viernes, 24 de diciembre de 2010

2625.- SANTIAGO BAO


Santiago M. Bao nació el 5 de septiembre de 1936 en San Fernando (Pcia. de Buenos Aires). Estudió Antropología en la Universidad de Buenos Aires, la que debió abandonar en 1976 luego del golpe militar de ese año. Publicó en libro “Trece poetas” (Bibliograma, Instituto Amigos del Libro, Bs.As, 1967), Antología del Empedrado II y Antología del Empedrado III (Libros del Empedrado, Bs.As. 1997), “Trabajos Forzados” (poesía) (Libros del Empedrado, Bs.As. 1997); “Al otro lado” (poesía y prosa) ( Edit. Dunken, Bs. As. 1998; “En el desvío” (poesía) (L. J. Silver Producciones Literarias, Bs.As. 1999). Permanece pendiente de edición su poemario “De abusos e insistencias” (Premiado por el Fondo Editorial Rionegrino con su edición, contrato firmado en 1991; poemas premiados y editados en el libro “I poeti del Faro D’Argento (selección Lenguas Extranjeras), Riposto, Italia, 1998; plaquetas: “Traslados” y “Los amantes”, (Plaquetas del Herrero - Ed. Radamanto, Villa María, Córdoba, 1998 y “Pequeños cantos del río del Este, (Antología), Papirolas Nº 16, Bs.As. 1999. Ha colaborado en diversas publicaciones del país y del extranjero. Se encuentran varios textos en distintos sitios de Internet. Ha merecido cinco premios en poesía y uno en cuento. Posee seis libros inéditos.





BAILES

Recuerdo cuando bailabas conmigo
«I ’be got my love» grabación de Benny Goodman
y orquesta sobre el rojo embaldosado
del patio colonial,
ahora entre algunas sombras del cuarto menguante,
recuerdas,
noche de verano,
las puertas del living abiertas
desde la que contemplaban los retratos de Apollinaire
con la cabeza vendada,
Pound con sombrero, bufanda y bastón
caminando en las calzadas de Venecia,
Fijman 1971 en el Borda
enfrentando el misterio total,
los dibujos que Sabat hizo de Cortázar y Discépolo,
las hermosas estampas japonesas.
Qué bien entraban los saxos
y respondían los metales,
2 minutos 26 segundos, contrapunto exacto
en que se deslizaban nuestros cuerpos
a una rejilla del tiempo inolvidable,
perfume de las violetas en el jardín,
recuerdas,
la grabación de la orquesta del Hotel Savoy
de Londres cantando Anne Lenard
«Buenas noches mi amor».
Islas, cuadernos envejecidos
que incendian las antiguas pastas,
tapitas de cerveza, mesas al aire libre,
«Sueño de juventud», «La puñalada»,
filo de bandoneones que iluminan geranios
y jazmines,
bailes de la noche cristalina,
tu cintura, tus manos,
la quebradiza humedad
que en espirales de rocío
se desvanecía en tu pelo.







AUTOPSIAS

¿Qué habrá hallado
el bisturí - vengativo
cuando abrió el cerebro
del poeta Jacobo Fijman
en la morgue del Hospicio
en aquel verano de 1971?
¿ Qué puede encontrarse
en la disección prolija
del cerebro de un poeta?
¿ Los restos de una rosa,
los fragmentos del ala de un ángel
caído en las aproximaciones
que generan ciertas lágrimas
o la belleza indeclinable
de una estrella o pájaro
entrevisto en gravedad lunar?
O, tal vez, las destrucciones programadas
de los electroshoks,
la miseria del dolor
suministrado a los "otros"
y la tristeza de un cartel
que oscila con una brisa
que viene del absurdo
atado al dedo gordo de un pie
que dice: Jacobo Fijman,
72 años. Y yo agrego:
a quién Dios o algún ángel mensajero
rozó, como suele decirse,
en algún día señalado
a su espíritu abierto.







HOTEL DEL DESIERTO

El colchón estaba doblado sobre la cama,
las sábanas sucias, gastadas,
huellas de ominosos paraderos,
rastros que en la colcha delataban
a zapatos limpiados deprisa.
En el suelo del cuarto brillaban
antiguos, dudosos goteos.
La belleza retrocedía
frente a las flores de plástico
y en el aire flotaba
un olor a tristeza primitiva,
una presencia del abandono
como un enorme murciélago invisible.







CAUSALIDADES

Ha sido el viento por la vela,
el desnivel del agua por el molino,
la puerta por el golpe en la madera
en la alta noche silenciosa,
nuestro destino
por la máquina del mundo,
el oro por lo que brilla,
el polen dorado
por la danza de las abejas,
la lejanía por el ojo,
los tiempos irrecuperables
por lo imposible,
mi vida por tu sueño
y la tuya por el mío,
el contraluz por tus manos
en el atardecer
y la nostalgia por tu pelo con rocío
en la noche del patio colonial.
Por lo demás, las sombras
por los adioses definitivos.










LOS TRUENOS DE LA MEMORIA

Yo también me distraje
camino de la escuela
por una piedrita luminosa
por un brillo
que me hacía retornar
por la calle arbolada
de naranjos amargos.
Yo también sentí el desamparo
de cosas que todavía
no se habían ido del todo
y se incorporaron a las frías
sombras de los desvanes
o los sótanos umbríos
y ahora
se aglutinan reservadamente
para congregarse otra vez.
Yo también oigo los truenos
sobre el río de la memoria
y espero la lluvia
que disipará la última
lágrima
sobre la gran Madre Tierra
abierta que desde siempre
aguarda.







TIEMPOS MALDITOS

Tiempos malditos estos
en que los esclavos
temen romper sus cadenas
y hasta se preguntan
si son dignos de ellas
el amo y el esclavo
satisfechos
la ilusión perfecta
de un paraíso maldito.







MEMORY

El polvo
de la memoria pura
es el terciopelo tierno
la tapicería del humo
de madreperla
la pátina de las fracciones
breves del tiempo
la ilusión del fragmento fino
conque están hechas
las inocencias que valen
las lloviznas dulces.







AZARES

Como un dado lanzado
al aire
tenemos la vida
y caemos de una cara
u otra
en un azar aleatorio
circunstancias
a veces de sombras
a veces de luces
suspendidos de lo efímero
a un espejismo
que refute la naturaleza
del azar
el verdadero sentido
de este juego:
el dado siempre tendrá
el punto con que se pierde.







BARROS

Desde aquella vez
en que no quisimos
inclinarnos y tocar
el barro de nuestros zapatos
fue que la misma vida
poco a poco
fue haciéndose intocada
huidiza como las flores
de las despedidas.







MEMORIAS

¿Quién defenderá la memoria
de quienes ya no están
y cada vez más borrosos
se alejan en la distancia?
La casa de mis abuelos
habitada por otros que desconozco
aquella casa con mis tíos
discurriendo alegres en el hilo
del mediodía
de los domingos diáfanos
en que el mundo se asomaba
por un momento
a los designios invisibles
de una dicha breve.
Ni siquiera ruinas
casas de la infancia
sino sobre sus cimientos
otras paredes ventanas puertas
otras gentes rostros desconocidos
para arrojar sobre la memoria
la arqueología de los derrumbes lentos,
el desamparo del polvo
y el silencio del corazón
del abismo.








OH, SIEMPRE

Al fin y al cabo
el alma también envejece
los cansancios arrastran
sedimentos de ilusiones
que sangra el tiempo.
El corazón también envejece
como los soles y los astros;
ese pan de soledad
que habita
las remotas alamedas
y alimenta a los ojos
fatigados de los días.
No sólo el corazón
también envejece el alma,
triste destino
para nuestra ilusión
de eternidades,
como esos sueños
que aún sabiendo vanos
insistimos en soñar
para sentirnos vivos.









EL DESVÁN ABANDONADO

Siempre habrá cosas
que nunca dijimos
que cuelgan del destino
como murciélagos de polvo
palabras, larvas
de la memoria
encerradas con mil llaves
en desvanes abandonados
para zurcir
las horas inexorables
del implacable recuerdo.







ENFRENTAMIENTOS

Qué manera
de enfrentarme al destino
con un cuchillo
que no corta nada.
Sangran los otoños antiguos
en esquinas
donde se arrastran
heridas abiertas
de combates desiguales
hacia la zozobra
de seguir estando
en el camino.







SUMAS Y SALDOS

En el Diario Mayor
de las postrimerías
digo: en Caja
casi nada en objetos
que sobrevivirán,
inmuebles de lágrimas
ocultas, de risas
a la columna del Haber
y de manos abiertas,
algunos documentos
de traiciones y olvidos
que compensan saldos.
Se verifican abrazos
en el corazón oculto
de los resultados
de la noche.








DESAPARECER

Primero, ciertos libros
se cubrirán de polvo,
después, algunas cartas
irán sin querer a la basura,
las fotografías se disiparán
en la oscuridad de los cajones;
más tarde, su nombre
se mencionará casualmente,
casi sin emoción,
como en un sueño
sus lugares se cubrirán
con las ruinas del verdín,
finalmente, nadie recordará
el día en que murió.








CANTOS DE GALLO

El gallo
cantó no tres
sino seis veces
yo me quedé quieto
esperé un poco
y seguí durmiendo
el gallo
hizo lo mismo.
Cuando desperté
la canilla permanecía
con su gotera
el pasto asomándose
por la ventana
y el gallo
picoteaba invisibles larvas
en el piso polvoriento.







CANTOS DE MURCIÉLAGO

Poseo sombras y tinieblas
que como cataratas destilan
en el espacio
una lluvia de terciopelo
y de una oscuridad blanda
construyo mis túneles
de luces distintas
que mis ojos no ven
transcurro cerca
de la risa de ciertos ángeles
mientras la noche
me recibe con un temblor
desnudo
cuelgo como nave de polvo
tras el espanto
que se arrastra
desde el otoño antiguo
de mis alas.







MOSCAS DE ENERO

Toda la tarde
sobre la mesa
las moscas insistentes
permanecían atentas
en el propósito
de hurgar
en insignificantes migajas.
12 de enero en el patio,
las hojas del paraíso
se arquean en el ardor
del verano.
Las moscas regresan
una y otra vez
exponiéndose audaces
al exterminio.
Triunfa su obstinación,
su inusitado propósito
inagotable
ante mi ánimo
que se disuelve
como la imagen
de una baraja
que no se espera.








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