jueves, 4 de noviembre de 2010

CHARO RUANO [1.736]


CHARO RUANO

Nace en Berganciano, en la provincia Salamanca (España). Periodista y escritora, dirige y presenta el programa cultural "El cuarto de atrás" de Televisión Salamanca; colaboradora habitual en prensa y radio ha dirigido la revista Los libros en Castilla y León durante varios años.

-POESÍA:

Hicimos de la noche un largo poema (1982).
La cálida quietud de la tristeza (1991).
La frontera (1993).
Los rostros de la huída (1996).
Frente al azar de otros amores (2001).
Sobre el cansancio (2004).
Té de jazmín en porcelana inglesa (2006).
Y ahora algunos pasos de poema a poema. Antología (2009).
Tiempos muertos (2010).
TEMBLOR - AMARU EDICIONES, 2016

-INFANTILES:

Catalina lina luna (1993).
La polilla de los libros (Junto a Rosa Martín Barrientos) (1998).
Letras para armar poemas (Antología de varios autores) (2001).
Poesía una al día (2002).
De aquellas y estas infancias : miramelindos en Valdelaluna poemas, versos y letras. (Junto a Mercedes Aurora Blanco Rodríguez) (2002).
El bizcocho de canela (2006).

-OTROS:

Salamanca en blanco y negro (2002).




DESPIERTA en la mañana
aletargada y sola
con terrores ocultos
y la espalda deshecha
por un dolor antiguo

Se niega a abrir los ojos
quiere ignorar el mundo
y ya nunca la dejan

Se incorpora despacio
lentamente al camino
van todos tan deprisa...

Lava sus ojos
con tibias manzanillas
bebe leche caliente con miel
y ahuyenta el frío
envuelta en cálidos ropajes

A media tarde es
lúcida y transparente
fugaz conversadora
hacedora de versos
que no tienen sentido

Y en la noche más fría
abre bien las ventanas
para que entre la escarcha
y congele las lágrimas
cual perlas infinitas

(De La cálida quietud de la tristeza, Salamanca, Amarú, 1991, p.p 42-43)



No te fíes de mi
tengo malas costumbres
busco estrellas
en las tardes de lluvia
y cuando me preguntas
¿dónde estabas?
apenas sí respondo

En el cálido lecho
junto a tu piel desnuda
voy desgranando cuentos
que escuchas impaciente
Después nos abrazamos

No te fíes de mi
suelo cerrar las puertas
para que no entre nadie
y pasar largas horas
con los ojos cerrados
invocando fantasmas
y a menudo me escuchan
me separan de ti
y me dejo llevar
no importa donde

No te fíes de mi
le he jurado a la noche
fidelidad, amor
y cien cosas peores

En el húmedo lecho
entre tus brazos sigo
contándote una historia
Voy de farol

Mañana me habré ido

(De La cálida quietud de la tristeza, Salamanca, Amarú, 1991, p.p 47-48)



El metal de la
voz
se ha desgastado
la fuerza de las
manos
se ha perdido
la pluma descarada
busca amantes
¿y los versos?
en el alma dormidos

Me gustan el fuego
y la ceniza
El riesgo la aventura
y los abismos
Y eso queda
de la voz
y las manos
la pluma y
los versos
después de
destruirlos

(De Hicimos de la noche un largo poema, Salamanca, Amarú, 1982, p. 71.)



HUBO un día que fue
perfecto
y una noche sin palabras
hubo amores sin descanso
y amantes de madrugada

Cuando la luna avanzó
entre tinieblas quebradas
una voz entre las sombras
me habló de ti sin nostalgia
Cuando el viento se hizo
amable
suave brisa
llanto y alas
revelo sobre mi piel
una huella, otra mirada

Y ya no podrá la lluvia
destruir rastros y pisadas
y trazar caminos nuevos
como tantas madrugadas
Borrar los besos antiguos
los que no dejaron nada
solo el corazón hastiado
el deseo sin esperanza

Hubo un día que fue
perfecto
tus manos sobre mi almohada
tus labios hablando quedo
sobre mi piel abrasada

Se estremecieron las sombras
se estrecharon las nostalgias

Hubo un día casi feliz
y una noche sin palabras.

(De La cálida quietud de la tristeza, Salamanca, Amarú, 1991, p.p. 27-28.)




LA MUJER tenía aspecto
de haber llorado mucho
sus ojos apenas
podían ser más profundos

Llevaba de la mano
una niña pequeña
y un gran bolso
donde seguramente
trasladaba <>

Y era joven, muy joven
apenas treinta años
que sólo le habían dado
unas horas de amor
y tanto sufrimiento

La niña se aferraba
a una muñeca vieja
despeinada y oscura
y cantaba feliz
una canción sin nombre

Ellas no cruzarían
habitantes eternas
de ese lugar terrible
que llamamos Frontera

(De La frontera, Salamanca, Amarú, 1993, p. 15.)



CONSTRUIMOS la pasión
sobre palabras
frase a frase
rito a rito
vacías, bellas, gastadas

Las palabras son
un frágil equilibrio
nos unen
nos atan
nos engañan
Las amamos
tanto y no entendemos
que fuera de los labios
deseados
Son nada

(De Los rostros de la huida, Salamanca, Amarú, 1993, p.p. 28.)



ATRÉVETE A NOMBRARLO

Atrévete a nombrar
el suicidio y sus formas
el dolor y sus causas
el cansancio y sus horas

Atrévete a nombrarlo
atrévete a nombrar
el amor, sus derrotas
la pasión, sus locuras
la huida sola, sola

Atrévete a gritar
Pon orden en las cosas
sentimientos, ideas
que te llenan de euforia
Y te arrastran, te llevan
Y te dejan exhausta
helada, vacía, rota

Atrévete a nombrarlo
atrévete a nombrar
el abrazo que odias
los labios que te acunan
el cansancio y sus horas
imperturbables, quietas
acechando tu sombra
llenando tu silencio
de miedo, de zozobra

Hasta cuándo callar
hasta cuándo tu boca
se negará a nombrar
una a una las cosas
los sentimientos todos
y todas las derrotas

Atrévete a nombrarlo
atrévete a nombrar
al culpable que llora
y finge ser distinto
y es la misma sombra

Atrévete a nombrarlo
atrévete a nombrar
el amor y sus formas

(De Sobre el cansancio, Salamanca, Amarú, 1993, p.p. 49-50.)



CASA EN CONSTRUCCIÓN

"Son las interminables, lentas obras
de un interior, a dónde nadie mira ...”
Joan Margarit Casa de misericordia


Primero vino un hombre
de paciencia infinita
Manos grandes y ásperas
que trajo escuadras, metros
aparatos extraños
con los que revisó
rincones, grietas, ventanas
paredes maestras y vigas abombadas
Hizo cálculos y movió la cabeza inquieto
A los pocos días
Envió un informe detallado…
"Urge reconstrucción”



Pusieron los andamios
Instalaron la grúa
Cerraron con mallas el edificio
Y nos aconsejaron paciencia
Dentro de la casa
nos sentíamos seguros
Sobre todo ahora
rodeados de hombres
que velaban porque nuestra
frágil vivienda
no volara por los aires
Unos días más tarde
el encargado, el hombre 
de manos grandes y ásperas
vino a tomar café y dijo
Que temía que el mal
hubiera invadido los cimientos




Nos aconsejó trasladarnos
Mientras revisaban la casa
Ordenadamente y con total libertad
Pero nos negamos
Adónde ir?
Adónde si todo nuestro amor
Nuestras diferencias
Nuestros rencores
Nuestras pocas esperanzas
Estaban entre aquellas paredes
Fuera no había nada
No hay nada
Así que clausuramos la casa
Puertas y ventanas
Nos cerramos al sonido y a la luz
Después de reponer víveres
Libros, música, películas
Y nos dispusimos a convivir
Con la legión de expertos
En desastres




La primavera se hizo eterna
nos llegaba su olor entre el polvo 
y los escombros
refugiados en la buhardilla
mientras los hombres trabajaban
Tú te empeñaste en acabar
un libro de filosofía
yo más práctica, decidí poner al día
las facturas




Cada mañana el hombre
toma café con nosotros
solo con mucha azúcar
Café que yo preparó en el
único trasto que se salvó del desastre
Una cafetera italiana y antigua
que nos regalaron hace un millón de años
El hombre trae bollos y repone el café cada semana
mientras nos informa del estado de las obras




El reflejo de las amapolas
el olor del espino y la mimosa
todo se colaba a través de la claraboya
Imaginábamos un río
saturado de agua
los adolescentes saltándose las clases…
Unos golpes secos nos despertaron
Un tabique más que habrá que recomponer




NIEVE

Blanca, fría
quema, duele
cae de las nubes
nieve, nieve, nieve.

Copos de espuma
hay que protegerse
este es un país
todo de merengue.

Hacemos un muñeco
gordo, gordinflón
nariz: zanahoria
bufanda y bastón.


Un sombrero viejo
en su cabecita
y los pies de pato
para andar sin prisa.

Un balón gigante
blanco, blanco, blanco
un país de nata
y sigue nevando.

Vivir en la luna
debe ser así 
nieve, nieve, nieve 
cayendo feliz.







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