lunes, 1 de noviembre de 2010

1691.- ANTONIO MÉNDEZ RUBIO


Antonio Méndez Rubio nació en Fuente del Arco (Badajoz), en 1967. Partícipe de una activa vida cultural y sociopolítica, ha tomado parte en el Foro Social de las Artes y en la Unión de Escritores del País Valenciano. Además de haber publicado varios volúmenes de poemas, en él la poesía comparte tiempo y espacio con el ensayo, género al que pertenecen sus escritos sobre poética y sobre cultura. En la actualidad, es profesor de Teoría de la Comunicación en la Universidad de Valencia.

-POESÍA
Llegada a Dublín (1988).
Fugitivo tesoro (1993).
El fin del mundo (1995).
Un lugar que no existe (1998).
Trasluz (2002).
Historia del daño: Selección poética 1990-2005 (2006). Antología.
Para no ver el fondo (2007).
Por más señas (2008).
¿Ni en el cielo? (2008).
Todo en el aire: Poesía 1995-2005 (2008). Recopilación de su obra publicada entre 1995 y 2005.
Razón de más (2008).

-ENSAYO
Encrucijadas: Elementos de crítica de la cultura (1997).
Poesía y utopía (1999).
La apuesta invisible: Cultura, globalización y crítica social (2003).
Perspectivas sobre comunicación y sociedad (2004).
Poesía 68 (2004). Entrevistas.
Poesía sin mundo: Escritos sobre poética y sociedad 1993-2003 (2004).
La destrucción de la forma (y otros escritos sobre poesía y conflicto) (2008).








Arena libre de lo visto:
paciencia de una lejanía
perdida en el obrar común.
Ave salvada de lo visto:
duración para reencontrar
el calor sellado de los vientres.
Umbral negado de lo visto:
trayecto de sol movedizo
siempre en mitad de la tarea.

(De Para no ver el fondo)






[VER CON PALABRAS...]

Ver con palabras,
a su trasluz,
la palabra perdida:

designio no elegido,
cepo no absurdo
éste de reinventar
otra forma más cruda
y más definitiva
de ceguera.

(De Trasluz)






[PRUEBA ESA SOLEDAD...]

Prueba esa soledad
después de la respuesta.
Reconoce
que el tema es la imposibilidad
de ningún otro tema que no
sea el olvido.
Y que ese olvido es también imposible.

(De Para no ver el fondo)







EN VANO

Is your love in vain?
Bob Dylan

Nadie se atrevería a explicar
por qué la tierra rechina en la boca.

Nadie se atrevería a decir
adiós, a probar en el aire
la claridad abriéndose del aire.

Nadie se atrevería a afirmar:
“Tu tramo de calor en la garganta
por la senda nocturna,
tu ceguera de amor
para nadie
es en vano”

(De Por más señas)








Los brazos no.
La rendición posible, por qué no inaplazable:
bajar los ojos.
Después
a la vergüenza de tener voz
le sucede, en una mañana desaparecida,
la suerte de
no tener
que volver.

(De ¿Ni en el cielo?)







SOBRE LA MUERTE DE OTROS

Sobre la muerte de otros
ponemos nuestras sombras nuevas,
flores de azahar, el agua
que dejó el cuenco vacío
porque sí, canela molida, brusca,
de la que ya no prende
—¿dónde la han puesto?…

Se habla del fin. Y poco más:
la última condición y la primera
piedra
vuelta hacia el mundo.







Claro que sirve. El día
es mejor para desaparecer
sin que su ausencia huela, sin
papel para escribir: "palomas
y otros pájaros exánimes
de la ciudad
acuden". Vuelven a ver
demasiado. No necesito
que anochezca.






ESO PIDE

Ni siquiera un comienzo.

Lo vivo en el cuerpo
absorto en una luz de nada,
desnudo de ilusión, bajo el follaje
está y se descamina:
aún se prepara
para insistir. El resto de una fe
mejor la sobrevive.





OCURRE

Hay un ir y un venir
para cuando haya aliento.
Y hay también, a la vez, un velar
por la separación.
(F. K.)






AFUERA

Salud, silencio
hasta no ser una parte del todo.
La única herencia
posible
es la misión de una lejanía
que se quiere destruir.
Sí. Se oye ahogarse el susurro,
la obligación a tientas
de la luz, del lugar
donde es cierto que se aclara el cielo.
Ahora empieza a amanecer.



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