miércoles, 1 de septiembre de 2010

800.- MIRO VILLAR



Miro Villar 



(Cee-A Coruña, 1965), poeta y narrador, licenciado en Filoloxía Galega, colabora como crítico literario en diversas revistas. Miembro del Batallón Literario da Costa da Morte, del Comité de Redacción de la revista Dorna y del Consejo Editorial de la colección de poesía “Ablativo Absoluto” de Edicións Xerais de Galicia. Autor de varios estudios sobre la obra poética de Gonzalo López Abente, Xervasio Paz Lestón, Antón Zapata García, Celso Emilio Ferreiro o Alexandre Cribeiro, entre otros.
Como narrador, en 1985 y 1987 recibió el premio de relatos breves Modesto R. Figueiredo por Augas de silencio y Verbas cruzadas con Amaranta.
Su poesía fue incluída en las antologías Para saír do século (Xerais, Vigo, 1997) y A tribo das baleas (Xerais, Vigo, 2001) que reunen a poetas gallegos de los años noventa. Ha publicado Ausencias pretéritas (Espiral Maior, A Coruña, 1992), 42 décimas de febre (Toxosoutos, Muros-A Coruña, 1994), Abecedario da desolación (Espiral Maior, A Coruña, 1997; premio Tivoli-Europa 1998), Equinoccio de primavera (Colección Esquío, Ferrol, 1998) y Gameleiros (Edicións Xerais, Vigo, 2002)



Fue en Islas Lobeiras con el mar por testigo
del amor loco, cerca de un mínimo desierto,
que escuchamos de noche cantos de desconcierto,
haciendo eco en la sierra de Ruña aquel ruido.

Y fuimos temerosos de un miedo sarpullido
interrumpiendo besos con dudas de lo incierto
de saber qué en la fábula pudiera haber de cierto
que los lobos bajaron como se había dicho.

Y en nuestra incertidumbre no tuvimos en cuenta
la frontera del agua para acotar el miedo,
protegidos por olas y rocas afiladas.

Pero nuestra ceguera se transformó en luz presta
descubriendo el bramido que origina el roquedo
donde faro Cee ruge desde las tierras altas.


(Del libro Ausencias Pretéritas, 1992)





H

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Miguel Hernández




IX

el mar, bien conocido, no oculta los secretos
en la costa muxiana, desnudo por los brazos
de occidental paisaje relame sus contornos
hasta dar con la lengua en su erosión más honda,
mientras ojos cerrados son martín pescadores.

el mar despierta pronto, asomando en las rocas,
y un brazo tumultuoso penetra bien adentro
en la aceitosa furna da buserana, labios
pedregosos reciben el contacto salobre
de lúbricas arenas como carnes abiertas.

el mar desvergonzado revienta en escabrosas
acometidas, olas doloridas salpican
las íntimas paredes con sus resbaladizos
aceites y en la gruta sonidos interiores
persiguen la mixtura con el gemir del agua.

el mar decrece lento, con el breve repliegue
de la bajamar, ánimos nuevos en el futuro
serán agradecidos por la gruta con voces
de azúcar y melindres, mientras que sendos cuerpos
duermen amalgamados y el amor se reinventa.

el mar, este mar digo, testigo es de naufragios,
tiene en su piel escritas leyendas enigmáticas
o ciertos episodios, habla de una doncella
muerta de amor, de un vate que mataron por ella.
como también soy bardo pregunto mi destino.

(Del libro Abecedario da desolación, 1997)






ADÁN DESEA MORIR EN EL PARAÍSO DE EVA

En la naranja que filtran tus brazos
cuando me haces entrar en tu dominio,
en las peras donde agua mi designio
oculto como el mar y sus sargazos,

en manzanas del mal, en los abrazos,
anhelo ser Adán, sin raciocinio,
en la fruta sorbida en condominio,
quiero morir, hacerme mil pedazos,

en el líquido azúcar que me emanas,
que bebo poco a poco, con agrado
pues me recuerda el olor a begonia,

en las naranjas, peras y manzanas,
en la fruta y el líquido endulzado
anhelo tu sabor de macedonia.






Mis zapatos

Mis zapatos, aquellos que en otra hora
fueron lustrosos, húmedos un día
de tanto andar solos, sin alegría,
reblandeciendo ampollas a cada hora,

mis zapatos, aquellos en la aurora
mojados de amargor, de pena fría,
viejos de enfermedad melancolía,
ya son zapatos nuevos en esta hora,

pudieron recobrar el brillo antiguo
al calentarse al fuego permanente
de manos breves, frágiles, inmensas,

poderosas de amor y de su abrigo,
aquellos, mis zapatos, de repente,
descubrieron las cosas más intensas.







NEGACIÓN DE ULISES Y TESEO

Si alguna vez tuvieses que esperar por mi entre hilo
y tejidos, no seas Penélope que teje
y desteje bordados enseguida anochece.
Ulises ya no existe, fue un verso fugitivo.

Si alguna vez tuvieses que esperar por mi entre hilo
y tejidos, no seas Ariadna que ofrece
salir del laberinto mortal a quien la deje.
Teseo ya no existe, queda su desafío.

Si alguna vez yo debo partir como Odiseo
prefiero volver siempre vencido a Compostela.
No importa mi derrota si tu me identificas.

Si alguna vez yo debo marchar como Teseo
no será Artemisa flujo de mi Sarela.
No me importa ser lodo si tu me purificas.

(Del libro Equinoccio da primavera, 1998)







“DIONI”


En cada pescador duerme un ser mitológico,
con dos potentes brazos que en sus extremidades
se bifurcan en ocho tentáculos ventosas,
y si en el horizonte se presagia el peligro
despiertan ocho brazos para abrazar la vida.






“CHE”


En el yermo que somos cualquier pescador
multiplica los peces y el pan para los suyos,
en completo silencio reinventa el evangelio
en voz de San Mateo. Y nunca habrá cronistas
para dar la noticia del milagro diario.






“QUINÓN”


Las nubes de la duda hirientes como el sol,
siempre sois Ulises, hay siempre una Penélope
que espera con tejidos. E Ítaca está distante
aunque fuese sólo una marea de horas,
e Ítaca está distante aunque siempre vuelvas.

(Del libro Gameleiros, 2002)





SONETO HABANA BLUES

Outra fisiognomía polo tempo estragada,
gastada no traxecto dos días e das horas.
Qué outro mundo feliz, qué infancia rememoras?
Qué misterio profundo se agacha nesa ollada?
Habana patrimonio, capital derrotada,
esperanzas que mudan en sombrizas demoras.
De brazos resignados, porque ti nunca choras,
vindicas o futuro, xornada tras xornada.

E aproveitas fragmentos diversos das ruínas
para restaurar vida, construír movemento
e avanzar lentamente no rostro que endurece.

E agardas que un fermento rebente nas rutinas
que fixeron das rúas lugar de pensamento

onde o día entretece o que a noite destece






No hay comentarios:

Publicar un comentario