miércoles, 7 de marzo de 2012

6048.- MARKOS QUISBERT



Markos Quisbert
Nace en Arica, CHILE (1981). Actualmente estudia Lenguaje y Comunicación en la Universidad de Tarapacá. Ha sido favorecido por la Beca de Creación Literaria, Escritores Noveles del Consejo del Libro y la Lectura, por su conjunto de poemas titulado PROSPECTIVAS DE CRISSOLO (2003), y se adjudica la Beca de Creación Literaria del Consejo del Libro y la Lectura, por la conclusión de su poemario ATAVÍOS DE HOY (2007).
Poemarios: Cero Glamour, 2011
Ha participado en los encuentros de poesía: ATACAMA POESÍA (Copiapó, 2004); POQUITA FE, Encuentro de Poesía Latinoamericana Actual (Santiago, 2006), Encuentro de poetas Colectiva 07, Arequipa, Perú (2007). DESCENTRALIZACIÓN POÉTICA (Santiago 2008), POQUITA FE 2008. Participa en el Congreso “CHILE MIRA A SUS POETAS”, organizado por la Pontificia Universidad Publica el poemario ATAVÍOS, por la Editorial Moda y Pueblo (Santiago, 2009). Católica (Santiago, 2009).
Mail: otemtote@hotmail.com




A VECES EL JOVEN DE MOSTACHO RENUNCIA A VIGILAR


I


Un joven renuncia a vigilar su vecindario,
otros como él vigilan toda una ciudad.
De noche, cuando el deseo aflora en sitios públicos
las vecinas, (las mismas que barren las veredas
del corazón), atraviesan callejones, en busca
de algo que ignoran y les pertenece.
Olor a semen invade la ciudad. Que emoción
la noche se deja caer a los ojos de los vigilantes.






II




Una vez los detuvieron a las afueras de un baño público,
estaban irreconocibles
con barbas que les llegaba hasta el suelo
nadie los volvió a ver, desde entonces la ciudad cambió de olor.








VAYA, SE ME ACABA DE CORTAR LA LECHE


Uno conoce el cariño en brazos musculosos y bronceados de vez 
en cuando sean de hombre o de mujer, o ambos EN UNO.
Uno se refriega a menudo con otro cuerpo bajo un poste de alumbrado,
su luz ilumina el sexo que deja entrever de las cremalleras semi-abiertas,
su luz remarca el sexo que apunta al cielo o al infierno.
Es común, uno conoce a un muchacho/cha con gorra de béisbol 
en una plaza uno como yo por ejemplo que había advertido hace 
horas su presencia entre los árboles meados.
Allí está, con sus manos cruzadas sobre las piernas, 
blue jeans ajustado, sin distinguirse bien el sexo,
allí está, pequeñas sorpresas que el amor dispone en lo privado 
de la sed nocturna.
Un muchacho con gorra de béisbol es tan común, se sienta sobre 
mis rodillas, como alguna vez yo me senté en las suyas. 
Vaya se me acaba de cortar la leche,
en fin, un contacto por chat me distrajo. Veía a la vez
las fotos de Alicia que Lewis Carroll le había tomado con distintos 
trajes, en una aparece toda una tigresa.
Me tengo que ir, beso a ti seas quien seas, te recomiendo 
las fotos de Carroll.












A VECES UN SEX SIMBOL RECURRE AL BISTURÍ


A veces un sex simbol recurre al bisturí
como todos aunque nadie lo admita.
Su estilo y apariencia
nos ahorra el trabajo de ser tan sensuales
ante los ciudadanos con vidas simples y ordinarias
que beben y se reproducen al calor de una fogata
que se extingue en el polvo.


A veces de reojo percibimos a gente solitaria
con un halo sobre la cabeza
al cruzar la calle, sin importarnos
en ese mismo momento sino años después
mientras hacemos por ejemplo el amor
con un desconocido tras un quiosco en la noche.


Un hombre de mostacho y camisa hawaiana
a la luz de un reflector que ciega la memoria
como en una redada policial
que se oculta en los puntos ciegos
de quienes lo contemplan de reojo.


Y seamos nosotros ahora aquel
que cruza calles y mentes y Cam.
¡Oh bienaventurado albergue a cualquier hora!
Esto ya se ha visto, chau.








AL SOLDADO DESCONOCIDO


Nada como beber el té en compañía
de gente humilde y alegre
que nos dejan perplejos con sus proezas amatorias
que si se filmaran serían grandes clásicos
de la pornografía bizarra.


Nada como coleccionar fotos de gente linda
en poses llenas de inocencia,
aunque sean obesos vestidos de colegialas
o luciendo coquetos baby doll.


Nada como ser un don nadie que es feliz
con la obra maestra de su vida privada.
Nada como pajearse con la ayuda de manos ajenas
acostado sobre una tabla de planchar.


Alguien nos llena de satisfacciones
con solo masajear la cabeza
que nos pesa en horas de calor


y de toda clase de obscenidades
que por nada del mundo haríamos realidad
sin que los involucrados
resultasen ilesos.


Nos gusta pensar que somos una persona
llena de ternura dispuesta a compartirse
como un pastel en tajadas democráticas para cada invitado


Nos tratan con respeto por rizarnos el mostacho
cual veteranos de la guerra del Pacífico.










Y NOS TILDAN DE SER TAN VIEJITAS PARA ESTAS COSAS


Un día para coleccionar su propia imagen
sobre mis rodillas, que tambalean de felicidad.
Antes que yo me sostenga en las rodillas de UD.,
que imagina lo mismo, presa de ansiedad
al llenarse de caricias, con otra cara que no es la suya
ni la mía, sino es la de nuestro UD.-YO
que lame las arrugas, el cuello, todo el corazón azul,
y nos tildan de ser tan viejitas para estas cosas
sin humedad, sin continencia, sin nada más.

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