jueves, 25 de noviembre de 2010

2112.- DAVIDE RONDONI


Davide Rondoni, nació en Forli (Italia) en 1964. Está considerado una de las voces importantes de la actual poesía italiana. Licenciado en literatura italiana por la universidad de Bolonia, donde fundó y continúa dirigiendo el Centro de Poesía Contemporánea, en 1988 dio origen a la revista clanDestino, que también dirige en la actualidad. Es, además, el director artístico del festival Dante 09. Ha recibido numerosos premios literarios y su poesía ha sido traducida al francés, al inglés, al español y al ruso. También ha escrito narrativa, ensayo y teatro, y traducido a diversos poetas franceses del XIX y el XX, entre los que destacan Rimbaud, Baudelaire y Péguy. También ha traducido a T.S. Eliot y Emili Dickinson. Colaborador habitual en prensa, ha organizado y participado en numerosos eventos culturales, también para televisión (TV Sat 2000), donde actualmente conduce un espacio de poesía y cultura. Sus obras en libro son:

POESÍA

La frontiera delle ginestre (Forum - Quinta generazione, 1985)
O les invalides (N.c.e. 1988)
A rialzare i capi pioventi (N.c.e - Guaraldi,1993)
Il tempo delle cose cieche (N.c.e, 1995)
Il bar del tempo (Guanda, 1999)
Non sei morto, amore (Quaderni del battello ebbro, 2001)
Avrebbe amato chiunque (Guanda, 2003)
Compianto, vita (Marietti, 2003)
Il veleno, l´arte (Marietti, 2004)
L´acqua visitata dal fuoco (Marietti, 2005)
Vorticosa, dipinta (Marietti 2006)

NARRATIVA

I santi scemi (Guaraldi, 1996)
ENSAYO

L´avvenimento della poesia (on-line, Guaraldi-Logos, 1999)
Non una vita soltanto. Scritti da un´esperienza di poesia (Marietti, 2002)
La parola accesa (Edizioni Di Pagina, 2006)
Il fuoco della poesia, In viaggio nelle questioni di oggi (BUR, Rizzoli, 2008)
TEATRO

Giotto, l´uomo che dipinse il cielo (Compagnia Elsinor)
Barabba il liberato (por Flavio Bucci, Alvia Reale e Patrizia Zappa Mulas)
Non sei morto amore (por david Riondino e Sandro Lombardi)
La locanda, le stelle (por Andrea Soffiantini)
Compianto, vita (por Virginio Gazzolo)
Il veleno, l´arte (por Iaia Forte)
Dalle linee della mano (Teatro Biondo, Rega di Pietro Cariglio)



El bar del tiempo y otros poemas: Notas a la edición







Reproducimos a continuación algunas de las notas de presentación que aparecen en la edición venezolana de El bar del tiempo y otros poemas:

«Davide Rondoni convive en la ciudad, entre realismo y lirismo, con el espacio íntimo de la palabra directa. El crítico Alessandro Moscè señala que el poeta domina una experiencia de la cultura occidental donde la necesidad del alma es el movimiento que lo hace un visionario del mundo en un continuo viaje, "y es el sentido de la ida que se funde con el timbre de gran parte de la poesía escrita en el viaje o en el recuerdo y en la imaginación del viaje". Es así como el viajar, tanto en el tiempo como en el espacio, se convierte en la acción fundamental que traza el inicio y el desarrollo de los elementos que juegan entre la musicalidad y los senderos de sus versos.»







Apocalipsis, amor y otros poemas
(Apocalisse, amore ed altri poesie)

Traducción de Erika Reginato Muñoz



Gracias a ti
ser como el árbol solitario
sobre la línea de la colina
que abierto deja ver
cómo le llega a los hombros
el grito del cielo

Contigo, amor mío,
siento finalmente el canto
que me hará morir







El amor al inicio y al final no es
un sentimiento
sino en tu llegada la furia
inmóvil, los ojos de los ciclones, la visión
de la mirada fósil
agrietada bajo el ámbar

y un juicio universal a cada paso

Es la salida de las estrellas
su extraña disposición sobre
tu rostro y sobre el rostro del tiempo

los sentimientos cambian, no la lucha
de la vida que busca la vida
y la vida que busca a la muerte

Amor, tómame fuerte, ¿lo sientes?
grita en las calles de Italia
y en aquello en lo que Italia se está convirtiendo
entre las luces de la sangre y de los maleducados
mesoneros
algo que no sabe tu nombre, y
como un asesino sin ojos ni ayer
tocándolos marchita todos
todos los nombres del día

Pero tú amor al inicio y al final
vuelve a llamar al viento
no dejes estas plazas desiertas de ti
y las manos sobre las cunas, los autos
en columna contra el sol
y las poesías y las mujeres, esas alocadas






«PARA E»

Caracas, cielo grande con manos
abiertas que viran
sobre tu rostro para protegerlo

y sobre el techo del taxi deteriorado, detenido
demasiado tiempo en la espera

no hay nada que
hacer, repiten, bajo el viaje
de las nubes tropicales, ¿los hombres
serán siempre gentiles
y monstruosos, amantes egoístas
y tan bellas y tristes las mujeres
en las sombras de los bares y de los años?
¿Y serán siempre tan antiguos
e indefensos los niños?

Oh, las salvaciones
del alma no modificarán mucho
la vida en Caracas...
Serán
cuando serán y si en estas calles
transitadas serán
una ojeada de flama cola de pavo real,
un paso de tigre, de viento que desciende
sobre los cabellos sin terminar aquí,

y sí, una sonrisa
para aquel que una sonrisa no recibe jamás.







A DON LUIGI GIUSSANI
En memoria

Me visto en un cuarto de hotel,
Milán
en una de las muchas mañanas sin luz,

lloro suavemente tu muerte,

esta noche millones de kilómetros
han suspendido la respiración y todas
las autopistas que has recorrido
se han levantado como adhesivos
en un saludo de niños.

y había amistad incluso aquí
donde la ciudad se ramifica y ensordece

lloro serenamente tu muerte
y abotono la camisa en el espejo

esta noche las estrellas han entretenido
el temblor que daba fuerza a tu cuerpo

y las casas de tus muchachos han escuchado
susurrar las ramas.

Lloro violentamente tu muerte,
el cielo abre el pecho, la gracia
es asunto de hombres simples, vivos.

Lloro dulcemente tu muerte,
y abro la puerta de vidrio de este hotel.


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Sobre la traductora, Erika Reginato Muñoz

Erika Reginato Muñoz (Caracas, 1977). Poeta, ensayista y traductora. Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Ha publicado la obra poética Día de San José (1999) y el ensayo Cuatro estaciones para Ungaretti (2004). Es traductora de la antología poética de Milo De Angelis publicada también por la editorial Monte Ávila de Caracas.


http://www.ibioculus.com/

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WEB DEL AUTOR

http://daviderondoni.altervista.org/





BAILO LENTAMENTE CON TU SOMBRAS.
POESIE PARA EL TANGO

Tango para la bailarina que no baila

Cuando tu danza, entre cielos e infiernos,
sobre mi pecho se posa
y las rosas azules de tu mirada
buscan en el amor el amor

qué día y qué año están naciendo

zodíaco en el agua que tiembla en el invierno
se está incendiando, refleja
las estrellas mudas, fugaces
inalcanzable sonrisa…

Y cuando tu paso se acerca, sin
protección y mi vaso
está indeciso entre la mesa y las manos…

Qué nombre tendré mañana bajo el sombrero
qué nostalgia bajo la lengua
y cuáles mareas acariciarán tu espalda
en el tango que te acerca
y te aleja…

Quédate conmigo cuando cambie el ritmo, cuando vaya
por otros caminos el cielo, y la ciudad
con el cuello alzado quiera finalmente
mostrarle a alguien sus ojos.

Mi alma encontró un pedazo de espejo
en un patio
y tú eres el invierno con los ojos de abril.






Tango de la distancia

Sostenerse a través de la mirada
en el aire tenso de este tango
no es como enlazar tus caderas
en el frenesí lunar de besos
que buscaban convertirse en estrellas-
sostenerse-
sólo a través de las luces nacidas
de las manos o de las tinieblas
caída entre los dedos en los días que cambian
no es como la exactitud
de los fuegos a lo largo de las vértebras
cuando adivinabas el paso en el paso-

y sostenerse a través de los nombres no es
como el florecer de todos los nombres
que te daba en los respiros, rosales
que uno en el otro
florecían y morían y florecían…
Pero esta música
que tiene y no tiene patria
y cien mil lámparas de puertos
nos sostiene en los ojos
y el corazón,
Arcos
sabe diseñar
y tejidos de llamas, recuerdos
y promesas

en el ritmo que sostiene todas
las alegrías y penas.






Tango de tu mirada

Cuando bailas qué veo
y no veo

a qué te entregas ,
qué perfil de colinas de oro ves quemarse
mi valiosísima
rosa sobre el hombro que te trae
y te quita el pensamiento de la música

qué mar ves llegar
cuando toma tu circunvolar
que no se detiene jamás
para convencer al amor y a Dios
de que se queden en este lugar entre los vasos
y los espejos que persiguen tu rostro
el alma que todavía no conoces…







LEI DEL CAMERUN
Trátame con honor
decía
o lo murmuraba la lluvia
sobre la boca en un ligero
empaste,
trátame,
acuérdate que vengo del río, es más,
mira rápido:
no tengo pose de ningún récit,
tengo las manos sobre el vientre, las únicas
manos, el único vientre,

no decía más nada

en la tarde de belleza que tenía
yo he visto llegar una noche ardiente,
- recuérdame con honor,
también yo he escrito
mi nombre sobre un boleto
del tranvía y he fulgurado para siempre
en una parada del tiempo.

Trátame con el honor
que nadie más conoce
encuéntralo en mi amor
perdido,
búscalo sin sonreír,
créelo al menos tú.






A GIUSEPPE UNGARETTI,
VISTO DI NOTTE ALLA TELEVISIONE LEGGERE "I FIUMI"

Yo no tengo ríos,
nunca he vivido mostrando
mi cara al agua
que quieta y vertiginosa
corta la ciudad, ennoblecida o en el remolino
roba todos los pensamientos.
No he tenido
gradas de piedra sobre las que pudiera extenderme
y perder bajo el sol
la lumbre de la mente, adormeciendo.

He tenido avenidas,
calles largas, ruidosas, el lanzamiento alto
de las tangenciales,
brazos abiertos de madre abnegada
venas por las que entran a la ciudad
cada género de cosas.
He tenido avenidas de árboles
o rápidos vértigos entre los aceros de las paredes
y vidrio oscuro.
El caos
los hace iguales, bajo la lluvia
son el infierno,
son frenéticos.
Pero en la noche, cuando cae
la noche
vuelven a dibujarse,
avenidas nuevas
de sombra y de soledad,
cuando las ilumina el lento
cuello de los faroles y el apagarse
de los últimos anuncios.
Entonces se mueven ligeramente,
se ramifican, tal vez gire
toda la ciudad;
alguien termina
de cara a un castillo, a una
catedral, otros extinguiéndose
bajo los faros anaranjados de un nudo de la autopista -
las avenidas las noches respiran
con las hojas de los árboles, largas, negras,
los escalones del metro y el viento centinela
que duerme sobre los niños.
Lanzan el hálito cuando va
el pasajero en el último tranvía -
Las avenidas me dan
una vida especial,
que no es llanto ni alegría
no es, sino una ventisca,
un ir
todavía ir
que llega de quién sabe qué mar,
de cuáles valles, de grandes ríos







Tango Argentina Argento

Argentina argento, acá están las lágrimas
por cada amor volado
más allá de las montañas,
por cada rostro de una madre reclinado
con la última luna de los hijos

argentina argento de las canciones
que en el silencio aclaman
los últimos sueños, y argento
bajo la luna de los tilos

la nieve de las sonrisas jamás dadas

argento el dinero de besos falsos

argentina deseada por los poetas
y abandonada por los ángeles, alas

de plata de borracheras echados en los rincones
y mujeres que se voltean y ya
se desvanecen
lágrimas sobre las calles vacías, dilatadas
corazones de lata resonantes
del cuál beben los animales llorosos
felices, con sus lenguas en el agua
vuelven dulce el silencio.






Tango de la timidez

Este es el tango
que no tocan jamás,

gesto suspendido, la mano
en la sombra,
el saludo que desconoces,
el rostro alejado por los reflejos sobre el vidrio

la muchacha luna entre las nubes
intimidada

el beso que permanece un pensamiento

el muchacho flor
encerrado en las custodias del cuerpo

y el vaso suspendido entre labios
y planetas
Tango del no saber qué hacer,
de la vida aún llena de vida

tímida rosa de agua
entre los dedos

Tango que no cantan jamás,
para ti que justamente no vas
y ves el mundo girar y no quieres
que cada cosa termine de repente

para ti que eres todo en la nada
de una sonrisa






Tango de la noche

De la noche que no pasa
sobre el músico que ha dejado
de tocar y allí está
un animal cansado a fumar

noche que no pasa sobre los ojos
abiertos de par en par bajo lluvias de felicidad
porque la vieron
anidar los milagros y el viento

y que no quiere pasar, noche,
sobre la flor azul del dolor-

noche que no encuentra las palabras
y entonces sin detenerse
habla como un borracho
que no sabe donde está su casa …


y que sobre los besos detenidos no pasa
sobre los árboles del dolor ojos como bandadas
preparadas para volar
si su rostro de alba aparecerá

noche sobre la ciudad en peligro
donde mil manos suplicantes
no la dejan pasar…






Tango de la mujer del sur

La fuerza perfecta de la muerte
y de la vida entera está en ti
mujer de luz oscura

y el secreto de los ojos ciegos del mar,

tienes el sol custodiado celosamente en el corazón
y el blanco de las noches
en las salas altas del silencio que posees…

Profundo, dulce
rosal de las horas y de su
caída

permaneces cuerpo velado por los reflejos del agua

Oro que grita detrás de cada viaje
casa sin las paredes de tu sonrisa,
beso círculo de fruta silenciosa

mirada que sostiene dioses y visiones
arranca la soledad de mis manos

amor que tienes la curva de los puentes en periferia
sin ti
los labios se aridecen

sin la estrella del sur todas las estrellas,
todas las estrellas dónde terminan….






Tango de las cosas de siempre

Quiero bailar las cosas de siempre, esas que tienen en común casi todas las personas,
como la sonrisa y los sollozos
o el lejano sueño dichoso ….
Un viejo llavero o el lápiz
mordido,
el vaso con el nombre
grabado,
una ciudad a la que alguien haya ido,
una cucharilla que refleja la mañana
o una canica de vidrio que hace volar ángeles sobre los muros.
Y una libreta
donde has escrito recuerdos que ya
se han ido…
Las cosas de siempre como un florero expuesto al sol, la
ropa sobre las cuerdas para que se seque, un pedazo
de madera para cortar el pan,
si es que hay algo
para cortar…
Y como una naranja o cualquier otra cosa alegre
para pelar, los carteles tristes y útiles
de las estaciones, una cartera vieja. Es el tango
de las cosas de siempre,
donde algo especial
está tan presente, que parece,
si tú no bailas, ausente….

Es el tango de esta noche,
de esta única noche en el mundo-
quién sabe si tú reina
o muchachita con el rostro entre las manos
llegas a escucharlo…






Tango de la luna roja

Grande, grandiosa luna que eres un incendio
y subes con el viento más allá de la colina

despoja el tiempo que hace llorar a aquella niñita
y quémalo, grande,
grandiosa luna
que eres una sorpresa
en la noche tan clara, ilesa…

Roja, gigantesca luna que eres una aparición
entre las ramas y sobre las tierras aradas
agarra los días que hacen pensar a aquella niñita
y siémbralos, roja, luna gigantesca
tú que eres una reina
en la noche de tela morisca….



Tango de la fatiga

Ya se va como una niña
todo el cansancio del mundo

frente a tu rostro, amor

se aleja como termina la espuma
de la cerveza en un vaso
oscuro de tantas noches
y la pena de los años y la
blasfemia entre dientes
la consumación de la luz en el pecho-
toda la fatiga se va, se aleja,
polvo lunar
de las calles desiertas del rostro
y los campos y las ciudades la bendicen
cuando en el alba la ven convertirse
en árboles.

Tango de Marta

Era una esposa que dormía
sobre la mesa de la casa de playa
era mi joven tía
que tuvo la dulzura de morir

para que nosotros pudiésemos ver
qué es lo que queda y qué es lo que se va
entre las nubes colmadas del viento del día
y cuando la vida sobre las olas sabe bailar-

Concede este tango, tía muchacha
mi novia, desde el día de una mirada
de niño. Eras

de algo la esposa, y respirando
chispeabas como rosa, en la
mente silenciosa.

Crucé para seguirte
todo el posible dolor de los hombres

vi como se quiebra en el aire un padre

como se cierran las alas frente el rostro
de una madre, las hermanas nunca
nacidas , y el amor
con sus barcos abandonados en la orilla.

Y no nos separamos jamás. Dime
que serás una de las primeras en venir
a buscarme cuando el respiro

se lo llevará de golpe el mar.





Tango de la luz (o de qué misterio)

De dónde viene ésta luz
que en relámpagos , células,
granos duros, desde cuáles
ventanas o agujeros
cargados de vientos, o de heridas
y más y más-
desde cuáles disparos lunares
o llantos salvajes de las estrellas
que asaltan el tren
y más y más y dan
la soledad de los vidrios
incluso dentro de los ojos-
De dónde
llega, desde cuáles ciudades que
pierden el nombre apenas
se entra en sus calles…


De cuáles campos con arboles
de frutales negros,
vienen las llamas que
arrancan el alma del negro-

de cuáles hornos de pobre
tierra que recoge en el vientre
el pan colocado por manos
que tiemblan
desde hace siglos sobre la pequeña cabeza de los hijos.

“Luz,luz…” murmura la bailarina
buscando con los ojos donde componer
el cisne cansado del cuerpo

De cuál purpura herida
por los reflejos de lata de la plata
y sin inundación blanca de piedra blanca


y de dónde viene toda la bienaventurada
violencia del día, como “perdón
de lo que hace morir”






Tango de las ciudades italianas

Tenemos la nostalgia que al cruzar
la esquina se convierte
en alegría
tenemos
la luz del sol prodigiosa
que en un instante entre los adioses de los techos
desaparece
pero regresa espléndida en los ojos
de mujeres que se cubren
con nubes y viñedos.

Tenemos niños entre los pórticos
sombras inventadas por pintores,

y soledades que lloran desde hace milenios,
un hervidero de plegarias locas
de coros de pecadores, tenemos

una juventud que no ves de inmediato
si no tienes ojo de príncipe y bandido.

Somos las ciudades de la patria que no existe,
cada una madre, fortaleza e inexpugnable
caricia

atravesadas por las palomas, por las visitas lentísimas
a las tumbas, por los reflejos de las aguas
ciudades perdidas en las nieblas y en las lluvias,
como en las cascadas del sol, tan locas
y sabias.

Cada una baila sola, o concede un paso de danza
a un rey de mirada extranjera

y después abraza de nuevo sólo la propia luz,
lanzando desde torres y ventanas
la pena y el amor en una sola voz

Tango de la prisa

¿ Dónde metiste las horas, mago
astuto y travieso, dónde
escondes el tiempo que creía
tener frente a mí y ahora corre
por azules colinas
detrás de mis hombros, o allá debajo
en el valle verdeoscuro, entre los huertos
ventosos de la vida?
¿Qué juego de prestigio llevaste a cabo,
qué pudo suceder
con las horas, las estaciones,
las eras?

Mago, querubín, o plumada ave
de rapiña, siempre te entretenías
conmigo al cambiar la noche
por el día, al llamar a la oscuridad
dentro del mediodía , y al quitar
muchas horas del medio...

Ahora tengo paciencia o voy de prisa, da lo mismo,
yo sé que nadie,
te puede engañar, y correr, ves,
es como bailar
no hay angustia, me gusta el aire en el aire
respirar






Tango del abandono

Bailo lentamente con tus sombras,
no respiro,

vienen desde todos las esquinas de la habitación
y desde todas las esquinas del mundo, sólo un paso de baile
con alguna de ellas
y lloro y admiro
tu rostro que velado
me lo quitan…

Tango de mi alma que ríe
aún cuando ya no te ve
y cede arrodillado al curso
lento, tan lento
del baile que dibujo solo…

O no es soledad la luz que en silencio
deflagra blanquísima y ciega,
no vuelve el alma amarga, la invita
extrema ala de ángeles fugitivos
en tu mirada la invita a seguir siendo
alma.

pacientísima, e incendiada,
siempre alma, aurora

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