domingo, 13 de marzo de 2011

3382.- ADRIANA KOGAN


Adriana Kogan. Poeta argentina. Nació en Buenos Aires en 1983. Participó en numerosas lecturas de poemas, sus textos aparecen en blogs y sitios web. Es colaboradora estable en la revista de poesía Ptebella desde 2006. Publicó poemas en El Sur-menage de la Muerta (r\° 10, octubre de 2004), Te Usamos la Pileta (diciembre de 2004), Billa (agosto de 2005), Ramona (octubre de 2005), La Jornada Semanal de México (16 de octubre de 2005), Llames de cristal entre las vestes (antología de poesía, diciembre de 2006) y en el libro Donde estaban sentadas las bases hay un millón de ciervos (Pájarosló Ediciones, Buenos Aires, 2007).






Miami

In front of Miami
se levanta un muro donde crece un lago y un charco único
mi corazón no descansa
apuro el corazón, aprieto el corazón
me quedo con un resto de cariño
en la playa se eleva un muro de cemento
frentes de guerra tan seguros como un corazón básico
me genera dudas y ahí es cuando verdaderamente veo
Miami se extiende
comprendo por fin la situación
¡desespero! ¡los cangrejos han copado la bahía!
pido perdón, empujo, engaño, abro el paso,
Miami es particular por su estructura descendente
en mi corazón y en mi asombro lo veo todo
si hay sucesión o viento,
o peregrinación
el aire y la marea contagian su vitalidad
me dirigiré al mar a bañarme
Miami copará su propio territorio
¡rápido! llegan detrás de mí las anticipaciones del vacío
hay una estructura paralela al mar, son las orillas
a ambos lados del crucero y de esas tontas luces se
/ abre la marea azul
batiremos récords, llenaremos de cobre los bolsillos
hay un punto aparte en su reborde niquelado
¡me zambullo al mar! ¡hay olas!
la brea se desborda en dirección a los cangrejos
los huelo, los percibo, los intuyo ¡huyo!
una posible forma de subsistir sería devorarlos
o entregarme al mar con un gesto valiente
en esas multitudes ronda una palabra cruel
en esa carne gris lo he visto todo
he aprendido a hacerme en esa fina concentración
cae la tarde
mi piel se ha cubierto de costras indelebles
¿y el sol? en la arena descansa el brillo de la costa
me siento perdida
¿es que acaso no creo en la situación?
Miami me da la bienvenida y yo soy un ciervo a su lado,
/ una cierva
por no ser fiel a mi espontaneidad soy fiel a la marca
la destruyo
quisiera depertarme junto al gran cañón
y ver desde la altura los rebordes grises de Miami
me anticipo nuevamente y caigo
¿hay un río que se inventa sobre el agua helada, tan pausadamente que me creo mejor que ése, que ese tonto río que desborda sal hacia los lados?
los cangrejos me interpelan con sus pinzas rombas como tetas
soy fiel a la situación, escapo
el sol me da de lleno en la cara y crece como chivo
veo mi perfil reflejado en la bahía de la costa
soy otra, soy intensa y tan frágil como un ciervo roto
una película de quinta dimensión
me recupero como fantasma
¡mi corazón no da más!¡explota!
ya no me explico ni las causas ni el reborde gris de la bahía
me acomodo en unos brazos dulces
atenta a los ladridos de los ciervos que con expresiones
/ libres me liberan de la fatalidad
¡doy cariño y recibo amor!
en Miami estoy intacta frente al río helado que desborda
/ detrás de mí
una competencia enorme y rala
en la playa correré en dirección al mar, me perderé en
/ sus brumas heladas
el horizonte se abre a un lado de la costa, Miami es enorme
¿podría permanecer en ese margen sabiendo de las bandas de arenas grises que se alzan emulando una bandera horizontal?
¡estúpida! ¡estúpida! ¡qué tonta soy!
por no haber huido a tiempo estoy absorta ahora en una
/ enorme fijación de aire que se ancla desde del mar,
/ sobre las olas
me suspendo en Miami, quieta entre sus largas pinzas
me acomodo y me doy cuenta de todo
la estructura del oleaje me revela un vapor de fantasía
/ con olor a ciervo, a chivo
mis orejas no hacen más que transpirar calor
escucho un grupo de continuidades que me llaman al vacío
a toda costa sueño, no pierdo las esperanzas
Miami se alza enorme entre los dos jamones de su tonta bahía
yo me descompongo entre el olor de los ciervos infantiles
empiezo a distinguirme en el paisaje cuando oigo el
/arrastrar febril de los cangrejos
¡hay sangre!
un charco espontáneo y sereno, es único, es ancestral
¿el charco soy yo o pertencemos al mismo tipo de proyección anárquica de caracteres sucedidos al infinito?
me desperezo en las arenas de Miami, han quedado
/ restos de sal entre mis tetas
¿me pertenece el magma real cuando el ácido salino se ha alzado secretamente al centro anual de mi humana existencia?
me parezco demasiado a los cangrejos, huelo a un
/ciervo enorme como un chivo feroz que me mantiene
/entretenida entre sus tibias orejas y su masa interna
/de coraje
Miami me corona de viento y de bronce
me regala su distante continuidad
yo me sumergo entera, por no desaparecer
mi corazón invierte espuma entre las olas que me
/ aplanan y me piden más amor
yo me inflo de cariño, soy valiente, soy tonta, soy
/demasiado parecida a la bahía que se forma ondeada
/ en el marco inmenso de la situación
soy fiel a la marca
la destruyo.






MANIFIESTO CABALLO

PARTE I

El campo es igual para todas nosotras
vestigios de leche, de huevo.
El campo fricciona en nuestra memoria y hace ruido
sabemos que el campo se parece a muchas cosas
a casi todas
un cúmulo de cabras, cabrillos y ficciones hace de nuestra limitada e imaginaria
fiebre un producto desechable.
Somos plásticas, seriales y divertidas
en el campo parece más lejana la distancia a casa
¡quiero volver! ¡queremos volver!
Todas quisimos nunca nunca irnos a casa, también quisimos volver.
Estudiamos el campo, lo aprendernos, lo consideramos
nos consideramos hermanas del campo en cierto punto
si el campo es una imagen y nosotras no sabemos volver
¡entonces somos el campo de algún modo!
Describamos el campo de una vez:
el campo se parece a nosotras
el campo se cubre de corceles negros en las noches
cabalgan lento, pronuncian su marcha, galopan de lleno los agujeros que el día
fue dejando atrás.
Los caballos se siguen reproduciendo, nosotras también.



PARTE II

La pregunta por la reproducción
una política de escritura
el deseo de reproducirse siempre
el deseo de acabar con la especie.
La reproducción hermafrodita
la reproducción homóloga
la reproducción hemofílica
la reproducción transgénica.
La pregunta por la reproducción
es la pregunta por la herencia
es la pregunta por la continuación
o por la no continuación de ciertos relatos de la especie.
Los caballos, por ejemplo, no tienen ese problema
no hay pregunta al respecto.
Nosotras somos los caballos
somos su más pura continuación.
Sin embargo dudamos
¿tendremos que morir para escribir?¿tendremos que desaparecernos por
completo al oprimir la barra de espacio?¿seremos una barra de espacio en el
teclado de nuestras vidas?¿habremos venido al mundo para zambullirnos por
completo en el espacio barrado de la nada misma?¿seremos al fin no más que
ilimitados corceles negros perdidos en la negra noche?
Si para escribir debemos desaparecer, hagámoslo ahora.
Dejar de ser de una vez y para siempre.



PARTE III

Nos transformaremos lenta y precisamente
buscaremos el regreso a casa de manera sucesiva.
Volveremos.







Pop, pópulo, pomada

Desde cierto ángulo parece como si rompiera a veces la tormenta
los caballos tiran con sus crines, una animalada
verdaderamente la vida nos supera.

Preferimos extralimitarnos siempre
a menos que
en cierta situación, ciertas circunstancias nos exceden
la voz de la verdad dirá
cuando logre un cometido
calmar la sed con la tormenta, agua.

Ubicación en el tiempo
galopo
armémonos de paciencia, ahora
en algún momento el calcado animal, su desliz
inventará de a tres la dirección
menos que cero o en-qué-me-metí
hay altura desde los trampolines
zambúllenos.

Qué fea cola aquella que al nacer desespera por quedarse a toda costa
los caballos nos tienen asco y miedo, al menos
disimulan en un chillido particular sus sentimientos
todo corrobora el vacío si me lanzo al vacío
y si la tormenta pincha en la piel
y si la tormenta nos deprime al punto de dormir por siempre
qué tontas tontas pecas.

Claro que la coyuntura animal está ahí
suele acontecer en las profundidades
el miedo, el cuidado de mí
las tibias mareas nos mecen
mareo de fiebre
si hay sueño hay cordura
algún tipo de proceso animal, de duda
por eso mismo estamos acá
qué de mí qué de ti quedará en los fondos del río.

Carrocerías que desbordan arroz
una imagen surrealista en medio del pensamiento
irrumpe una pequeña fuga y entre los bordes no logro distinguir
el campo es tan igual siempre
mi propia integridad en riesgo
fracturas, confines, reconocimiento al fin.

El animal
puedo contenerme cuando caballos galopan frente al cielo espejado
mi propio ruido que proyecto directo al lomo
fuera de mí
zancadillas, claves para vivir en pareja
la voluntad de dormir perpetuamente y en secreto.







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