sábado, 3 de septiembre de 2011

4549.- MARÍA DEL CARMEN CABEZA

MARÍA DEL CARMEN CABEZA
Publiqué mi primer poema en la revista "Criterios", coordinada por alumnos de la facultad de Oviedo, donde me licencié en Filología Inglesa y Filología Hispánica.
Empecé a escribir a los doce años y seguí haciéndolo de manera más o menos furtiva, participando en diversos cursos y talleres de creación literaria.
En el año 2001, mi relato "Desvanecida en quiasmos" fue seleccionado por las Justas Literarias de la Universidad Popular de Gijón. En abril de 2007 publiqué "Viento maldito" (Edición personal, Madrid, 2007). Mi segundo poemario, "La tierra y el alba" (Bubok ediciones), salió en noviembre de 2008. También participé en la publicación colectiva: "Palabras con Ángel", editada por la Asociación de escritores de Asturias (2008). En la actualidad trabajo como profesora de inglés en un centro de enseñanza Secundaria.
http://carmencabezamartinez.blogspot.com/

Publicaciones
"Desvanecida en quiasmos" (relato). Ayuntamiento de Gijón, 2001
"Los textos del taller" (relato "El pálpito"). Publicación colectiva (Ámbito cultural de El Corte Inglés, 2004)
"Viento maldito" . Edición Personal, Madrid, 2007
"La tierra y el alba". Bubok ediciones, Madrid, 2008
"Palabras con Ángel" (A.E.A. Oviedo, 2008) Publicación colectiva





Mientras la ciudad hierve

Mientras la ciudad hierve
en roja ebullición de placeres oscuros,
una maraña de sombras
atraviesa la muralla prohibida.
Hay boas que se enroscan
alrededor de su cuello,
gusanos de seda que duermen
tras insondables fumaderos de opio.
Shangai arde en un fuego
con sabor a morfina,
entre negras semillas de mágica amapola
y huesos triturados.
Hay un mar turbulento
que destila el insomnio,
un dragón amarillo
de sopor insaciable
que envenena Shangai
y sus atavíos púrpura,
Shangai y sus ruiseñores muertos,
Shangai o el encanto irresistible
de las flores de loto...










Mayo ha muerto

Mayo ha muerto
en el cristal de las rosas núbiles,
falto de azul celeste
y noches de piano con Chopin,
nocturnos de anémonas sin luna
y orquídeas desnatadas
que agonizan en mayo,
como el desierto,
como el amante,
como la nieve turbia
del viento de mayo.







Masticaba ensueños

Masticaba ensueños,
ardides secretos
como tu nombre,
cenizas vírgenes
e inexploradas
de lirios ausentes...







Susurros

Susurros cercenados
por música violeta.
Olor escarlata que detesto,
como la ausencia sorda de tus dedos
que acallan el gemido,
dejando tras de sí
la espesa huella
de una burla roma
y desdeñosa.







Absenta maldita de Rimbaud

Absenta maldita de Rimbaud
que destilaste un día,
como la nieve manchada y cenicienta
de los bosques de Andersen.
(Sirenas desaparecidas,
hadas de azúcar
en la bajamar del sueño...)
Los ecos de aquel grito
susurran en el aire
como el viento maldito del poeta,
y los paraísos marchitos
se arremolinan y se enturbian
como las hojas muertas del maldito Verlaine,
como pétalos helados,
como amores muertos...







Tuberías malva

En las rótulas de tuberías malva
crecen insectos abisales
que se amamantan de asfalto.
Allí se multiplica la maleza,
bajo bóvedas de helio,
a través de un universo que fluctúa
entre ríos de cemento.
Y las máquinas de acero
continúan fabricando ensueños,
donde muchachas de satén,
de piel imperturbable,
recorren las aceras cada noche
y envejecen,
mordidas por el ácido,
sepultadas
bajo un cielo infestado
de tuberías negras.






Abrazo el palpitar

Abrazo el palpitar de lo invisible,
el torrente de lluvia proyectada
en prisma transparente, en infinito.
Abrazo el horizonte.
El aire eterno
que alimenta tormentas estelares.
Y sólo existe el viento,
la nada y el reflejo de las nubes;
abrazo lo imposible y lo lejano,
el ente de la esencia de lo aéreo.





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