domingo, 8 de mayo de 2011

3817.- SANDRA CORNEJO



Sandra Cornejo
Nací en La Plata (Argentina) en abril del 62. Tuve la suerte de crecer entre Chubut, Catamarca, Mendoza, Córdoba y otra vez Chubut. Estudié Periodismo y Comunicación Social en la UNLP. Desde entonces me desempeño en distintos ámbitos en Comunicación Institucional y Gestión Cultural. La escritura, y especialmente la poesía, conforman para mí un espacio familiar de expresión. Publiqué “Borradores” (Sudestada, 1989), “Ildikó” (Último Reino, 1998), “Sin Suelo” (Ediciones Vox, 2001) y “Partes del Mundo” (Alción Editora, 2005). Algunos poemas integran ciertas antologías, entre ellas, “Poetas Argentinas (1961-1980)” (Ediciones del Dock, 2007), “Antología de poetas argentinos II” (Free Verse Website 2009, Irlanda) y “El verso toma la palabra, selección de 33 poetas argentinos” (Homoscriptum y La Universidad Autónoma de Nuevo León, México, 2010). Otros poemas han sido traducidos al húngaro y al alemán.
En gestión cultural he organizado, entre otros, el Encuentro Internacional de Escritores "Las letras y el pensamiento 2000" en el Teatro Argentino de La Plata; “Poesía en marcha, memoria en movimiento”, actividad realizada en todos los distritos de la Provincia de Buenos Aires, y numerosos concursos literarios, entre ellos el Concurso Nacional para Jóvenes Narradores “Haroldo Conti”, el Concurso Nacional de Ensayo “Arturo Jauretche” y el Concurso de Poesía “Ginés García” para jóvenes poetas. Desde 2004 hasta 2009 co-organicé el Encuentro Nacional de Escritores de la ciudad de La Plata. Actualmente formo parte del equipo del programa "Cultura en la Escuela" de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.



De Partes del mundo (Alción Editora, 2005)



Preguntas y una respuesta a May S.

"Because what I want most is permanence"
May Sarton


¿Y si cada imagen desapareciera,
incluso
el papel y la lumbre?

¿Y si su primera caricia
no hubiera llegado hasta aquí?

¿Y si sólo un remoto quejido
en la espesura
nos hablara?

¿Y si la permanencia,
decididamente,
no fuera posible?

Deberíamos igual escribir
sobre la oscuridad
como lo hace la luz del pabilo.









Linaje

para Mateo


La brisa trae vientos de otras tribus
a tu frente,
las miro
haciéndose lugar
en tu risa de piel creole
surcada por siglos, detrás de los Andes
y los Cárpatos.

Linajes
honduras que intenté sostener en la palma
de mi mano,
como si algo se pudiera sostener,
como si ese zambullirte en el infinito mar
fuese previsible.

Mutante, pleno, en la rambla,
gira un barrilete sus flecos al aire,
absolutamente sin mí. Como una gacela
como una bandada de gansos
como un viaje.

Hombres y mujeres de bárbaro dialecto
vienen en tu sangre y son
tu trama. Puede que arrastren confusión
pero les he visto derrumbarse
sin fiereza alguna.

Recibo las historias de tu libro
para que descanses
en él:
tu Arturo
tu ineludible Shariar
tu Gándalf
radiantes
como la estrella
verde
que pegamos
en el vidrio

y brilla

cada noche

al trasluz.











In nominis

Hay un extremo,
un camino medio,
seres diversos,
mínimas indulgencias. Hay más.

Hemos discutido acerca de nuestras
pertenencias duramente.
Hora tras hora nos hemos encargado
de señalar lo que a cada uno corresponde.
La casa,
como a niños arrojados,
nos observa.

Nuestro perro al sol en la ausencia
me acompaña
hemos macerado su crianza juntos
pero recuerdo que
del Amor
en el extremo
en el camino medio

surgió la Gracia
y el animal creció
y algo
comprendimos.










Humanae naturae

¿Se acomoda la vida a la vida?
¿El amputado miembro recuerda su tacto?
¿Huele la granada cuando ya no se está?

Luego de la emboscada
la sangre
se escarcha en un tiempo perenne
de alacranes.

Desquiciado universo,
confiar y caer, caer y confiar otra vez.

En el tumulto de los ensombrecidos
donde escuece el humo:

he ahí una mujer.
Piedra y espino
en mirada insondable de rubí.

Orfebrería quisiera, aliento
para iniciar la letanía:

"hubo
una leyenda edénica
un origen
una escritura
una mujer surgida del sueño".

Cuesta el solo camino, cuesta,
nube amazona convertida
en piedra herida.

Pasajera nube.
Pasajera piedra.









De Sin suelo (Edicones Vox, 2001)

Todo lo que buscabas

Todo lo que buscabas
era una huella en la nieve

no imaginaste que al cruzar la frontera
el percutor gatillaría a tu animal
como a un gato montés
o una liebre

alguien lo había intuido
con una vela encendida
en una habitación cerrada,
al salir
te asombraron esos seres,
no eran tu padre
ni tu madre
ni quien ocupara un lugar
en tu cuerpo

¿Qué querías,
fragor o tersura?
Al puerto de aguas profundas
no irías por las aguas del deshielo
irías al embalse
cuenco turbio, hondo
susurro pidiéndote que caigas

Animal desarmado
buscabas un cuerpo a la intemperie
su huella
en época de caza











Un abedul

Un abedul
cuando llueve,
una arboleda que aclara
al arañar la pista
y desciende el avión en un aeropuerto
donde las mujeres beben vodka
a las seis de la mañana hora local

Era acogedor el frío
aunque temible
Cantabas en mi idioma
pero con otro acento
Afuera la hilera de abedules
los aviones solos sobre el cemento mojado

Detrás de las cabinas
los soldados
te miraban cantar

Algunas veces, por un instante
la historia debería sentir compasión
y alertarnos










Para ser reina

Para ser reina
se debe ser valiente

No dio otra razón al abdicar

Era enero y los árboles
estaban sedientos
La torre vacía
la alameda señalaba un estrecho
hacia las tierras más bajas

Un mensaje apacible:
para ser reina

como si fuera posible abdicar
sin ser valiente








De Ildikó (Último Reino, 1998)

Dolor primario

Una rueda de niños
canta la canción a la Bandera

Bajo el pórtico
temerosa de la risa
de los otros
mira
naturalmente.

Guardapolvo blanco
tablitas en el pecho y en el vientre
rejas
entre la niña común
y el mundo.

Nada ocurre
naturalmente.
Nadie es
común.







Abuela con bastón

Siempre en primera presencia su Persona
su persona de lejos,
sus naranjas.

Siempre un cofre de restos y una ausencia
un presagio de fines de otro sueño,
un enjambre de trozos en abril.

Siempre el perfil que asoma en la memoria
rasguña los recuerdos y se astilla

en este corazón, estas campanas

de abuela con bastón, de niña sola
de niña con bastón, de abuela sola

que aguardan al pequeño mientras cantan.








De Borradores (Sudestada, 1989)



Clase 62

Llegó el verano
pero no estabas bajo la nieve.

Jamás te olvidaremos.







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