martes, 6 de septiembre de 2011

4647.- MARIA JULIA MAGISTRATTI


María Julia Magistratti nació en 1976 en Azul, provincia de Buenos Aires, República Argentina.
Egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires.
Libros publicados: Alasitas (ediciones Honorarte, Buenos Aires, 2004) y EA (ediciones El Mono Armado, Buenos Aires, 2007)
Con el libro Alasitas ganó el Primer Premio Concurso Internacional de Poesía Letras de Oro 2003 de la Fundación Honorarte.







Las partes

Lleva una soga en la mano
y la soga lleva una vaca entristecida.
Todas las vacas del mundo están entristecidas.

Y si acontece la soga y la vaca,
también acontece el hombre, velado de un ojo,
cantado en la madrugada por los gallos.

El ojo que le falta soy yo que lo miro,
y todo mi cuerpo tiene presión de ojo, viaje de iris,
y me vuelvo absoluta
porque miro a un hombre, una soga y una vaca.

Siempre somos la parte que a otro le falta.

Alguien puede ser ahora las manos que he perdido;
mi mente soplada por vientos que también son de la tierra
pero que suceden adentro y mi corazón.
Alguien que tenga un músculo puede ser mi corazón
que me sobra y me falta;
que de madrugada, cuando los gallos cantan,
se abisma
y acontece lejos su abeja entre las flores.

Alguien puede tener lo que nos falta.

Yo tengo ahora un deseo demasiado grande
que se vuelve
hombre,
soga
y vaca entristecida.







Del libro ALASITAS (Ediciones Honorarte, Buenos Aires, 2004)



PADRE

Mi padre entra a brazadas
por la noche
y se acerca hasta la hija
que sueña con su padre muerto.

El tiempo
ha insistido tanto en el sueño
y el padre ha crecido tanto
en la muerte.
Ahora ella habla con ese hombre más anciano.

En la oscura habitación
nadie siente quejarse a la dormida,
su cuerpo la lastima

Está alcanzando la edad del muerto.





LA GALLINA

La gallina conoce el hambre de esos niños.
ve la madre
traer los frutos
en un canasto de moscas
y el hilo de la naranja
corriendo por el cuello
del más pequeño.

Ve la siesta de un pescado
sobre el fuego.
el silbido de los choclos
en la olla.

La gallina es la única que ve la muerte de todos
porque no puede mirar de frente.




MIENTRAS DUERMES

Hay una dirección contraria a la luz que se desenvuelve
mientras duermes,para que no sientas la muerte de las mariposas,
la caída de los frutos,
la migración de las aves,
el desove de una tortuga.

Mientras el sueño despliega sus sacudidas,
en algún lugar hay barcos que llegan,
seres que destruirían tu calor entre las sábanas con sólo pensarte.

La luz es denuncia.

Las piedras crecen a estas horas
igual que tus uñas

y el pájaro
ocupa toda la jaula.

El corazón irrumpe tu sueño
como un embrión
y el espesor de la verdad
hace sonar los muebles, los mimbres, el látigo que cuelga a solas
detrás de una puerta.

Te levantas con la lengua seca, son los mares que han girado.

No entiendes si no es con la luz
que palpitas igual al naranjo.

El sol que te fecunda, está en las sombras de tus órganos.

(Inédito)










DEL SUEÑO Y LA VIGILIA

El cielo ha bajado al árbol,
del árbol baja la niña
y la desilusión de las hamacas
le baja en el lugar del ala.

Todas las noches
volvemos a la ley del niño,
violamos la gravedad
en la gravedad del sueño
luego retornamos:

el lugar del ala
es el lugar de la cruz.

A José Tambutti


(de Alasitas, 2004)





MUJER EN EL CAFÉ

Esa mujer
que se asoma por la taza de café
en la mesa que da al sol,
no existe,
es última.

Primero, la superficie:

en los hombros
una luna mal encendida.

Luego, en la cresta de un rayo,
el hogar.


Esa mujer no existe,
pero es real.
Son estos casos
grietas de lo eterno:

la muerte asume formas,
tiene en la multiplicidad
los huevos de sus águilas.

(de Alasitas, 2004)





LA CIEGA

Temblada
por el espejo partido de sus ojos,
la ciega
camina
en su espacio puro.

¿Dónde está ella
cuando crecen el maíz,
los niños, las verduras?

La piedra en el fondo del agua.
¿Dónde muere lo que ella no ve?

(de Alasitas, 2004)







9

La abuela no vio
la guerra por la televisión,
no vio su nombre diciendo nada
en una lista por la paz.

Siente, debajo de la tierra,
trenes que van,
cosas trizarse,
derribamientos.
Y no hay imágenes;
sólo su oído
electrificado por la muerte
escucha a los que están entrando;

hasta que la tierra
termine de comer.

(de Ea, 2007)








33


Lenta de venir
del patio con las sábanas secas,
la toalla enredada en el cuello
y esa manera de llamarme
sin manos, con la cara,
me obliga
a deberle las llaves de mi casa,
el botón de la camisa, la fruta sin límites.

Porque siempre es de día en los recuerdos
tendré que llamar a mi abuela
para que se haga la noche;
ahora que ella está jugando
con sus plantas blancas
en un universo amarillo.

(de Ea, 2007)








Del libro EA (ediciones del Mono Armado, Buenos Aires, 2007)


1

No sabe que está muerta,
sin mirada donde ir a parar;
atravesada por
la arruga mayor
con que se ha desvestido su cara.

La muerte es doble:
en una parte huele
y en la otra crece.

La muerta se sofoca
se apabulla
como un ladrón de frutas,
se desagua.

Y el cuerpo que no puede quedarse.

La muerta ahora nace
atraviesa el huevo
que ha madurado en tierra.





41

El jardín
de la casa de mi abuela se está yendo.
Encierra, y no deja salir,
lejanos insectívoros motores.

Miro y soy la que más está.

También la que más está
es una enredadera que
se derramó sobre el níspero.

Toda vez que es níspero
debería haber resuelto
humedad, rueda, semilla;
pero crece la piedra vegetal
sacudida y sola
en medio del mundo de la rama
y el mundo que es lejos
cuando el níspero aparece.

De igual modo, la niña que no sabe que tiene corazón
truena, hace viento
se enjuaga de la tierra
ojos colorados,
traga universo que hace perfumes,
tiene dolores blancos,
arenosos, que la hacen más suave,
siempre a punto de dar por terminada la tarde.

Es la que más está.

El tiempo pasa y pasa y se lleva todo.

Tal vez la vida sea esto:
ir olvidando jardines.


Lo primero que ve
son fondos de casas,
objetos vistos desde atrás.


http://poetasalvolante.blogspot.com/2007/08/
mara-julia-magistratti.html



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