de tus hijos la visión de una revuelta.

Esperan que claudiques
–seas piel, dentada o marzo.

Que suavemente caigas.
Que así tu rendición.

No les libres de la piedra que respira en tus manos.
No les venzas los ojos.

Nada dice
de la lluvia temprana que va a abatir las puertas,

nada
de ese incendio intacto y por venir.

La tormenta, compañero, llegará.

Contra todos los pronósticos,
menos tarde que temprano,
–seas piel, dentada o marzo–
el ciclo de las lluvias / llegará.





Canción del levantado

No adoptes nunca el nombre que te dé la policía
No acerques tu caricia a la piel del invasor
No comas de su trigo, no bebas más su leche
No dejes que tu alberca la vuelvan lodazal

No esperes casi nada de su magistratura
No reces en su lengua, no bailes con sus ropas
No pierdas nunca el agua que duerme a los guardianes
Ni alojes en su boca la sal de tu estupor

No guardes en el sótano más bombas incendiarias
No firmes con tu letra los presagios del poder
No tiendas más cadáveres en la comisaría
No esperes nunca nada de la voz del ataúd

No entregues tu camisa a ninguno de sus bancos
Ni viertas en tu vientre el pozal de una bandera
No lleves a tu amigo a los pies del impostor

No dejes que su lengua fructifique tras tu casa

No permitas a tus hijos
nunca dejes a tus hijos
esconderse en su jardín.

(Porción del enemigo, Calambur, 2013)



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