domingo, 4 de septiembre de 2011

4599.- CÁNDIDO GERÓN


CÁNDIDO GERÓN
Cándido Arauja Gerón (Cándido Gerón) nació en San Cristóbal (República Dominicana), el 2 de febrero de 1950. En plena juventud ha producido una bibliografía extensa de obras destinadas a divulgar a los artistas y a las artes nacionales, como son Diccionario de autores dominicanos, Enciclopedia de las artes plásticas dominicanas, 1844-1988, Obras maestras de la pintura dominicana y un estudio biográfico-crítico de la obra poética de Joaquín Balaguer, traducido al francés por Claude Couffon. A su paso por la Biblioteca Nacional, de la que fue director durante los años 1984-1986, creó la Colección Orfeo, que recoge la obra de numerosos artistas jóvenes dominicanos (136 volúmenes). Ha recibido el Premio Anual de Didáctica de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos por su obra Enciclopedia de las artes plásticas dominicanas (1989) y el Premio de Poesía por su poemario Los horizontes del deseo (1990). Fue creador de la revista Análisis. Ha colaborado en los periódicos Última Hora, El Nacional y Hoy, en el que mantiene una columna de divulgación artística. Recientemente fue nombrado embajador en París.

OBRAS PUBLICADAS:
Poéticas: Asombro de los tiempos (1973), Huellas de dolor (1974), Canto a Orlando Martínez (1976), Canto infinito a Salvador Allende (1977), Sabana de los muertos (1979), Canto triste para una niña que nunca conocí (1981), Etnairis: antes del génesis y otros poemas (1982), Élida del alba (1983), Tránsito literario (1984), Hasta ahora (1986), París ya no es lo mismo (1989), El amor es una derrota en silencio (1991), Los horizontes del deseo (1991).
De arte: Presencia de once pintores dominicanos (1984), Catorce pintores y cinco escultores dominicanos con proyección internacional (1985), Enciclopedia de las artes plásticas dominicanas, 1844-1988 (1988), Antología de la pintura dominicana (1990), Enciclopedia de las artes plásticas dominicanas (1884-1991), aumentada corregida (1991), Obras maestras de la pintura dominicana, 4 vols. (1995).
Ensayo: Ortega y Gasset hizo de su vida la más plena de sus creaciones (1987), Los primeros pasos de un oficio (1988), Andrés Bello: vida y doctrina (1989), Hacia una interpretación de la poesía de Joaquín Balaguer (1991), Diccionario general de literatura dominicana, 1492-1992 (1992, 2da. edición corregida y aumentada 1995), Juan Bosch: vida y obra narrativa (1992), Opinión pasional (1992).







AMÉN EN EL CAMINO

A lo lejos,
un paisaje movedizo.
Una hilera de ranchos
ensombrecidos,
sin nadie.
Un río dividido por el llanto.
Pisadas.
Silencios.
El cantar de algunos pájaros
sobre los matorrales y los arbustos.

Sangre en el camino
y sobre la fresca mañana
que levanta su alba enrojecida de rocío.
Los aullidos de unos perros.
El tibio viento sin veleta.
Se escucha por doquier
el dolor del hombre
sin Dios,
sin Patria
y sin tierra.
y todo duele en mi país.
Mi yo,
tu yo,
la sombra transparente de un espejo
donde quedó atrapado el rostro
de un niño inocente.
Un silencio extendiéndose a lo ancho
de la vida.
Pájaros muertos sobre los trinos;
todo es soledad,
ausencia y miedo.
El camino se hace más resbaloso
y el mediodía es como un pasaporte
hacia la muerte.
Entonces,
no hay paz para el hombre.
Todo es amargura y odio
en los caminos.
y le coge la tarde a la mujer en parto;
todo es como un disparo en lo alto
de la noche.
Nadie protesta.
Porque todo ha sido bajo el viento
y sobre la tierra húmeda que hace
crecer a los niños junto a la espiga
y la hierba.
Entonces,
¿A dónde van estos hombres?
¿A qué mundo los llevan?
Ellos han crecido bajo la lluvia
y la protesta.
Esta tierra no les pertenece,
estos caminos no les pertenecen,
estos ríos, con aguas sucias, no les pertenecen.
Entonces,
¿A qué camino los llevan?
¿Dónde quedó su Patria?
Nada les toca,
ni siquiera la brisa
o una casita de tablas de palma.
Sólo les pertenece el odio.
y ya ni siquiera les es permitido
pronunciarse en el silencio,
porque de inmediato se les duerme
sobre un río de sangre.








ASOMBRO DE LOS TIEMPOS

Un día el asombro
del viento me tocó las manos
y me sentí olvidado por los tiempos.
Sentí la ausencia desparramarse
en un mundo de cristales y cisnes
y mi lámpara quedó vacía en la tierra
como un párpado sin vida.
y tuve miedo de vivir y a veces
de morir como los pueblos
nacidos para el hambre.
A veces pienso que la vida
me ha dejado en el camino
como una mariposa tostada por el sol,
mojada en las lluvias,
venida de otros cantos bajo el llanto
para encontrar la paz que escribieron
en sucias paredes.
Mis manos se alzan hacia arriba
y construyen un cielo de mariposas.
La vida se me escapa con los tiempos
que corren hacia las islas extrañas.
A lo lejos,
el mundo es pequeñísimo,
los niños juegan con las campanas
de las iglesias
que un día quedaron enterradas
en el olvido, por los siglos de los siglos.
Una mujer quema la madera de un fusil
quemado después de la guerra.
Las lluvias dejan ver el espacio
de los ranchos.
Imposible ha sido devolverte la paz
contra el llanto que te enterraron
en los párpados
sin comprender que la tierra
estaba sola;
y tú te quejabas en la arena,
como queriendo encontrar la Patria
para devolverla al pequeño
viento que nos la traía.
Bajaré a tus ojos inquietos,
en ti me detendré callado y ausente.
y aprendí las ciudades
y los soles,
y me abriste las puertas de los
dioses, y comprendí que no era tarde
para regresar a tus silencios.








PRIMER CANTO

Ella venía del pre-tiempo
de la nada
y su dolor era tan antiguo
como la esencia de las cosas
que no existen.

II
Su origen también venía
del temblor del relámpago
y su carne
era el despojo de otras visiones.
Su raíz primigenia
era la anti-forma del átomo.
Los pájaros se preguntaban
si su huella venía de su voz
o si su voz venía de Dios.

III
Ahora estás ahí
desnuda corno el viento.
Tú dices que la vida
está en los sueños
y que en los sueños
está la muerte.

IV
Vienes de las palabras
sin tiempo
y del fondo de las cosas.
De las pasiones imposibles
y de la inverosímil muerte.

V
Tú dices que en el principio del tiempo
milagros y cristales
eran sinfonías desdibujadas en los espejos
y que el silencio huía de la luz
para no morir en el contorno del sueño.

VI
y te preguntas:
¿quién es aquel que nos llama
desde el cristal hiriente
de la nada?
¿Qué misterio nos sorprende
en medio de la consumación
de las llamas?

VII
Mis manos se desangran
como una herida en un puñado de sonrisas.
Allí puse mi dolor
donde el cielo paría soledades.

VIII
Quise llamarla desde su voz
como una raíz desnuda.
Desde el quejumbroso latido
de la muerte.
Pero estaba cubierta de espacios
en blancos.

IX
y oigo sus pasos
golpeando lentamente el descanso
de la noche
y estoy llorando,
¿acaso Dios no llora?

X
Aquí estoy con ella
como el silencio con la noche
cual cuchillo que busca el filo de su carne
para herirse
y luego mirarse en su espejo.

XI
Ahora
la niebla de su llanto
es como un origen hondo,
como un grito en el vacío,
como una vegetal e infinita agonía.
y sobre sus sueños
anclado está el turbio vientre del deseo.

XII
Infinitas danzas están pariendo
su latido, su espasmo.
y lejos, muy lejos del quejido
de la serpiente
estupran la luz de sus ojos
como una última gota de sangre.



http://www.obsidianapress.com/candido_geron.htm


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