miércoles, 25 de agosto de 2010

ANNA SWIRSZCZYNSKA [642] Poeta de Polonia



Anna Swirszczynska

Poeta polaca.(1909-1984)

También conocida como Anna Swir.
Su apellido completo es Swirszczyn´ska, nació en Varsovia, Polonia, el 7 de febrero de 1909. Su padre, un artista, no pudo sacar a su familia de la pobreza. Anna Swir creció haciendo sus tareas escolares y durmiendo en el taller de su padre. Sin embargo, en un grupo de poemas que escribió años más tarde sobre su madre y su padre, expresó un lazo profundo y una gratitud sincera hacia ellos. Swir pudo ingresar a la universidad en donde estudió literatura polaca medieval y barroca. Un poema suyo fue publicado en una revista muy popular en 1930 cuando sólo tenía 21 años. De la contratapa del libro "Talking to my body" (Copper Canyon Press, 1996, EE.UU.): "Fue miembra de la Resistencia durante la ocupación nazi y enfermera militar durante el levantamiento de Varsovia, una vez esperó una hora ser ejecutada. Afectada profundamente por esta experiencia escribió una poesía que rechazó el gran gesto de la guerra a favor de ver al mundo como una miniatura, un mundo en el que el cuerpo y el individuo sobreviven. Abierta en su feminismo y erotismo, su poesía explora la vida del cuerpo femenino desde el terror al placer, desde la profundidad de la gonía en la Segunda guerra Mundial hasta los placeres de sensuales delirios, y siempre con una sinceridad implacable.


IGUAL POR DENTRO

Mientras iba a tu casa

para un banquete de amor
vi en una esquina
a una vieja mendiga.

Tomé su mano,
besé su mejilla delicada,
hablamos, ella era
por dentro igual a mí,
de la misma especie,
lo sentí instantáneamente,
como un perro reconoce por el olor
a otro perro.

Le di dinero,
no podía separarme de ella.
Después de todo, una necesita
la proximidad de alguien semejante.

Y entonces ya no supe
por qué estaba yendo a tu casa.



LE HABLO A MI CUERPO

Cuerpo mío, eres un animal
cuya conducta adecuada
es la concentración y la disciplina.
El esfuerzo
de un atleta, de una santa y de un yogui.

Bien entrenado
puedes convertirte para mí
en una puerta
para salir de mí misma
y en una puerta
para entrara mí.
Una plomada hacia el centro de la tierra
y una nave cósmica hacia Júpiter.

Cuerpo mío, eres un animal
para quien la ambición
es lo indicado.
Ante nosotros se abren
espléndidas posibilidades.


LAVO LA CAMISA

Por última vez lavo la camisa
de mi padre que murió.
La camisa huele a sudor. Recuerdo
ese sudor desde la infancia;
tantos años
lavé sus camisas y ropa interior,
las secaba
frente a la estufa de hierro en el taller,
y él se las ponía sin planchar.

Entre todos los cuerpos del mundo,
animales, humanos,
sólo uno exudaba ese sudor.
Lo aspiro
por última vez. Lavando esta camisa
lo destruyo
para siempre.
Ahora
sólo sus pinturas lo sobreviven
y huelen a óleo.

(Traducción de Mirta Rosenberg
y Daniel Samoilovich)




CORAJE

No seré esclava de ningún amor.
A nadie
devolveré el sentido de su vida,
su derecho al crecimiento constante
hasta el último aliento.

Maniatada por el oscuro instinto
de la maternidad,
sedienta de ternura como el asmático
de aire,
con qué empeño construyo en mí
el hermoso egoísmo humano,
reservado desde hace siglos
para el varón.

Contra mí
están todas las civilizaciones del mundo,
todos los libros santos de la humanidad
escritos por ángeles místicos
con la expresiva pluma del relámpago.
Diez Mahomas
en diez elegantemente enmohecidas
lenguas
me amenazan con la condenación
en la tierra y en el cielo eterno.

Contra mí
está mi propio corazón.
Amaestrado por milenios
en la cruel virtud de la víctima.

Trad. Bárbara Gill, marzo 2004



Primer madrigal

Esta noche de amor
era pura
como un antiguo instrumento de música
y el aire que levantaba.

Suntuosa
como un rito de coronación
y carnal
como el vientre de la parturienta
espiritual
como la cifra.

No era más que un instante
pero quizo ser un balance de la vida.
Muriéndose
todavía se empeñaba en conocer
el principio del mundo.

Esta noche de amor
tenía aspiraciones.


La alegría de estar sola

Me rodearé de silencio
y florecerán en mí voces.
Me cerraré
y habrá más lugar en mí.

Como los pechos libres de corpiño
se me airearán mis ideas y las ajenas.
Naceré bajo mi propia mirada
estallaré en mí como una ramificación.
Me alejaré de todo y todo entrará en mí.

Veré la existencia
y su relieve y la sombra que arroja ese relieve.
Veré cada verdad, como recién lavada.
La soledad me dará a mí misma y al mundo.


A BAJO COSTO


Quiero enamorarme desdichadamente
de un hombre bello y cruel,
de diez hombres hermosos y crueles.

Sollozando marcar cada día
diez números de teléfono,
escribir diez cartas,
mirar diez fotografías.

Y finalmente
por diez motivos
cometer un solo
suicidio.

Trad. Bárbara Gill


AMOR CON HAPPY END


Nos amamos
como la vela con el fuego.

Trad. Bárbara Gill


AMOR CON MOCHILA


Dos mochilas,
dos cabezas canas
y los caminos
de todo el mundo
para vagabundear

Trad. Bárbara Gill



ANTONIA, LA TONTA


Está parada
delante de la casa
que se cae a pedazos.

La saliva se le escurre
sobre los harapos.

Resbala la mirada
sobre los que pasan.

Dicen que alguna vez
quiso envenenarse.

 “Soy mina”, 1972
Trad. Bárbara Gill


ARDEREMOS


Callo como la electricidad.
Callás como la electricidad.
Arderemos
en la silla eléctrica
del amor.

Trad. Bárbara Gill


BAILAMOS EN LA CUMBRE DE UNA MONTAÑA


Bailamos en la cumbre de una montaña,
sobre la nieve,
bajo las estrellas.
Sé que me amás
más que a todas las estrellas.

Trad. Bárbara Gill


CAPRICHO


Existiendo
quisiera, por un parpadeo,
experimentar
la no existencia.

Cuando deje de existir
ya será
imposible.

Trad. Bárbara Gill



CEPILLO DE ACERO

Hoy no vengas a verme.
Si entreabriera la puerta,
no reconocerías mi cara.
Porque hoy estoy de refacción completa,
de balance anual,
de gran lavado.
Ensayo general de fin del mundo
en un microcosmos.

Con cepillo de acero
friego el cuerpo hasta ell hueso.
Saqué la piel, está colgada aquí al lado,
las entrañas desnudas humean,
vibran las costillas desnudas,
y llega el juicio,
el altísimo alto tribunal
viene a juzgar con paso vivo.
Todas las sentencias son:
culpable.

Juzga al cerebro y a los ojos extraídos de la calavera,
a la pecadora desnudez de la pelvis
y a los dientes sin encías,
a los pulmones impuros, a las tibias perezosas.

Oh, sí, me esfuerzo mucho,
con cepillo de acero
friego el cuerpo hasta los huesos,
los huesos hasta la médula.
Quiero estar más limpia que un hueso.
Quiero estar limpia
como la nada.

Juzgo, ejecuto las sentencias,
tirito de espanto,
la rea y el verdugo atareado.
Hago balance, transpiro
sudor de sangre.

Entonces, hoy no vengas a verme.
No compres flores. No tires la guita.


Trad. Bárbara Gill


COMO CARROÑA


Desnuda de su piel,
deshonrada como la violada
a la que ya
no quieren violar,
como un cadáver abofeteado,
como el agonizante
al que escupen en la cara,
como un animal vivo, cuando
muriendo en el matadero
se convierte en artículo de consumo,
degradada como carroña
que se desprecia a sí misma,
como excremento de carroña,
humillada
tan profundamente,
como jamás podría ser humillado
un varón –

una mujer
sobre la camilla ginecológica
bajo la mirada
de los médicos.

“Soy mina”, 1972
Trad. Bárbara Gill.-


COMO EL OSO JUNTO A LA OSA


Nuestras piernas bebieron
hasta el hartazgo
la larga caminata
como el oso se harta de miel.
Caminan cada vez más lentas,
gruñen satisfechas.

Sentémonos bajo el árbol, mi querido,
nos dormiremos
como el oso junto a la osa.

Trad. Bárbara Gill



CON MALA ESTRELLA


Paridas con mala estrella
hemos parido
al mundo.

“Soy mina”, 1972
Trad. Bárbara Gill



CON TUS BRAZOS AL CUELLO


Devoro con deleite
mi rebanada de felicidad.
Incluso cuando duermo
la aferro en mi mano.

Mis sueños son sedosos
como el sol,
batido a punto de nieve.

Me despierto
con tus brazos al cuello.


Trad. Bárbara Gill



CONJUROS DE AMOR


Unté con grasa el cráneo de mi padre,
el espíritu rojo mira,
el espíritu blanco jadea,
el espíritu negro calla.
Te espero por las noches.

Embadurné con pintura el cráneo de mi madre,
el espíritu rojo ronda,
el espíritu blanco está inmóvil,
el espíritu negro calla.

Esta noche vendrás a mí
vivo
o muerto.

Trad. Bárbara Gill


MIRO CON LOS OJOS ARRASADOS DE LÁGRIMAS


Le di sufrimiento
aunque quise tanto
dar felicidad.

Y él lo tomó,
con delicadeza, como se toma
la felicidad. De día
lo sostiene contra su pecho,
duerme con él por las noches,
lo ama tanto como a mí.
Ese sufrimiento es más
digno de amor que yo,
es más puro y fiel.

Miro cómo lo lleva,
la espalda
se dobla cada vez más
bajo el peso,
miro con los ojos arrasado de lágrimas.

Cómo lleva el sufrimiento
que le di
aunque quise tanto
dar felicidad.


Trad. Bárbara Gill


CONSTRUYENDO UNA BARRICADA


Teníamos miedo
constrruyendo una barricada
bajo las balas.

El tipo de la fonda, la amante del joyero,
el peluquero,
todos unos cobardes.
Cayó en tierra la mucama
trayendo adoquines de la calle,
teníamos mucho miedo,
todos unos cobardes,
el portero, la feriante, el jubilado.

Cayó en tierra el farmacéutico,
arrastrando una puerta de retrete,
teníamos más miedo aún, la contrabandista,
la modista, el tranviario,
todos unos cobardes.

Cayó el pibe del reformatorio,
acarreando una bolsa de arena,
entonces tuvimos miedo
de verdad.

Aunque nadie nos obligaba,
construimos una barricada
bajo las balas.

Trad. Bárbara Gill



CORAJE


No seré esclava de ningún amor.
A nadie
devolveré el sentido de su vida,
su derecho al crecimiento constante
hasta el último aliento.

Maniatada por el oscuro instinto
de la maternidad,
sedienta de ternura como el asmático
de aire,
con qué empeño construyo en mí
el hermoso egoísmo humano,
reservado desde hace siglos
para el varón.

Contra mí
están todas las civilizaciones del mundo,
todos los libros santos de la humanidad
escritos por ángeles místicos
con la expresiva pluma del relámpago.
Diez Mahomas
en diez elegantemente enmohecidas
lenguas
me amenazan con la condenación
en la tierra y en el cielo eterno.

Contra mí
está mi propio corazón.
Amaestrado por milenios
en la cruel virtud de la víctima.

Trad. Bárbara Gill



CURRICULUM DE UNA MUJER DE CAMPO

Jadeando
carga sobre la panza los baldes.

Jadeando
carga sobre la espalda las bolsas.

Jadeando
levanta los baldes del pozo.

Jadeando
pare los frutos del deseo masculino.

Jadeando
muere.


 “Soy mina”, 1972
Trad. Bárbara Gill



DEBO HACERLO

mi muy querido, debo despedirte.
debo irme
y una vez más
estaré sola.
te quitaré mi calor, confundido
con el tuyo
en el abrazo
de una felicidad somnolienta.

no será fácil. se fundieron
el uno en el otro
y se defenderán
de ese desgarro,
como dos animales de la muerte.
aterrados, estúpidos y bellos
lucharán como por sus vidas.
por su derecho
a la noche.

debo apartarte, mi querido,
aunque me necesites,
e irme allí
donde nadie me necesita.

debo balearte el corazón,
aunque me implorás piedad,
y balearme el corazón,
aunque me dé tanto miedo.

ningún humano
me lo exige.
sin embargo, debo hacerlo.

Trad. Bárbara Gill



DECIME


Decime, mi queridísimo,
ahora que escucho
cómo late tu corazón.
cuando bebo del manantialito
de calor de tu cuello,
cuando te miro
como si fueras transparente
y veo cada uno de tus pensamientos
y sé
que morirías por mí,
si fuera necesario;
decime ahora
si somos los más felices
de todos los humanos
o los más infelices.

Trad. Bárbara Gill


DE PLOMO


A la noche
se arrastra hasta la cama,
sobre la que ronca el hombre.

En el borde de la cama acuesta
el cuerpo.
De plomo.

“Soy mina”, 1972
Trad. Bárbara Gill.-

DOS PAPAS


Llevaba dos papas
se me acercó una mujer.

Quería comprar dos papas
tenía hijos.

No le di las dos papas
escondí las dos papas.

Tenía madre.

Trad. Bárbara Gill





DOS VIEJAS


Estamos en el umbral,
las dos,
charlamos de hijos y nietos.
Con deleite nos sumergimos
en nuestra mujeridad.

Como dos cucharas
que se sumergen
en un guiso caliente.

 “Soy mina”, 1972
Trad. Bárbara Gill




TRES CUERPOS


La mujer embarazada
está en la cama
junto a su hombre.
En su panza
se movió el niño.
-Poné la mano en mi panza-
dice la mujer.
Lo que se movió tan leve
es una manito o un piecito
de nuestro hijo.
Será tuyo y mío,
aunque sólo yo tenga que parirlo.

El hombre se acurruca junto a ella,
los dos sienten lo mismo.
Dentro de la mujer
se mueve el niño.

Y tres cuerpos
unen sus calores
por la noche,
cuando la mujer embarazada
está en la cama
junto a su hombre.


Trad. Bárbara Gill



CON UN PIYAMA CELESTE


Duermo con un piyama celeste,
a la derecha duerme mi niña.
Nunca lloré,
jamás moriré.

Duermo con un piyama celeste,
a la izquierda duerme mi hombre.
Nunca golpeé la cabeza contra la pared,
jamás grité de terror.

Qué ancha es esta cama,
en la que ha cabido
tanta felicidad.


Trad. Bárbara Gill




SOS CÁLIDO

Sos cálido
como un perro grande. Entro en calor
con tu tibieza. Me sumerjo
en la pureza.

Cada dia pongo sobre mi cuello
la gargantilla de tu admiración joven.
Trenzo entre mis cabellos tu ternura.
Tu calma
me acaricia la cabeza.

Tenés la magia virgen
del que no conoció
el beso del dolor
ni el abrazo del miedo.

Me inclino
y miro en tus ojos.
No los perturba el pensamiento,
reflejan el cielo.

Trad. Bárbara Gill



QUÉ ES LA GLÁNDULA PINEAL


Estás dormido,
caliente como una pequeña estufa.
Se mueven los pulmones,
los intestinos digieren,
las glándulas trabajan con firmeza,
de los procesos bioqímicos del sueño
brota
la flora del ensueño.

¿Me pertenecés?
Yo misma
no me pertenezco.

Toco mi piel,
dentro de mí se mueven los pulmones,
digieren los intestinos,
el cuerpo cumple con su trabajo,
que conozco tan poco.
Sobre la actividad de la glándula pineal
sé poca cosa.
En verdad, qué me une
a mi cuerpo.

Toco tu piel y mi piel,
no estoy en vos
y no estoy en mí.
Qué frío.
Sin hogar, miro temblando
nuestros dos cuerpos,
cálidos y tranquilos.

Trad. Bárbara Gill



ESTÁS DORMIDO


Durmiéndote
me preguntás si soy feliz.

Sobre nuestra cama está
parada la muerte
y me mira
a través de tu cuerpo
como a través de un vidrio
con sus desnudos ojos
sin párpados.

Bajo nuestra cama
hay un abismo hacia las estrellas.

Tapame los ojos con las manos,
mi hombre cálido.
Tapame los ojos con manos vivas.

Ya estás dormido.

Trad. Bárbara Gill



HEMBRA Y MACHO


Me fecundaste y parí perlas.
Auténticas. Mirá.

Mirás con asombro,
te aterra tanta riqueza
que no podés entender.

Piedrita, que desencadenaste el alud,
mirá cómo reluce
su jadeante esplendor.
Escuchá el pesado himno
de la caída.

Eh, vos, piedrita sin ojos ni oídos.

 Trad. Bárbara Gill




ESTUPOR


Te miro
hace tantos años,
que te hiciste perfectamente
invisible.
Pero yo todavía
no lo sé.

Ayer
por casualidad besé
a otro.
Y entonces me enteré
con estupor,
que vos
hace mucho que para mí
no sos
un hombre.
Trad. Bárbara Gill



SE FUE


Me tocó el dedo de la muerte,
el mundo
se derrumbó encima mío.

Estoy bajo los escombros,
los brazos rotos,
las piernas rotas,
la columna en añicos.

A lo lejos
pasa la gente.
Los llamo. No oyen.
Pasaron. Me muero.

Se acerca el hombre más próximo.
Mira por un momento.
No entiende nada.
Se aleja.

Tiene buen corazón,
fue a consolar a los otros.

Trad. Bárbara Gill


ELLA TIENE MIEDO


Al lado de la mujer
está acostado su hombre.
La mujer tiene miedo
de que él vuelva a matarla.

-¿No vas a volver a matarme?-
pregunta la mujer.
-No te voy a matar- dice el hombre.

Pero ella tiene mido
de que él vuelva a matarla.

Entonces corre a la ventana y salta al pavimento.
Y ya está a salvo
de bruces sobre el pavimento.
Él ya no volverá a matarla.


Trad. Bárbara Gill


SEPARACIÓN


Nuestro amor agonizó por años.
y ahora, la separación
lo resucita de repente.
Nuestro amor se levanta
de entre los muertos
pavoroso
como el cadáver que revivió
para morir
por segunda vez.
Cada noche nos amamos
cada hora nos separamos,
cada hora
nos juramos fidelidad
hasta la muerte.

Sufrimos intensamente,
como se sufre en el infierno.
Los dos tenemos
45 grados de fiebre.

Gimiendo de odio
sacamos del álbum
la foto de bodas.
Y noches enteras, hasta el alba
llorando, amándonos,
transpirando el sudor de la muerte
nos hablamos,
nos hablamos,
nos hablamos
por primera y última vez en la vida.

Trad. Bárbara Gill



COMO EL AIRE


Deshonraré mi cuerpo,
el que vos amaste.
Me hace falta como el aire
para vivir.
Te deshonraré a vos
en mi cuerpo.

No se puede amar al deshonrado,
me salvaré.

Trad. Bárbara Gill



LA NAVAJA


Te traicioné.
Qué suerte, qué alivio.
Nos alegramos los dos,
porque ahora
ya podré amarte como antes.

Nos alegramos los dos
porque tuve que traicionarte,
como el que está
a punto de ahogarse
y tiene que aferrarse a una navaja.

Te odio,
porque te traicioné.
Alegrémonnos,
porque te odio.

 Trad. Bárbara Gill


LAS LÁGRIMAS RUEDAN


Muriendo desnudos, abrazados,
atados por el sufrimiento
como otrora por el amor.
Incapaces de vivir juntos,
imprescindibles para sí
en este momento del morir,
próximos a sí
sólo en este momento.

Su abrazo es de hielo,
parten juntos cumpliendo la promesa
de que no se dejarán hasta la muerte.

Las lágrimas de ella
ruedan por el hombro desnudo de él.
las lágrimas de él se deslizan
entre los dos pechos desnudos de ella.

Luego
ambos se agarrotan
Como las estatuas de un sarcófago etrusco.

Trad. Bárbara Gill

http://www.poetaspolacas.com.ar/ASPo.htm






ESTOY PINTANDO

 Por qué hablar
 si uno puede gritar
 por qué caminar
 si uno puede correr
 por qué vivir
 si uno puede arder.

 Estoy corriendo y gritando de alegría
 Estoy corriendo y gritando de desesperación
 Estoy jadeando
 mis pulmones trabajan como locos.

 Los sentimientos violentos
 son buenos, he oído decir, para tu salud.



 ELLA NO SE ACUERDA

 Ella fue una malvada madrastra
 En su vejez está muriendo lentamente
 en una casucha vacía.
 Ella se estremece
 como un manojo de papel quemado.
 Ella no se acuerda de que era malvada.
 Pero sabe
 que tiene frío.



EL MISMO INTERIOR

 Caminando hacia tu casa para una fiesta amorosa
 vi en una esquina
 a una anciana mendiga.

 Tomé su mano
 besé su delicada mejilla,
 hablamos, ella era
 el mismo interior que yo soy, 
 de la misma clase,
 me dí cuenta al instante
 como un perro conoce por su olor
 a otro perro.

 Le dí dinero,
 no podía apartarme de ella.
 Después de todo, uno necesita
 a alguien que esté cerca.

 Y entonces ya no supe
 por qué iba caminando para tu casa.



ME GOLPEÉ LA CABEZA CONTRA LA PARED

 De chica
 puse un dedo en el fuego
 para convertirme
 en santa.

 Como adolescente
 todos los días me golpeaba la cabeza contra la pared.

 Como una joven
 salí por una ventana de un altillo
 al techo
 en orden de saltar.

 Como mujer
 tenía piojos por todo el cuerpo.
 Crujían cuando estaba planchando mi pulóver.

 Esperé sesenta minutos
 para ser ejecutada.
 Tuve hambre
 durante seis años.

 Entonces tuve un hijo,
 me estaban esculpiendo
 sin ponerme a dormir.

 Entonces me mató un rayo
 tres veces
 y tuve que surgir de los muertos tres veces
 sin ayuda de nadie.

 Ahora estoy descansando
 después de tres resurrecciones.



 MÁTAME

 No me beses, mi amor.
 No me abraces, mi amor.
 Si me amas
 mátame, mi amor.



 UNA MUJER LE HABLA A SUS MUSLOS

 Es sólo gracias a su buena apariencia
 que puedo formar parte
 de los ritos del amor.
 Éxtasis místicos,
 traiciones delicia
 como un lápiz labial carmesí,
 un rococó perverso
 de involuciones psicológicas,
 dulzura de los anhelos de la carne
 que pueden quitarte el aliento,
 hoyos de desesperación
 hundiéndose hasta el mismo fondo del mundo:
 todo esto se lo debo a ustedes.

 Qué tiernamente debería cada día
 azotarlos con un látigo de agua fría,
 si sólo ustedes me permiten poseer
 belleza y sabiduría
 irreemplazables.

 Las almas de mis amantes
 se abren a mí en un momento del amor
 y las tengo bajo mi dominio.

 Yo miro como lo hace un escultor
 a su trabajo
 a sus rostros cerrados de pronto con párpados,
 inmolados por el éxtasis,
 espesados 
 de felicidad.
 Yo leo como lo hace un ángel 
 pensamientos en sus cráneos,
 yo siento en mi mano
 un corazón humano batiente,
 y escucho las palabras
 que son susurradas por un ser humano a otro
 en el momento más sincero de la vida de uno.

 Entro en sus almas,
 vago por 
 un camino de deleite o de horror
 a tierras tan inconcebibles
 como el fondo de los océanos.
 Más tarde, cargada de tesoros
 regreso lentamente
 a mí misma.

 Ah, muchas riquezas,
 muchas preciosas verdades
 creciendo inmensas en un eco metafísico,
 muchas iniciaciones
 delicadas y sorprendentes
 te debo, muslo mío.

 El más exquisito refinamiento de mi alma
 no me proveería ninguno de esos tesoros
 si no fuese por el claro, suave encanto
 de un pequeño animal amoral.



 De CONSTRUYENDO LA BARRICADA

 CONSTRUYENDO LA BARRICADA

 Teníamos miedo mientras construíamos la barricada
 bajo fuego.

 El tabernero, la amante del joyero, el peluquero,
 todos nosotros cobardes.
 La sirvienta cayó al suelo
 mientras arrastraba un adoquín, estábamos terriblemente
                                                                         [asustados
 todos nosotros cobardes-
 el conserje, la señora-del-mercado, el pensionista.

 El farmacéutico cayó al suelo
 mientras arrastraba la puerta de un baño,
 teníamos todavía más miedo, la mujer-contrabandista,
 el modisto, el conductor de tranvía,
 todos nosotros cobardes.

 Un pibe del reformatorio se cayó
 mientras arrastraba una bolsa de arena,
 usted ve cómo estábamos realmente
 asustados.

 Aunque nadie nos obligaba,
 igual construimos la barricada
 bajo fuego.



 VEINTE DE MIS HIJOS

 En mi sala
 yacen veinte vientres de soldados.
 Destripados, sangrientos,
 luchando fieramente
 por sus vidas.
 Los conozco a todos de memoria,
 de día les llevo escupideras, les lavo el excremento.
 De noche sueño
 que les llevo escupideras,
 les lavo el excremento.

 Cuando uno de sus vientres
 muere en mi sueño
 me despierto con un susto
 y voy hasta su cama en puntas de pie.

 En mi sala
 peleando con uñas y dientes contra la inexistencia están
 veinte de mis hijos.



 APLASTA BARRICADAS

 A lo largo de una calle a la que se le barrió la gente
 rueda un tanque disparando.
 Ejecuta casas
 aplasta barricadas.

 De una entrada salta un pibe
 con una botella de gasolina en el puño.
 A lo largo de la calle a la que se le barrió la gente
 corre agazapado
 tras el tanque.



 ÉL ROBA PIELES

 Un proyectil despedazó la puerta
 del negocio del peletero.

 Un hombre salta dentro,
 agarra una brazada de pieles,
 las arrastra hasta la entrada en una sola corrida.

 A la entrada otro proyectil
 despedaza al hombre.



 UNA MUJER LE DIJO AL VECINO

 Una mujer le dijo a su vecino:
 "Desde que mi marido fue asesinado no puedo dormir,
 cuando hay disparos me sumerjo bajo la frazada,
 tiemblo toda la noche bajo la frazada.
 Me voy a volver loca si tengo que estar sola esta noche,
 tengo algunos cigarrillos que dejó mi marido, por favor
 no dejes de pasar por casa esta noche."



 HE ESTADO ESPERANDO

 Ese joven larguirucho tal vez medía un metro ochenta,
 ese trabajador de corazón ligero de Powisle
 que luchó
 en el infierno de la calle Zielna, en el edificio de teléfonos.
 Cuando le cambié el vendaje de
 la pierna que estaba despedazada
 gesticuló de dolor, y se rió.

 "Cuando termine esta guerra
 iremos a bailar, señorita.
 Yo invito".

 Lo he estado esperando
 estos treinta años.


NOTA

Acerca de el Alzamiento de Varsovia, escribió Anna: "El Alzamiento de Varsovia fue uno de los eventos más trágicos de la Segunda Guerra Mundial. La destrucción que produjo en una ciudad de más de un millón de personas sólo puede compararse con la destrucción que se vio en Hiroshima. Varsovia fue transformada en un páramo cubierto de cadáveres, ruinas y cenizas ardientes. La parte de la población que sobrevivió al infierno fue sacada  de ahí y deportada a varios campos de concentración. Los soldados alemanes quemaron y dinamitaron sistemáticamente los edificios restantes. Himmler dijo: 'Varsovia debe  ser nivelada al suelo, en orden de establecer un desalentador ejemplo para el resto de Europa'".


FUENTE

Czeslaw Milosz. Postwar Polish Poetry. Univ. of California Press, 1983.

Las versiones en inglés de los primeros poemas son del mismo Milosz; las versiones de Construyendo las barricadas, son de Magnus Jan Krynski y Robert A. Maguire.

http://inutilesmisterios.blogspot.com.es/




The Greatest Love

She is sixty. She lives 
the greatest love of her life. 

She walks arm-in-arm with her dear one,   
her hair streams in the wind. 
Her dear one says: 
“You have hair like pearls.” 

Her children say:   
“Old fool.”



Happy as a Dog’s Tail 

Happy as something unimportant 
and free as a thing unimportant. 
As something no one prizes 
and which does not prize itself. 
As something mocked by all 
and which mocks at their mockery. 
As laughter without serious reason. 
As a yell able to outyell itself. 
Happy as no matter what, 
as any no matter what. 

Happy 
as a dog’s tail. 





I Knocked My Head against the Wall 

As a child 
I put my finger in the fire 
to become 
a saint. 

As a teenager 
every day I would knock my head against the wall. 

As a young girl 
I went out through a window of a garret 
to the roof 
in order to jump. 

As a woman 
I had lice all over my body. 
They cracked when I was ironing my sweater. 

I waited sixty minutes 
to be executed. 
I was hungry for six years. 

Then I bore a child, 
they were carving me 
without putting me to sleep. 

Then a thunderbolt killed me 
three times and I had to rise from the dead three times 
without anyone’s help. 

Now I am resting 
after three resurrections. 



I’ll Open the Window 

Our embrace lasted too long. 
We loved right down to the bone. 
I hear the bones grind, I see 
our two skeletons. 

Now I am waiting 
till you leave, till 
the clatter of your shoes 
is heard no more. Now, silence. 

Tonight I am going to sleep alone 
on the bedclothes of purity. 
Aloneness 
is the first hygienic measure. 
Aloneness 
will enlarge the walls of the room, 
I will open the window 
and the large, frosty air will enter, 
healthy as tragedy. 
Human thoughts will enter 
and human concerns, 
misfortune of others, saintliness of others. 
They will converse softly and sternly. 

Do not come anymore. 
I am an animal 
very rarely. 



Large Intestine 

Look in the mirror. Let us both look. 
Here is my naked body. 
Apparently you like it, 
I have no reason to. 
Who bound us, me and my body? 
Why must I die 
together with it? 
I have the right to know where the borderline 
between us is drawn. 
Where am I, I, I myself. 

Belly, am I in the belly? In the intestines? 
In the hollow of the sex? In a toe? 
Apparently in the brain. I do not see it. 
Take my brain out of my skull. I have the right 
to see myself. Don’t laugh. 
That’s macabre, you say. 

It’s not me who made 
my body. 
I wear the used rags of my family, 
an alien brain, fruit of chance, hair 
after my grandmother, the nose 
glued together from a few dead noses. 
What do I have in common with all that? 
What do I have in common with you, who like 
my knee, what is my knee to me? 

Surely 
I would have chosen a different model. 

I will leave both of you here, 
my knee and you. 
Don’t make a wry face, I will leave you all my body 
to play with. 
And I will go. 
There is no place for me here, 
in this blind darkness waiting for 
corruption. 
I will run out, I will race 
away from myself. 
I will look for myself 
running 
like crazy 
till my last breath. 

One must hurry 
before death comes. For by then 
like a dog jerked by its chain 
I will have to return 
into this stridently suffering body. 
To go through the last 
most strident ceremony of the body. 

Defeated by the body, 
slowly annihilated because of the body 

I will become kidney failure 
or the gangrene of the large intestine. 
And I will expire in shame. 

And the universe will expire with me, 
reduced as it is 
to a kidney failure 
and the gangrene of the large intestine. 




.

No hay comentarios:

Publicar un comentario