domingo, 7 de noviembre de 2010

1753.- ANTONIO A. ACOSTA


Antonio A. Acosta
Nació en La Habana, Cuba (1930). Poeta, ensayista y profesor de español y literatura. Graduado con un doctorado en Pedagogía de la Universidad de La Habana y una Maestría en Humanidades de Montclair State University en Nueva Jersey. En Cuba ejerció la docencia desde la enseñanza primaria hasta niveles superiores, en la misma Universidad de La Habana. Ha sido profesor en siete universidades de los Estados Unidos, así como profesor invitado a dictar clases y conferencias en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Salamanca. Fue Director del Departamento de Lenguas Mundiales en Emerson High School en Union City, Nueva Jersey. Tras su jubilación, imparte clases de español en William Paterson University en Wayne, Nueva Jersey. Es miembro de varias organizaciones literarias. Su poesía ha sido recogida en más de treinta antologías en español e inglés. Ha recibido numerosos premios por su poesía, entre los que cabe destacar: el Primer Premio de Poesía Negra "Alfonso Carmín" por el poemario Raíz de Flor y Café de la Cuadratura del Círculo Poético Iberoamericano y el Primer Premio de Poesía "Eugenio Florit" por el poemario Rumbo Sur del Círculo de Cultura Panamericano. Además, por su obra literaria ha recibido el Diploma de Honor "Juan J. Remos" de la Cruzada Educativa Cubana y la Medalla de Plata de la Academia de Artes, Ciencias y Letras de París. Su libro más reciente libro es el poemario Cuando queda el sueño (2009).



EL POETA YA SE HA IDO. . .

En cadencia de olivares
suspira la tarde
agónicos clarines.
Y el viento del sur
transita raudo
por los caminos de la muerte.
En perímetro de alondras
hay magnolias escondidas,
y un cocodrilo bermejo
dormido en la arena blanca.
El sol asoma sus crines
en las cumbres de la sierra,
y se esconde de repente
detrás de las nubes grises.
Sepultada en la hojarasca
está la sangre latiendo,
y ha brotado del subsuelo
un haz de retoños nuevos.
El poeta ya se ha ido
en un corcel de alabastro.
¿Dónde estará Federico?
¡Nadie sabe en que galaxia
está escribiendo sus versos!






MENSAJERA DE SUEÑOS

Cuando la noche calma
mi latir de nostalgia,
te busco en los destellos
de mi sueño inconforme;
en el quehacer vulgar
de las horas iguales.
Pero tú te escondes - yo no sé -
en cualquier camino
lejos de mi entorno.
Y después te hallo meditando
en el pálido cofre del recuerdo.
Allí donde las fantasías
enlutecen de olvido
y de tinieblas,
dejando como herencia
el polen del letargo.
Allí, reducto confesor
de lo que a nadie le diría
quisiera verte desnuda
cada tarde.
Desnuda y vaporosa,
soberana y fragante
con tu fulgor de plenilunio.
Pero a nadie le cuentes
mi ansiedad del otoño,
ni le digas al viento
la razón del silencio.
Hoy te ofrezco mi canto,
poesía bohemia,
y tú sabes muy bien
el amor que te tengo.






MIS AMIGOS

Tengo tantos amigos a mi alcance;
pasivos, sinceros, invariables,
ideólogos de surcos y caminos,
serenos paladines de la siembra.
Ellos saben de ciencias y de arte,
de espigas y de sueños
y jamás cambian
su ecuanimidad y su carácter.
Conocen del universo y de su historia,
de horizontes descalzos,
de remotas galaxias;
de selvas y palacios
y templos milenarios.
Mis amigos son tan esenciales
en mi vida,
que aún estando en lejanía
su recuerdo me acompaña y me estimula.
Valoro sin medida a mis amigos,
y cada noche alguno de ellos
comparte la soledad de mis latidos.
En la mañana
no se oye una queja ni un reproche;
mudos y quietos
esperan en la tarde mi regreso.
Estos fieles compañeros de la ausencia
que no los envilece la ignominia
en esta orilla de los tiempos,
son de mis penas la mejor terapia.
Aquí, donde la nostalgia
la he vestido de versos y de lirios,
¡qué solo estuviera
sin la compañía de mis libros!






POESÍA ERRANTE

Poesía errante, te prolongas en mí,
o soy yo mismo
en dimensión etérea de mi estro,
tejiendo quimeras y soñando imposibles
en las alas del tiempo.
Sabes, compañera de viaje,
mañana no seré y tú estarás por mí
en veloz cabalgata de universos.
Yo estaré contigo en cósmica figura
fustigando tiranos y sembrando futuros,
con el acero viril de mis poemas
y el mágico aroma de mis versos.
Quedarán mis huellas marcadas de caminos;
luceros celestes darán luz a mi paso,
y un renacer de madrigales hará eco
en el arpa sublime de mi espacio.
Después, mi poesía errante,
como eres eterna y combatiente
sé mensajera en mi claro horizonte,
e ilumina por siempre
mi jardín de entonces,
- surco abierto de mi postrer cosecha -
en remedo de espigas y floresta.
Y escucha mi reclamo; jamás te contamines
con tantos vicios a la usanza,
pues sabes que te estaré apoyando
desde el remanso azul de mi distancia.
Por último, en salmo de amor
traducido en demanda:
cuida con esmero
mis gardenias del alba.






COLOQUIO DE LA PALOMA

Paloma que visitas a diario mi balcón
con tu murmullo de sinfonía apagada,
tu límpido plumaje de raso y algodón
y una ingenua expresión en tu mirada.

El hombre es atroz, yo lo siento paloma,
aunque tú no comprendas estas cosas,
ni conozcas del plomo que vilmente doma
con disfraces alados de raudas mariposas.

Mensajera del alba, crecida de bondad;
no conoces la saña, no conoces la ira.
En el alma del hombre existe la maldad,
existe la ponzoña y existe la mentira.

Andas por el mundo con tus frágiles alas
volando por villorrios y palacios.
¡Si pudieras vivir en un mundo sin balas
para cruzar libremente los espacios!

Me traes recuerdos de mi lejana infancia
cuando de gardenias perfumaba mi huerto,
pero hoy mi terruño carece de fragancia,
porque a mi árbol le hicieron otro injerto.

¡Qué triste es paloma recordar esos días
de pupitres y sueños en la patria de ayer!
Y aquí en estas playas extranjeras y frías
se me despiertan las ansias por volver.

Peregrina del sol, matizada de arrullos,
regresa a tu mundo de múltiples idiomas,
y cuenta jubilosa al resto de los tuyos,
que aún quedan hombres amigos de palomas.






DESTINO DEL POETA

El poeta es
como una gota de infinito
en la sequedad del desencanto;
donde viste de auroras
el claro horizonte de mil sueños.
Es una vivencia que no duerme
en la negra pared de su nostalgia.
Es el alcance que no tiene,
al que trata de llegar con su palabra.
¿Qué otra cosa es el poeta
en este mundo de levadura flácida?
- - Un latir de intentos, malogrado
en torrentes de sangre contenida
por la luna llena de la infancia - -
Una obra inconclusa sin epílogo
en espera del polvo y del olvido.
Y un libro sin precio y sin carátula,
perdido en el desorden de un armario.






EL AMOR

El amor se crece en alas
por villorrios y palacios,
y al perfumar los espacios
no quiere noticias malas.

El amor es Dios presente
en la imagen de Jesús;
aquél que murió en la cruz
con una luz en la frente.

El amor es don divino,
es del jardín una flor,
es loar al Creador
en un salmo cristalino.

Es hora de reaccionar
al terror y a la violencia;
y en brindis de independencia
conjugar el verbo amar.






EL COLOR DEL PENSAMIENTO

No he podido conocer el color del pensamiento,
es por eso que presiento que no lo habré de saber;
pues a mi modo de ver esto no será posible,
y es además intangible, ilusión y fantasía,
aunque a mí me gustaría vivir un sueño imposible.

Yo no sé de que color mis versos yo pintaría,
- del color de un claro día o del cáliz de una flor -.
¿Existe para el pensar un color determinado?
No pretendo haberlo hallado en mis versos, lo confieso,
pero el pensar en exceso no constituye un pecado.

El pensar lleva en sus alas un poder de creación
y en aras de la invención va subiendo las escalas.
No quiere fuego ni balas en su batallar en pos,
donde no haya un dardo atroz que hiera a la poesía,
ni al polen de la armonía en la santidad de Dios.

Resumiendo esta cuestión, yo pinto sólo poemas;
otros pintan otros temas que les dan consolación.
Por esta buena razón yo así cumplo mi contrato,
y también paso un buen rato en terapia que me doy,
y si al siquiatra no voy, todo sale más barato.




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