martes, 10 de agosto de 2010

387.- MARCOS CANTELI


MARCOS CANTELI (Bimenes, Asturias, 1974) es autor de los siguientes libros de poesía: Reunión (Barcelona: Icaria, 1999), enjambre (Madrid: Bartleby Editores, 2003) y su sombrío (XXXI Premio de Poesía Ciudad de Burgos; Barcelona: DVD Ediciones, 2005). Ha colaborado con diversos artistas plásticos como Bernardo Sanjurjo, Beatriz Gutiérrez o Israel de la Peña. Recientemente Bartleby Editores editó su traducción del libro Pieces (Pedazos) del poeta norteamericano Robert Creeley.



Ofrecimiento (Celan)

gestado en la cabeza
un prisma nuevo y su disolución
la propia
bajo este foco
otro alcance
animales en el asfalto
afilan el aire hasta tocar la cara
se agotan formas
que no supimos abrigar
pespuntes del cauce
cuando valerse era
en sí mismo,
no más soledad que la ardida
en propio consuelo




raíces y alas

__________para José-Miguel Ullán

Raíces y alas.
Juan Ramón Jiménez

1.
artos
_____en propio crepitar

cuando para abrazar un pulmón
ya estaban otros



2.
huesos cartílagos de un
pequeño animal su inconsistencia aletea
en nosotros

Pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen.
J. R. J.

[de enjambre Madrid: Bartleby Editores, 2004]





antes

… era una raíz a flor de piel en voz ronca pero dulce, escamparon aquellas aguas sin solución; antes

*

… se agostaron las manos y no hubo espacio para recogerse ni seda ni anillos en el día; antes

*

pequeños murmullos de la seda interior hablando hacia un pelaje un celo musical, guardado de pensamiento en cuclillas y flora

[de su sombrío Barcelona: DVD Ediciones, 2005]





naturaleza y cauce

… restos orgánicos
desnuda penumbra de naturaleza y cauce

*

día para la desnudez, reverso del corazón o telar aparecido e impregnado en germen de sí mismo en lucha consigo mismo

*

… una infección de imágenes
resecas

*

se levanta en vuelo todo lo nunca dicho y así se anulan distancias

*

un sosiego
del mundo en que las sombras crecen
en valor natural

[de su sombrío Barcelona: DVD Ediciones, 2005]




Tanzas

1.

el dolor vertebral sella los ojos traslada cera
de una memoria en recesión, ortiga acariciada al
vuelo

quisieran tanza
las palabras -¿y aquél
quién lo quemó? que a mí me quema


2.

en la noche cerebral crecen líquenes
-cambiárselos quisieras, fuera noche tuya
sin conocimiento

leve

cauterizado ya


3.

afianzar la sutura interior: persiste
un cordón

sedal

(saber que crece
cuanto más se deshace)


4.

no llega la bocanada -mero reflejo: mi
interior de líquenes, extensión crecida

al rescoldo


5.

llegado al estupor -la memoria se apaga y
aquel un quemado aún más en rescoldo, la vida en
rescoldo

se clava


6.

rincones
de la afasia: morada
conservarían (arteria memoria)
los ojos


7.

escampa corazón o huye

quien prende en estuario prende el día,
recompone sus láminas mece memoria de un río
trazado en los dedos

vértebras azules
para ti quisiera,
restos de
escritura




núcleos de resistencia
pase lo que pase
almanaque, labor de brasas
necesidad, azar
organismos, no mejunjes
de estos pájaros, el músculo de
destierro de mi lengua,
que al abrir los ojos también se oye
la lengua en el aire, en la tablilla

(DE Catálogo de incesantes)



¿y cómo?

acude al cansancio de los primeros pájaros la lengua
afora la celda rota, y ahí me encuentro en el alambre
en el lienzo carpeta de herrumbres, en la metamorfosis
fosforescente, en esa floración (mi memoria cuando deja
de ser apoyo) que es un árbol de culpa
apetece aquella virguería de la tormenta de hielo sólo
alusiva,
pero en el fondo nunca así

(DE Catálogo de incesantes)




carece de acústica lo que te digo
deshecho de amor no hay nieve si no vale la nieve

qué nos impresiona qué deterioro de pájaros
traigo en la cabeza

la piel termómetro de dios la convulsión los haces
los hemisferios quién los trenza

cómo con qué ánimo

los lugares comunes que comemos
estas láminas mal planteadas la apacentada placenta
ya no me ajunta
sólo sus tajos

se puede poder y en ese mismo aliento encontrar sombrío

amo la diferencia si no la soporto





Poemas de Reunión


[Barcelona: Icaria, 1999]

Tuve miedo en el desván, me ahogué
entre sus frutos.

Hay que apuntalar
sobre seguro. Hay que apuntalar
sobre seguro.

Palpé el carbón
como un agua muy dura: tenía que salir
de aquel tacto, escapar
de su estallido


* * *


Ahora pliegas la memoria en torno al cuerpo.

Así retuerces los inicios: la casa que criaste se vendió, dividieron
tus frutos, las palabras te brotaron muy raras en la boca.

Vivir, la oscuridad de este cuarto. Tarareando hacia atrás, lo que
al final de ti queda.






POEMAS DE ENJAMBRE

[Madrid: Bartleby Editores, 2003]

en este desprenderse hay un signo: el pelo
crece las uñas crecen
hacia un desprendimiento que nos afila: queda muy poco
algo
sobre la sábana pero cubre el mundo: el hueco caliente de una red
de porosidades
: bastaba
el oxígeno de una mariposa para cruzar
el fuego en una transición
de retícula en enjambre luminoso, aquella hoja
sí la lamerías


* * *


gestado en la cabeza
un prisma nuevo y su disolución
la propia
bajo este foco
otro alcance
animales en el asfalto
afilan el aire hasta tocar la cara
se agotan formas
que no supimos abrigar
pespuntes del cauce
cuando valerse era
en sí mismo,
no más soledad que la ardida
en propio consuelo





Poemas de su sombrío

[Barcelona: DVD Ediciones, 2005]

establece morada en su sombrío, un lugar a punto
de memoria —mero linimento de aguas azuladas de suyo
transparentes conque pura oquedad
magisterio: que la escritura sana
cuando incorpora sombras


***


es un sabor en la boca el sombrío, telarañas entre
los huecos del corazón física y fiel de deterioro
pero también lumbre y un llamamiento encelado
por religión de distancia
así el decir se
recuesta


***


como espectro de oquedad había celadas que una
mano ni tamiza ni conjura carracas en los árboles moscas
sed
y el lenguaje ya de por sí se velaba
: pulmón del ojo
su sombrío





Poemas de catálogo de incesantes

[Madrid: Bartleby Editores, 2008]

acercándose: El espejo
importante es volar
a raíz de agua
atrás
agua atrás
porque aunque queridas o no, razones hubo para el éxodo y
de aquella niñez de monedas que eran añicos mutaciones de la
casa, su vaho, el de un vaso rápido, lenta memoria cruje la
nieve, mi escopeta de perdigones la que escondiste, mi mirilla
igual, chascan en esta realidad luz de color, no hay miedo, sino
hongo de nieve historia porque un poeta tiene que revolver,
porque tal vez no hace cuarenta sino treinta y cuatro años nací en
una mesa, pero entretelas
y si no allí
¿dónde?
reflejándose a contracorriente de ramas, un viento en el
menaje, senderos por más que podre y viéndola arder, raíz
siempre suelta esa mano, unas alas
abren poda
entre maleza


* * *


que ya no
ya no hay cántaros ni jofainas aguamaniles, artos brezos, hartos,
arras son obscenas que no deberíamos ver mi madre dice su
artritis mi padre su alergia, yo el plexo oscuro, la rama nerviosa
que es red, o la progresiva ceguera de mi animal palidecen
ante los ojos los meros ojos mi animal de aprendizaje, entre el
desarraigo memoria por sendero, y ahí sí, un amago de pasadizo,
en la escritura una hemorragia de luz como ir tierno al
pulmón del día, pero qué loza lavará ese día



* * *


catálogo de incesantes
o
la fruta del querer piel la demarcación de lo evidente al vuelo,
alveolo ahí, colmado de facilidad, aunque sólo mecido en una
punzada se sale de madre: al alambre, su ansiedad de alumbre, al
pellejo pejiguera, esta vida soterrada que ni da tiempo al
verdín líquida, lámina de alerta por eso, lamo igual mi lengua




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