jueves, 15 de abril de 2010

DARÍO JARAMILLO AGUDELO [128]


DARÍO JARAMILLO AGUDELO

Darío Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Antioquia, 28 de julio de 1947), poeta y escritor colombiano, reconocido internacionalmente como uno de los mejores poetas de su país del último siglo.

Poeta, novelista y ensayista colombiano nacido en Santa Rosa de Osos, Antioquia, en 1947. Realizó estudios de bachillerato en Medellín y posteriormente, se graduó como abogado y economista en la Universidad Javeriana de Bogotá. Durante años, desempeñó importantes cargos culturales en organismos estatales y fue miembro de los consejos de redacción de la revista Golpe de Dados y de la fundación particular Simón y Lola Guberek. De su poesía se han hecho tres reediciones completas: 77 poemas (Universidad Nacional, 1987), 127 poemas (Universidad de Antioquia, 2000) y Libros de poemas (Fondo de Cultura Económica, 2003); y cinco selecciones parciales: Antología poética (1991), Cuánto silencio debajo de esta luna (1992), Razones del ausente (1998), Aunque es de noche (Pre-Textos, 2000) y Del amor, del olvido (Pre-Textos, 2009).

Obra

Libros de poesía

Historias (Ediciones La Soga al Cuello, 1974)
Tratado de retórica (Instituto de Cultura y Bellas Artes de Cúcuta, 1978) (Ganador del III Concurso Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus)
Poemas de amor: (1976-1983) (Fundación Simón y Lola Guberek, 1986; El Áncora, 1990; Visor, 2013)
Del ojo a la lengua (Ediciones Arte Dos Gráfico, 1995)
Cantar por cantar (Pre-Textos, 2001)
Gatos (Pre-Textos, 2005)
Cuadernos de música (Pre-Textos, 2008)
Solo el azar (Pre-Textos, 2011)

Novelas

La muerte de Alec (Plaza & Janés 1983; Alfaguara 1999; Pre-Textos, 2013)
Cartas cruzadas (Alfaguara, 1995; Era, 1999)
Novela con fantasma (Norma, 1996; Pre-Textos, 2004)
Memorias de un hombre feliz (Alfaguara, 2000; Pre-textos, 2010)
El juego del alfiler (Pre-Textos, 2002)
La voz interior (Pre-Textos, 2006)
Historia de Simona (Pre-Textos, 2010) (Ganador del XIV Premio de Novela Corta José María de Pereda en 2010)

Ensayo

Historia de una pasión (Sota de Bastos/El Taller Gráfico, 1997; Pre-Textos, 2006)
José Asunción Silva su mito en el tiempo (Universidad Nacional Autónoma de México, 1997)
Poesía en la canción popular latinoamericana (Pre-Textos, 2008)

Como editor

Antología de lecturas amenas (La Rosa, 1986; Carlos Valencia, 1994; Panamericana, 2001)
Poemáquinas: antología de iniciación a la poesía (Carlos Valencia, 1992; Panamericana, 1997)
Antología de crónica latinoamericana actual (Santillana, 2012)
Del marqués a la monja. Antología del soneto clásico en castellano (Eafit, 2014)

Antologías, selecciones y compilaciones de su poesía

77 poemas (Universidad Nacional de Colombia, 1987)
Antología poética (Monte Ávila, 1991)
Cuánto silencio debajo de esta luna (Universidad Nacional Autónoma de México, 1992)
Razones del ausente (Norma, 1998) (Selección de María Mercedes Carranza)
127 poemas (Universidad de Antioquia, 1999)
Aunque es de noche (Pre-Textos, 1999)
Libros de poemas : Cantar por cantar, Del ojo a la lengua, Los poemas de Esteban, Poemas de amor, Tratado de retórica, Historias. 1974-2001 (Fondo de Cultura Económica, 2003)
Del amor, del olvido : antología temática (Luna Libros, 2009; 2013)
Treinta y dos poemas: una antología (Uceva, 2014)

Otros

Introducción al derecho cambiario : parte general (Lealon, 1975; La Carreta, 1976)
Guía para viajeros (Planeta, 1991; Fondo de Cultura Económica, 2006)
Diccionadario (Pre-Textos, 2014)

Infantil y juvenil

Aventuras y desventuras de Pánfila con los números (Cartón de Colombia, 1985)
Nicolás aprende los números (SM, 2012)
Fantasmas (SM, 2013)
Caperucita y los cuarenta ladrones (SM, 2015)

Premios y distinciones

Ganador del "Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus", 1978, por Tratado de retórica
Finalista del "Concurso de novela colombiana Plaza & Janés", 1983, por La muerte de Alec
Finalista del Premio Fundación José Manuel Lara a novela publicada en España, 2007, por La voz interior
Ganador del "Premio de Novela Corta José María de Pereda", 2010 por Historia de Simona





De "Poemas de amor" 1986

Poemas de amor

1. Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el
                                                                                        inmotivadamente alegre,
ese otro,
también te ama.

* * * * *

2. Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa,
no pensarte, no desearte,
no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por ti
y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.

* * * * *

3. Yo huelo a ti.
Me persigue tu olor, me persigue y me posee.
No es este olor un perfume sobrepuesto sobre ti,
no es el aroma que llevas como una prenda más:
es tu olor más esencial, tu halo único.
Y cuando, ausente, mi vacío te convoca,
una ráfaga de ese aliento me llega del lugar más tierno de la noche.
Yo huelo a ti
y tu olor me impregna después de estar juntos en el lecho, 
y ese fino aroma me alimenta,
y ese aliento esencial me sustituye.
Yo huelo a ti.

* * * * *

4. Algún día te escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros ni fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas, algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones, con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.

* * * * *

5. Atolondrado y confuso,
demasiado lleno de ruidos,
sin centro ni reposo,
desconectado del otro lado de la piel,
aturdido por el interminable crujir de este corazón
-tierra cuarteada, ceniza gris en el pecho-,
así pasan estas noches de calor y duermevela,
estas noches en que no estoy contigo.

6. Tu voz por el teléfono tan cerca y nosotros tan distantes,
tu voz, amor, al otro lado de la línea y yo aquí solo, sin ti, al otro lado de la luna,
tu voz por el teléfono tan cerca, apaciguándome, y tan lejos tú de mí, tan lejos,
tu voz que repasa las tareas conjuntas,
o que menciona un número mágico,
que por encima de la alharaca del mundo me habla para decir en lenguaje cifrado 
                                                                                                                                     que me amas.
Tu voz aquí, a lo lejos, que le da sentido a todo,
tu voz que es la música de mi alma,
tu voz, sonido del agua, conjuro, encantamiento.

* * * * *

7. Alabanza de mi noche blanca,
supresión de los abismos de mi corazón,
aniquiladora de mis momentos atroces.
Benditas tu caricia y tu palabra, Señora de la Apacible Ronda,
muchacha mía que detesta llorar por la mañana,
muchacha que habla a solas por la casa y ríe.
Ola frágil, bajo mi cuerpo ardiente tu cuerpo mío se calcina en un delirio de luz
y entonces somos una sola sustancia.
Flor de mis jadeos y mis éxtasis, tú, la callada, con tu mano en mi pecho 
                                                                               diciéndome la claridad calladamente, 
permitiéndole al tiempo transcurrir sobre nosotros sin rozarnos,
nosotros, juntos, los eternos.

* * * * *

8. Tu lengua, tu sabia lengua que inventa mi piel,
tu lengua de fuego que me incendia,
tu lengua que crea el instante de demencia, el delirio del cuerpo enamorado,
tu lengua, látigo sagrado, brasa dulce,
invocación de los incendios que me saca de mí, que me transforma,
tu lengua de carne sin pudores,
tu lengua de entrega que me demanda todo, tu muy mía lengua,
tu bella lengua que electriza mis labios, que vuelve tuyo mi cuerpo por ti purificado,
tu lengua que me explora y me descubre,
tu hermosa lengua que también sabe decir que me ama.

* * * * *

10. Que nadie toque este amor.
Que todos ignoren el sigilo de nuestro cielo nocturno
y el secreto sea el aire dichoso de nuestros plácidos suspiros.
Que ningún extraño contamine el sueño tuyo y el mío:
cualquier visitante es un invasor en el tibio ámbito donde habitamos;
aquí el tiempo es agua fresca en movimiento, apenas sutil vuelo,
y todas las gentes viven muy lejos de nuestro jardín alucinado,
ajenos a nuestro paraíso secreto.

* * * * *

12. Todo tuyo siempre todavía.
Tuyo todo por siempre hasta hoy y luego,
tuyo siempre porque para ser lo necesito,
siempre todo tuyo,
siempre aunque siempre nunca sea,
todo íntegro tuyo siempre y hasta ahora
más el próximo nuevo instante cada vez.
Con todo el tiempo el mundo a nuestro alcance,
todo el tiempo del mundo que es igual a la próxima noche,
todo tuyo siempre todavía.
Seguro de sobrevivir mañana tuyo,
siempre tuyo desde hoy en cada mañana de mañana.
Enamorado de ti, siempre y ahora, sin recuerdos,
en presente siempre amándote,
eternamente tuyo,
todo tuyo siempre todavía.

* * * * *

13. Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese froto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario;
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original -contigo mismo-.
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.

* * * * *

14. Sé que el amor
no existe
y sé también
que te amo.

* * * * *

Escenas de la vida diaria

Propósito

No menciones el amor: bien sabes que sería profanarlo.
Déjalo ser en silencio, para que sientas la música
de los dedos que rozan una piel amada.
Pero cállalo. Dedica tu babosa palabra a la pena;
exhibe sin pudor la dureza de tu corazón y así confirmarás que esa llaga ya no duele;
ah, tu corazón, esa zona manida de ti, sabia, anestesiada, infeliz.
No, no menciones el amor; déjalo crecer en silencio,
aliméntalo con silencio, compártelo sin decirlo
y solamente tartajea tu palabra para secretar tu viscoso veneno, 
la amarga poción de tu cautela.

* * * * *

Poema

Este corazón seco, incapaz de otro amor, agotado y solo,
este corazón de precisa prepotencia,
este corazón que ya no llega a la mirada,
este corazón cancelado y cambiado por una especie de helada ternura,
planeó mis iras, proyectó cada aspecto de mis entusiasmos.
Queda el rescoldo de viejas complicidades y el placer de la tarde solitaria
mientras la lluvia se repite:
es cómica la futilidad de toda agonía;
estamos solos.
Este corazón sin sed, este ciego corazón no distingue ya entre el paraíso y el desierto.

* * * * *

De la nostalgia

1. Recuerdo solamente que he olvidado el acento de las más amadas voces,
y que perdí para siempre el olor de las frutas de la infancia,
el sabor exacto del durazno,
el aleteo del aire frío entre los pinos,
el entusiasmo al descubrir una nuez que ha caído del nogal.
Sortilegios de otro día, que ahora son apenas letanía incolora,
vana convocatoria que no me trae el asombro de ver un colibrí entre mi cuarto,
como muchas madrugadas de mi infancia.
¿Cómo recuperar ciertas caricias y los más esenciales abrazos?
¿Cómo revivir la más cierta penumbra, iluminada apenas con la luz de los Beatles,
y cómo hacer que llueva la misma lluvia que veía caer a los trece años?
¿Cómo tornar al éxtasis de sol, a la luz ebria de mis siete años, 
al sabor maduro de la mora, 
a todo aquel territorio desconocido por la muerte, 
a esa palpitante luz de la pureza, 
a todo esto que soy yo y que ya no es mío?

* * * * *

7. Ah, los mudos retratos
sin aroma y sin aire,
construidos con el olor exacto que fue siempre el color del pretérito,
agridulce aparición de nombres olvidados,
de fechas ya amarillas,
de una luna más joven,
fotos mentirosas, de celebraciones vacuas,
que no importan.
Nunca hubo fotos de los instantes claves,
del momento justo del amor,
del preciso paisaje de las obsesiones.
No tengo un retrato de mi abuelo mientras tejía el fique
hablándome con una voz anterior a sí mismo,
ni existe foto de las fachadas de una calle que no he vuelto a ver nunca,
que a veces creo que solamente la he soñado.
Ah, los retratos,
construidos con materia de otro tiempo,
documentos de un olvido distinto y más certero.

* * * * *

9.  Vana memoria que no puede traerte desde lejos,
que no te vuelve carne, risa gentil o canto.
Vana memoria mía incapaz de abrazar lo más mío,
incapaz de acariciar tu piel distante,
vana y obsesiva memoria que solamente alcanza a repetirme por quién vivo,
que respiro por este amor invulnerable y sin rutinas.
También ausente eres mi presencia más cálida,
mi más pura nostalgia.







De "Del ojo a la lengua" 1995

Espejo sobre el papel

1. 
Noche. Noche de papel
con oscuridad de tinta,
plana y no plana pesadilla
línea y palabra: Babel.

2
¿Felino o ave? Ojos
que ven a quienes los miran
¿Papel de piedra o de tiza?
¿Mera noche del despojo?

3
Todo diario es un bestiario,
basta mirar para adentro
y esta noche y este negro
son espejo y lapidario.

4
Forma pura, cielo duro
el de quien -cansado
y lúcido y azorado-
sabe el tiempo sin futuro.

5
Dejar que la mano ruede,
nada se puede buscar,
pues el arte de encontrar
sólo el instinto lo puede.

6
¿Son los años claridad
o sequedad de una herida,
tiene valor recordar
o quien recuerda alucina?

7
Plancha que te deja ver
el mundo por el reverso
adivinando el anverso,
espejo sobre papel.

8
Color que el negro sí tiene
jugando a ver lo profundo,
negrura que el blanco puede
con los colores del mundo.

9
Sobre el plano y arbitraria
la tinta lega una forma:
llevándonos la contraria
nuestra visión se transforma. 

10
Plancha que nació de espejo
de la tinta en el papel,
línea que es arte y es juego 
entre la muerte y el ser. 







De "Los poemas de Esteban" 1995

A la luna pálida

Solamente la luna faltaba en esta noche,
en este momento robado a una noche de hace tiempos
muertos que aparecen con la música,
esa aletargada distancia de mi centro
y esa especie de rencor profundo que vive en el lugar que ocupo.
Luna que se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad,
solamente tú faltabas en este desolado delirio,
en este oscuro llanto en que me lloro entero.
Apenas tú faltabas, insípida señora blanca de la noche
alumbrando mis trizas y mi aturdimiento,
luna casi amarilla, sucia luna blanca,
pálido velo de luz sobre mi noche triste,
llegas tarde y a tiempo,
apareces detrás de los edificios como si vinieras de otra calle
y puntualmente tu penumbra insinúa
que este día es tan viscoso
como aquel día que fue todos los días hace años,
noche ajena, 
luna de otras horas melancólicas,
germen del desprecio y la coraza,
luna maldita, lodosa luna,
luna perversa del insomnio.


* * * * *


Nocturno

Naufraga el sol, entre colores se hunde llevándose el contorno preciso de las cosas,
se corren las cortinas de este cuento.
El azul era azul y es ahora negro.
Detrás de la pared negra de la noche queda el día: a veces, la grieta que abre un rayo 
                                                                deja ver la luz de tres de la tarde en la trastienda.
Pero ahora es la noche, dama negra, luna blanca, hora del sortilegio y del asalto, 
                                                                                 del dulce sueño, del huevo o la gallina.
Se dice que la noche habita en el fondo de los mares. La noche es líquida. 
La noche es humedad, aguacero que se desata entre relámpagos, nubes ciegas 
                                                                                                                    que chocan en la oscuridad,
es pantano arrastrado por tinieblas,
la noche son los ríos depositando limo en los océanos,
la noche es humedad, sudor de cuerpos, saliva de lujuria, semen, savia reciclando oxígeno.









De "Libros de poemas" 2001

Amores imposibles

1. Entre el amor imposible y la presencia de la muerte
transcurre el día.
¿Se detiene el corazón o explota?
El olor de la clínica me trae las preguntas:
¿Me licuaré por dentro? ¿Me aferraré a la vida
o dejaré sereno que el fin llegue?
El amor absoluto es el amor imposible,
este feliz amor en que te invoco obsesivo
y tú ni me recuerdas.
Este amor imposible es la manera como la muerte
se apodera de mí por la mañana.

* * * * *

2. Un amor imposible es el más feliz de los amores.
O puede serlo.
Basta que creas que es posible un amor imposible
y esto hará la felicidad del amor imposible.
Puede que seas el amor imposible de tu amor imposible.
Pero esto es un milagro.

* * * * *

3.   Un día en la penumbra te enamoras de tu amor imposible.
Una breve charla, si acaso una mirada, una sonrisa leve,
un levísimo guiño inolvidable
y cae el azul entero de cielo sobre tu alma
y desfalleces de la dicha, 
llueve la luz en tus adentros.
Sabes que es un amor imposible.
Sabes que no hay manera de cruzar una vida con la otra,
que, acaso, fue una fortuna que un día tocaras a tu amor imposible.
Pero también sabes que es imposible tu amor,
que no lo verás más,
que el amor que le tienes a tu amor imposible
no necesita a tu amor imposible,
que amas a una quimera que un día se encarnó debajo de la piel
más lejana y que más amas.

* * * * *

6. Qué ternura encontrarte, viejo amor imposible,
qué dulce conocerte después de que el olvido
hizo más imposible nuestro amor imposible.
Nunca tú supiste el amor que te tuve:
entonces escuchaba con tu fantasma un vals
y conocía el asombro de mirar tus pestañas
y, sin tú darte cuenta, mi alma cabía completa
en tu labio inferior.
No creas que había fotos.
Era la presencia real que sólo poseen los amores imposibles.
Nada de esto te dije cuando me dio tanto gusto
que alguien nos presentara sin saber lo que hacía,
acercarme a tu ternura que ahora no invento.
Nada de esto te dije.
Esas ridiculeces no se dicen.
Los amores imposibles son los más ridículos amores.
Contigo no me equivoqué cuando te amaba,
pero ya no te amo.
Un beso en la mejilla.
"Volveremos a vernos".

* * * * *

7. Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.
Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor del café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica,
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.
Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.

* * * * *

10. Fisuras en la luz de la mañana,
fracturas de lo que veo y oigo,
por ellas se acerca lo lejano,
se paraliza con crueldad lo que transcurre.
Adrede esta curva misteriosa,
adrede,
de pensamiento y de deseo adrede
está presente el gesto más presente,
por la grieta que ahora vivo,
por allí asoman un amor imposible y otro amor imposible.

* * * * *

11. Altar donde te invoco,
ara de ofrendas ante la mención de lo sagrado:
una pregunta, una mirada,
el vello suave de tu brazo izquierdo,
el miedo de que noten los otros que por ti me muero,
tu risa entre un silencio que sólo quiere oír tu risa,
Un viaje, una postal, este poema,
mi remoto amor imposible,
ahora te invoco,
ahora te invoco y vuelvo a embriagarme de un instante de cielo,
de mi más lejano amor imposible.

* * * * *

15. La vida está hecha de amores imposibles,
de ilusiones encontradas que ayudan a curar
las ilusiones perdidas.
En un hotel de una ciudad desconocida
un aroma te rescata,
amor imposible de otro hotel remoto
que me acompaña aquí y ahora,
amor imposible convertido en perfume.

* * * * *

16. Yo fui lentamente a tumbos perdiéndome...

                                                    "Yo fui lentamente a tumbos perdiéndome. "
                                                                                                                 Damián Bayon

Yo fui lentamente a tumbos perdiéndome
sin rumbo y contra las paredes,
yo me aniquilé por capricho de un mal amor posible.
Sufrí. Descendí a los infiernos, a varios infiernos,
usé las máscaras más degradantes, repté.
Sufrí.
Vinieron a salvarme los amores imposibles,
amores sin astucia y sin heridas,
amores curativos que no existen.

* * * * *

21. A estas alturas rodando
literalmente rodando
asumo mi destino,
araño cielos, tiento paraísos,
busco la clave que me traspase,
sin buscarla la busco,
la llave es un torso, un gesto,
la sonrisa de un amor imposible
o de otro amor imposible.
Los amores imposibles
-es tan evidente que siempre lo olvido-
son partes de ese mundo imposible
que es mi mundo verdadero.


* * * * *

Apariciones

1. No son carne o espíritu
tampoco son la confusa mezcla de ambos,
ni bestias ni ángeles
ni su desquiciado promedio.
Son destellos,
huecos de tiempo llenos de luz o sin ella,
galopes sobre la luna,
seres que invento y son mi vida,
entrevisiones del jardín sagrado,
formas de poesía,
milagros en metáfora de cuerpo,
metáfora incompleta sin tacto ni perfumes,
metáfora total, plenitud donde no existe el tiempo,
donde no existen los efímeros tactos y perfumes que están dentro del tiempo.

* * * * *

4. Veo fuentes de luz que se desplazan,
estrellas resplandecientes que caminan,
apariciones que no ven a nadie
y cuando me miran me dejan hechizado.
Se desintegran los rasgos que percibo,
el contorno preciso de una boca,
la forma de unas cejas,
un suéter azul y un mechón rubio:
las apariciones son tonos, ademanes,
cortes del tiempo en un instante único.
Floto y deliro: ocurren incendios a mi lado
y en mi memoria van quedando zonas calcinadas,
dátiles de los lugares secos.
En ciertas mañanas de espera
hago la lista de mis muertos.
Ellos me hacen gestos,
ellos me dicen que también me esperan
y se toman la confianza de pasearse por mi alcoba,
buscan entre mi música las canciones que fueron nuestras,
desvarían ruidosos y hacen guiños
y se burlan de que esté tan viejo. Mis jóvenes muertos.
y te apareces tú,
que agonizas en el débil rencor de mis entrañas nunca tuyas,
desde lejos vienes a mi corazón
y el mundo se ladea como un balancín
y la fuerza de gravedad traza una línea contra el suelo.
Cierro los ojos
y se convierten en líquido los colores de la casa:
no hay un presente aquí,
sólo fantasmas y visiones,
atisbos de un horizonte de fuego:
el salto de una pantera negra,
el lamido de un perro que tendré y todavía no nace,
el ocioso paisaje de unos árboles cuando despierto a mediodía
lejos del horroroso mar.
Desde mi cama viajo a sentir abrazos
y camino
y encuentro lugares nuevos que reconozco en otro pasado que viví,
que adivino en un día que será,
entre silencios y resplandores alucino,
alucino y espero.

* * * * *

5. Primero está el delirio:
visitante travieso incrustado en la sombra del techo,
volátil en el pliegue de una cortina,
sonriendo desde la oscuridad,
desde la nada,
susurrándome.

* * * * *

6. Posees el gozo de su risa
pero debes saber que partirá.
Te inunda su alegría
te ilumina su rotunda carcajada
con una luz muy dulce,
pero no ignores que se irá.
Ella fluye,
ella es un líquido que detesta estancarse
ella es un pájaro que anida y emigra,
ella se irá.
Ella se irá y te dejará una marca de amor
que solamente curarás con su regreso efímero.
Entonces la verás de paso
y será como tropezar con el sol de la mañana
descubrir de nuevo su alegría,
nadar en ella
plácido
hasta un próximo encuentro inesperado.

* * * * *

Cantar por cantar

Canción

Aquí conmigo, un primero de octubre, tarde líquida de sangre y agua y saliva,
aquí conmigo, en la noche de hotel y en el aliento del brandy y el café,
aquí conmigo, domesticada y sin ansias, hecha de despojos,
aquí conmigo mi soledad, materia inerte, ya sin queja y sin tremor:
con ella no escondo cartas entre la manga, no tengo cartas, no tengo mangas, 
      estoy desnudo
con mi música, aquí conmigo, lejos del apresuramiento y de las balas,
ajeno al acoso de la cita y del teléfono, incólume tras el descendimiento a los infiernos.
Me pongo la máscara, me quito la máscara, busco otra máscara, voy descarándome.
Perdí mi rostro y lo recojo ahora,
en esta noche de hotel, cuando mi soledad se vuelve tibia,
transparente
y repaso sereno las agonías:
¿ Adónde he quedado yo, tras tanta máscara?
Sólo el miedo permite seguirme tras el tiempo,
si bien cabe atribuirlo todo a una conjura:
¿Alfileres sobre una foto mía? ¿Un rezo? ¿Malas artes de la brujería y el halago?

* * * * *

Cantar por cantar 1

Ella vendrá,
volando o de golpe, como quieres,
o sigilosa y lenta:
serás tu corazón esperándola,
serás solamente una de tus vísceras,
serás tu estómago tratando de digerirla
o tu pulmón que la recibe mientras le dice adiós al aire.
Inexorable, por a o por bé 
ella vendrá 
la única segura,
ella vendrá intempestiva o anunciándose.
Tú la prefieres gentil: una noche te acuestas a dormir 
y antes de amanecer, sin despertarte, 
ella te abrazará para siempre.
Pero no sabes.
Al menos un avión que se desploma
no causa tantas molestias y esperas angustiosas.
Ella vendrá, tal vez haciéndose esperar, anunciándose.
Ella vendrá, a lo mejor intempestiva,
ella vendrá y entretanto
sin el cuándo y el cómo
cada vez está más cerca
en cada instante que transcurre
eres más y más de ella,
la segura.

* * * * *

Historias

Se hablan bajo el agua,
desnudos flotan y se hablan
y se dicen palabras como "risa"
y la luz brilla como un tafetán líquido
sobre sus hermosos cuerpos;
paralelos, blanca y moreno, contra la corriente,
plata y bronce bajo el fluido sol,
como dos lianas de carne mis dos bellos amigos
sumergidos se dicen un idioma que vibra en los oídos,
una música de vocales desleídas,
se dicen palabras con ternura sabia;
desde el puente
bajo un árbol que deja pasar hilos de sol
yo los miro gozoso
y los veo sacar la cabeza del agua
con el aire y con la dicha contenidos
y los oigo gritar "esto es la vida"
y sus esbeltos cuerpos jóvenes son la vida,
ella y él, mis desnudos hermosos amigos,
la vida son ellos,
ellos que me regalan su entusiasmo.

* * * * *

Hola soledad

Bienvenida, vieja amiga, te creí ausente y aquí estabas escondida, confundida conmigo;
bienvenida, ahora que te veo, bienvenida a tu más propia casa, el latido de mi sangre,
a ti te acojo en el tiempo largo del poema, en el suave sueño, en el hormigueo 
                                                                                                                                de mi mano izquierda,
báñate conmigo, una ducha caliente que golpee la espalda,
-ah, desnudos sí que tú y yo somos uno solo-,
préstame una de tus camisas blancas de algodón,
ven, tomemos café, sin azúcar: así lo bebo solamente contigo,
amiga, ladilla, sombra,
y fumemos viendo el cambio de color de la montaña, fúndete conmigo 
                                                                                                    para que pueda mirar cómo amanece,
ven cántame una canción, aguántame la risa de gozarte hasta el tuétano, generosa mía,
llévame así, apacible, a este o aquel libro, deja que te lea en voz alta y dime si te aburres,
vuélvete música, almohada; convierte, maga, tu sustancia en humo, 
                                                                                                              en el umbral de las visiones,
liba conmigo la euforia santa del silencio,
alucina, muchacha de mi vida, y cuenta tu cuento mientras yo, torpe, tomo tu dictado:
tacha siempre toda espera o esperanza,
que no sienta el tiempo,
y baila conmigo la danza de la sonrisa en el ojo de la mente
hasta caer, inesperadamente juntos, fulminados.

* * * * *

Lady Sings the Blues

                                                                            Who's prepare to pay the
                                                                       price  for a trip to paradise?
                                                                       Billie Holiday, Love for sale

Gorrión triste que anida entre el piano y el humo, esta garganta
      inventa la sustancia más oscura de la noche.
Revelación de lo que existe detrás de la ingrávida tiniebla de
      los predestinados,
carne inútil e intensa como este canto de embriaguez,
lámpara votiva de las alucinaciones, luna sembrada de alcohol,
muchacha que flota, muchacha que vuela, alambre vivo,
ella nombra el sustrato profundo de los cuerpos,
aguja que teje un sol líquido a la sangre,
oh baby,
quiero dormir.

* * * * *

Nocturno, vals, mazurka, polonesa

Con este piano conozco la dulzura única de un tiempo mío,
tiempo sin fecha y sin memoria,
todo fue, todo es, todo será
este flujo, este juego, esta caricia del piano.
Tiemblo de emoción, aplaudo el encore de Malcuzinski
y vitoreo y aún floto,
alucino entre valses y nocturnos.
Germán a mi lado tiene 16 o 17 años
y yo soy eterno ya,
mortal y eterno como Germán mi amigo de la infancia.
¿Es tan ridículo llorar de la alegría?
¿Puedo confesar este perfume de violetas,
admito mi cielo azul adentro, mi agua fresca en el alma?
Mañanas tranquilas bajo un sol indulgente:
se oye correr el agua, el piano muestra bosques,
verdes campos de cultivo, vacas mudas con ubre generosa.
Chopin hace el milagro.
Chopin detiene minutos y hemorragia.
Chopin es un sedante, sólo este piano y los restos de vida.
El piano, el tres por cuatro del vals atándome a la vida,
Chopin en mi oído anunciándome la lejanía de la muerte.
La música me lleva de la mano 
por fuera del tiempo y por dentro,
por encima de mí,
viéndome otro me lleva de la mano,
soy uno que se aburre, uno que llora,
otro -el más miserable- que con ansias espera:
ninguno de ellos mientras el vals me lleve de la mano,
el vals sopla brisas de paz en mis entrañas,
me enseña a transcurrir,
todo llega, me repite el vals irrepetible siempre,
el vals irrepetible me cuenta la historia de otro más sereno que seré,
en una clave sin acosos me repite algo que todavía ignoro,
otro aprendizaje elemental que no percibo,
que el piano apenas insinúa.

* * * * *

Encuentros

Afuera el frío viento
                   el ocre del sol en el crepúsculo,
                   el azul de un solo tono en todo el cielo,
                   y tú lejos,
                   y tú lejos.


* * * * *

Apuro esta euforia,
como un vino escaso la apuro hasta sus más íntimos delirios.
Perfume preciso que aletea en la alcoba,
aroma de la expulsión de los demonios,
viento fresco el cuerpo del amor.
Ajeno a toda zozobra
me convierto en brizna de la nada entre el amor,
oh alegría, azúcar de mi noche.

* * * * *

Arrodillado te degusto
te lamo y lamo
olfateo cada parte de ti
te aprendo con labios y nariz
te estremezco y ensalzo
subo y bajo
lengua de pezón a pubis
lengua de boca a oreja
interminable.

* * * * *

Cuatro preguntas

¿Cuándo más descarriamiento
más subir a la nada
cuándo más estallar tan total
cuándo más un tan claro delirio
más abrazo un abrazo?

* * * * *

La luna es un zepelín de mandarina
flotando entre los edificios de Manhattan.
Inflada de verano
la luna es un zepelín sostenido por un beso.
Las lenguas toman posesión de nuestros cuerpos y ascendemos,
livianos de nosotros flotamos en abrazo y en saliva.

* * * * *

Por qué no tu boca aquí,
por qué no sobre mi  piel tu aliento
por qué no adentro yo de tus abismos?

* * * * *

Que el azar me lleve hasta tu orilla,
ola o viento, que tome tu rumbo,
que hasta ti llegue y te venza mi ternura.




Otros poemas

Libro de las mutaciones, 7

Un silencio vestido de fango,
el tartamudeo abatido del agua que gotea, el graznido del amor fugaz
con una puta, hace dos años en septiembre; el hastío, esa lenta langosta
que me niega el olvido; la sombra de la casa en la memoria, la mañana,
un sueño que se agota, el árbol casi seco, el ruido de una llama.


Miguel Ángel Osorio

Entre mi corazón la penumbra de una calle,
una reliquia, un aguijón, el eco de una voz.
Entre mi corazón -entre mi herida-,
una caricia, el murmullo del amor.
Entre mi corazón -el desdeñoso-,
la luna, un retrato, uno o dos nombres,
el desamor también en mi cloaca.
En mi corazón la raíz del insomnio y de la ira.
Entre mi corazón, hecho de fiebre,
mi soledad y mis hermanos.
Entre mi corazón la pesadilla y el infierno,
allí la leve dicha y la esperanza.
Entre mi corazón alucinado, insecto de la noche,
la ebriedad del instante,
la revelación y la pureza,
el abatimiento en mi más roja entraña,
el estupor y el entusiasmo en mi silencioso corazón.
Entre esta oscura claridad, entre este vértigo,
todo mi pavor, toda mi pena,
todo el desprecio entero y el amor,
toda la embriaguez y la locura.
Nunca ninguna fe en mi corazón ansioso.
Ay, mi delirante corazón,
ay mi corazón sin asidero.



Poema

                                                                                 Se siente tu claridad
                                                                     hasta en los ojos cerrados, 
                                                                          -presencia que no se ve-
                                                                     acariciando los párpados.
                                                                                                            Salinas

Aquí estoy acompañado de testigos tuyos
de pequeños hermosos testigos tuyos
acompañado un poco digo de tu ausencia
Es como tenerte en sueños
cada cosa tiene la forma exacta de tu distancia
mi mirada que te mira en sueños
en fin es como tenerte sin tenerte y teniéndote 
en todo lo que oigo en todo lo que miro soñando o sueño mirando me confundo
cuando veo lo feliz que puedo estar contigo aunque tú no estés
y me hayas enviado tu ausencia a habitar en mis testigos tuyos
en mis pequeños hermosos testigos tuyos
De repente todo es tu voz que dice algo que dijiste hace días
y tu voz es la forma de tu ausencia tu voz
eres tú cuando te oigo en el sueño en que vivo ahora
que me envías tu ausencia a conversar
me pregunto a veces no en este instante que solo interrogo
a los testigos a los pequeños testigos tuyos
a veces me pregunto si con tu ausencia me envías noticias tuyas
que me llegan con retraso
pero no me importa porque ahora te siento tan nosotros
me siento tan tu cómplice
te siento tan mi cómplice
que soy el sueño que sueñan tus testigos cuando duermo y sueño que ellos duermen.




Razones del ausente

Si alguien les pregunta por él,
díganle que quizá no vuelva nunca o que si regresa
acaso ya nadie reconozca su rostro;
díganle también que no dejó razones para nadie,
que tenía un mensaje secreto, algo importante que decirles
pero que lo ha olvidado.
Díganle que ahora está cayendo, de otro modo y en otra parte del mundo,
díganle que todavía no es feliz,
si esto hace feliz a alguno de ellos; díganle también que se fue con el corazón vacío y seco
y díganle que eso no importa ni siquiera para la lástima o el perdón
y que ni él mismo sufre por eso,
que ya no cree en nada ni en nadie y mucho menos en él mismo,
que tantas cosas que vio apagaron su mirada y ahora, ciego, necesita del tacto,
díganle que alguna vez tuvo un leve rescoldo de fe en Dios, en un día de sol,
díganle que hubo palabras que le hicieron creer en el amor
y luego supo que el amor dura
lo que dura una palabra.
Díganle que como un globo de aire perforado a tiros,
su alma fue cayendo hasta el infierno que lo vive y que ni siquiera está desesperado
y díganle que a veces piensa que esa calma inexorable es su castigo;
díganle que ignora cuál es su pecado
y que la culpa que lo arrastra por el mundo la considera apenas otro dato del problema
y díganle que en ciertas noches de insomnio y aun en otras en que cree haberlo soñado,
teme que acaso la culpa sea la única parte de sí mismo que le queda
y díganle que en ciertas mañanas llenas de luz
y en medio de tardes de piadosa lujuria y también borracho de vino en noches de lluvia
siente cierta alegría pueril por su inocencia
y díganle que en esas ocasiones dichosas habla a solas.
Díganle que si alguna vez regresa, volverá con dos cerezas en sus ojos
y una planta de moras sembrada en su estómago y una serpiente enroscada en su cuello
y tampoco esperará nada de nadie y se ganará la vida honradamente,
de adivino, leyendo las cartas y celebrando extrañas ceremonias en las que no creerá
y díganle que se llevó consigo algunas supersticiones, tres fetiches,
ciertas complicidades mal entendidas
y el recuerdo de dos o tres rostros que siempre vuelven a él en la oscuridad
y nada.



Venganza

Ahora tú, vuelta poema,
encasillada en versos que te nombran, 
la hermosa, la innombrable, luminosa, 
ahora tú, vuelta poema, 
tu cuerpo, resplandor, 
escarcha, desecho de palabra, 
poema apenas tu cuerpo 
prisionero en el poema, 
vuelto versos que se leen en la sala,
tu cuerpo que es pasado
y es este poema
esta pobre venganza.





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