sábado, 14 de mayo de 2011

3847.- MICHAEL SMITH

Michael Smith, 1942, Dublín, República de Irlanda. Poeta, traductor y editor.


COMO UN PARPADEO

I

Parpadeo en la oscuridad,
tropiezo con el pavimento,
doy con un adoquín,
sacudida abrupta de cabeza
o gesto extrañamente orientado,
o luego, quizá, más tarde,
lamento tener
que decirte pero…

Trázame un mapa del alma
en las neuronas del cerebro…
no las que mueven los párpados
no las que mueven los miembros
o incluso hacen hablar…

¿Qué año es?
¿Dónde vives?
¿Cuándo naciste?
¿Dónde estás ahora?
¿Cuántos dedos ves?

No lo sé.

Preguntas relevantes,
solamente,
posiblemente
ajustables,
respondidas,
entonces puedo caminar de nuevo
como lo hice antes,
como sin saberlo,
en la misma
oscuridad.

Seguir caminando
digamos,
sin saberlo,
en la oscuridad,
incondicional
como antes,
satisfecho con
el aquí y ahora
como siempre,
amargo, eufórico,
dependiendo de la circunstancia,
evitando siempre.





II

Observé
a la anciana.

Los vecinos la tendieron
sobre el lecho
en su propia habitación, limpia
de excrementos,
sin aroma dulce
pero perfumada
por el olor de las velas
y el desacostumbrado silencio
de la barriada callejera.

Tócala
tócala.
Ella está fría
como piedra de invierno,
como sin respuesta.

Dime, por favor, dime.

Osadamente
toqué su carne:
cartón.








CUÉNTAME TU HISTORIA

Para George

“Cuéntame tu historia”,
le dijo el cuervo al búho.
“Tú que eres sabio
y conoces todas las respuestas.”

Y el búho simplemente ululó,
guiñó un ojo y ululó.

“¿Por qué cantas?”
preguntó el cuervo al mirlo.

Y el mirlo se posó
sobre una rama y simplemente empezó a cantar.

Y así continuó:
el gorrión, el jilguero,
el zorzal, el pinzón,
el pardillo y el cardenal:
todos fueron interrogados.

Pero todos siguieron en lo suyo
y se encontraron con las preguntas del cuervo
a su manera.

Y el cuervo, descorazonado,
volvió al camino
para volver
como siempre a escarbar.










EL ALMA CONTRARIADA

Él caminó por las calles de los muertos en vida.
Antes de que sus ojos ebrios caerán sobre las tumbas.
Mercaderes negociaron harapos y huesos.

Más allá de la ciudad, los cementerios dominaban el paisaje.
Los ruiseñores graznaron sobre sauces leprosos.
Las campanas de iglesias vacías resonaban tristemente.

Sombras azules sobre paredes de cal lo acechaban.
Una era de su hermana, cuyas ternuras
calmaron la soledad pero le causaron dolor rápidamente.

¿Adónde iba? Más allá de imponerse a sí mismo
ya no él mismo, para crear un nuevo yo.
¿Pero quién y de qué crear un nuevo yo?

Sumergiéndose en las profundidades de los que murieron
en vano buscó respuesta a sus dudas.
Luego de regreso a un cielo oscuramente iluminado.

En su locura
atravesó planicies en busca de redención
para él y su especie.

Demonios, no ángeles,
danzaron en el vértice de su mente.








ASESINATO

El crimen
su único hacer

Un canal estrecho
por ejemplo
incita choques neuronales
no recuerdos

Cosas pasadas
ahora más allá de su memoria

Manos asfixiando

Hay alivio en esto

En el banquillo
sin remordimiento

Grita asesinato asesino

Si lo hubiéramos sabido …



(Traducción Liliana Heer/Macarena Cordiviola)

http://www.tuertorey.com.ar/textos/2011-navegantes/Michael-Smith.html

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