jueves, 28 de octubre de 2010

1629.- LUIS BAGUÉ QUÍLEZ




Luis Bagué Quílez es un poeta, ensayista y crítico español en lengua castellana nacido en Palafrugell (Gerona) en 1978. Es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante. Ha publicado los siguientes libros de poemas: Telón de sombras (Madrid, Hiperión, 2002), El rencor de la luz (Talavera de la Reina, col. "Melibea", 2006), Un jardín olvidado (Madrid, Hiperión, 2007) y Página en construcción (Madrid, Visor, 2011). En colaboración con Joaquín Juan Penalva, ha escrito el libro de poemas cinéfilos Babilonia, mon amour (Murcia, Universidad de Murcia, 2005) y la plaquette Día del espectador (Logroño, Ediciones del 4 de Agosto, 2009). También es autor de los ensayos La poesía de Víctor Botas (Gijón, Llibros del Pexe, 2004) y Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el tercer milenio (Valencia, Pre-Textos, 2006). Co-dirige la revista de poesía Ex Libris.



Obra poética

Telón de sombras (Madrid, Hiperión, 2002).
Babilonia, mon amour (Murcia, Universidad de Murcia, 2005). En colaboración con Joaquín Juan Penalva.
El rencor de la luz (Talavera de la Reina, col. "Melibea", 2006).
Un jardín olvidado (Madrid, Hiperión, 2007).
Página en construcción (Madrid, Visor, 2011).


Obra ensayística

La poesía de Víctor Botas. Una relectura de los clásicos grecolatinos (Gijón, Llibros del Pexe, 2004).
Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el tercer milenio (Valencia, Pre-Textos, 2006).


Ediciones

Ricardo E. Molinari, Mundos de la madrugada [1927-1991]. Antología poética (Madrid, Huerga y Fierro, 2003).
Julio Herrera y Reissig, Los éxtasis de la montaña. Antología poética (Madrid, Huerga y Fierro, 2005).
Humberto Díaz-Casanueva, El blasfemo coronado [1926-1991]. Antología poética (Madrid, Huerga y Fierro, 2006). En colaboración con Joaquín Juan Penalva.
Víctor Botas, Historias con Historia. Antología poética [1979-1994] (Oviedo, Trabe, 2009).
Carlos Marzal, Los otros de uno mismo (Valladolid, Universidad de Valladolid, 2009).


Galardones

2002: Premio de Poesía Joven "Antonio Carvajal" por Telón de sombras.
2003: Premio de Poesía "Ojo Crítico" de RNE por Telón de sombras.
2006: Premio de Poesía “Joaquín Benito de Lucas” por El rencor de la luz.
2006: Premio Internacional “Gerardo Diego” de Investigación Literaria por Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el tercer milenio.
2007: Premio de Poesía “Hiperión” por Un jardín olvidado.
2010: Premio de Poesía "Unicaja" por Página en construcción.


VARIACIÓN SOBRE UN TEMA DE POE

Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar…
RADIO FUTURA

Cuando ya no hay castillos
ni nombres en la arena,
cuando el agua ha borrado las palabras
y las gaviotas vagan por un cielo
vacío de milagros,
como una cinta gris y transparente,
vuelves a mencionar la misma sombra.

Quizá en ese momento
recitarás de nuevo las palabras de Poe
sobre alguna muchacha
perdida entre las ruinas de la literatura.
Aunque puede que finjas
que olvidaste la historia y su canción,
que no sabes de lápidas románticas,
del aroma febril de las magnolias,
de unos labios tan fríos
como el mármol de aquellos veladores
donde dejas la copa
en que apuras la vida en lentos sorbos.

Luego descubrirás
que no hay ningún misterio en el dolor,
ni es más bello el poema
que la playa en septiembre,
sin testigos que sepan que ahora mismo,
bajo la débil luz
que filtran tantas nubes,
has vencido a los mitos de la infancia.
Annabel Lee no existe.
Un cuervo está graznando Nevermore.

(de Un jardín olvidado)







HERENCIA

Todo lo que ahora ves,
hasta el mismo horizonte
—la silueta de una antigua leyenda,
la lágrima de luz
sobre la bóveda
celeste de Santa María,
los edificios que ensombrecen
el mar y sus dominios,
el silencio encalado de la brisa,
el diapasón
que conmueve la piel
de las palmeras—,
será nuestro algún día.

Tendremos que aprender a merecerlo.

(Inédito)







ITALIA, 1950

Alguien busca a un ladrón de bicicletas
en la Italia que sueña en blanco y negro.
Unos jóvenes beben junto al atardecer
en un pueblo sin alma
y sin espuma:
siempre tienen la borrachera triste.
Los vecinos los llaman
I Vitelloni. Una sombra camina
por las calles de la desesperanza.
Es tarde y hace frío.
Hoy el viento rasga la Città Vecchia
y secciona los tallos de las rosas.
El amor ya no abriga
ni admite otro destino que el fracaso.
Nadie espera milagros en Milán
ni se acerca al jardín de los Finzi-Contini.
Y sólo en los carteles de los cines
llueven estrellas sobre los amantes:
Las caderas de Gina, los pechos de Sofia,
son la canción de invierno,
pero luego será la dolce vita
la voz de un espejismo.
En un rincón del viejo decorado
amanece por fin Cinecittà,
y la caricia gris del celuloide
se va difuminando
como el beso en el tacto de la piel.
La muerte ya no vive en Venecia.
En Roma todo el año es mes de vacaciones.

(Babilonia, mon amour, 2005)



CAMAFEOS

Regresaban del sueño
en vísperas de fiestas de guardar.
Llamaban a la puerta
como si regresaran
después de un viaje largo,
con dos o tres maletas
y el recuerdo de tantas estaciones
en la retina del invierno.

Y, al marcharse de nuevo,
nos dejaban el silencioso olvido
de las fotos en sepia,
desde donde miraban siempre jóvenes
y quizá presintiendo
la ruina de la luz sobre el esmalte.

Amaron con la misma devoción
con la que remendaban calcetines
y amasaban el pan,
con la que resistían
al presagio invisible del futuro.

Y nos siguen sonriendo,
capturadas acaso en un instante
de dichosa quietud,
en un rapto de inmóvil alegría.

Una flor de lujuria palpitaba en sus ojos
tras los surcos del óxido
y el lento tragaluz de la derrota.

(El rencor de la luz, 2006)




MINICINES ASTORIA’S

Por la ruta del tedio,
por la franja enlutada de la tarde
—difusa claridad de los escombros—
hemos llegado al cine,
allá donde envejecen los carteles
de las viejas películas,
donde lejanos labios con subtítulos
van glosando sus besos
en la trampa fugaz de la memoria.

Somos un gato negro
esperando su turno en la taquilla,
malgastando sus vidas
en la sombra de la última sesión.

(El rencor de la luz, 2006)




En la ciudad blanca

La ciudad de los grandes miradores,
donde la luz enferma
de fuego los paisajes, los tejados
ardientes de la alfama,
los tranvías amarillos que siempre desembocan
en el mar
o en la espuma deprimida de los sueños.
La ciudad blanca
se va volviendo gris
con el compás monótono
de los días de invierno
y las luces eléctricas que incendian
las ramas decoradas
del árbol de neón que nos vigila.
La ciudad es la llave
que abre el cofre secreto de otro siglo
donde las calles guardan nuestro nombre
y el rumor del océano
convoca la nostalgia de lejanos imperios.
La ciudad -los lluviosos rincones
que esconde el Bairro Alto
bajo el paraguas de la aurora-
extiende su tibieza
al bullicio de tontas avenidas
con aroma de especias y jardines
y la sombra de antiguos terremotos.
La ciudad que se aleja
ya no nos reconoce.
Su voz serán restos de aquel fado
entre cuyos acordes se ocultaba
un amargo sabor a despedida
y la vana promesa del regreso.





EJERCITO DE SALVACIÓN

Cedar House, Dublin

La vida entera cabe en un rectángulo,
en el cielo que esconde
el cielo raso, un cielo de bromuro
tras las cretonas verdes,
igual que el humo de los crematorios,
lo mismo que la lluvia
que muerde la fachada y envenena
tantos sueños vencidos por la química.

Toda la vida cabe
en el breve rectángulo del cielo:
calderilla, la Biblia, unos zapatos...
La ropa abandonada
que no nos pertenece, la que nunca
quisimos entregar,
la que reclama un hueco en el armario,
colgada de la bóveda del cielo
bajo un ácido azul segunda mano.

Toda la vida son todas las vidas.
No me salves aún.

Una de las "Hipótesis" que plantea Luis Bagué 

en su libro Página en construcción.

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