Biografía de René Dayre Abella:
Nací en Banes, en el oriente cubano, en la fecha 23 de julio del año 1945. Realicé mis primeros estudios en la localidad y luego los continué en el antiguo Instituto Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, en Topes de Collantes, Sancti Espíritus, en el centro del país. Fui promotor cultural mientras ejercía la docencia. De joven integré la Columna Juvenil de Escritores y Artistas de Oriente (CJEAO) donde di a conocer mis primeros intentos literarios. El Diccionario de Escritores Holguineros recoge mi ficha biográfica. Una muestra de mi poética aparece en la Muestra de la Poesía del Siglo Veintiuno, de la Sociedad Prometeo de Poesía, de Madrid, España. Soy miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES), de la Sociedad Peruana de Poetas y de la Sociedad Mundial de Poetas (W.P.S. en inglés) con sede en Atenas, Grecia, así como de la Sociedad de Escritores Latinoamericanos y Europeos (SELAE) con sede en Milán, Italia. Desde el año 2004 formo parte de la Redacción de Linden Lane Magazine, el tabloide literario fundado por los poetas Belkis Cuza Malé y Heberto Padilla, en New Jersey en 1982, y que se ha convertido en el decano de la prensa literaria cubana exiliada. Integro, además, el staff de la Redacción de Peregrinos por el Mundo, el suplemento de la revista literaria y de generalidades culturales La Peregrina, fundada y dirigida por la poeta, periodista y artista plástica, Carmen Karín Aldrey. Colaboro con revistas literarias digitales e impresas de Cuba, República Dominicana, Argentina, Venezuela, Perú, España y los Estados Unidos. Mantengo inéditos los poemarios: Poesía Repartida, Golpes en la Pared, Poeta en la Luna de Cuba, y Alvenix, un ángel. Mi libro de relatos testimoniales Banes: La Piel de la Memoria, se encuentra en proceso de edición. Resido en California, Estados Unidos, desde el año 1980.
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ELOGIO A LA LOCURA
A Miguel Barco, in memoriam.
El amarillo cadmio se esparce estridente
sobre el lienzo.
Un rostro desdibujado se desparrama
como pisada sobre el vacío
sin dejar huella que lo identifique
o simplemente le recuerde.
La sonrisa retorcida
me asalta desde el cuadro,
manos oscuras se extienden
invitándome al saludo, al diálogo silente.
El Gran Hermano nos vigila Miguel.
Nunca lo olvides.
A ISABEL, POR SI RECUERDA.
A propósito de una vieja foto.
Un pedazo de playa,
una gaviota.
Una joven pareja
devorándose a besos.
El guiño cómplice de una Olimpus
que detuvo el tiempo en una foto.
Luego un barco de papel.
Una pelota.
Y un boleto de ida a la nostalgia,
sin regreso.
BRETONIANA
me dejo caer
me escurro
me deslizo
me pierdo siempre en el vacío
sin remedio.
BREVE APOLOGIA DE LA MUERTE
A Federico García Lorca y a Pablo Neruda,
esos dos grandes locos enamorados de la Muerte.
Vestida de mujer.
Exquisitamente perfumada.
La Muerte vino a visitarme.
Calzando altos tacones.
Colgándose al hombro un bolso nuevo de piel.
La Muerte vino a visitarme.
Lento camina la Muerte.
Muy despacio se llega a mi recámara.
Se detiene delante de un espejo.
¿Quiere mirarse el rostro la Muerte?
¿Es que la Muerte acaso tiene rostro?
"La Muerte tiene el rostro verde". En eso coincidimos, Pablo, viejo amigo.
Pero ¿qué tan verde es el rostro verde de la Muerte?
¿Es verde aqua, verde jade o simplemente verde?
La Muerte me clava sus ojazos.
Sus dos enormes ojos deslumbrantes.
¿Es un súcubo la Muerte?
¿De veras quiere la Muerte poseerme?
La Muerte me roza y me rechaza.
Veo a la Muerte alejarse de mi casa.
Se va la Muerte a buscar muertos
con su look de femme fatale
irresistible.
EL EQUILIBRISTA
Camina despacio sobre las líneas del poema
evitando caer de bruces en la nada.
EL POEMA
Se me ocurre imaginarme a este lápiz
como a una larga lombriz.
A esta hoja en blanco como a una sábana
donde hago garabatos.
Noto que el tiempo se detuvo un instante.
Un hermoso corcel dejó de galopar
y ahora hace evoluciones de forma elegante
en una plaza.
Un niño ciego dejó de tocar el acordeón
y extiende sus manos en busca de monedas.
Otro niño dejó escapar de entre sus manos una paloma
despidiéndose así, de su inocencia.
Mi gata me clava sus ojos húmedos y ronronea.
Desde los speakers de mi ordenador
Omara me grita: " Si te dicen que te quiero, eso no lo he dicho yo "...*
Mientras Jean Yves Thibaudet en la tele, desgrana una a una, melifluas,
cada nota de un nocturno chopiniano .
Una mano deja caer un clavel recién cortado,
empapando con gotas de humedad
el papel donde intento escribir de prisa
una larga fila de palabras
para atrapar a esa criatura recién nacida,
evasiva y traviesa que convenimos llamar:
poema.
Notas al poema:
* Aludo evidentemente a Omara Portuondo, notable figura de la cancionística cubana, quien cultiva particularmente el género llamado filinesco.
Jean Yves Thibaudet, es un afamado virtuoso pianista francés, célebre por sus brillantes interpretaciones de la pianística chopiniana.
ENTRE CRÓTALOS
A Carmen Duconger, hermana.
Soñar serpientes en mi cama
o abrazarme entre sueños a una momia descarnada
no está bien.
El Hombre Que Saluda o Los Pájaros Sin Ojos,*
Carmencita,
se internarán junto a mí, nunca lo dudes,
en mi aventura onírica nocturna.
La delgada frontera que aún separa
la semántica de la lucidez y la locura
- los tecnicismos apenas soportables -
puede ser traspasada en un instante.
Sólo me salva la Poesía.
El coro de voces angélicas de Bacci.
Un par de nocturnos chopinianos
y unas amigas tan auténticas como tú
que me sostienen.
Notas al poema:
El Hombre Que Saluda y Los pájaros sin Ojos, son obras pictóricas de los pintores surrealistas cubanos ya fallecidos Miguel Barco y Carmina Danta Drigs, respectivamente.
El coro de voces angélicas de Bacci, alude a la famosa psicografía grabada en un primitivo y rústico magnetófono en los años cincuenta por el reconocido transcomunicador y parapsicólogo italiano Marcelo Bacci.
LA TRISTEZA
" Tu est inscritte dans les lignes du plafond… "
Paul Eluard
En un viejo sillón
está sentada la tristeza.
Me deslumbra la belleza de su rostro.
Sobre todo sus ojos
que escrutan atrevidos los rincones
y acaban posándose fijos en mí.
Me conmueve también su sonrisa,
nunca tan cerebral como la que Leonardo
le pintara a La Gioconda,
apenas esbozada.
La tristeza es una frágil muñequita.
Es tan frágil que cuando la toco
se deshace tímida entre mis dedos.
apenas esbozada.
La tristeza es una frágil muñequita.
Es tan frágil que cuando la toco
se deshace tímida entre mis dedos.
LAS NUBES
Surcan el cielo pavoneándose
con infinita lentitud.
Dibujan rostros y paisajes
de una geografía inexistente.
Por allá van las nubes.
Siempre altas. Siempre inaccesibles.
Siembran en el alma algunas veces
una hiriente desolación.
Por allá van las nubes,
huyendo siempre perseguidas a esconderse.
Por allá van
dejando a su paso un cielo limpio
listo para desposarse con la noche.
LOS RECUERDOS
A Orlando Ferrand, hermano.
Los recuerdos.
Esos retazos de la memoria hecha añicos
nos constituyen.
Nos recuerdan
-valga la redundancia-
a ese ser que fuimos
o que quisimos ser
y no pudimos.
Los recuerdos no sólo se asientan
en un oscuro rincón de la memoria,
sino que se pliegan a veces a las canciones,
a un viejo mueble o a un juguete olvidado.
Y los más atrevidos
se esconden en las páginas de un libro
y nos lanzan piedras
desde el fondo.
PAR DELICATESSE J´AI PERDU LA VIE *…
Muero cuando aún no termino mi máscara
y mi parteniere se cansó de bailar.
Muero de sorpresa cuando me invento viajes a lo ignoto
y el tiempo se alza ante mis ojos como una nube
ocultándome lo adorable.
Muero de rabia en el momento menos oportuno.
De todos modos termino mi poema
con una frase lapidaria:
“Por delicadeza he perdido la vida”.
PUERTAS
Las puertas son
hendiduras abiertas a la noche,
agujeros
jirones deshilachados
en el costado virgen de la tarde
ranuras resquebradas que miran
donde un loco baila jadeante.
Puertas
punto final de un laberinto
acceso definitivo
a la loca vacuidad de cada día
puertas, puertas
lecho improvisado
que aspira el aire de mi aliento.
QUIERO SER COMO TÚ
"Esto es ser hombre; horror a manos llenas.
Ser y no ser eternos, fugitivos.
Ángel con grandes alas de cadenas"...
Blas de Otero
Quiero ser como tú,
guijarro tosco con quien tropieza mi pie desnudo
en los duros afanes del andar.
Quiero ser como tú,
añoso árbol de raíz quebrada
y tener un origen vegetal.
Quiero confundirme en tí, crepúsculo,
ser la gris melancolía que te envuelve.
Triste preludio de otra noche igual.
Quiero ser esa noche. Cualquier cosa.
¡Para dejar de ser esta débil sombra
doblada por el peso de tanto caminar!
SOLITUDE I
Para Carmen Karin Aldrey, con un abrazo.
SOLITUDE I
Te descubro acurrucada
en los rincones de mi miedo.
Perdida a tientas
en el laberinto de mi intimidad.
Tú deambulas en medio
de esta casa vacía.
Tú me certificas.
Única virtud tienes;
la de ponerme frente a mí.
Tú envuelves el mensaje doliente
de la canción que amo.
¡Oh, cómo pesas espasmo del alma!
Desgarramiento. Vacío interior.
La soledad. ¡Ah, la soledad!
SOLITUDE II
"De mis soledades vengo
a mis soledades voy"....
Antonio Machado
A Belkis Cuza Malé, hermana.
Y de nuevo tú,
buscando un escondrijo donde anidar.
Cualquier oscuro recoveco.
Dejando caer tu débil cuerpo
sobre mí.
Se me ocurre vestirte de azul
en una de mis noches insomnes
y asomarnos juntos al pozo de la memoria,
al trasfondo interior.
¿Por qué me pegas siempre?
Estás presente en el agudo filo de la introspección
y en la angustia kierkegardiana que me desgarra
¿Cómo desprenderme de ti,
si ya te has vuelto parte de mis huesos?.
SOLITUDE III
Para Ángel, mi hermano en el samsara.
Cuando la tarde se rompe entre sollozos
y los recuerdos vuelan como palomas
apareces tú, mi samsárica soledad.
Acompañando cada uno de mis pasos
en cada nueva vuelta de la noria.
En cada ir y venir por este mundo.
Obtuso, torpe, confundido,
apenas distingo lo bueno de lo malo,
y otra vez, tú, cantándome desde dentro:
“¡Qué lento es el camino de los remotos ríos!
¡Cómo pesan estos huesos mientras no llegan
a la perdida frontera de este viaje!”
SOLITUDE IV
A Ivette Marie, por si un día la asalta la soledad.
En aquel viejo templo
apenas sostenido por cariátides que se desmoronan.
Y espectros que deambulan con ojos y labios calcinados,
Te descubro espiándome desde un rincón.
---Oh, tú, mi antigua compañera--.
Y te unes al desfile espectral,
Para luego desvanecerte en la nada,
Y regresar en las notas lánguidas de un adagio.
RETRATO DEL OTRO
Ese hombre de la mirada adusta
que ensaya sin lograr una sonrisa
delante de un espejo.
Ese sujeto torpe que enreda sus pisadas
entre libros y juguetes al descuido
que revuelve las piedras arañando la tierra
y dialoga con árboles y ríos
desandando caminos.
Ese loco que increpa a la montaña,
al cielo, a las estrellas en la noche.
Que llama al sol su amigo.
Ese infeliz que sufre de delirio
puede ¿por qué dudarlo?
tratarse de mí mismo.
SUEÑOS
A Lucevan vagh Owen Berg,
hermano en la poesía.
Anoche me soñé pez
muriendo a pedacitos.
Luego soñé la luna
escondida en una caja de zapatos.
Una fila de hormigas movía una araña.
-¡Niño, no te manches la ropa,
Anoche me soñé pez
muriendo a pedacitos.
Luego soñé la luna
escondida en una caja de zapatos.
Una fila de hormigas movía una araña.
-¡Niño, no te manches la ropa,
ni los zapatos blancos ¡- .
Quise soñarme hombre y me soñé poeta,
un infelíz que sueña
escondiéndose siempre de la Muerte.
Quise soñarme hombre y me soñé poeta,
un infelíz que sueña
escondiéndose siempre de la Muerte.
ABRIL ES SIEMPRE CRUEL
April is the cruelest month…
T.S. Eliot
Abril es odioso.
Pone a soñar a los poetas.
Alborota a los púberes
y derrama perfumes.
En el trópico apabulla a los viejos con su luz
echándole a perder la vida a más de uno.
No olvida a los lirios y los hace parir flores
que luego se marchitan al sol.
Inspira, casi siempre, a los escribidores,
largas apologías de lo cursi.
Taimado y cruel, abril propicia siempre despedidas,
que muy pronto se vuelven definitivas.
T. S. Eliot siempre tuvo la razón.
Abril se siempre el mes más cruel del año.
A ELENA
A Malena Burke, hermana.
Tu voz, Elena, se empapa de salitre
cuando una ola se rompe entre las rocas
y subes desde el Malecón
hasta mi cuarto a solas.
Tu voz ampara mi soledad.
Y cada frase musical tuya se vuelve un gorjeo
que cae detrás de mis espaldas.
“Una melodía nace de lo hondo de mi corazón.
Hecha con las notas de mi música
que es un poco triste como yo…”
Lenta, pausadamente,
se van inscribiendo una tras otra las notas
en la piel de mi memoria.
En el espacio sin muebles donde habito
y hasta en las líneas del techo,
como dijera Paul Eluard en un poema. *
¡Salud , Elena!
¡Diva! ¡Reina definitiva de la noche!
Lenta, pausadamente,
se van inscribiendo una tras otra las notas
en la piel de mi memoria.
En el espacio sin muebles donde habito
y hasta en las líneas del techo,
como dijera Paul Eluard en un poema. *
¡Salud , Elena!
¡Diva! ¡Reina definitiva de la noche!
© René Dayre Abella
La Habana Años 60’s
*Tu est inscritte dans les lignes du plafond
Paul Eluard
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