sábado, 14 de mayo de 2011

3851.- LITO PESSOLANI (JOAQUÍN MORALES)


LITO PESSOLANI
Nació en 1959 en Nuestra Señora Santa María de la Asunción, República del Paraguay. Ha publicado Postales de Bizancio, Poliedro, Hurras a Bizancio, musica ficta. Tiene en preparación tratado de di-glos[s]as sobre cláusulas e analecta de di-scursos exemplares.

Uno de sus seudónimos: Joaquín Morales (lito.pessolani@gmail.com).










POLIEDRO DE LA MELANCOLÍA

Por cuántas caras difundes,
poliedro,
la suave melancolía que te envuelve.
Con cuántas aristas cortas
las miradas que quieren estudiarte.
Por cuáles grietas se escapa
tu tranquilo tiempo
que a los dedos del artesano manchan.
Quién conoce tus dorsos.
Por qué se te asignó esa perspectiva.
Qué rigurosa deformidad escondes
o quieres revelar y es imposible.
Qué artífice mágico te salvará
reordenando tus múltiples rostros.
Cuál sabia hipótesis, cuál geometría
tu duración contienen, y tu espacio.
Qué músico maestro
tus números en leve coro vuelca.
Qué vez de fuera del papel
nos contará tu fabricada infancia.
De qué ceñida proporción,
poliedro, eres ejemplo
o te escapas.

(Hagámosle creer que es parte del diseño,
que ha establecido conexión con los demás:
hagámosle creer que está vivo).

Optimus artifex fecit






DEDICO ESTOS VERSOS A

Fácil predecir la victoria
en términos de pulida palabra;
fácil alentar con el estilo
cuidadosamente cotidiano;
fácil señalar los rumbos salpicados
de amanecidos soles;
fácil concertar en el papel o el escenario
al viento y la guitarra
en avasallante unísono;
fácil declararse intérprete de almas,
centinela de horizontes
(como si la justicia viniera
y no hubiera que ir a buscarla);
fácil hablar en nombre de otros
que no pueden contradecirte;
fácil traficar con tanto arado,
tanta pala, tanto trino;
fácil sobre todo cuando no estás allí:
fácil.

Te quiero ver nomás
tan nadie como cualquiera,
tan bandera de los charlatanes,
atado,
humillado,
amordazado,
comida tu lengua por gusanos,
pudriéndose tan linda poesía
entre tus dientes.






APUNTES PARA UN MANIFIESTO

Cien palabras menos en promedio cada año
(por aquello de ser el silencio corazón del poema
como el aire habitación de Zeus)
cien sobremesas de más progresivamente alcohólicas
(por aquello del desorden sistemático de los sentidos)
camino seguro son
a su noción rectísima del universo,
es decir, su barrio
(¿y entenderá algún día
por qué suele soñar
con ese busto del museo?)
y sudoroso como todo transeúnte bizantino
de la grasienta mañana, o al revés,
rumbo a la masticación recíproca
y los eructos de triunfo
-maletín, corbata y lustre-

qué asfixias no predecir entonces
no ya al canto,
que definitivamente no,
aun al colorinche de los ómnibus,
tóxicas y multicolores flores urbanas:

y no sin embargo:
falacia del orgullo,
la pose de que nadie nos lee,
tropezón por la baldosa floja
de estos días difíciles,
no adecuación a la complicada realidad
que se derrocha para el retórico de lo falso,
esto es:

el retorno al origen
pero desde más lejos,
nuevos y mejores datos en los basurales
para recomponer la perdida unidad,
y otra vez pulsar la cuerda
coronada la frente
de lechugas.







RICERCARE

1
BAR DE LA ESQUINA
El ex-boxeador se abraza a su barriga
llena de alcohol temprano
y recuerdos de la leche de su madre tibia.
Su sombra crece hacia el rival ausente,
hasta que niños burlones orinan encima, y corren.
La educación primaria es gratuita,
y todos los domingos y feriados
el policía de guardia
sueña con ventilar eternamente sus botas.
2
UNA PUESTA DE SOL ASÍ, A CUALQUIERA LE INSPIRA
Una remolacha decayendo hacia el oeste
congrega el rebaño lírico del poetastro,
y él al sol le llama remolacha.
¿Le darán un premio a este prohombre?
El sol se fue,
las ovejas lo royeron y mascaron,
el poeta no puede regresar,
perdido en la tiniebla,
la bosta y los balidos le confunden:
soltemos un lobo feroz
con cuento y todo.
¿Le darán un premio al lobo?
3
EL CONTRATO SOCIAL
¿Qué cláusula en letra chica
me prohíbe llamar
bruja apestosa
a la alcanforada viejecita de enfrente?
Ella barre todas las mañanas
la porción de suciedad
que inaugura su día.
Ella sale todas las tardes
a espiar el universo
desde su sillón hamaca.
(Me gusta imaginar
la cola de su gato
trinchada).
Las alimenticias sopas que organiza
son altamente sospechosas.
Protéjanme.
4
ADOLESCENTES, ESCUCHAD
Si hay fuerte picazón en el alma
-entiéndase lo que se quiera-
acompañada por suspiros
-entiéndase flóculos-
es que el amor de tu vida
se aproxima:
tu obligación es capturarlo,
rebanarlo en tajadas parecidas
-entiéndase fotografías,
cortezas de árboles con corazoncitos entrelazados-
y prenderle fuego.

La combustión le conviene,
y el olvido.
5
POESÍA NATURAL
El charco heredó de su lluvia
un pedazo de cielo.
Ranas concupiscentes lo fraccionan
en fabordones concéntricos.

Y no leyeron a Dante.
6
SUBTERFUGIOS
Mediodía de verano.
Perezosas lombrices bostezando
en el hambre.
La lengua de los perros callejeros
se parece al bife tímido
que espera en el congelador
(imaginario)
su grasiento martirio.

¿Los muslos de Juana de Arco
para un provechoso asado?
¿La cabeza de San Juan
o de Holofernes
con guarnición de cebollas?
¿La oreja de Van Gogh en escabeche?

Mi cultura es universal, enciclopédica,
y puedo sentir maravillosamente
la vereda caliente bajo las suelas.






FELIZ CUMPLEAÑOS

Hemos descubierto tus trucos,
las falsificaciones que nutrían tus palabras.
Ya dejamos de creer en tu ademán preferido,
ése de apoyar tu mano firmemente
sobre nuestros hombros.
Ni siquiera te traeremos como antes
la piel de las cigarras
que mudaron este verano
-y ahora cantan, verdes,
sabedoras también de tus engaños.

Cállate.
Retírate del mundo,
hacía un rincón del llanto.
Y por favor,
no nos busques.






REGRESSUS AD INFINITUM

¿Puedo tocar
esa parte de tu cuerpo
que tanto te gusta que toque
si y sólo si antes te pregunto
si puedo tocar
esa parte de tu cuerpo,
etcétera?







AMOR AMOR

Ay amor mío
pezones de mazapán
nalgas de algodón
etcétera de nácar
untémonos de suficiente chocolate
salpimentemos la dulzura que nos une
intercambiemos opiniones
palabritas
amables maltratos juiciosamente bienvenidos

ay amor mío
qué difícil saber
dónde comienza uno, dónde termina el otro
si esto que toco es tu alma
y si aprieto fuerte te duele
si nacimos por descuido de Afrodita
de la baba de un tritón
que invadió un lago tropical

ay amor mío
este saborcito me recuerda otros sabores
esta húmeda región otras visiones
este ombligo nuestro
un Sakiamuni de yeso que una vez rompí
de criatura

ay amor mío
mejillas de mazapán
labios de jengibre
la panza partida del Sakiamuni
múltiples pedazos repartidos
no perturbaban su sonrisa eterna





MENÚ DEL DÍA

Mujer de sexo plástico y de hojaldre
cortado por lengüeta de hojalata:
un ojo en medio de aguachenta salsa
trincha los tuyos, lame de tu carne
los maquillados restos que le quedan,
descifra de tu piel lascivos signos:
y quedarán después tan parecidos
el pan y las monedas en la mesa
que reventar ahora las burbujas
picantes de cerveza es la rutina
previa al sí, a la clásica sonrisa
que por poco el eructo desdibuja:

y entonces la ovación de un plato roto,
y moscas saludándote en el rostro.






AMOR POR TODAS PARTES

Amor: con alicates púrpuras
te cortaría los dedos,
y en cajitas de cucurucho
guardaría tus ojos extrañados.
Dos octubres y un setiembre
añejaría en un rincón tu ombligo;
para el perro hambriento apartaría
tu cráneo y caderas complicadas;
las partes blandas, en cambio,
a la serenidad de un gato.
Tu garganta musical,
a mis oídos grata (y a mi lascivia)
en un tejado cualquiera
al picotazo de los gorriones.
La más barroca dalia
florecería de tus pechos;
alguna de tus piernas
se doraría al sol
en apariencia de naranjas;
la otra se aburriría
en un desaguadero cloacal.
Sin esperanzas, yo imitaría
frente al espejo, al afeitarme,
la amistosa sonrisa de tus secretos.
Tu corazón envuelto
en papel aluminio,
simulacro de almuerzo en la oficina:
y diez veces al día
me lavaría las manos
sin darme cuenta.





POSITIVISMO

Y así todo reposa de su condición de ser,
ser cosa complicada que se muestra
indócil al manoseo simultáneo
de los sentidos, guardias que preparan
la aparición del ego trascendente,
invisible araña de la grieta metafísica.
Y la ambición de ser en la palabra al menos,
se redime por la renuncia de acceder al Nombre
así por verdadero precisamente falso.
¿Irá el alma entonces desterrada
a buscar en otros palomares su tibieza,
ya no en azul cielo irrefutable
que la ironía y lógica destiñen?
Si no a mera poesía
o cátedras reticentes,
no irá: vendrá
de nosotros a nosotros,
porque -hipótesis también que resultamos,
apéndices de la ficción y la costumbre-
codo a codo en nada subyacente,
en transparente coro de fantasmas
gloriosa,
tristemente decaemos.







SIDDHARTA

Sin demostración superflua,
establezcamos que el espíritu se curva
hacia el imán de lo ya olvidado,
y a Sísifo otra vez la piedra se le escapa.
Entonces prolifera este abandono,
el ardimiento en piras olorosas
mientras dominicalmente llovizna en los tejados,
el barroquismo de negar toda mudanza
refiriendo el pulso del siglo
-de acuerdo: a veces trote de ratas-
al ombligo de un Buda pensativo
como origen.
Y lentos aleteos de Su Delirio
(continuando nada más la metonimia)
inventan una amniótica burbuja,
un ojo con el cual miradas
apenas anteceden al desdén,
el deleitarse en la propia confusión
y los íntimos efluvios corporales,
respiración de la flor de loto.
Así hasta el típico final y máxima ironía:
cuando el azar,
voluntad de los dioses abolidos,
consiente revelación en fábulas,
retorcimientos y dádivas
de las palabras de la tribu,
no purificándose,
no por destilación del más apto sueño:
sino postizas,
enfermas de la mejor caligrafía.








NATURALEZA VIVA

Advierten al predador probable las dalias
tijeras de podar o múltiples pequeños dientes
mucha decisión que trasladar
al todopoderoso instinto,
mucho que argumentar a favor
de las dulces gotitas residentes
en el vértigo de los pétalos,
o el alto precio de las flores de invernadero
y el florero vacío que no luce
generador de un toque de belleza
para el rincón de la sala,
útero en armoniosa porcelana,
la necesidad sin moral de los insectos
chupadores
taladores
compensando con muerte, pequeña herida,
la arquitectura natural,
cosquillas en la garganta de las dalias
una razón submúltiplo de la otra:
a cualquiera le propongo esta adivinanza
le llamo la atención
acerca de este conflicto de intereses
y usted ahí, tan plácido,
a medias vivo.








LOS SENTIDOS CORPORALES

1
Esta cebolla pelada
es lo que llaman ojo.
Hacia el mundo crece su raíz,
de similares glóbulos absorbe
la luz jugosa que lo engorda y enriquece.
Cortezas sucesivas
-párpados, pestañas,
miradas estudiadamente inocentes-
protegen su integridad
de un exceso de substancia:
no sea que el exterior mundano
se irrite por tanta lágrima picante.
2
La piel es un papel matamoscas
listo para pegarse a otro tacto
según su álgebra de temperaturas.
Le agrada lo tibio,
lo que se le parece,
verrugas repletas de vida
que al capturar sus caricias
las devuelven.
El sol la condecora
y moscas verdes especialmente tenaces
son sus últimos enemigos.
3
La lengua es un segundo yo superfetado,
Vestal globosa, toda fuego y carne.
Se entrega entera a la caza de apetencias,
de texturas y sabores que no se nombran
como se callan los nombres más santos.
Alarga tus temblores hacia el mundo, lengua,
y rescata para mí, tu pueblo,
un pliegue de tersura inexplicable
con que encarnizar mi idolatría.
4
El oído practica lujurias
con su corneta pervertida: la oreja.
Hamacándose en el lomo del silencio
su perdición es la música
que lo despierta y tensa..
No así la charla humana,
el importante parloteo:
suaves ondas que lo devuelven
a la enroscada tranquilidad
de caracol prehistórico.
5
Nariz
¿cómo resuelves tus contradicciones?
Cerradura del aire,
¿cuál agujero es
camino de vida hacia arriba?
¿Cuál otro
por donde la muerte baja?
Falsa manera de entenderte.
Vida y muerte, juntas,
en tu interior suben y bajan.







NARCISO A PESAR DE TODO

Tengo frío y me siento viejo,
me siento calvo y estoy gordo;
amanezco impregnado del olor
de colchones y jóvenes cuerpos prestados,
y su desprecio;
mis gatos ya no practican
su fruición en mi presencia,
por mero respeto o por prudencia:

pero la sarna hizo de mi ombligo
el centro de una rosa perfecta.






LA MANADA Y EL VIGILANTE PASTOR

Mientras mi tacto duerme
mis ojos velan y yo camino,
así es que vigilo noche y noche.
De día es más sencillo
mirar a la manada con desdén:
pobres criaturas que no conocen la ironía,
porque es obvio que ya no avanzarán
aun cruzando el río.
Toda su transparente sed saciada,
y el hambre verde que les mueve en círculos
y el escozor en los ijares
ya tienen puesto y gancho en el mercado.
Pero entre un bostezo
y el lavar en la corriente
mi uniforme y mi cansancio
me pregunto cuánto soportará este puente:
cuánto tiempo y peso máximos
en forma de extraña materia en movimiento,
huellas de pezuñas en ambas direcciones,
hedores y desechos,
dioses y peligros que aún no descubro,
y debo proteger a tantos.






LA CIENCIA


Más allá del nido del sol
el río bajaba del cielo en grandes cascadas
escalones por donde las almas subían
y violentos demonios rebeldes
tragaban el caudal primigenio
y entonces ocurría la estación seca
pródiga en hambres y huesos y viento caliente.
Y a veces el guardián
de la transparente constelación del ave
expulsaba a los gigantes lujuriosos,
y al zambullirse en el río
y acoplarse en el fondo
las olas arrasaban nuestras costas
trayéndonos serpientes verdes
atributos del amor y la destrucción
que los orfebres estilizaban en ajorcas.
El resto del tiempo nos bastaba
con confiar a los dioses de las aguas
el vaivén del comercio y las migraciones
el tráfico de vinos y filosofías.

Hasta que el primer curioso
de una pérfida raza
lo arruinó todo:
descubrió que el río nace allá,
al oeste de los pantanos,
que los oscuros espíritus sagrados que lo habitan
son plácidos lagartos
de carne sabrosa.


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