miércoles, 9 de marzo de 2011

3320.- ANTONIO CARLOS SECCHIN


Antonio Carlos Secchin (Rio de Janeiro, Brasil 1952)
Poeta, ensayista, crítico literario, novelista, profesor universitario de literatura brasileña. Doctor en Letras por la Universidad Federal de Rio de Janeiro. Especialista en la obra de João Cabral de Melo Neto.
A ilha. 1971. Edición de autor, 1971. Rio de Janeiro.
Ária de estação. 1973. Editorial São José, Rio de Janeiro.
Elementos. 1983, Edición Civilização Brasileira Rio de Janeiro.
Diga-se de passagem. 1988. Ladrões do Fogo, Rio de Janeiro.
Poema para 2002. 2002. Cacto Arte e Ciência , Rio de Janeiro.
Todos os ventos. 2002. Nova Fronteira, Rio de Janeiro.



Todo lenguaje
es vértigo,
farsa, verso fingido
en el designio del signo
que me crea, al crearlo.
Lo que hago, lo que desarmo,
son imágenes corroídas,
ruinas de lenguaje,
voces avaras y mentidas.
Lo que yo callo y lo que no digo
atropellan mi transcurso.
Respiro el espacio
fracturado por el habla
y me depongo, inverso,
en el subsuelo del discurso.








Palabra,
nave de la navaja,
corte de jaula,
inventa en mí
el revés de lo neutro
-lo no-firmado,
el lado más allá
del otro lado.











Antonio Carlos Secchin
De
Antonio Carlos Secchin
TODOS LOS VIENTOS
Mérida, Venezuela: Ediciones Gitanjali - CONAC, 2009
Traducciones de Yhana Riobueno.

BIOGRAFIA

El poema va naciendo
a paso que desafía:
por momentos yo lo llevo
otras veces él me guía.

El poema va naciendo,
mas su cuerpo es prematuro,
letra lenta que incendia
con la caricia de un puño.

El poema va naciendo
sin mano o madre que lo sustente,
y perverso me contradice
insoportablemente.

Chorro que traga y sostiene
el pedazo duro del grito,
el poema va naciendo,
palomo de pluma y granito.






MARGEN

Voy andando hacia la orilla de ese puerto,
entre olores de cigarro y de sardina
y un deseo líquido de partir.
Mi mirada se desliza en el horizonte, queriendo saber
a qué distancia un nombre deja de doler.
Tu nombre, marcado en mi boca
como la pulpa de una pera.
El navío enorme avisa que se va.
Escribo la palabra salto,
y paro en la sal, y no llego al alto.
La noche está flotando
en un grueso aceite de silencio y luz.
Me mojo los pies, pienso en tu nombre: gozo
de un pozo tapado. Insomnio de musgos
a la orilla de aguas redondas.
Me veo en la punta del muelle,
añicos de luz
abriendo la cara del mar.
Destrozos de palabras, pedazos de tu nombre
sílabas que golpean los cascos.
Estoy parado a la orilla de un puerto,
azul y muerte en lo hueco del aire.







LA ISLA

Y miramos la isla señalada
por el gusto de abril que el mar traía
y recorremos nuestro sueño sobre la arena

en un barco sólo de viento y marejada.
Después fue a tierra. Y en la tierra construida
erguimos nuestro tiempo de agua y de partida.

Sonoras gaviotas a domar luces bravias
en nosotros recrean la materia de su canto,
y en esas alas se desparrama nuestra gloria,

de un amor anterior a todo estío,
de un amor anterior a toda historia.
Y seguimos en el camino de ser viento

donde las aves venían a ver si había mayo,
y las marcas espalmadas contra el frío
recubrían de blancura nuestro rumbo.

Y abrimos velas albas que se esconden
de los mapas de un sueño pequeñito,
del inicio de una selva que se explaya

en la distancia entre mí y mi destino.








CANTIGA

Señora, es dolencia tan sin cura
mi querer de vuestros ojos tan distantes,
que digo: es mayor la desventura
ver los ojos sin los ver amantes.

Señora, es dolencia tan largada
mi querer de vuestra boca tan serena,
que hasta el color de la madrugada
es roja de llorar mi pena.








POEMA DEL INFANTE

Es la noche.
Y todo excava todo
en la lengua ambigua que desliza
al esquivo juego.
Amargo cuerpo,
que de mí a mí se hurta
no rechazo tu recorrido
en el hálito de las piedras
que me existen en ti
— estéril dorso entre aguas
estancadas.
La nada, lo cercano, lo poco,
no puedo dividir
de lo que se espera lo que me habita,
y hacer fluir la vía antigua
de un muchacho que midió el lado impuro.
Operario de lo precario,
me limito en ese cuerpo amanecido,
ala y gozo donde la muerte mora.
Mi vida, mapeada y descumplida,
está lista para el precio de esa hora.





Todos los vientos. 2004. Ediciones Gitanjali-CONAC, Mérida.
Todos os ventos – Antologia poética. 2005. Quase Edições,
Famelicão, Portugal.

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