Hugo Padeletti. Poeta y pintor argentino. Nace en Alcorta, Santa Fe, el 15 de Enero de 1928. Realiza sus estudios secundarios y universitarios en Rosario, donde se radica desde su adolescencia. En esta ciudad, mantiene contacto con los maestros del Grupo Litoral Herrero Miranda, Leónidas Gambartes y Juan Grela. Con éste último, estudia dibujo, pintura y grabado, virando su lenguaje hacia el planismo y la síntesis. Paralelamente, cursa la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional del Litoral, y se especializa en Estética en la de Córdoba. En 1944 comienza a realizar su obra poética, que publica desde 1959. Desde este momento, la creación poética y la plástica se alternan en su vida constantemente. Diez años después, realiza su primera muestra de pintura, en donde ya se puede ver su temprano interés por la pintura china y japonesa ligada al taoísmo y al budismo zen. En 1961 conoce a Fernando Espino, otro de los artistas cuya mirada resulta decisiva para su producción. En el mismo año es designado Director del Museo de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez (Santa Fe). Cargo que ejerce hasta 1965, cuando se traslada de Santa Fe a Rosario para dedicarse a la docencia en artes plásticas, primero en la Escuela Provincial de Artes Visuales y después, en la de Bellas Artes de la Universidad de Rosario. Becado, por concurso, por la Dirección de Cultura de la Provincia de Santa Fe, en 1966, realiza un viaje de estudios para ver obras de arte en general y, específicamente, para estudiar la obra de Paul Klee en Berna, actividad que hace de un modo puramente visual. En los museos europeos, indaga en la pintura taoísta y zen, y llega hasta la India, donde, además de recorrer museos y galerías, visita los ashram de los yoguis en los Himalayas. Desde su regreso, expone con frecuencia en Rosario desarrollando una estética plástica basada en collages, dibujos y pinturas, a los que a posteriori llama “poemas plásticos”. Para el artista, estos no son ilustraciones de sus poemas verbales sino formalizaciones, en otro lenguaje, de experiencias en parte afines y en parte complementarias de las que se expresan en poemas verbales. En 1983, se traslada a Buenos Aires. Luego de una serie de muestras, y de su actividad paralela en el campo de la poesía, Padeletti acentúa las resonancias budistas en su obra plástica, en tanto empieza a poner mayor énfasis en el juego con el espacio. Las pinturas orientales tienen una importancia fundamental en las búsquedas tanto estéticas como metafísicas del autor, quien ha intentado trasponerlas a un lenguaje contemporáneo. En los últimos años abandona las muestras unitarias, tanto temática como formalmente y vira hacia el pequeño formato, las pinturas al agua y la transformación en arte de pequeños ‘accidentes’ formales que aspiran a la condición de poesía lírica. Hugo Padeletti recibió, en 1989, el premio Boris Vian de Literatura. Ha publicado: Poemas (Cármina, 1959), Doce Poemas (El lagrimal trifurca, 1979), Poemas 1960-1980 (Universidad Nacional del Litoral, 1989), libro por el que recibe el premio Boris Vian de ese mismo año, Parlamentos del Viento (Rinzai, 1990), Apuntamientos en el Ashram (Bajo la luna nueva, 1991), La Atención (Universidad Nacional del Litoral y Fundación Antorchas, 1999), y Canción de viejo (Interzona, 2003). Por este último, recibió el premio de poesía del Fondo Nacional de las Artes. También ha publicado artículos de reflexión, ensayos y prólogos de catálogos en Buenos Aires, Santa Fe, México y Dublín y numerosas exposiciones como artista plásticos, en distintas Galerías de Rosario, Santa Fe, Buenos Aires y Montevideo. Actualmente, vive y trabaja en Buenos Aires.
EL HÉROE
‘Dijo Alcibíades de Sócrates
que era semejante a
las silenas: cajitas
con arpías y sátiros,
ánsares embridados,
liebres con cuernos, ocas
enalbardadas,
machos cabríos voladores
y ciervos adornados con flores.
En ellas se guardaban
el ámbar gris, el bálsamo,
el amomo, el almizcle, la algalía
y las piedras preciosas:
entendimiento sobrehumano,
virtud maravillosa,
sabiduría sin par,
alegría verdadera,
confianza absoluta,
desapego increíble hacia aquello
por lo que todos se desvelan,
corren, trabajan, luchan y navegan.’
¿Así es el héroe?
.........................Al héroe
no le interesa el ordenado
supermercado,
las colas en los bancos, las empresas
parroquiales.
No le interesan seminarios de postgrado,
ni partidos políticos
ni banquetes de empresarios.
No le preguntemos qué come
porque no come,
ni le preguntemos qué dice
porque no habla.
¿Es solamente un emblema,
como el gallo es emblema
de vigilancia?
El héroe no blasona;
no preguntemos a la heráldica.
¿No se lo encuentra en campos
de batalla o en claustros
de conventos?
Sí, viaja
de Florida a Lacroze,
de Primera Junta a Lima,
entre malos alientos
y bolsas de excrementos.
Allí donde hay gangrena,
polución, inmundicia,
allí está alerta.
.................Lava ropa sucia,
endereza alambre torcido,
limpia de desechos el agua.
De pronto es el que piensa, en la inminencia
del desastre, la palabra necesaria. A veces,
sólo ‘gracias’.
Donde el agua es fétida,
donde el aire está enrarecido,
donde los desperdicios se amontonan
hasta el Everest,
de pronto está —¡presente!—
en la conciencia desvelada.
Sólo le interesa ejercer
esa independencia de juicio,
esa audacia
y ese arrojo que salva o que rescata
de toda ganga.
‘Creció Alejandro hasta que menguaron sus costumbres;
venció Alcibíades monstruos de fortaleza
hasta que se rindió
a la misma flaqueza.
El rey de los metales,
pasando de un mundo a otro,
pasó de un extremo de desprecio
a otro de estimación.
Ser héroe del mundo
poco o nada es;
serlo del Cielo es mucho’.
.......................................Al héroe
sólo le importa la pureza
de su espejo:
ese corazón sin doblez,
que raja el sol en dos con su reflejo.
SOY EL VENDEDOR DE ABANICOS
.....................................................................por bicocas,
por solamente un solo
albaricoque (digámoslo así),
te hago añicos.
......................Me aplico (en
mi función
de moderador de las formas)
a la destitución de tu forma.
........................................Te agasajo,
he vuelto por ti.
Nunca antes los chinos, en verano,
agitaban las manos.
............................Se usaba
el abanico.
...........Ciertos gestos
sin rito,
.........––ciertos rictus––
son anzuelos cebados para malos
espíritus en vuelo.
...................Que el rico,
mientras puede,
decore sabiamente el abanico.
.............................Este emblema
precioso
de DIGNIDAD
––real, sacerdotal, imperial, ––
.............................este emblema
ubicuo
de indignidad al fin
––dictatorial, senatorial, mandarinal—
alienta el justo viento
que, o refresca y enfría
o atiza el fuego.
........................Si refresca,
armoniza; si atiza,
abrasa.
..........Los flavelli
de las ceremonias romanas,
........................el flavellum
del oficio divino en las iglesias
primitivas,
los celosos, gravosos, ostensorios
de plúmbeas plumas en las sedias
gestatorias
son parte de la Historia,
....................................la ‘impoluta’
polución migratoria
––a lo largo, a lo ancho y a lo bajo
de detentaciones oscuras—
de nuestra vieja USURA.
...........................................Detentar:
retener como propio
lo impropio,
............usufructuar
––por poder, por violencia, por astucia—
lo que es de los otros,
o de otro,
o de ‘lo otro’.
..........,........Aquello que, encubierto
o descubierto,
desprende mugre:
..........................lo que ensucia,
lo que envicia,
lo que pudre.
...................En augustos
suburbios del Progreso,
......................................la vetusta basura in-
material
de nuestra propia estirpe
natal,
......(más reveses
de la bella Utopía),
aflora, parracial, en invasoras
floraciones tardías.
...................¿Quién abusa
del abuso?
‘––Nosotros nunca.’
..................(Se diría,
que el Gran Bonete).
Empero, empecinado,
después de eventos, fiestas y evasivos
digestos,
el morbo inmemorial, en la baldeada
vereda ocasional,
impone su indeseado
....... .. ....MANIFIESTO
y profetiza.
..............Yo
te vendo el abanico.
LUZ NEGRA
El corazón sangriento
del Abismo,
el Ojo que decide los destinos
esclavos,
se ha labrado su templo hacia lo hondo
del fondo de la luz.
.............. ......Está sentado
para siempre en el trono
de sí mismo,
cuyo recinto regio, emancipado
de todo servilismo,
es siempre, siempre, siempre el mismo Abismo
de luz negra.
POCAS COSAS
a Haydée y Juan Grela
y sentido común
y la jarra de loza, grácil,
con el ramo
resplandeciente.
La difícil
extracción del sentido
es simple:
el acto claro
en el momento claro
y pocas cosas-----
verde
sobre blanco.
HABRÍA QUE GIRAR ALREDEDOR
a Olga y Leticia Cossetini
de ti, como lo hace esta mosca,
para captarte en toda tu extensión
redonda (tierra al fin),
verdirroja,
brillante, suavemente
perfumada.
Habría que clavarte los dientes
después, para saberte
crujiente,
pulpa agridulce que da ganas
de tragar.
Y habría que alejarse y regresar
de pronto, distraído
de todo,
para sentirte, oculta,
reposar en tu forma.
Rotunda, irrefutable,
inequívocamente modelada
por la luz sobre el plato
escuetamente blanco,
qué opulencia despliegas simplemente
por ser así:
manzana,
y no la nada.
DÍA DE MÁS VALOR
a Angélica Gorodischer, que sabe lo que digo.
Izar, al levantarse,
la bandera del día:
'DÍA
DE MAS VALOR'
Para el héroe
cada día es su día.
Mantener el compás:
ayer no es,
mañana no es
todavía.
El que canta
es su canto mientras canta.
El que pierde su canto, se podría
decir,
pierde su santo:
pierdes
el compás
y pierdes la canción,
pierdes la canción
y pierdes la emoción,
pierdes la emoción
y pierdes la atención,
pierdes la atención
y pierdes la vida.
'La vida,
señora Osborne,
es lo que uno pierde cuando piensa en
otra cosa'
Por eso
el héroe.
Para el santo
cada día es el último.
Para el sabio, el primero.
Podrá no ser el último
pero es el primero:
Dijo el tonto:
—¿Siempre es hoy?
Para el héroe,
es el único:
AGE
QUOD AGIS.
Monseñor,
las uvas no están verdes.
EL ÁRBOL DE LA CULPA
2
Ahora soy un ojo
inmóvil en el cielo,
una nostalgia sin yo
que forma nubes en el cielo.
Ahora soy la imagen del cuadro, sobre fondo
de rojo sombrío,
la mirada perdida en insondable dignidad,
reclinado en un marco de oro.
Mañana habré caído
en un pozo de sangre,
en una vieja trampa familiar,
me habré enredado entre los hechos.
Mañana habré bajado hasta una alfombra
raída,
hasta el polvo que enciende los deseos,
hasta la culpa.
Danza del derviche
El salto de la rana
entre los yuyos de la zanja,
el sol de la mañana
sobre los granos de la espiga,
la sombra del hinojo
sobre el musgo de la tapia,
el blanco de la escarcha
sobre el verde de la ortiga;
la ruta de la hormiga
en el desierto de las lajas,
el silbo de las cañas
tras los muros del baldío,
la espina de la rosa
en la lisura de la rama,
la danza del derviche
en una gota de rocío.
LA MOSCA
Ruskín
'La vida, Monseñor, es lo que a uno
se le escapa
mientras piensa en algo superior'
A la mosca
no se le escapa.
En cada instante de su resuelta atención
hay la misma entereza de decisión:
El mundo ha sido hecho
para las moscas.
La araña tiene que tejer,
la hormiga que acarrear y almacenar.
La mosca
que confiar en sí misma.
Presente encarnación de su capricho,
vuela,
vaga,
mira,
halla.
Cuando algún palmetazo no la aplasta,
vuelve y nos vuelve la espalda.
No se deja persuadir ni asustar
ni por lo tanto gobernar.
Es libre,
pero no de ser mosca.
MISIÓN
a Nelida Esther Oliva
Hay sedimentos de sequía
en el fondo del cauce.
En el pasto su propio
secar
y brotar.
Reposo, novilunio.
Me llego hasta las ramas abiertas
porque tiemblo y vacilo.
Las ramas tienen su actitud cada una.
Los álamos obstinan
la misión de lo magro.
Goza en los trigos
el barbecho
su maternidad sombría.
Sube y me reconforta
- proyección de la savia -
algo que viene de antes
de la tierra
y vuelvo de los campos
tenso
de gestaciones.
Reverdezco así tras de la entrega,
de la higuera repito el milagro
y, diciendo,
me cumplo.
FÁBULA
¿Qué pueden prometernos las vetustas
murallas,
la sumisión, el lento
tenerse de las ruinas?
Yo las veía siempre desde adentro
hasta que en mí la abeja, despertándose,
dijo:
-'Esta miel no es la miel'-
y desertó
de las flores con nombre.
Pero al dejar atrás los colmenares
tasados
(donde el árbol demuestra su razón
en el mango del hacha)
se perdió por el mar, el sumergido
pensamiento del mar
y las mareas
del sentido.
AHORA SOY UN OJO
Ahora soy un ojo
inmóvil en el cielo,
una nostalgia sin yo
que forma nubes en el cielo.
Ahora soy la imagen del cuadro, sobre fondo
de rojo sombrío,
la mirada perdida en insondable dignidad,
reclinado en un marco de oro.
Mañana habré caído
en un pozo de sangre,
en una vieja trampa familiar,
me habré enredado entre los hechos.
Mañana habré bajado hasta una alfombra
raída,
hasta el polvo que enciende los deseos,
hasta la culpa.
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