viernes, 10 de septiembre de 2010

972.- GABRIEL ROSENSTOCK




Gabriel Rosenstock 



Nació en Kilfinane, Irlanda, el 29 de septiembre de 1949 y estudió en el University College Cork donde co-fundó la revista INNTI que dió nombre a una nueva generación de poetas en lengua irlandesa. Presidente, en el pasado, de Poetry Ireland, es miembro de varias asociaciones internacionales de haiku así como miembro honorario de la Sociedad Irlandesa de Traductores e Intérpretes. Es editor asistente en An Gúm, editorial en idioma irlandés y miembro de Aósdana, la academia irlandesa de artes y letras. Ha publicado los libros de poemas: Susanne sa seomra folctha, 1973; Méaram!, 1981; Om, 1983; Nihil Obstat, 1984; Migmars, 1985; Rún na gCaisleán, 1986; Portrait of the Artist as an Abominable Showman, 1989; Oráistí, 1991; Ní mian léi an fhilíocht níos mó, Indreabhán, 1993; Cold Moon. The Erotic Haiku of Gabriel Rosenstock, 1993; Syójó, 2001; Eachtraí Krishnamurphy, 2003; Krishnamurphy Ambaist, 2004; Rogha Dánta, Poemas selectos, 2005; Géaga Trí Thine, Haikus selectos, 2006; Tuairiscíonn Krishnamurphy ó Bhagdad, 2006; Bliain an Bhandé/ Year of the Goddess, 2007. De él ha dicho Peter van de Kamp, editor de Irish Literature: "Qué es lo que hace de Gabriel Rosenstock el más grande lírico irlandés? Es el mejor sastre del pueblo, un perfecto artífice que luce terriblemente bien en cualquier forma poética - del haiku al canto..." Y el galés Gwyneth Lewis ha concluído que "Rosenstock desafía las leyes de gravedad, saltando más allá de los confines del irlandés a través del vigor de su escritura y su indiferencia total por las limitaciones de tiempo y espacio."



POEMAS DE GABRIEL ROSENSTOCK


AVIARIO

No sé si nací así
O simplemente nunca quise crecer.
¿Yo? Soy el enano en la corte de Moctezuma
Con la onerosa tarea de hacer reír a mi señor.
Es un arte. Conozco trucos del oficio
Como todos los demás: oficinista,
Hojalatero, sastre, soldado, filósofo.

Soy un jorobado; así que al menos
no me reclutarán.

‘Por malo que sea el final que te toque,’
Me dice un día mi Señor,
‘Tu corazón no te será arrancado del pecho.
Es un corazón de petirrojo lo que tienes’ – riendo –
‘¡Sería un insulto a los dioses!’

¡Los dioses! ¡Ellos tuvieron su momento!
Al menos eso es lo último que se dice por aquí
De los extranjeros...hombres dios.

Lo único que siempre quise
Fue estar a cargo del aviario-
El majestuoso águila, el quetzal multicolor, el pato sagaz.
En vez de ello debo darle a mi Señor un ataque de risa,
Distorsionar mi cara por Moctezuma,
Y agitar mis brazos en el aire
Como un pájaro herido.






A MI ESPOSO QUE TRABAJA 
EN LA GRAN MURALLA

Te envío saludos, oh Señor de mi alma y Soberano de mi corazón.
Hace siete largos meses que puse mis ojos en tus delicadas facciones
Y desde entonces cada estrella en el firmamento oscureció:
¡La misma luna esconde de nosotros su cara!
El viento trae horribles noticias desde el norte -
Que el arroz escasea entre vosotros y el millo más aún
Que la helada está adherida a vosotros como fango
Que el aire está negro de cuervos
Que los dardos de los Bárbaros llueven sobre vosotros
Que la Gran Muralla repta como dragón
Sobre el monte y el desierto.

Los tiempos recientes han visto aún más hombres de nuestra zona
Obligados al servicio. No mencionaré nombres.
Académicos y poetas. Sus pergaminos fueron quemados.
Fueron atados juntos
Y, con rostros de piedra, mudos, partieron hacia el norte.
Dos meses de camino, descalzos, les esperan... ¿y para qué?
Una muralla nos protege del Helado Norte.
¿Es verdad lo que cuentan acerca de los Hseung-noo?
¡Malditos sean!
¿Que se comen a sus propios niños
En tiempos de penuria?
¿Que las palmas de sus manos tienen vello rojo?
Si aunque sea esta noche brillara la luna
Y tú -brasa de mi corazón- la estuvieras mirando...
¿De verdad que piensan que durará para siempre?
¿Contra el viento, contra la lluvia,
Contra la helada, contra los bárbaros?

Esta campiña bajo la oleada del terror.
¡El otro día apenas
Nació un potro de dos cabezas!

El viento anuncia traición a través de los pinos
Un pez monje saltó desde el Río Amarillo

Se paró sobre la orilla y proclamó en extraño lenguaje
"Hacia el norte, los huesos de la noche
Brillan en el Río Plateado de la Vía Láctea."

Desde que te fuiste, una pared helada ha rodeado mi corazón.
Regresa y derrúmbala, o señor de mi corazón. Pero pronto.








RENSAKU (Secuencia de Haikus)

inscripción funeraria
nada más que liquen
un chorlito llama

oveja responde a oveja
la niebla
se dispersa Eglwys Llanfaglan
sin lugar a donde ir
lápidas soportando la lluvia
una vaca mira sobre
Caernarfon Bay
sin saber por qué
margarita en noviembre
luces que aparecen
entre las colinas
noche que cae
sobre lápidas –
fresca voz del avefría
el año sobre la lápida
más ilegible aún
tras el viento de hoy
valle de brumas
árboles retoñando
uno a la vez
el lamento de las vacas
oscurece las aguas
de Caernarfon Bay
masticando el universo
oveja de montaña
en la niebla
tan quieta
sobresaliendo de un risco
una oveja
de la niebla
más niebla
se alza
ofreciendo su rocío
a un sol de invierno
un centenar o más de cañas
ovejas desapareciendo
estrellas brotando
la voz de una cascada
la azul quietud
de la mañana
intocada por el canto de pájaros
un sol bajo …
sombras que huyen
a través de campos de batalla
setas
inobservadas
un bosque en Anglesey
un árbol que cayó
y no cayó
otro soportándolo
un cuervo sale de los bosques
para mirar al mundo
y regresa
súbitamente
el universo se expande
gansos resonando







In a vase

I have put you, flower,
in a blue Chinese vase,
I’d dare not lay a finger on your
terrifying exquisiteness;
stars and moons converse with you,
runic poems from on high,
teaching you their ancient ways,
cold and adamantine






Clock

I put the clock in the fridge tonight.
(People say that I’m odd). Clocks upset me.
They deafen me.
There is a certain tribe (no idea where they’re from)
Not yet under the fist of Time.
Yesterday is the same
As last year
They reckon
(People say that they’re odd).
For example you might get your grandfather’s milk bill
But you’d take no notice of it
Whatsoever.
I put the clock in the fridge tonight
To put something (what exactly I don’t know)
To the test:
The beetroot, the cheese and the frozen carrots
Will waken up at ten to eight.
Let them jump on a bus.
I couldn’t care less.
I put the clock in the fridge tonight.






Television

(about my daughter Saffron)
Five o’clock in the morning
And she wanted television.
Was I going to argue
With a two-and-a-half-year-old madam?
Downstairs with us
Didn’t bother to dress
And the room was perishing.
Still pitchdark
We stared wide-eyed at the white screen.
Okay? Satisfied?
But she could make out snow
And a giraffe through the snow
And an Arctic owl
Gliding
Overhead.






Black humour (after Rosalía de Castro)

When I think you’ve retreated,
You black humour that shadows me,
There you are in bed with me
Mockingly ahead of me.
When I think that you’ve gone
You appear in a sunburst,
You are the star that shines
You are the wind that sighs.
If they sing, it’s you that sings
If they keen, it’s you that keens,
You are the river softly speaking
You are the daylight breaking.
In everything, you are every thing,
In me, for me, is your meaning,
You will never leave my side
You black humour that shadows my life.







Brahms

You would take your shoes off coming in
In case you’d disturb the house – 
Suanmhar síothach go lá!
You were a boyo with the skivvies
But the woman you really cared for – 
’Measc na lilí is na mbláth –
Clara, Schumann’s widow,
You never touched her.
You alienated all your friends
In Weimar, Hamburg, Vienna – 
You must have fallen out with yourself.
Go mbeirse, a stór, gan tuirse, gan bhrón.
On your deathbed
You cried your eyes out.





Homage

There’s no part of the elephant
That the pygmies will not eat – 
Sri Ganesha Namah!
They gouge out the marrow
And swallow it raw
Sri Ganeshaya Namah!
There’s no part of the jungle
That doesn’t quake at this downfall
Sri Ganeshaya Namah!
The elephant’s death is the song of life:
Come, leaves, and celebrate
With the sun arrowing through you
OM Sri Ganeshaya Namah!
The elephant is like a god
Like a mountain
Like thunder
Its tusks bear the earth’s weight
And all it contains
Sri Ganeshaya Namah!
Come . . . let us eat and drink of it . . . 
This is the core of God
OM Sri Ganeshaya Namah!







A cup of coffee

I’m having a cup of coffee. Not at my ease.
Builders in their yellow helmets behind me.
They’re on about some match over in England.
Between them – between bacon and sausages –
they’ve horsed half a pig.
“Excuse me”, says my guardian angel,
“Although I’m not into the meat myself
I understand that their equals need protein – 
Unlike a poet who never lifted anything heavier
than his pen . . . ”
There’s music from Hell being vomited from the
radio.
The coffee is only so-so.
A Coke can is kicked up the road.
Plastic bags are being carried by the wind.
The waiter throws me a wary eye.
What’s he scribbling?
Could he be the Health Inspector?
The coffee turns to blood . . . 
The angel scarpers.
I imagine the Vikings back again
The ones in bearskin shirts
Ravaging and roaring
An axe gleams
A spear flies
The traffic stops (it was stop-go anyway)
Drivers take to their heels
A church is razed (it was half-empty anyway).
A heroin addict in a grey apartment
Looks out the murky window:
Swords being brandished
Firebrigades and guards in a deafening blue dazzle.
He sees nothing out of the ordinary.
What’s bothering him
Is the tattoo along his arm,
A big purple heart
Pushed sideways by the mark of the needle.








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