viernes, 17 de septiembre de 2010

1167.- ROY DÁVATOC


Biografía:
Roy Dávatoc, seudónimo de Roiser David Dávila Atoche (Jaén-Perú, 1981). Actualmente reside en la ciudad de Lima.
Estudia la carrera de Administración de empresas en la universidad nacional Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” .
Forma parte de la fundación cultural “Laberintos” en Colombia y es miembro del grupo literario “Puka Yuraq” en Perú.
Algunos de sus poemas y textos han sido publicados en las revistas literarias como: “Remolinos” de Perú; “El quirófano” de Ecuador,”Poeta” de Argentina, “Antropofagia” de Colombia, “Letras” de España; así como también tiene participación en la revista “Atanor” de España; y el centro cultural “El túnel” de Pamplona-Colombia y algunos blogs que usan algunos poetas para la difusión del arte.
También se hace presente a través del la difusión televisiva “Arte y Cultura” que dirige la poeta española Antonia Pérez García
Publica este 2009 su poemario: Confesiones para Raziel; con la editorial alternativa OREM; de la ciudad de Trujillo-Perú.



Poemas

2

No salgas a la calle; decías,
afuera los niños se anuncian con sangre
y me romperían el vientre a patadas.
Las arterias de Lima no se encienden como en la sierra
y tú lo sabes, madre;
debo aprender a sembrar las miserias de la muerte
para no comer de mi padre sobre la tarde.
Extraña manera de saborear la vida
en Lima,
he aprendido a traer las guerras entre dientes
mientras clavan de rodillas a los hombres
a la vuelta de una amarilla calle.


7

A plantar en esta tierra no volveré;
porque han sido arrancado de ella mis pasos
y Lima me ha dejado sedentario.
A quien le quede algo de árbol o de mar en su mano
que regrese de la urbe
porque aquí se añora la sangre que nutre la plaza.
Que venga, que llegue,
que convoque sus fantasmas y sus ejércitos,
que hable de patria o de muerte
sin que nos ejecuten por la nuca.
Que pida consejos a este o al otro Dios
y en su nombre o en el nombre de los hombres
libre batallas inútiles.
Pero que vuelva pronto,
que me asesine e incendie este poema,
y vuelva empezar
sobre las cenizas de lo que no debe morir.






Si fuera un puño.

Si fuera un puño violento
te haría pedazos.
Luego polvo.
Polvo fino.
Entonces te ausentarás.
Te irás de mis manos,
y te dejaré ir.
Serás sólo la ausencia envolvente,
asfixiante e imperceptible.
Te transpiraré y te respiraré;
y vivirás en mí;
doliente e inexorable;
inevitable.
Entonces;
colgaré mis fuerzas y mi violencia,
y sólo viviré donde existas;
cerca de mi escondite,
en esta asfixia que llora y gime,
porque si me resisto,
aunque no quiera,
yo también me volveré polvo:
polvo fino.






Conversación

-Hace mis 50 años atrás-
(Que no te sorprenda si soy aquel viejo
que jugaba a volar mariposas
al pie del árbol de tu casa)
La muerte no cabe en mi
aunque huelo a ella siempre;
aunque sea ese pájaro salvaje
que le gusta jugar con mis ojos…
la muerte no cabe en mi.
La muerte tampoco cabe en ti;
porque tienes más luz que el cielo
y más fuerza que el mar….
la muerte no cabe en ti.
-un niño camina de rodillas
y le reza a un árbol atravesado
por una bala perdida-
(La muerte se ha olvidado
de levantarse temprano
y se ha olvidado de cantar)
Nota: Ése niño y ése anciano soy yo.





Dos

A la misma que nombro
hoy la sostengo desde el balcón
con el borde de mis labios;
la siento áspera,
con humor de madera;
y ha perdido el perfume;
ese aroma salvaje
que la hace libre.
Mi lengua la acaricia
y la devuelve,
la posa sobre mi mano,
esa palma ajada
que tiene su rostro.
Mis ojos se compadecen
porque algo en mi vive
cuando la veo vibrar
por los besos que le da el viento.


I.-

Lo que no sé,
es hasta dónde llegar
con éste poema,
ahora que la sensación
ha invadido
mis buenas intenciones,
ahora-solo-,
cuando me descubro en la mitad de mis caminos
y veo perdidas las horas,
las largas horas inacabadas de mi vida.


III.-

Hijos del mundo,
sumen su vida y no su muerte
en los días de otoño;
cuando su mano dormida
bloquee la sombra
antes de morir su esperanza.
Es sólo un paso
éste acento sin armas,
es sólo una cuerda
sin gemidos de odio
cuando abrace el silencio.
Hijos del mundo,
no afilen sus palabras
ni asalten la noche para llorar;
ofrezcan sus brazos a la libertad
y añadan su experiencia de vida
antes de empuñar la soledad





Dulce Soledad.

Noche;
tu boca tiene prisioneras
todas mis formas de amarla,
todos mis sueños de carey,
toda su geometría traslúcida
cubriendo de estaciones la pared.
Noche;
aquí al filo de mi mesa
dame un sedante su olor,
-una mezcla de rosas y nardos-
para que el otoño
no sea violentado en un minuto;
para que mi sangre
sea continuamente instantánea;
para que su nombre sea el mío
y nuestro pedazo de pan
siempre la canción más pura
y su mundo eternamente plano..





Inverosímil.

Lo romántico y lo patético
es que te amo cuando nos embriagamos,
amo la lujuria que desatas antes de amanecer,
amo el vacío que llenas en mi cama,
el silencio que rompes de mi alcoba
y la voz que le das a mi almohada.
Amo
-y sin mentirte-
las frases huecas de despedidas
que ahora extraño y no supe festejar.





Veinte.

Huir en otra piel
y abismarte entre las sombras
no cubrirán tus alas
ni abrirá el sendero en tus cabellos;
pero sucede
que si dejas a merced tus instintos
para poseer y sentirte poseída;
tu cuerpo caerá en mi demencia
y se agitará en guerras.
Entonces,
te cuidado
con la nube en tu cabeza
que te arropa con sábanas rosas.




WEB DEL AUTOR
www.roydavatoc.blogspot.com

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