viernes, 21 de enero de 2011

MATÍAS ESCALERA CORDERO [2.866]



Foto:Chaglez


Matías Escalera Cordero 

Matías Escalera Cordero (Madrid, 1956) es filólogo hispanista por la Universidad Autónoma de Madrid (con estudios asociados de Filosofía). Después de trabajar de profesor en diversos centros privados, recibió, en 1987, una beca del Instituto Pushkin de Moscú, en el que pasó seis meses; desde donde se trasladó a la ciudad de Ljubljana –Eslovenia–, en cuya Universidad trabajó de profesor de Lengua y Literatura españolas, hasta que, poco antes del comienzo de la guerra civil yugoslava, en 1991, volvió definitivamente a España, para incorporarse al cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria del Ministerio de Educación.


Es autor de las novelas Un mar invisible (IslaVaria, 2009) y El tiempo cifrado (Amargord, 2014); así como de la colección de relatos Historias de este mundo (Baile del Sol, 2011), y de los poemarios Grito y realidad (Baile del Sol, 2008), Pero no islas (Germanía, 2009), Versos de invierno: para un verano sin fin (Amargord, 2014) y Del amor: de los amos y del poder: de los esclavos (Amargord, 2016). Ha sido galardonado con el premio de literatura dramática, Sala Margarita Xirgu, de Alcalá de Henares, por su obra de teatro El refugio (GPS, 2009); y es autor de Memorias de un profesor malhablado (Amargord, 2013), una defensa crítica de la Escuela Pública y de la figura del profesor en las sociedades modernas. Ha sido incluido, entre otros, en los siguientes poemarios colectivos: Los centros de la calle: antología pequeña (Germanía, 2008), Voces del Extremo: poesía y capitalismo (Fundación Juan Ramón Jiménez, 2008), Voces del extremo: poesía y tecnología (Béjar, 2009), Versos para derribar muros: antología poética por Palestina (Los Libros de Umsaloua, 2009), Para Miguel: Centenario del poeta Miguel Hernández, 1910-2010 (Atrapasueños, 2010), La poesía es un arma cargada de Celaya (Atrapasueños, 2011), Por donde pasa la poesía (Baile del Sol, 2012), En legítima defensa: poetas en tiempos de crisis (Bartleby, 2014), Disidentes. Antología de poetas críticos españoles: 1990-2014 (La Oveja Roja, 2015) y Un minuto de ternura (Baile del Sol, 2015).

En su vertiente crítica, destacan el libro La (re)conquista de la realidad (Tierradenadie Ediciones, 2007), del que es coordinador, y su participación en el libro colectivo La República y la cultura. Paz, guerra y exilio (Istmo, 2009). Es miembro del consejo editor de Tierradenadie Ediciones y es asesor internacional de la revista de filología Verba Hispanica, editada por la Universidad de Ljubljana, en la que fue profesor.


SELECCIÓN DE POEMAS de los libros Grito y realidad (Baile del Sol, 2008), Pero no islas (Germanía, 2009), Versos de invierno: para un verano sin fin (Amargord, 2014) y Del amor: de los amos y del poder: de los esclavos (Amargord, 2016).









(de Grito y realidad)





LOBO ESTEPARIO


En la escuela (al final
del bachillerato) tuve un compañero
Que quería ser lobo estepario

No sé si él lo consiguió (ni si comprendió
de verdad el compromiso adquirido…)

Yo sí (y es duro)

No es en sí la condición
De serlo (al fin a todo se acostumbra uno…)
Es resistir cada día la tentación
De devorar a los tuyos



TODOS PIENSAN QUE EXISTE EL SILENCIO


A Jorge Riechmann





Todos (incluso los poetas) piensan que existe
El silencio pero no existe

En la naturaleza no hay
Silencio (el ser -lo que está vivo- no sólo
refuta el vacío
también el silencio)
Todo es rechinar
De dientes: dice la Escritura

Si se escucha con atención el silencio
De la naturaleza es
Un inacabable crujido

No hay silencio
Sólo crujido (¿oís?)
Y rechinar (escuchad bien
el lamento)


MAGIA Y PALABRAS

Cuesta entenderlo pero querer no significa hacer magia
Ni dinero significa varita mágica

Hasta Ulises tuvo que reconocer que querer volver a casa
No significa que vuelvas a casa (y su fidelísimo perro Argos -en los veinte años
de espera- aprendió que querer morir no te garantiza
la muerte)

Hablamos (e inventamos incluso al otro: interlocutor
lo llamábamos) y simulamos
Que nos entendemos aunque -en realidad- nos desentendemos

En realidad creemos crear la realidad
Cuando hablamos (pero al otro lado no hay nadie
ni siquiera realidad suficiente)

Decir yo quiero
No supone que de verdad quieras o decir sentido
No previene la locura

Saber quién se es poco importa (tampoco que alguien sepa
que lo sabes: a quién le importa)

Hacer nos define y crea



Fernando Sabido Sánchez y Matías Escalera










(de Pero no islas)

MARIPOSAS Y PREFERENCIAS

Qué prefieres tú ser
La mariposa cegada (que se empecina en la luz
y muere…)

O el observador imparcial de la paradoja (la luz
que ciega confunde y mata…)


Si se fundiese la bombilla…
Si la apagásemos…



CIEN VECES MUERTO (CADA DÍA)





Hoy he muerto cien veces encima de los puentes…

(¿acaso no lo entiendes?) Cien veces encima
Y cien veces debajo de los puentes…

Cien veces encima del asfalto…
Y cien veces debajo del asfalto…

Hoy (o tal vez fue ayer
y antes de ayer también) He sido desplazado
Arrojado recibido despedido vapuleado colgado arrancado…

He muerto cien veces (como muere un perro) Cien veces
Sobre el asfalto
Y cien veces debajo del asfalto…

Sobre los puentes y bajo los puentes (no me hables
del último plazo
ni de nuestros hijos: tampoco de tus sueños...) Calla
Ven: sólo acércate y acuéstate a mi lado…

Y acaríciame mientras duermo…


Del cansancio nace la luz
En la oscuridad vuelvo a ti (sin sueños)




ÉL / ELLA



Dónde: dices


No sé: en el cine (tal vez en mis sueños)

Dónde: dices

Eso dicen las historias (los poetas: tal vez los sueños)

Pero y si no fuesen más que mentiras
Seductoras
Y blandas (o peligrosas invenciones y destructivas
apuestas al acaso: como los poetas perezosos
o como los sueños mal soñados…)

Entonces habremos perdido lamentablemente nuestras vidas



VIVIR ETERNAMENTE QUIEREN LOS MUERTOS



Quien desea vivir eternamente: me digo

No ha vivido
Y ni dos eternidades le bastarán…

Quienes han vivido –ahora lo sé– desean morir…

Y una eternidad tan sólo les bastará






NADIE VIO LA ESCALERA DE JACOB 

SOBRE LA M-50


Nadie vio la escala de Jacob: y estaba allí frente a nosotros (nadie presta atención
ya a los enigmas: tampoco a la belleza que se nos da así
como la muerte: tan gratuita de ese modo tan inútilmente natural
y despreocupado: casi como un despilfarro) Belleza derramada



Abanico de luz desplegada


Ciegos a lo gratuitamente pasmoso: así permanecimos
Ajenos a su brisa
A su inútil belleza de abanico de luz (tan natural y gratuita que era un milagro
inverso que no la viésemos: que no subiésemos
por ella
al Paraíso de los rodadores de vejigas de baquelita y hojalata pintada)

Acaso no fuese para nosotros (o tal vez sí)

Nadie la vio sin embargo allí desplazándose de Sur
A Este (siguiendo la M-50)

Nadie se abanicó con esa luz de alabastro (nadie trepó tampoco
por esas columnas: ni alcanzó ningún peldaño)

(y cuando lo pienso: sin embargo) Aún creo que cupo
Una posibilidad (cierto: una
entre billones)

Una (quizás incierta: espejismo
e irrepetible) No pensar en la muerte
Sólo en la vida… (me digo: y duermo)






PRESUNCIONES ERRÓNEAS DE LOS ESCLAVOS


A Galbraith


Ellos saben todo…
Ellos lo pueden todo…


Quién no ha escuchado el chispeo de los primeros copos
Secos
Sobre las hojas muertas…

Y su instantánea disolución en las negras aguas
De los charcos…

Quién no se ha agazapado bajo el oblicuo tronco
A mirar (en cuclillas) Y a escuchar…

Quien haya mirado…
Quien haya escuchado…

El mundo (los copos caer)

No tendrá miedo


Lo que parece muerto anuncia la vida






PRESUNCIONES ERRÓNEAS DE LOS AMOS


A mi abuelo asesinado (como tantos)
Al doctor Joseph Ignace Guillotin


Cederán siempre…
Callarán para siempre…

Recibirán el hacha en su cerviz sumisa
Desde siempre (para siempre: en silencio)


Debajo del tronco oblicuo (en cuclillas: mientras
escucha y mira) Junto a la orilla
Y junto a los charcos de agua negra: se decide...

(finalmente) No habrá conmiseración


Lo que se mueve –cae– hiende mecánicamente
(en realidad: se mueve –cae– hiende) Está muerto…





POEMA DESCARTADO



Lo peor del grito no es el grito en sí mismo
Sino que nadie lo escuche (o que coincida con la hora
del silencio)

Que no obtenga siquiera la recompensa
De lo inerte

El eco






A LOS DEMÁS


Hoy ha habido nuevos asesinatos…





Nada de lo que yo diga –o escriba– evitará ningún muerto
Ninguna lágrima (ni siquiera compensará la pérdida de una hora
extra sin pagar
y mucho menos de una jornada de interminable
e irritante despojo)


… pero ése no es –no era– el problema








(de Versos de invierno para un verano sin fin)



EL SECRETO DE LOS VERANEANTES CIEGOS


Insiste –bañista– mira fijamente
Al sol (pero sin bronceador ni protección)

Atrévete

A piel corazón descubiertos…

No apartes la vista (insiste con el dominical
en la mano
o con el vaso refrescante: pero sin protección)

Tal es el secreto que te espera

Insiste –veraneante– hasta la oscuridad…

Hasta la ceguera irremediable

Entonces –ya verás– habrás dejado de estar solo
Y el verano
(el sol) Tendrá –por fin– sentido

Y te acompañarán (en ella: en esa cegadora
cauterizante oscuridad) Aun sin que lo sospeches
Millones



LOS CINCO SENTIDOS





Si miras: ves (el mundo…)

Si escuchas: oyes (los gritos…)

Si olfateas: hueles (a descomposición…)

Si tocas: rozas (el filo cortante…)

– No la piel

Si pruebas: saboreas (la sangre: por ejemplo)

... y escupes

(pero) No es la sal del mar…




TORMENTA Y ARCOÍRIS


(en verano) Después de la tormenta aparece el arcoíris…

– ¿Y qué?

Ah
Que el horizonte se limpia y el aire se vuelve respirable…
Que todo huele a fresco y a tierra mojada
(y a resina: sí también a resina) A penetrante y balsámica resina…

Quizás

(sí tal vez sea así todo por un instante: limpio…) No es suficiente




PASAR EL INVIERNO NO ES LO PEOR



(… es el final del otoño) La vida entera se dirige a su extinción

Definitivamente

(aunque) Quizás no todo esté tan claro: visto el asunto
Desde una terraza de verano…

– Es así en efecto y quien esté ya ciego lo sabe


Es aún más duro el invierno: comprobar la lentitud de la muerte…

– Y aguantar el barro y la lluvia…

(… lo dicen: en efecto) Es duro pasar el invierno
Y ser testigos del pesado transcurrir de lo acabado…


(mas) Esperar
Esperar a que llegue el verano es aún peor…

La esperanza del verano (ah la Esperanza…)

… y el doloroso cansancio de la espera: al fin para nada…






Del amor (de los amos) y del poder (de los esclavos) publicado por Amargord, (2016)


PRÓLOGO (O EPÍLOGO) PARA LECTORES IMPACIENTES 
(O SIN TIEMPO)

¿Es amor el amor del amo…?
Yo amo…
Yo soy amo…
Yo (soy) amo…
Yo (el) amo… (¿amo…?)

Entonces
Tampoco hay interludio –ni melodía alguna– que preceda
O siga a nada…
… acaso Historia… (o instinto…)
… pero si la historia del amor es la historia del amo…
Si no es amor el amor
Del amo…
¿… qué es…?





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